Habían pasado meses desde que habían partido de la academia Cross, seis meses para ser exactos, la verdad, es que se arrepentía de varias cosas, no de haber matado a Rido, en realidad eso era su orgullo, si no, de hacer que lo siguieran las personas, o mejor dicho vampiros, pero, dándose cuenta hasta ahora, que no logro que le siguiera la persona más importante, y ahora que ya se daba cuenta deseaba volver al pasado, para poder darse cuenta desde antes de tal error, porque tal vez ahora, sería mucho más feliz de lo que ya era, pero lamentablemente no era así, aunque, tal vez, podría todavía intentar recuperar esa felicidad que se le había arrebatado, solo habría que tener que jugar bien sus piezas, ya que con eso lograría reunirse con su persona amada.
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Mientras tanto en la academia Cross, el director había salido a recibir a los nuevos estudiantes de la nueva clase nocturna, ya que después del incidente de hace seis meses, muchas personas, tanto vampiros como humanos, se habían opuesto a la convivencia pacífica entre razas, cosa comprensible, pero, hace tres o cuatro meses la academia había recibido ayuda de dos vampiros sangre-pura y de, para sorpresa de muchos, también Zero, el cual, después del incidente que había ocurrido con Rido había desaparecido, regresando meses después con una compañía muy particular, los cuales eran esos dos vampiros. Aun así, lograron traer la paz y la calma de vuelta y hacer que la academia volviera a funcionar con su propósito original, pero, para que este propósito fuera aceptado, la asociación y el consejo decidieron hacer unos cuantos cambios, los cuales, el consejo de ancianos y al asociación de cazadores, pensaban, y esperaban, que destruiría a la academia, pero no sucedió conforme lo planeaban, ya que estos cambios hasta la mejoro, causando varios disgustos en las asociaciones y mucha alegría en Cross, feliz de que todo estaba resultando bien, y para que negarlo, también en Yagari junto con otro cazador estaban felices, después de todo, sus personas importantes eran felices.
Y ahora mismo, Zero se dirigía con la nueva clase nocturna a los dormitorios de la luna, ya que dentro de una semana iniciarían las clases oficialmente, y era algo que muchos ya esperaban, ya que sería el inicio de una nueva época, la cual marcaría el inicio de paz que habría en el mundo.
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Mientras, en las sombras que se formaban por unos edificios en ruinas, unos seres no podían evitar reírse, la paz era un concepto demasiado arbitrario, y ellos serian los encargados de que todo por lo que lucharon los encargados de la academia, se derrumbara frente a sus ojos, demostrando lo ineptos que podían llegar a ser como supuestos salvadores y oradores de la paz.