Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Naranja y pastel por PsychoOnion

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Holaa!! ¡Es mi primera vez escribiendo una historia! Espero que la disfruten!~ :D

Hay mujeres de todo tipo; las hay inteligentes, tímidas, graciosas, serias, aburridas, lindas, dulces, calmadas, alegres, atrevidas, y muchas más. Todas me “gustan”, no en el sentido de tener a cada mujer que conozca como pareja, sino que siempre hay algo –aunque sea muy pequeño en algunas ocasiones- que me resulta muy atractivo de ella.

Para mi vergüenza, debo admitir que soy una persona bastante-por no decir demasiado- enamoradiza. ¿Mi debilidad? Las chicas lindas. Esas que con las que solo verla ahí parada basta para caer ante sus pies, esas que al sonreír y mirarte fijamente te dejan en “knock out”.

 No podría decir exactamente cuántas chicas han tenido un lugar en mi mente -no en un sentido obsceno o sexual, más bien que me gustaba verlas demasiado diría yo- , de esas hay tantas que me apeno de solo recordar; pero eso sí, solo una ha tenido lugar en mi corazón. Sí, suena tan cursi que me dan ganas de vomitar. Ella era morenita y un tanto bajita. Tenía un muy lindo cabello color azabache, lacio y largo. Sus ojos grandes, casi igual del tamaño de sus ojeras. Un cuerpo hermoso, tonificado y ondulado, como botellita. Sus labios pequeñ...bien…, me he desviado un poco. Algún día debería de tratar de escribir acerca de mi historia con esa linda morenita. A lo que quería llegar era que ella me hizo saber de qué trataba esa cosa rara llamada “amor”. Esta chica nunca me vió de la misma manera en la que yo lo hacía, pero la experiencia  ahora es un muy lindo recuerdo.

Como decía, me gustaría poder querer a una hermosa chica, y darle flores, chocolates o lo que le guste. Me gustaría hacerle cariñito y hacer que deje de estar enojada conmigo por algún error que cometí. Me gustaría pasar con ella y todas esas cosas que alguien hace con su novia.

 Después de pensar un poco en eso, he llegado a la conclusión que estoy enamorada “del amor”. Realmente no es que quiera a una chica en especifico, solo quiero querer a alguien ¿Me doy a entender? Y ese sentimiento no me gusta, me parece injusto para la persona que recibiría “mi cariño”, ya que no se lo estaría dando porque ella sea especial, sino que se lo estaría dando porque yo quiero dárselo a alguien.

-Uh…-dejo escapar un largo  suspiro de mis labios. Estoy sentada en una cafetería, tomando jugo de naranja, en lugar de café.-Gracias, aquí tienes tu propina- extiendo la mano, dándole unas cuantas monedas a la mesera.

-Te veo mañana- sonríe la chica.

Con mi jugo en mano camino hasta a la salida. El sol esta fuerte y creo que me quemaré un poco más de lo que ya estoy. Mi cabeza es siempre un desorden, millones y millones de cosas pasan por ella en cada momento, a veces me estresa de tanto que pien-

-¡Auch!- toqué mi frente, sobándola.  Arreglé mis lentes que se habían movido un poco debido al impacto.

-¿Qué te pasa? – gritó una extraña, notablemente enojada. – ¿Qué no ves al frente cuando caminas? Estúpida.

Al levantar mi vista y fijarme en la portadora de aquella voz- bastante molesta a mi parecer- mis ojos se encontraron con una chica un tanto masculina. Su cabello corto y negro, como si fuera un hombre. Estaba usando una camiseta color negro, una gran chaqueta  color verde musgo y unos jeans oscuros, que no le quedaban ni flojos ni apretados. Si no fuera tan grosera podría decir que se ve bien.

-Lo lamento, estaba pensando en algo-  mi voz sonaba extraña, parecía una combinación de pena y disgusto.

-Pues fíjate por donde pasas, tus piesotes me patearon mis zapatos- agh, que tipa más desagradable. Pero ciertamente tenía razón, sus vans (negros también) parecían nuevos.

-Si, lo siento –Me disculpe nuevamente.” Aunque yo también me golpeé la frente, pendeja.” Pensé, ¡Pero no! ¡No podía decirle eso! Pues al contrario de ella, yo soy un tanto más educada con la gente con la que tropiezo.

La maleducada chica siguió su camino hacia la cafetería de la cual yo acababa de salir.

 

                                                   *                                    *                                    *

 

-Buenos días-llevé mi mano a mi boca, tratando de impedir que el  bostezo que se asomaba no fuera tan notorio.

-Buenos días Ana, ¿Y eso, por qué estas tan temprano? –preguntó Sandra, una trabajadora de la cafetería. Generalmente ella es la que me atiende - ya que soy cliente muy frecuente de este lugar- y nos llevamos muy bien.

-Me toca  organizar la excursión  que tendremos la próxima semana. Como yo no sé nada acerca de esas cosas de organización, le he pedido ayuda a una compañera, y ella tiene libre solo por la mañana- decía mientras iba a sentarme a mi mesa favorita.

-Ahh ya. Ya te traeré tu jugo- La voz de Sandra es algo fría, en mi opinión. Ella es bastante inexpresiva, pero sea como sea es una increíble amiga. Sandra es una mujer alta, muy delgada –pero tonificada- , su cabello es largo y suave, y sus ojos son pequeños y almendrados. A veces me recuerda a una coreanita.

-Okay, okay –dibujé la mejor sonrisa que pude haber dado a esas horas de la mañana.

*Tilín, tilín * sonó la campanilla de la puerta, esa que avisa que alguien entra o sale del establecimiento. Mis ojos se posaron sobre la persona que acababa de entrar.

-Ugh… -siseé con desprecio. Era la maleducada chica de ayer. Recargue mi cabeza sobre mi mano, en la típica pose de alguien cuando esta aburrido; solo que esta vez yo estaba totalmente interesada. ¿Ella también viene constantemente aquí? La extraña se sentó en una mesa en la otra esquina  de la cafetería, alejada de la mía.

-Aquí está tu jugo-Sandra puso delante mío el vaso lleno del liquido pulposo.

-¿Quién es ella?- pregunté directamente. Debo admitir que me daba un poco de pena andar de “metida”. Aunque preguntar por una extraña no es tan anormal ¿o sí?

-¿Ella? –Mi amiga señaló justamente a la chica con cabello corto- Ella viene casi  todas las mañanas, igual que tú, solo que más temprano. Ahora la viste porque has venido antes de lo que acostumbras.

-Ahhh….y… ¿Sabes su nombre? - rascaba mi nuca. Mis ojos seguían viendo a la pelicorto. Estaba comiendo una porción pequeña de pastel.

-No. Casi no habla, su actitud hace que a nosotras no nos dé muchas ganas de atenderle- ambas  no dejábamos de ver a la chica- ¿Por qué quieres saber? –preguntó Sandra en tono pícaro. Ella ya sabía que yo le tiraba al otro bando.

-¡Ni me mires así! Solo pregunté porque ayer esa malcriada me respondió bien feo. –Me hice la ofendida- Choqué con ella por accidente y salió súper pesada. La tipa esa también tuvo la culpa, así que no tendría que haberse comportado así- crucé mis brazos, queriendo parecer  enojada, pero mi cara delataba que solo bromeaba.

-Aay si, ayyy si. Pobrecita Ana~ ¿lloraste?- ¡Sandra maldita! Me conoce bien- Bueno… hablamos después, tengo que ir a atender otra mesa- después que yo le respondiera con uno de mis representativos “okay” ella se alejó y siguió con su trabajo.

Ya hora que me fuera yendo. Terminé mi jugo de naranja y fui a la caja a pagarlo.

-Tenga – dijo una voz antes conocida. Oh si, era ella. A esa distancia y ya que la tenía a la par, pude apreciar los finos rasgos de su cara. Sus ojos café oscuros toparon con los míos. Tragué saliva, seguramente me iba a decir algo como “¿Qué me ves?”; pero no, solo giró su vista hacia otro lado, evitándome.

-Aquí tiene su vuelto señor-la cajera extendió su mano llena del dinero que tenía que devolver. ¿Señor? ¡Ja! Una traviesa sonrisa que no pude contener atravesó mi rostro. Ciertamente cualquiera pudiera confundirse al verla, pero si te fijas bien no cabe duda que es mujer. Es demasiado linda como para no serlo.

-Gracias- un tono que se me antojaba apenado salió de esos maleducados labios. La cajera hizo un mal movimiento y se cayeron algunas monedas, haciendo que el metálico sonido inundara el lugar.

Nos agachamos al mismo tiempo para recogerlas, aunque ella  logró tomar las pequeñas monedas antes que yo. Enseguida me levanté, pero al querer mirar de nuevo a mi alrededor todo me parecía tan borroso. Ah. ¿Pero, por qu... ¿MIS LENTES?!?! ¡NO TENGO MIS LENTES!

-Jajaja – una burbujeante y suave risa inundó mis oídos. Solo podía ver la algo borrosa sombra de colores que indiscutiblemente pertenecía a la chica de cabello corto. Al parecer se tapaba la boca con su mano hecha puño para evitar reírse más fuerte- Ten. Se te cayeron –extendió  sus manos y me dio mis anteojos. Su piel rozó brevemente con la mía, pude sentir su mano suave y tersa.

-Ah, jajaja. Gracias- dije luego de colocarme mis fríos y algo gruesos lentes.

-Debiste ver tu cara cuando te diste cuenta que no llevabas puesto tus anteojos. Fue muy graciosa.-dijo la chica con una gran sonrisa en su rostro, se le notaba divertida.

-Oye, que mala- arqueé una ceja, sonreí y me hice “la que acaba de ser insultada”.

-Pues sí, soy muy mala- tengo que reconocer que su sonrisa resultó ser muy sensual.

-*cof, cof* - la cajera carraspeó la garganta, nos habíamos demorado demasiado y la fila estaba larga.

-¡Lo siento!-dije apenada. Giré mi vista hacía la “ahora no tan maleducada chica”. Para mi sorpresa sus ojos oscuros también me estaban viendo. Movió su mano en señal de despedida y se fue. Ahhh~, que bonito. Una sonrisa algo tonta cruzó mi rostro. Para ser tan masculina es linda.

Tal vez  la juzgué un poco mal.

Notas finales:

Gracias por leer~ Me encantaría que dejaran un pequeño comentario xd

Espero leernos pronto! :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).