Killua
Oscuro, todo está tan oscuro en la habitación y tan callado, antes solía escuchar mis jadeos cuando lo hacía, mi respiración agitada por el entrenamiento y el cansancio, ahora se ha vuelto algo sumamente sencillo.
Puedo comenzar desde una pequeña chispa, siento como la diminuta corriente recorre mis dedos, ese cosquilleo tan familiar que me hace sentir seguro, y esa pequeña luz que apenas logra abrirse paso en la penumbra. O puedo dejar salir de una vez por todas todo el poder, cada uno de mis poros, cada milímetro de mi piel siente la estocada de la electricidad que irradia de mi ser, mi energía, que ahora llena la habitación con la luz de los relámpagos y la pequeña chispa se vuelve una tormenta, me siento seguro, no, más que seguro, me siento poderoso, pero también me siento distinto, como si no fuera yo.
Sé que debo detenerme, pero el poder se siente tan bien, he entrenado tan duro, ¿Por qué no dejarme llevar por esta sensación tan embriagadora?, ¿Qué me detiene? No puedo más, no pienso como yo, este no soy yo.
El sonido de la puerta, lo escucho a lo lejos a pesar de estar tan cerca y una voz borrosa… Me llama, pero no es la voz que necesito, esa voz no es suficiente para quedarme, no puedo seguir peleando, me desvanezco.
- ¡Hermano!, ¡Hermano!
La voz se hace más fuerte, sé que Alluka acaba de entrar en la habitación, ¿por qué no me detengo?, esto puede lastimarla, si pierdo el control de la electricidad Alluka podría morir. Tengo que parar, pero no quiero hacerlo. Yo…
- Algo, haz que Killua salga de ese estado.
- si…
Soy yo de nuevo, he vuelto a pensar claramente. Aún no puedo dominar mi poder, ¿Por qué?, maldición tengo años entrenando, y aun no consigo dominarme cuando estoy en ese estado de máxima energía. Siempre debo recurrir a Algo y Alluka para salir.
-Killua, ¿Estas bien?
-Ah, claro, gracias Algo. Pero les he dicho a ti y a Alluka que no me molesten mientras entreno, es peligroso.
-Si, Killua.
Alluka me llama hermano, Algo me dice Killua, eso no ha cambiado en todo este tiempo y a pesar de que Alluka ha madurado mucho, Algo parece seguir siendo el mismo de cuando éramos niños. Sus ojos siguen poniéndose llorosos cada vez que le hago una reprimenda. Debo ser amable, después de todo, si no fuera por ellas quizá ya no sería yo mismo.
-Algo, déjame hablar con Alluka un momento.
Algo mira al piso, está a punto de traer a Alluka.
-Oye, de nuevo gracias.
Sonríe esta vez. Sus ojos negros desaparecen para dar paso a los hermosos ojos azules de mi hermana. Quien después de una corta inspección a su entorno para orientarse, empieza a disculparse conmigo.
-Hermano, ¿estás bien? Sé que me dijiste que no interviniera, pero también prometiste que no volverías a entrar en ese estado, al ver tus ojos, tus ojos blancos, yo no pude… ¡Oh, Hermano!
Se lanza sobre mí, y se cuelga a mi cuello, es mucho más pesada ahora, y más alta, su cabeza queda justo por debajo de mi barbilla. Está llorando, lo sé porque puedo sentir lo húmedo de sus lágrimas sobre la piel de mi cuello, tiene una piel muy suave y su largo cabello negro cae hasta sus caderas, su cabello, su cabello que siempre me recuerda a Illumi.
Illumi, mis mejillas comienzan a arder al pensar en la cabellera de ilumi, en como cae sobre su espalda y la forma en que se balancea cada vez que se mueve, en como mis manos han acariciado tantas veces ese cabello…
Es suficiente, ahora no es momento para eso.
-Está bien Alluka, tienes razón, no debí intentar eso de nuevo, es solo que, bueno, pensé que lo había dominado esta vez. Por otra parte, a ti parece estarte yendo muy bien con Algo, creo que tienes total control ahora.
Las mejillas de Alluka han adquirido un tono rosado, está nerviosa, ofuscada y habla precipitadamente, no importa cuántas veces le haga cumplidos, ella siempre reacciona de esta manera.
-N…No..No es cierto hermano, aún tengo mucho que aprender de ti, mucho que aprender para poder serte útil.
Se calma repentinamente, parece que ahora hablará de algo serio.
-Hermano, eres increíble todo ese poder emanando de ti, tus habilidades como materializador son increíbles ahora, pero hace tiempo ya que no necesitas usar ni la mitad de tus poderes Nen, ¿por qué sigues entrenando tan duro?
-No quiero quedarme atrás Alluka.
Eso no era del todo cierto, en los últimos años me había separado de mis antiguos amigos, había centrado mi atención en proteger a Alluka y en mejorar mis habilidades Nen sin embargo, aun tenia contacto con varios de ellos, como Leorio, Ikalgo, Biscuit, y por supuesto Gon. Todos ellos habían entrenado arduamente, todos habían conseguido crecer y volverse más fuertes, mucho más fuertes. Yo no podía, no quería quedarme atrás.
Pero también había mejorado mis habilidades como un asesino, me había convertido en un hunter de la lista negra. Cuidar de Alluka no me permitía ausentarme mucho tiempo, debía estar con ella por si algo sucedía y para ayudarle a aprender de su poder y saber controlarlo. Así que me dedicaba a cazar criminales, investigaba sobre ellos, seguía sus pistas y luego los hacia morir de una forma que hiciera justicia, generalmente ganaba recompensas por ello, así que era algo bastante satisfactorio. Después de todo, la sangre Zoldyck corre por mis venas, soy un asesino innato.