Parte 1
Sobre nosotros
Habían estado juntos incluso antes de nacer, ellos habían nacido para estar juntos… Su destino era ese y así había decidido vivir… Regía su vida bajo el sencillo principio de que él y su hermano eran dos mitades de uno solo… Por muy diferentes u opuestos que pudieran parecer al final del día eran gemelos y no había lazo más fuerte que ese en el mundo, o eso le gustaba pensar a él… Que por mucho que Armin se encerrará en su propio universo siempre habría un espacio para él ahí…
Desde que tenía uso de razón siempre había sido así, Armin se encerraba en su mundo, un mundo que era inaccesible para todos… Para todos menos para él, bastaba con un puchero… Una amenaza de ponerse a llorar y el pelinegro salía de su ensoñación para atenderlo… Para jugar un poco con él… Incluso de pequeño ya se prestaba a sus experimentos de cambio de imagen, de niños solo se tenían el uno al otro, antes de ser adoptados solía estar asustado todo el tiempo, temía que los separaran…
Al final habían corrido con suerte, habían conseguido un buen hogar, una pareja dispuesta a llevárselos a los dos, una pareja que les había dado un buen hogar, en ese entonces solía ser tan tímido, siempre detrás de Armin… ¿Cuántos años habían pasado desde entonces? Prefería no pensar mucho en ello prefería concentrarse en el presente ¿Cómo habían llegado a eso? ¿Cómo había llegado a masturbarse a la mitad de la noche en el baño de la habitación que compartían? ¿Cuándo había empezado a excitarse por su gemelo?
Se encorvó ligeramente hacia adelante mordiendo su mano para acallar sus gemidos mientras la mano en su miembro no dejaba de moverse ¿Cómo era posible enamorarse de su reflejo? Era tan extraño, estaba enamorado de su hermano… De su gemelo ¡Por amor a Dios! Enamorado… ¿Qué significaba esa palabra? ¿Realmente estaba enamorado? Sabía que no podía vivir sin él, sabía que estar con él lo hacía feliz y le producía un calorcito en el pecho que no sabía cómo definir… Pero eso había sido desde siempre… Siempre había querido como un loco a Armin… Armin siempre había sido su mundo, entonces… Lo único que había cambiado era ese repentino deseo sexual… ¿Cómo tenía que tomar eso? Tal vez solo estaba confundido.
Se encogió ligeramente sobre sí mismo al alcanzar el orgasmo manchando su mano, libero la mano que estaba mordiendo y suspiró echando la cabeza hacia atrás ligeramente con la respiración agitada, cerró los ojos y suspiró, lo que había hecho… Se estaba hundiendo en un mar de sentimientos confusos, normalmente se ocultaba detrás de su ropa y de su actitud alegre, pero en ese momento, a solas en el baño, podía dejar su frustración salir, ¿Qué esperaba de su hermano? Sabía que el pelinegro le amaba… Pero dudaba seriamente que del mismo modo que lo hacia él.
Suspiró pesadamente y empezó a limpiarse, se acomodó la ropa y se lavó las manos, en cuanto terminó salió del baño en silencio, miró su cama vacía y luego la cama en la que dormía el pelinegro, se mordió el labio inferior un poco antes de acercarse de puntillas a la cama de Armin y colarse entre las sábanas, el contrario gruño leve y abrió un ojo para mirarlo, lo oyó suspirar leve y recorrerse para hacerle espacio en la cama con él.
-¿No puedes dormir…?- se notaba que estaba más dormido que despierto, se acomodó mirándolo de frente, frente a frente, miró sus ojos, esos ojos que eran un reflejo exacto de los propios
-Lo siento…- ambos entrelazaron sus manos como cuando eran unos niños aún y tenían miedo por las noches.
-No cambias…- lo vio bostezar cerrando los ojos ligeramente y acurrucándose ligeramente con él, por reflejo junto su frente con la del pelinegro –Descansa Alexy…- susurró el otro sin alejarse
-Descansa Armin…- respondió cerrando los ojos también, al final ellos eran dos mitades de uno solo… Dos mitades inseparables…
A su lado conseguía la calma suficiente para pensar que sus sentimientos no podían estar del todo mal ¿o sí? Era como amarse a sí mismo ¿no? Si dejaba el deseo sexual fuera de la ecuación tal vez y solo tal vez no estaba tan mal como parecía… Poco a poco el sueño lo fue venciendo quedándose dormido frente con frente… Con las manos entrelazadas… Un sueño calmado y profundo, sueño que solo conseguía cuando compartía la cama con su gemelo…
La mañana los alcanzó antes de darse cuenta, el ruido de los despertadores los hizo abrir los ojos a la par, aunque Armin solo gruño y volvió a cerrar los ojos, otra mañana difícil… La historia de siempre, se talló los ojos con una mano antes de bostezar y tantear el buró junto a la cama para apagar el maldito despertador, escuchó ruidos fuera de la habitación una vez apagó el maldito ruido, suspiró y soltó el agarre que había mantenido con su gemelo y se sentó en la cama.
-Armin… Despierta…- lo movió por el hombro pero no obtuvo reacción alguna de su parte –Despierta que te beso si no te mueves…- lo amenazo en broma aun sabiendo que en lo más profundo sí que quería besarlo
-Oh cállate…- lo escuchó gruñir un poco mientras se giraba en la cama para tratar de seguir durmiendo, siempre era igual, Armin despertaba de malas hasta que podía hundirse en un videojuego… En su universo…
-Armin… Llegaremos tarde al instituto o peor aún nuestra madre entrará a despertarte…- canturreo saliendo de la cama y estirándose perezosamente –¡Me pido el baño!- anunció antes de salir huyendo al baño, estaba seguro que esas dos oraciones solo aumentarían su mal humor pero lo sacarían de la cama
-¡Alexy!- el otro también había salido de la cama pero él ya se había encerrado en el pequeño cuartito -¡Alexy! ¡No es justo! ¡Siempre tardas horas!- lo oyó gritar desde el otro lado de la puerta dando dos golpes
-¡Te dije que te levantarás!- abrió la llave de la regadera y suspiró un poco, la rutina de todos los días… A veces solo se tardaba por molestar… Empezó a desvestirse con calma, el pelinegro dio dos golpes más a la puerta antes gruñir algo que no alcanzó a entender
Se dio una ducha tranquila con agua tibia, Armin se quejaba de lo mucho que tardaba en el baño por las mañanas, pero siempre tenía en cuenta a su gemelo, se aseguraba de dejarle agua caliente… Se secó con calma y se arregló un poco el cabello frente al espejo, se detuvo en observar sus facciones, realmente eran idénticos… Lo único que realmente los diferenciaba era su color de cabello… Suspiró y conectó la secadora para arreglarse el cabello… Gemelos… Nunca pensó que un lazo como ese podría doler tanto.
Dos golpes más en la puerta, de nuevo Armin, ya había escuchado la secadora seguramente, suspiró, se acomodó bien la toalla antes de abrir con resignación, por ese día no lo molestaría demasiado, no estaba de humor en ese momento, estaba demasiado ensimismado en sí mismo como para pensar en eso… Solo reaccionó al verlo entrar semidesnudo al baño, los colores se le subieron al rostro de inmediato.
-¿Se puede saber qué haces Armin? ¿Acaso me estas provocando?- escuchó al pelinegro reír, por supuesto… Solo era una broma ¿no? eran hermanos…
-Somos idénticos… ¿Planeas excitarte solo?- hizo un puchero dramático dándole la espalda para seguir arreglándose, era cierto… Ellos eran exactamente iguales, no había siquiera un lunar que diferenciara sus cuerpos…
-Oh cállate…- susurró volviendo a encender su secadora, no pudo evitar espiarlo en el espejo del baño…. Gemelos, esa palabra se había instalado de forma permanente en su cerebro ahora.
No podía quedarse ahí comenzaba a sentir el familiar cosquilleo de la excitación en el sur de su anatomía, lo mejor era huir antes de acabar en una situación incómoda para sí mismo, no quería ser descubierto, salió tan rápido como le fue posible de ahí, amar… Tantos tipos de amor y él tenía que sentir el incorrecto… Amor sexual… Amor pasional… Que confusión sentía… Se sentó en el borde de la cama pensativo… No podía arruinar su relación con su gemelo… Con su única familia biológica.
-Porque al final somos uno…- susurro para sí mismo –Un alma en dos cuerpos… Dos entidades separadas que deben quedarse así…- suspiró y se levantó para empezar a vestirse con lo primero que sacó del clóset, al final cualquier cosa se le vería bien, ¿acaso solo a él le pasaban esas cosas? Le gustaba pensar que no era así…
Alguna vez había leído que existía algo llamado “amor genético”… Había leído una cosa extraña que decía que cuando dos familiares que no se conocían se encontraban tendían a enamorarse… Una cosa rara que encontró por casualidad una vez… Solía pensar que era estúpido pero ahora… Se arregló la ropa frente a un espejo de cuerpo completo, pero… ¿Por qué? ¡Con un demonio! ¿Por qué? Ellos habían estado juntos incluso antes de nacer, no tenía lógica…
Se dejó caer en la cama en lo que Armin salía de bañar, afortunadamente era casi tan tardado como él… ¿De qué se quejaba? Cerró los ojos un segundo, su madre aún no había pasado a verificar que ya estuvieran despiertos… 15 minutos completos antes de que el pelinegro saliera con una toalla enredada en su cadera, el cabello todavía ligeramente húmedo… ¿Así se veía el también cuando salía de la ducha?
-Alexy… ¿Hoy no me vas a escoger la ropa?- detectaba una leve nota de burla en su voz, no una burla cruel… Solo se escuchaba divertido con que esta vez no estuviera ya el conjunto sobre la cama
-Tonto… Creí que no te gustaba…- canturreo girándose para mirarlo descaradamente, que bien se veía… Mierda… Carraspeó un poco y se enderezó en la cama y se levantó para dirigirse al clóset… Armin siempre se quejaba de acompañarlo de compras o de que le eligiera la ropa y el corte de cabello… Pero sabía que en el fondo le gustaba no tener que molestarse con esas cosas
-Me da igual…- oyó el jueguito ese que siempre cargaba encenderse… ¿En serio? ¿A primera hora de la mañana? Gruño un poco pero sacó algo antes de arrojárselo
-Deja eso de una vez… Cada vez estas más en eso…- normalmente era solo drama… Pero… ¿Qué era esa sensación de malestar en el pecho? ¿Celos?
-¡Alexy! ¡Perdí una vida!- suspiró con frustración pero ya no dijo nada, al diablo con él… Al diablo con su jueguito…
-Mejor vístete de una vez…- volvió a suspirar sin poder evitarlo, le dio la espalda y respiró profundo, mantener la calma… Mantener la calma, escuchaba el roce de la tela… Miró de reojo, al menos se cambiaba rápidamente –Vámonos… Mamá no debe tardar en llegar a verificar que estemos vivos aún…- el pelinegro se puso a su lado y por reflejo se le colgó al cuello con una mueca dramática –Hazme caso~ no te metas desde temprano en el juego…- lo oyó suspirar
-Realmente eres incorregible Alex…- al pelinegro no le gustaba mucho la luz… Ni el contacto físico pero él siempre podía…
-Es tu culpa…- respondió aun encaprichado, al menos en apariencia, si… Tal vez podría quedarse en esa relación un tiempo más… Al menos siempre podría estar cerca de él.