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Volverás por YoloSwag

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Notas del fanfic:

Tokyo Ghoul ni sus personajes me pertenecen. Son obra de Ishida Sui.

Notas del capitulo:

Este fic está con dedicatoria para maristella en respuesta por su fic "Te extraño" (que si no lo han leído, vayan a leerlo. Lo recomiendo). Esta inspirado en la canción de Ricky Martin "Volverás".

maristella me disculpo por tardarme en hacerlo pero no tengo mucho tiempo para escribir y no me gusta publicar cosas demasiado prematuras. Espero te guste y de nuevo muchas gracias. :D

La mañana era gélida y sombría. Los edificios a la claridad lívida del día incipiente, tampoco resultaban más alegres que durante la noche. La monotonía del paisaje aumentaba su soledad en aquel viaje de ida y vuelta que le era necesario para mantener la fortaleza, para sobrevivir a ese dolor, a ese agujero de destrucción sordo y silencioso que amenazaba con consumirlo. La vida desde la muerte de Arima se volvió  demasiado cruel prácticamente inmóvil. Al principio era fácil engañarse, pensar que Arima estaba en una misión y que pronto lo vería de nuevo pero después de todo este tiempo, eso ya no era posible. El tiempo había traído consigo la verdadera amargura del dolor.

   Nadie sabía de esto y nadie jamás debería saber el verdadero motivo de ese viaje; visitar la tumba de quien fuera su mentor, a esa persona a quien amó y que le amó con la misma intensidad. De cualquier manera no lo entenderían, ¿Por qué arriesgarse de tal manera al adentrarse en el nido de las *palomas por un hombre a quien ellos siempre considerarían su enemigo? Sí, jamás lo entenderían y era lo mejor, así siempre sería solo su secreto.

   Al llegar al cementerio permaneció unos momentos observando; el ambiente era opresivo, hosco y casi cruel. Una especie de sensación de agobio, casi físico lo envolvía todo. El único ruido que se escuchaba era el que provocaban sus pasos inciertos. Conocía bien el camino que debía seguir para llegar hasta "ese lugar". Hizo una reverencia, limpió, colocó las flores y el incienso. Lo encendió mientras las lágrimas caían de sus ojos.

   -Buenos días Arima-san, hoy es un día terrible pero según los pronósticos mejorará para mañana. Hirako-san dice que las personas de los pronósticos siempre se equivocan ¿Usted piensa lo mismo?

   No hubo respuesta sólo silencio, ese obstáculo insalvable.

   -Por favor, Arima-san.......

   Ninguna palabra, ninguna expresión podría materializar la clase de vínculo que los unía y que ahora lo torturaba. Apretó los labios al sentir de nuevo el persistente dolor mientras pensaba, << ¡Ah! ¿Me voy a rendir a la desesperación? ¡No! Lucharé hasta mi último, sangriento y amargo soplo. Se lo debo a Arima-san>> Sin embargo era tan difícil.... ¡¿POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ TUVO QUE TERMINAR ASÍ?!

   De bruces contra el suelo lloró amargamente, a gritos, por el dolor y la impotencia que albergaba en su cuerpo y que ahora se había adueñado de sus sentidos. Ahí, frente a su tumba no podía seguir negándolo. Arima estaba muerto y él no podía traerlo de vuelta.

   No importaba cuánto llorará o cuánto gritará, su voz había sido robada y nunca atravesaría a la muerte. El frío comenzaba a ser desagradable y pronto sería peligroso, era hora de volver a interpretar ese papel; un rey cansando sin hoy ni futuro. Destrozaría a todo enemigo, demostraría que Arima no se había equivocado al prepararlo para la vida y no solo para matar. Crearía ese mundo, el mundo tan deseado por Arima y entonces él volvería de eso estaba seguro.

   -Hasta pronto, Arima-san....

***

 

   Kaneki andaba sin mirar a su alrededor quería mantener esos recuerdos cuando al caminar tomado de la mano de Arima todo era milagroso, alucinante y hermoso. No quería ver ese mundo ahora sombrío y helado donde las personas como autómatas caminaban sin sentido.

   -Arima...

   Una figura camina por la misma acera, buscando, tratando de orientarse. Justo en el momento en que Kaneki y esa figura se cruzan, se produce un ligero tumulto. Sus manos se rozan. Permanecen de pie; sus rostros enfrentados, sus ojos mirándose. Kaneki contempló por unos instantes esa alta y distinguida figura, emitió un suspiro.

   Finalmente, notó que le hablaba, pero no entendía lo que le decía. Él.... Arima Kisho estaba ahí frente a él. Se arroja a sus brazos y lo estrecha con fuerza. No había duda él había vuelto. No podía equivocarse, ese olor, esa calidez sólo pertenecían a Arima.

   -Cuanto me alegro de verte de nuevo, Haise...


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