Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Historia de dos locos enamorados por EtaAquarida

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes son propiedad de Masami Kurumada.

Notas del capitulo:

Fic dedicado a Arawn y al anónimo que votó por esta pareja para la precuela.

Como dice en el resúmen es la historia de amor de estos dos locos contada en primera persona por él, nuestro hermoso pez.

Serán dos capítulos y este es el primero, mañana subo el último.

¡Espero que les guste!

Disfruten.

No sé si realmente recuerdo cuando le conocí ya que apenas si pienso en mi niñez, sólo sé que si miro atrás él siempre ha estado ahí. ¿Siempre? Sí, siempre. Mi vida anterior a mi llegada al Santuario ni yo mismo la tengo clara, creo que se debe al consejo que recibí de Saga apenas llegué: No añores tu vida anterior porque nunca volverás a ella. Supongo que lo seguí tan al pie de la letra que hasta perdí mis memorias.
 
Es más, puedo asegurar que los recuerdos de mi vida comenzaron un día en que él hablaba conmigo. Un típico día en el Santuario, con los extenuantes entrenamientos a toda hora, el cansino calor griego y el dolor en el cuerpo que jamás cesaba. Saga nos vigilaba a Shura y a mí en el ejercicio de ese dia y yo descansaba sentado en una roca mientras veía a mi compañero ser reprendido.
 
Shura era demasiado terco como para que algo bueno saliera de sus entrenamientos. No sabía tomarse un necesario descanso en las prácticas y se dedicaba a intentar cortar todo con su mano, columnas, rocas, troncos... sus tonterías le habían costado su mano derecha que de momento no podía utilizarla, se encontraba totalmente lastimada. Yo lo veía como a un tonto, ahora quería mutilarse la izquierda. Acababa de quebrarse un dedo.
 
— Basta. Lo haces mal, así no conseguirás que tu puño sea una espada. Tienes un dedo fracturado.
 
— ¡No importa mi dedo, tengo otros nueve!
 
— Un santo manco y discapacitado no sirve, se acabó.
 
Yo sólo reía de como Saga lo reprendía, los fracasos de Shura eran muy divertidos.
 
Estaba tan entretenido que no me había percatado que Deathmask estaba sentado a mi lado. Siempre he tenido curiosidad de saber su verdadero nombre pero él nunca me lo dijo, sólo me aclaró que se debía a algo doloroso de lo que no pensaba hablar.
 
Para mí los descubrimientos que hacía sobre él eran sorprendentes, era demasiado rígido e intimidante aún para nuestra corta edad pero de vez en cuando, muy de vez en cuando podía ver en él una pizca de su corazón.
 
¿Tenía realmente corazón? Quizá nadie más que yo haya pensado que lo tenía y quizá ese era el motivo por el cual los demás no podían llegar a su alma, porque no se tomaban el tiempo de intentar conocerlo. Yo comencé a concerlo de verdad desde ese día.
 
— Saga me tiene harto, es un incapaz.
 
Me giré para mirarlo a la cara. De pequeño admiraba mucho a Saga, me parecía un buen instructor y no lo concebía como alguien "incapaz".
 
— ¿Incapaz?
 
— Sí, incapaz. No tiene carácter.
 
Miré a Death con incredulidad.
 
— Saga tiene el carácter más fuerte de todos los soldados que he conocido —le repliqué seguro, y fue su aclaración siguiente la que me abrió los ojos.
 
—  No es cierto, quienes son realmente de carácter fuerte no temen y él vive muerto de miedo.
 
— ¿Miedo a qué?
 
— A todo, sobretodo a mostrar como realmente es. Comenzando con que es falso como el que más y siempre busca ser la honradez personificada cuando no lo es. Los lobos son lobos y los corderos corderos por más que se pongan la piel de otro animal.
 
Ese comentario fue el que hizo fijar en Death mi interés. ¿Un niño hablando de esa manera? Eso no se ve todos los días, mejor dicho, nunca. Ese es el primer recuerdo conciente que tengo de él, el recuerdo del momento en que llamó mi atención.
 
Esa pequeña charla hizo que me interesara tanto en él que comencé a hacer lo posible para que mis instructores me dieran permiso de practicar juntos, por suerte tuve éxito y de vez en cuando entrenabamos y aprovechábamos a platicar.
 
Yo aprendía de él, porque sí, Death era un niño pero sabía mucho.
 
Nunca quiso decirme de donde sabía todas esas cosas que me contaba, lo cual sólo servía para acrecentar más y más mi conexión con él porque él era todo un misterio, y a todo el mundo le atraen los misterios. Deathmask sabía de memoria algunas de las grandes obras de los poetas antiguos, conocía de historia y geografía, y tenía una mente completamente avanzada con pensamientos realmente complejos.
 
Hasta el día de hoy me pregunto si en realidad no sería un genio que desgraciadamente pasó a ser un guerrero en vez de un afamado científico o un profesor de renombre.
 
Él me enseñaba a comprender actos y sentimientos. Aprendí que no todo es blanco o negro y a no juzgar las malas acciones o malos sentimientos de los demás, porque todo, aún así sea la más retorcida de las acciones, podía tener una justificación.
 
Todo eso que a cualquiera le hubiera parecido monstruoso a mí me encantaba, me demostraba que Deathmask era una persona realmente sensible. Yo no veía la sensibilidad de la manera superficial con que la ve la mayoría de las personas (es decir; bueno = sensible, malo = insensible) sino al contrario. Porque para ser bueno no se necesita mucho, en cambio para ser <<malo.>> sí, ya que las personas que suelen ser catalogadas como <<malas.>> son en realidad las más sensibles de todas. Lo sé por experiencia.
 
Las personas <<malas.>> por lo general son personas tan terriblemente dañadas que cometen actos desagradables para la mayoría. Pero nadie se para a mirar el trasfondo de esos actos, sino el acto en sí y juzgan. Por eso yo jamás juzgué a Deathmask por sus actos de crueldad ni por sus crímenes, siempre he entendido que un profundo dolor puede derivar en rencor y el rencor lleva a la violencia tarde o temprano.
 
¿Cuál es el motivo de su dolor derivado en <<maldad.>>? Yo no sé eso y tampoco necesito saberlo. Me alcanza con saber que esos sentimientos que tanto lo dañaron han disminuído con el tiempo.
 
Ahora bien, como yo comencé a abrir mis ojos a través de los suyos, como él me enseñaba y yo aprendía, tuve que obligar a mi mente a recordar mi día a día. Tenía que memorizar sus enseñanzas, ya que me sentía completamente identificado con lo que me decía. Nunca he sido una persona fácil de impresionar, al contrario, estoy acostumbrado a impresionar yo a los demás, pero no sé porqué todo en él me dejaba asombrado.
 
Quizá ese es el motivo que me hace amarlo tanto, porque aún años después de haberlo conocido sigue impresionandome como en aquel tiempo. Sigue siendo un hombre con un magnetismo bestial y una mente rápida y certera de convicciones inquebrantables.
 
También eso era algo que yo necesitaba en mi vida y en él lo encontré: alguien inquebrantable que me enseñara a tener carácter de verdad. ¿Qué es el carácter? Yo creo que es una férrea aceptación del verdadero amor propio y la soberbia que todos tenemos.
 
Porque la verdad es que sin soberbia no hay carácter y cuando todos lo acepten el mundo será un lugar más honesto. Deathmask me enseñó eso, no importa lo mala persona que seas, siempre te respetarán si tienes carácter y el respeto no es lo mismo que el miedo. Esas fueron mis convicciones básicas y en base a eso me hice fuerte.
 
Nadie creía que con mi delicada apariencia pudiera conseguir algo. Sin embargo, cuando volví de Groenlandia con mi título de Caballero de Piscis y noté las miradas que reconocían haberme juzgado mal como un inútil, me sentí poderoso. Recuerdo como Deathmask me miraba con mucho respeto, si él me respetaba entonces ya lo había logrado, había forjado mi carácter. Siempre me he sentido superior al resto pero eso fue lo que terminaría por subirme el ego.
 
Él siempre adoró mi ego y me lo recordaba mucho de joven.
 
Mi narcicismo le encantaba porque no dependía de los cumplidos de nadie, bastaba con que me viera al espejo para sentirme el ser más perfecto en esta tierra.
 
— Tu belleza es sublime. Que tonta es la gente si cree que necesitan halagarte, tú te bastas para halagarte solo —me dijo en una ocasión.
 
Recuerdo muy bien la primera vez que nos acercamos como algo más que amigos. Todo comenzó cuando juramos lealtad al verdadero Saga, a ese que se escondía en su interior y que por fin había podido salir. Nosotros nos alegramos por él y sin duda le seguimos. Al fin vivía como lo que realmente era, un alma oscura.
 
Ese día, luego de nuestro juramento, se acercó a mí como nunca lo había hecho antes y me tomó la mano.
 
— Me gusta que nunca dudes —me dijo.
 
Entonces me dedicó por primera vez una verdadera sonrisa, esas que sólo yo he visto. Una sonrisa absoluta que me hizo caer a sus pies. Desde ese momento viviría para complacerle, esas sonrisas serían mi todo. Luego de eso sólo nos acercamos más y más hasta que nos dimos nuestro primer beso.
 
Fue apenas unos meses antes del asesinato de Aioros. Estábamos comiendo sentados tras una columna e inventando chistes. Él me contó uno que me hizo reír mucho y me manché con comida, me observó unos momentos, me sonrió y se acercó a limpiar mi cara con su camiseta. Yo no le presté atención y cuando giré mi cara para verlo me besó, yo le devolví el beso y rozamos nuestras lenguas un momento, luego seguimos comiendo. Fue mágico.
 
He de admitir que éramos niños bastante precoces por lo que nuestra sexualidad se despertó bastante temprano. Sobretodo yo que desde muy joven comencé a sentirme atraído por la belleza física: comenzando por mis compañeros dorados (de pequeño me gustaban todos), por mis maestros, por las amazonas... Yo no hacía distinción, hombres y mujeres me gustaban por igual. En tanto, Deathmask se sentía sumamente atraído por alguien con quien no sólo compartiera su forma de pensar, sino que le siguiera y aprendiera de él. Además de mi exultante belleza, porque tener en su poder a una criatura de semejante hermosura le hacía sentirse orgulloso. Estábamos adelantados a nuestra edad.
 
Quizá comenzó todo como una extraña relación de aprendizaje por medio de juegos de poder y deseos típicos que se despiertan cuando comienzas a dejar de ser un niño. Pero era algo mucho más serio de lo que cualquier otro niño de nuestra edad —incluso otro santo— pudiera vivir.
 
No recuerdo que ninguno de nuestros compañeros hayan sido como nosotros dos siendo preadolescentes. Nosotros éramos unos locos que disfrutábamos la crueldad y nos echábamos miradas lujuriosas desde lejos.
 
Con esas cosas descubrimos juntos lo poderosos que podíamos ser. Nosotros no éramos como los demás: no teníamos la fuerza física de Aldebarán ni éramos virtuosos entre los virtuosos como Shaka, pero poseíamos los cerebros mas duros y el temperamento mejor formado de todos los santos dorados. No dudábamos, no sentíamos culpa, hacíamos lo que teníamos que hacer sin chistar y nos veíamos realmente adorables. Unos niños lindos que eran máquinas de matar: sigilosos, fríos y confiables. Por eso éramos los predilectos de Saga, él ordenaba y nosotros lo hacíamos.
 
Fue así que ayudamos a despertar aún más al verdadero Saga, tenía demasiado talento y poder, así que le ayudamos a ser más fuerte mentalmente, él no podía permitirse ser débil. Me saca una sonrisa aún hoy el pensar como lo manipulábamos tan discretamente, pobre Saga. Lo convencimos de hacer muchas cosas (entre ellas matar a Aioros), pero tampoco nos propasábamos porque no éramos tontos y con un caballero de semejante poder no se podía andar jugando.
 
Aunque extrañamente todo sirvió para algo bueno, esas cosas le ayudaron a Saga, ¡vaya que sí! Quiera o no, si hoy en día tiene el temple que tiene es gracias a nosotros, porque cuando le concimos no tenía ni la mitad del carácter que tiene ahora.
 
Luego de la muerte de Aioros y satisfechos por lo dividido y roto que estaba el Santuario, comenzamos a perder ese miedo a lo que Saga pudiera pensar o hacer. Él confiaba plenamente en nosotros y si cumplíamos sus ordenes nos dejaba hacer lo que quisieramos. Eso nos hacía felices. Nos besábamos y nos tocábamos cada vez que teníamos oportunidad, pasábamos los días riéndonos de Aioria (como todo el Santuario) y buscando el punto débil en la mente de todo el mundo.
 
Eso era otra cosa que Deathmask me había enseñado, buscar el punto débil en los sentimientos de la otra persona.
 
— La debilidad física no es tan importante, la debilidad mental lo es más —eso me decía. Y me aconsejó no mostrarme nunca débil para que nadie pudiera aprovecharse. Si no te muestras débil no tienes debilidades.
 
Ahora que lo pienso, creo que si alguno de nuestros instructores se hubiera enterado de nuestros ideales y las cosas que hacíamos entre nosotros habrían puesto el grito en el cielo... grito que el Saga que nosotros queríamos habría acallado de un solo golpe.
 
Fue también por Saga que nos alejamos. Deathmask y yo habíamos seguido con nuestras vidas juntos por toda nuestra adolescencia temprana. ¿En calidad de qué? No lo sé, supongo que de chicos curiosos por sus cuerpos.
 
A eso de los quince me acosté con él por primera vez y seguimos haciendo el amor durante un tiempo hasta que Death se enteró de una pequeña travesura que yo hacía: me gustaba espiar a Saga cuando se bañaba. Era algo que venía haciendo hacía años, creo que hasta fue el primer cuerpo desnudo que vi. Eso le molestó muchísimo. La verdad, yo nunca habría pensado que aquello le podría dar celos pero así fue y se alejó de mí.
 
No hacíamos el amor, casi no hablábamos y de discutir sobre el tema mucho menos. Ni siquiera supe nunca como se enteró que yo hacía eso, el tema era que lo sabía.
 
Yo no entendía el motivo de sus celos y su enojo, ni siquiera miraba a Saga de manera sexual y se lo intenté explicar un par de veces. Lo miraba porque tenía un cuerpo sin igual y la belleza física siempre me ha parecido fascinante, era mi perdición.
 
Lo divertido era que guardábamos tan bien nuestra amistad/romance secreto que cuando nos alejamos nadie se dio cuenta. Cualquiera en el Santuario habría citado a Shura como amigo de Deathmask antes que yo, es más, dudo que alguien creyera que siquiera hablábamos más allá de las formalidades.
 
Creo que Deathmask comenzó a mostrarse públicamente como amigo de Shura simplemente para darme celos. Nosotros tres siempre habíamos tenido trato pero sólo en secreto, primero porque por lo general hablábamos de las cosas que hacíamos y no eran cosas buenas, segundo porque nos aburríamos de estar sólo los dos y nos entreteníamos invitandolo a tontear con nosotros.
 
Ni a Death ni a mí nos caía realmente bien. Shura era demasiado sensible, era aún peor que Camus. Ambos vivían —y siguen viviendo— con una máscara de disciplina y frialdad. Nosotros veíamos eso y no nos gustaba. Nuestras máscaras eran perfectas y las suyas se caían a pedazos, sobretodo la de la pobre cabra.
 
Estoy seguro que si hubiera querido podría haberle roto el corazón a Shura, ya que sus debilidades comenzaron a resaltar demasiado luego de haber asesinado a Aioros. No lo hice jamás, no por él sino por Deathmask, por respeto.
 
Si yo hubiera ridiculizado a Shura, si lo hubiera hecho llorar, Death no me lo hubiera perdonado nunca. Lo habría dejado expuesto como amigo de un ser débil y eso no lo podía permitir. Esa lealtad siempre estuvo por encima de todo, la imagen primero y nuestros problemas en privado.
 
Simplemente me callé todo y los observé. Lo veía con Shura aquí y allá hablando y con su típica sonrisa cínica en el rostro. Al menos eso me servía de consuelo, no le sonreía a él como me sonreía a mí. Sus sonrisas para mí eran abiertas, puras y sinceras sin una pizca de burla.
 
Pasado el tiempo cumplí los diecisiete, había esperado mes tras mes desde que Death se había alejado de mí y ya casi hacía un año y medio de eso. Yo esperaba que él se acercara pero no reaccionaba, no hacía nada. Seguía pavoneandose con Shura por todas partes y casi no me hablaba. ¿Acaso esperaba que le pidiera perdón por espiar a Saga? ¡Pues qué equivocado estaba! Yo no iba a pedirle perdón por semejante tontería, nunca me he disculpado por algo de lo que no estuviera realmente arrepentido. 
 
¡No quiero ni imaginar como habría reaccionado si supiera que no era Saga al único que espiaba! Espiaba a todo el mundo a decir verdad y así fue que un día me conseguí un amante.

Notas finales:

Es la primera vez que escribo en primera persona xD espero que no me haya salido tan mal.

Cuéntenme qué les pareció si no es mucha molestia, amo sus reviews.

Y por cierto, adelanto que estoy comenzando una nueva historia, es un original de suspenso basado en una historia real y se actualizará al mismo tiempo que Sentimientos Corrosivos.

Gracias por leerme, les mando un abrazo enorme.

- EtaAquarida.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).