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Mi mas egoista petición. por Rather be

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Entre la oscuridad, la escuchaba que estaba tosiendo, de nuevo, despues de unos segundos toda la habitacion se vuelve silenciosa.  La veo que se levanta del suelo no sin antes limpiar la sangre, se sostiene de la pared para volver a la cama.

Si me viera dispierta me diria que estaba bien y me besaria la frente como lo hacia ultimamente.

Contra todos mis impulsos permaneci acostada, fingiendo que dormia, esperando que volviera a mi lado. Siento sus debiles pisadas, y sus jadeos de dolor que reprime apretando sus labios. El dolor que solo a la oscuridad se lo muestra.

Una vez que siento un peso extra sobre el colchón, suspiro aliviada. Se acomoda, tratando de ni siquiera molestarme. Le dije que jamas lo haria, pero no hay caso, ella jamas cambiara. Me cubre con la sabana, y me acaricia.

Ella no dormía, desde hace tiempo ya. Sin embargo le encontraba el lado dulce y bueno a todo; durante aquellas largas horas en vela se quedaba observandome. A veces me hablaba,  pero otras simplemente lloraba en silencio, le juraba que me quedaria junto a su lado, despierta pero ella se enojaba, decia que tenia que descansar.

Durante mucho tiempo, luego de la noticia de su enfermedad simplemente nos quedabamos abrazabadas; horas y horas.

Hoy con un enorme pesar en el alma, dejo que pase su mano sobre mi rostro, delicadamente, casi como si tratara de grabarse mi rostro en paz.

Sin embargo era yo la que no podria vivir sin olvidar sus ojos… sus labios… su ser entero. Se negaba a que la viera así…decia que no es un buen recuerdo el que grabare y se reia, con sus lagrimas y angustia reprimida.

Me sentía mal contradiciéndola… pero no había forma de que pudiera dejarla ir sin mirarla, sin acariciarla, sin dejar de amarla hasta su ultimo suspiro.

Maldecia cada vez que la veia asi. Hasta el dia en que supimos que todo esto empeoraria. Estaba sufriendo y no había nada que pudiera hacer…

Se mueve un poco, mientras sujeta su pecho y vuelve a toser, finjo que aun estoy dormida. Pero estaba demasiado atenta a ella como lo estuve siempre, para evitar preocuparme por ella.

Me muevo inquieta, toma mi mano y la besa... estaba llorando… abraza mi brazo, recarga su cabeza en la almohada… mientras mira el techo de la habitación…

-Estoy bien, cielo. Estoy bien- susurra mientras abraza mi brazo en su pecho.

Esperaba verme dormida para llorar… no quería que lo hiciera… quería brindarle  seguridad… pero no la podía engañar, tenia miedo. Miedo a perderla.

A la mañana siguiente o unas horas después… la verdad es que no lo sé con exactitud…le acaricie su rostro de manera suave…de manera tierna… la acaricie con todo el amor que le podía ofrecer… Ella lo acepto… abrió sus ojos… lucia tan cansada… pero de igual manera me sonrío.

-Dime- susurra con los ojos cristalinos - ¿Como nos conocimos - me pregunta con una leve sonrisa.

Sabia como nos habíamos conocido… me habia dicho que era lo único de lo que no se olvidaría por mas que quisiera…pero estaba con ánimos, como para escucharme...

Le relate aquella vez en la que nos vimos en el bar de la ciudad vecina… ella había ido acompañada de sus amigas… y yo con los mios… hasta que en un momento de la noche nos cruzamos en la pista de baile… nuestros ojos se encontraron... no dude ante ella y ella tampoco lo hizo y bailamos toda la noche.

- Fue amor a primera vista- dije girandome para tenerla frente a mi.

-Dime…- me dice - ¿Quien beso a quien esa noche?- pregunta acercandose cada vez mas. Ella acaricia mi rostro.

-Fuiste tú…- No podía continuar aun sin que mis lágrimas cayeran… le tomo su delgada mano y le deposito en mi mejilla.

-¿Y no me detuviste?- Me pregunta curiosa… forzando una sonrisa. Ella empieza a hacer una mueca de dolor.

Me acerco mas a ella… mientras la ayudo a sentarse en la cama. ella deja descansando sus brazos a sus lados.

-¿Bromeas? Eras la chica mas linda que vi en mi vida ¿Cómo podría rechazarte?- dije secandole su frente sudorosa.

-¿Y Que hiciste luego?- me pregunta divertida.

- Bueno…Te bese un par de veces más y luego nos fugamos juntas…- Sonrio con gracia, con mis amigos habiamos quedado que no nos iriamos por mas grande que fuera la tentación...  Pero ella lo valia, merecia la pena perder todas las amistades... valia perder todo lo de este mundo, por verla feliz.

-Maldición si que eras traviesa…- me dice acercando su mano a la mia. Yo rapidamente la tomo.

-¿Quien no podría serlo…? me enamore de ti...- dije besando sus labios, ella me sonrie.

-¿Y luego?…- pregunta mientras de su nariz sale un poco de sangre. Alarmada le coloco un trapo para detener la hemoragia.

-Luego… me dijiste que te gustaba estar conmigo…- vuelvo a evitar que mi voz no suene ahogada, pero no lo logre.

- ¿Y?- me dice mientras toma ella el trapo con sangre.

- Y… no te pude dejar ir más- dije colocandole con trapo humedo en su frente. La temperatura estaba aumentando.

-Es la historia mas romántica que escuche nunca- dice mientras trata de sujetar mi brazo, al tiempo que busco la jeringa que los doctores me entregaron.

Ella niega con la cabeza, impidiendo que se la inyecte...

Me repetía día tras día de que ella se iria de todos modos. No importaba cuantas veces lo intentáramos.

Habíamos intentado todo… laser… quimioterapia. Toda clase de medicamento, que importaba vender cada uno de mis muebles para comprarlos. No habia deuda que me asustara, si la podia ayudar.

No quería sacarme de la cabeza la posibilidad de que pudiera estar a su lado…Envejecer juntas. Parecia que cada vez se volvia mas un triste sueño que un futuro posible.

Aun vivíamos juntas en una pequeña habitación… como cuando nos conocimos...

Recuerdo que en nuestros primeros años... fueron jodidos... nadie queria que una pareja de lesbiana estuviera cerca de su casa... serian indudablemente mala influencia para sus hijos... que estupides.

Marisa siempre tuvo un iman con los niños, habiamos hablado sobre eso hace tiempo ya... la adopcion era casi ilegal por parte de parejas como las nuestras.

De todas formas ya es tarde... La consume demasiado deprisa, el cáncer… como para pensar en otra cosa.

Mis miedos se hicieron realidad el dia en el que me preguntaba si ¿Debía dejarla en aquella clínica lejos de mi?. Me lo preguntaba todas las tardes mientras salia del trabajo y al llegar a casa verla que estaba sufriendo sola, no podía permitírmelo… la deje en manos de los médicos… la acompañe en cada una de sus operaciones.

Pero no bastaba, el cancer seguía despertándose en ella.

Lo combatimos por más de 10 años.

Hasta ayer cuando Marisa, vino y me dijo que la sacara de la clinica. Queria que dieramos un paseo. Obviamente no me nege, era la mujer que mas amaba. Haria lo que fuera, por ella.

Todas las mañanas iba hacia la sala donde tenía los restos de mi madre sobre un estante.

[Comienzo del recuerdo]

Ella habia sido la imagen mas cercana que tuvo Marisa de una madre… se querían demasiado… cuando la conoció por primera vez, me abrazo y nos alentó a seguir. Seguir juntas. ella nos quería, aun recuerdo todas las veces que venia para preparar algún budín o pastel de manzana cada vez que tenia tiempo. Fue un gran apoyo para Marisa.

Perderla demasiado deprisa tampoco estaba en mis planes… murió en un accidente automovilistico.

Mi madre se habia ido en un abrir de ojos, y sin decirlo en voz alta, me sentia muy sola. Marisa fue el mayor apoyo que recibi jamas.

La consideraba la persona mas valiente, y me sentia afortunada por estar a su lado.

Aunque hasta a los mas valientes le llega su momento de flaqueo.  Y una tarde del mes de Abril me demostró que Marisa no era la excepción.

 Marisa habia sido abandonada por su madre cuando habia nacido. Cuando estaba recuperándose una tarde de septiembre… me pidió… ¡NO!… me rogo de que viajáramos a buscarla. No recuerdo quien le dijo donde estaba o siquiera quien era, pero fuimos por esa mujer...

Recuerdo aquella tarde… Marisa estaba de pie con su bastón frente a la entrada de la casa… ya le empezaba a crecer el cabello de a poco...  todavia conservaba su pañuelo de seda de color salmon.

Su cuerpo vigoroso ya dejaba de ser aquel fantasma que la atormentaba. Empezaba a recuperar sus fuerzas. y estaba lista para enfrentar a su destino.

Al menos queria aparentar seguridad ante mi... y yo se lo permitia... ¿Como no podria permitirle que sea valiente?... que continuara, es lo que mas deseaba... es mi ultima esperanza.

Luego de la tercera llamada al timbre. Salió de una casa bastante pintoresca una mujer… era la viva imagen de Marisa, cuando la vio se detuvo, suspiro resignada y la hizo pasar…

Marisa me negó el ingreso.

La espere en la puerta hasta que la noche cayó… mi nerviosismo era evidente, las colillas de los cigarrillos, lo demostraban.  

Habiamos acordado de que no volveria a fumar... tambien habiamos acordado de que nada malo nos sucederia... pero miranos ahora...

Poco antes de que me llevara el siguiente cigarrillo a la boca Marisa sale cabizbaja. Estaba llorando.

-Ven… vámonos- la sostengo por el brazo y la ayudo a sentarse en el auto.

La mujer no salio a despedirla.

Era poco lo que soltaba sus labios temblorosos… Estaba destruida, su madre no quería saber nada de ella. Y se lo dejo en claro... ¿Como podia ser posible?... su propia madre dandole la espalda.

Desde entonces Marisa no volvió a ser la misma.

2 meses después el cáncer volvió… mas fuerte que nunca.

Me la estaba quitando de los brazos…  una noche no me reconoció y empezó a inquietarse en la cama.

La tranquilizaba mientras la tenía en mis brazos... pero no mejoraba...No podía ser posible. Era tan asquerosamente real el miedo que sentia que a veces me paralizaba... lloraba de impotencia; hasta que la senti abrazandome durante las noches, besandome... lamentandose... debia permanecer fuerte por ella, pero ambas temiamos lo peor.

[Fin del recuerdo]

Al lado de la cenizas de mi madre... Sobre ese mismo estante habia un corazón de Cristo… me arrodille frente a él. Como lo hacia siempre… y recé.

-nunca fui de pedirte nada- dije en voz baja mientras apretaba mis manos entre si. -Pero por favor… déjame ser egoísta por una vez en mi vida… ¡no me la quites!por favor ¡no te la lleves!- eleve mi voz.

-entiendo toda esa estupidez de que las buenas personas no sufren… pero ¡Ya basta!.. No quiero que te la lleves… déjamela aquí… la cuidare...Te lo pido… al menos llévame a mí también, no quiero quedarme aqui, sin ella- me recosté en el piso llorando tapando mi boca para que mis gritos de dolor no la despertaran.

Pasaron un par de horas hasta que vuelvo a aquella habitación. La veo durmiendo, recostada en aquella horrorosa cama.  Me recargo en el marco de la puerta.

-¿En qué piensas?- me pregunta aun con sus parpados cerrados... le encantaba atraparme mirándola en silencio.

 - Pienso que debería besarte- le digo mientras fuerzo una sonrisa. Ella abre sus parpados y me regala la sonrisa mas dulce.

-Deberías hacerlo… no pensarlo- me acerco a sus labios… estaban tan fríos -no lo pienses… sino el miedo te paralizara-susurra sobre mis labios.

-No tengo miedo- Digo frunciendo mis cejas…Ella me mira con sus ojos claros que tanto me gustan y levanta su ceja divertida.

-Bien… puede que tenga miedo- digo mientras desvío mi mirada- tengo miedo de perderte- susurro eso ultimo.

-Tontita… no me perderás… siempre estaré aquí para ti- dice señalandome el pecho.

-eres una de las romanticas, mas cursis que existen- digo mientras tomo su mano temblorosa.

-lo sé, pero aun asi me amas- me dice mientras se acerca ahora para abrazarme… trata de disimular una mueca de dolor al levantar sus brazos.

-No deberías hacer esto…-me interrumpe, me besa de manera agresiva. Cierro mis ojos. Disfrutando el momento, pero siento sus labios estaticos… con gusto a sangre. Abrí grande mis ojos y ella… ella estaba quieta... en mis brazos… quería pensar de que estaba dormida… que se despertaría, sacudí su cuerpo con desesperación mientras la llamaba, pero no respondia, no importa cuanto llorara por clemencia, no importa cuanto le prometa. Ella no volveria.

En ese instante yo tambien mori, mori de tristeza al ver partir al amor de mi vida.

Fin.


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