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Business man.실업가 por ReedVIII

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Notas del capitulo:

I see u down.

Zapatos de marca negros. Un traje negro algo ceñido negro, de marca, uno de los más caros, aunque para él no, ésto fue un regalo, uno de sus miles de regalos. Bajo la chaqueta de éste traje una simple camisa blanca que dejaba ver levemente su pálido pecho. Sobre todo ésta ropa, había un saco negro reposando sobre sus hombros. Y sus azabaches hebras caían totalmente. Estar en una fiesta no era lo que Taemin tenía planeada para esa noche, pero los negocios primero, y ésta era una pequeña reunión de negocios. Aunque tampoco es como si hubiese tenido planeado algo para esa noche, pero nunca habían sido de su agrado esas reuniones, prefería quedarse en casa organizando sus cosas, o incluso en su oficina administrando todo, pero los eventos sociales no eran sus preferidos, nunca era así.
Él, siendo un hombre bastante importante, estar allí ameritaba su atención. Pero éso no significaba que lo tendría que disfrutar. Por eso era que estaba solo en medio de todo aquel innecesariamente gran salón, bebiendo de una copa de vino blanco. Le molestaban ésas reuniones, sólo era hipocresía pura, saludar a personas que no conocía por simple cortesía, escuchar de los planes empresariales de otros, no le gustaba. Llevaba más de media hora así en el mismo lugar, bebiendo de un par de copas que cada cinco minutos pasaba un mesero, repartiendo vino y uno que otro bocadillo a todos los invitados.
A lo lejos vió a Jonghyun, su mano derecha, y a Key, ambos dirigiéndose hasta los baños del fondo. Un poco más allá vió a Minho, quien se veía guapísimo con traje, pero eso no quitaba que fuera un asqueroso al seguir a la pareja, para seguramente hacerles compañía, qué asco.

 

— Señor Lee. — Escuchó a sus espaldas. Era DoKyung, un psicólogo. De los mejores, bien se conocía. Incluso en un momento de su vida pensó en que él podría tratarle. Taemin Asentió, volteándose hacia éste, y le regaló una sonrisa vaga, ésa propias de él, ésa que él mismo había creado para esos molestos eventos. — ¿Cómo está, señor Lee? Me han dicho que su firma ha crecido bastante.

 

— Sí, va muy bien, de hecho. Pronto invertiremos para tener una firma en Japón. — Añadió Taemin. Aunque sus palabras denotaban más 'emoción' que la que demostraba en sus palabras. Cualquiera estaría emocionado por eso, pero Taemin no. Él nunca había querido ser dueño de ésa firma, él quería ser pintor y bailarín. Pero al su padre morir y él tener conocimiento en todo ese rollo tuvo que hacerse cargo, para así terminar siendo el orgullo de mamá.

 

— Éso suena muy bien. Su padre estaría orgulloso. — Añadió el otro. Taemin frunció sus labios en señal de incomodidad, pero luego los devolvió a esa horrenda sonrisa. Taemin no había caído en cuenta, pero muy pronto ya habían otras cinco personas a su al rededor. Todas charlando entre ellas, las conocía a todas, ya era una rutina verlas. Leo, Hyoung, Amber, Jongdae, y. . ¿Quién era ése? Se notaba que Taemin no conocía al chico de traje negro, ya que dejó su mirada clavada en él, éso hizo que Jongdae reparara en ello.

 

— Oh, ¿no se conocen? — Inquirió el de sonrisa felina.

 

Ambos negaron. El azabache, dando un último sorbo a su copa hizo incapié de estrechar la mano con aquel hombre.

 

— Lee Taemin, 23 años. Dueño de una firma de abogados. — Relató a su menor. Porque parecía tener una cara de un niño, de 20 no pasaba. Seguramente le había pasado lo mismo que a él.

 

El otro le sonrió, pero lo hizo a diferencia de él, con una sonrisa genuina. A Taemin le pareció hermosa la forma en que con una pequeña sonrisa tantas hendiduras aparecieron por su rostro.

 

— Un gusto, señor Lee. — Prosiguió a estrechar su mano, con un fuerte apretón, el cual dejó a Taemin un tanto impresionado.— Jinki, Lee Jinki. 28 años. El contador más exitoso de todo Seúl.

 

— ¿28? — Taemin sonrió, dejando ver sus dientes. Ésta vez esa sonrisa no era falsa, pero era porque en verdad estaba impresionado. Se ganó toda la atención de Lee. Al caer en cuenta de ello carraspeó, y agachó su cabeza. — No parece de 28, señor Lee. — Argumentó, volviendo a su compostura.

 

— Y usted aparenta menos de 23.

 

— Me alegra no lucir tan viejo. — Habló. Ambos rieron. Sin haberse dado cuenta ahora estaban solos. Y por primera vez Taemin estaba en una reunión de negocios con una sonrisa y ojos brillantes. Regalándole un último sorbo a su copa la vació. Afortunadamente pasó un mesero con una bandeja con más copas. El menor tomó dos, y se le ofreció al otro, pero éste negó. Así que devolvió una de las copas. — ¿No bebe?

 

— No. Prefiero mantenerme sin alcohol, al menos por éstos momentos, señor Lee. Gracias. — Inquirió el de cabellos castaños.

 

— Así que, señor Lee, ¿Por qué no lo había visto antes por aquí?

 

— ¿Podríamos dejarnos de tratar con modismos? Seamos simplemente usted y yo, Taemin. — Aunque ésta vez no tuviese su apellido al frente, igual sonaba con formalidad. Taemin asentió. — Acabo de ampliarme hasta aquí, hasta Seúl. Vengo de Japón, aunque también tengbo algo en China.

 

— Oh, así que es japonés. — Dijo el muchacho. Por los rasgos que denotaba Taemin juraba que él era chino, pero japonés no estaba tan lejos de su idea.

 

— HAHAHAH. — Rió, incluso tuvo que cubrir su boca. Sus ojos se achicaron, parecíane estar cerrados. Taemin tuvo curiosidad, quiso saber cuántas arrugas se podrían formar en un solo rostro, y que sin embargo, se viera tan bien. Las hendiduras que antes tenía al solo dar una sonrisa quedarían como sólo un 1% comparadas con las que estaba viendo ahora. El otro volvió a hablar, pero sin borrar una sonrisa que daba arranque a miles de hoyuelos. Era extraño, al azabache nunca le habían gustado, sentía que un rostro se veía feo con ellas, pero ésta vez era diferente, no sabía por qué. — No, Taemin. Soy coreano. . Bueno, ya me debo de ir.

 

— Pero pronto será la cena. — Dijo el azabache, viendo como el castaño paró su caminar a medio metro de él. Le miró, y sonrió, así que siguió caminando. Taemin no sabía si seguirlo o no, pero terminó haciéndolo. Así que ya estando tras él, le replicó. — Pronto será la cena, ¿no se quedará?

 

— ¿No le parece aburrido quedarte? Tengo mejores cosas que hacer.

 

— Usted parece ser alguien muy ocupado, Jinki.

 

— El dinero no se hará solo.

 

— ¿En serio es coreano? Parecía chino.

 

— Y usted no pareces asiático. Pero al fin y al cabo, su padre tampoco lo parecía.

 

— ¿Eh? — No sabía de dónde había sacado el tema de su padre, y más aún, no sabía cómo conocía a su padre.— ¿Conoce a mi padre? O conocía.

 

— ¿En realidad no me recuerdas? — Taemin negó.— ¿Ni un poco? — Taemin volvió a negar.

 

— ¿Debería recordarle? Ni siquiera le conozco. — La fiesta era en el piso 16 del edificio, y ya estaban llegando a un ascensor. Jinki presionó el botón, y mientras esperaba a que las puertas se abrieran posó toda su atención en el Azabache.

 

— Pero yo sí lo hago.

 

— ¿Mh? ¿Qué dice?

 

— Lee Taemin, veintitrés años. Hijo de Lee Hooyung y Kim Yurahg. No tienes hermanos. Desde pequeño tienes hiperactividad y déficit de atención, tienes leves problemas del corazón por lo hiperactivo que eras antes. Aunque éso no te detuvo a querer bailar, en especial cosas líricas, tienes bastante movilidad en tu cuerpo, te sale natural. Aunque también te gusta pintar. Nunca creíste que eras bueno, mucho menos si tu padre te decía que estás perdiendo el tiempo. Pero en realidad tus manos son un verdadero milagro. Tu abuela te decía Taetae, por el simple hecho de que de pequeño no sabías pronunciar tu propio nombre y te llamabas a ti mismo 'Taeté', si bien recuerdo, sólo que ella volvió ese insípido Taeté en algo más lindo. Te gustaba más quedarte en casa de tu abuela que en la de tus padres, porque allí te sentías oprimido. Al morir tu abuela caíste en depresión, pero no fuiste tratado porque tu padre no quería un escándalo así en su familia, y tuviste que salir adelante solo. No te gustan las verduras, vegetales, ni frutas, a excepción de la manzana. Nunca tuviste amigos, sólo convivías por obligación con los hijos de las personas que visitaban a tus padres. Nunca tuviste novia, porque no te interesaba nadie, eras asexual, pero tus padres te creyeron homosexual. Aunque sí tuviste una que otra experiencia con otro chico. No querías adueñarte de la compañía de tu papá, pero te tocó. Y ahora sólo eres como una máquina. Haces lo que debes, das órdenes, acatas órdenes cuando debes. Ya sabes.

 

El ascensor llegó, y Jinki entró, pero Taemin se quedó perplejo, mirando a Jinki como si él fuera la cosa más horrenda de todo éste mundo. ¿Cómo era que un desconocido podía saber tanto de él? Sin embargo, el de apariencia china sólo esperaba a que el ascensor cerrara sus puertas, con sus manos tras su espalda. Taemin rápidamente entró, y justo cuando estaba entrando las puertas se cerraron, su abrigo estuvo por quedar atorado. Estando ellos solos en un lugar tan pequeño Taemin no se molestó en ocultar su enfado, o confusión.


— ¿Cómo es que sabes todo éso? — Dijo el chico, parecía reclamarle. Pero sin embargo, el ajeno parecía sereno, calmado, relajado. — Respóndeme ahora, o me encargaré de hacerte llegar a una puta cárcel por acoso.

 

— ¿En serio no me recuerda, señor Lee? — Fue lo único que respondió el otro, volviendo a los modismos que él mismo había querido apartar, pero sólo lo hacía para burlarse.

 

 

— ¡Joder, te he dicho que no, malditasea!

 

Ya Taemin estaba molesto.
Jinki, sin embargo seguía con esa sonrisa. Se acercó hasta Taemin y lo acorraló a una pared, tomando sus manos para evitar que éste las moviese, las colocó sobre él, y le dedicó una ladina sonrisa. Aproximándose un poco más hasta los labios del azabache pudo sentir en los propios la respiración tan agitada que tenía el otro, aunque aún así era cálida. Lo mordisqueó un tanto antes de besarlos un tanto, sólo por el simple hecho de que quería humedecerlos, para así posteriormente moverse con más rápidez sobre ellos, encajando muy bien en ellos. Taemin se removió, alzando su cabeza para apartar sus labios del castaño, pero aún así no tenía la suficiente fuerza de voluntad como para apartarlo. Sólo lograba zandearse un tanto y emitir vagos quejidos. Pero sin embargo, Jinki aprovechó ésta oportunidad para atacar el descubierto y pálido cuello del azabache, besándolo, y lamiéndolo, en especial en área en que se marcaba notoriamente la apetecible nuez del menor. Se dedicó también a morder un sinfín de lugares, y sorberle. Dejando unas marcas rojizas, que muy pronto se tornarían de un color diferente. Incluso el abrigo que cargaba Taemin sobre sus hombros cayó. Éste giró su cabeza, y abrió sus ojos por apenas un segundo, y se divisó a sí mismo en el reflejo del elevador. Alguien estaba comiéndole el cuello, un desconocido estaba comiéndole el cuello, y éso estaba mal, no estaba bien. Estaba mucho más mal su reacción; su respiración ya no era normal, y estaba rojizo. Sus prendas ya estaban desordenadas.

 

— Y-Yahg. — El jadeo que dió Taemin al final no fue lo que él quería, no fue la manera en que quería pronunciar aquello.

 

Jinki se separó, y soltó sus manos poco a poco, dejándolo libre después. Con su dedo índice limpió unos residuos de saliva en sus propios labios, y rió al notar el estado actual del azabache. Se acercó una última vez para arreglarle su camisa blanca y el traje. Luego se agachó para recojerle el abrigo, y colocárselo a cuenta nueva sobre sus hombros. Le arregló sus hebras, y le dedicó una última alegre sonrisa, como si nada hubiese pasado. Pero Taemin seguía aturdido, su rostro no era sorpresa, ni enojo, ni felicidad, ni nada. Era seriedad, seriedad mezclada con confusión.
Las puertas del ascensor se abrieron.

 

— Recuérdeme, señor Lee, por favor. Nos vemos.

 

Seguidamente, Jinki salió del ascensor, saludando a unas personas que ahora eran las que subían al elevador junto con Taemin, saludándolo, pero el aludido no les respondió, sólo se quedó observando al alegre chico que ahora saludaba a quien se le atravesara en el camino, en dirección a la salida.

 

¿Quién coño era Lee Jinki?

Notas finales:

Si siguen mi fanfic que es un jongho, 'en ausencia de angeles', les pido que me disculpen, estoy estancada, actualizo pronto, i promess it.

Pero mientras tanto les traigo éste detodounpoco, aunque más OnTae.

I see u later.


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