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La maldición de los D por Vamp

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Notas del fanfic:

Todos los personajes pertenecen a Eiichiro Oda. Fanfic publicado hace un par de ayeres bajo el seudónimo de Vampsookie.

Qué dramático resumen que no dice nada xD

¡Me pidieron volver a subir este fanfic! Está inconcluso, no creo darle un final; llegué hasta el capítulo quince, más o menos dos tercios de la historia. Tengo mis razones para no terminarlo, así como no tengo obligación de dar explicaciones. ADV

Notas del capitulo:

¿Han notado que en los mangas tienen unas pequeñas tiras cómicas al principio de cada tomo? Pues de eso se trata esta pequeña escena xD No entra en el hilo argumental, los que hayan leído esta historia ya lo sabrán n.n

SANGRE, AMOR Y SEXO

 

—¡¿Por qué ya no quieres tener sexo conmigo?! —decir que reclamaba sería quedarse corto, lo suyo era un berrinche monumental.

—Porque eres un vampiro —contestó como si aquello fuera tan obvio que no requería explicación.

—¡Pero te gusta que te chupe la sangre! Pensé que te ponía.

—Me gusta, sin embargo tener sexo es otra cosa; eres un muerto viviente, técnicamente sería necrofilia.

—¡Tú abres a los muertos para sacarles las entrañas!

—Y aparte me pagan… trabajo en una morgue —acotó volviendo a la obviedad.

—¡Torao, quiero tener sexo! —exclamó. Estaba al tanto que ganarle una discusión a su pareja era casi tiempo perdido así que lo mejor era ir al grano.

—No se la voy a meter a un muerto, confórmate con el hecho de dejarme morder el cuello.

—Zoro dice que se ofrece para alimentarme —dijo haciendo puchero.

Law arqueó una ceja, no podía negar que ver a ese chiquillo con los mofletes inflados era realmente encantador; más que darle celos le entró unas tremendas ganas de amarlo.

—Luffy —habló. Al pequeño se le iluminaron los ojitos, solo lo llamaba por su nombre cuando estaba enojado o quería follárselo y por la forma en que lo miraba supo que era lo segundo.

El chiquillo se acercó a él y rodeó su cuello con los brazos; lo besó al principio con dulzura saboreando el varonil regusto de su pareja, cómo le gustaban esos labios en un momento tan delicados para luego volverse voraces.

—Estás frío —comentó el mayor al separarse, un tenue matiz de nostalgia envolvió su voz; su pequeño monito siempre había sido calientito, tibio al contacto de su cuerpo, sin embargo desde el cambio su piel se había convertido permanentemente fría.

—Pues caliéntame —respondió. Sus ojos se bañaron en una tonalidad carmesí y la mirada dejó de ser la de aquel chiquillo: traviesa, infantil, tonta, ingenua y libre; mientras la sed de sangre lo dominaba sus ojos solo transmitían hambre, necesidad y una malsana adicción al líquido vital. Una perversa sonrisa se dibujó en su rostro al tomar la cabeza de Law para inclinarla y dejar al descubierto el cuello, sin pudor alguno lamió la piel justo encima de una arteria y sus pequeños y extremadamente afilados colmillos crecieron; los dejó caer en el pedazo de carne rompiendo la piel y el músculo hasta llegar a su destino y comenzar a succionar con fuerza y frenesí.

Law cerró los ojos al sentir el agudo dolor; a veces ser mordido por Luffy era extremadamente placentero, otras tantas (como en esa ocasión) era por de más doloroso. Aunque en general le daba igual ya que jamás volvería a tener a su pequeño mugiwara, aquel chiquillo lleno de vida del cual se enamoró. Solo un poco abrió los ojos, cada que era víctima de la necesidad de Luffy se decía a sí mismo que no podía seguir así; acercó el cuerpo del pequeño al suyo, lo único a lo cual se aferraba era a los pocos momentos que aún tuvieran juntos ya que solo podía vislumbrar un futuro oscuro y sangriento. “¡Maldita sea!” pensó, cuanta frustración e impotencia llenaban su cabeza.

Luffy pudo sentir esos pensamientos, le llegaron junto a la esencia que robaba para poder existir. Se aferró con mayor fuerza a Law, no quería que se sintiera así y mucho menos quería ser la causa de esos sentimientos.

Law gruñó al sentir el cambio, el dolor había desaparecido y en su lugar una fuerte carga de excitación emanaba desde el punto donde se encontraban unidos. No pensó en nada más, cargó al pequeño y lo llevo consigo a la habitación; ahora la necesidad de Luffy también era suya.

Notas finales:

Gracias por leer.


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