Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Las dudas de Damian Wayne por Nero Sparda

[Reviews - 40]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Esta historia ya ha sido publicada en mi cuenta de Wattpad bajo el pseúdonimo de Anaxkolasi

Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen, sino a DC Comics

Allí estaba nuevamente, contemplando el amanecer tendido sobre la cama sin poder dormir, su cuerpo no quería cooperar, no sólo los parpados negándose a cerrarse para brindarle descanso bien merecido tras las largas jornadas patrullando, sino “esa” otra parte de su anatomía tan dura que dolía. ¿Es que acaso estaba enfermo? No tenía fiebre ni otro malestar salvo el sudor cubriéndole la frente y las mejillas ruborizadas, un cosquilleo extraño en el bajo vientre, a veces extraños sueños demasiado vividos, pero no había rostros ni formas, sólo…eso. Amanecía así.

Damian bajó la mirada, apartando las sábanas e incluso su pantalón pijama, intentando confirmar lo que ya sabía. Sí, otra vez se encontraba con “ese” problema apuntándolo de forma acusadora, como si tuviese la culpa pese a no conocer las razones exactas por las cuales terminaba así. Dolía y se sentía avergonzado, definitivamente evitaba preguntar a Bruce sobre ello, era su cuerpo, un asunto privado, además el hombre solía estar ocupado y no era un tema que pudiese sacar a colación mientras patrullaban. Tragó duro, deslizando una temblorosa mano entre sus muslos hasta llegar a la fuente del problema, ya antes había comprobado que se sentía bien el roce suave contra las sábanas o sus mismos pantalones, sólo el orgullo le impedía tocarse para "conocer" aquella anomalía. Entonces, justo cuando juntaba valor, la puerta de su habitación se abrió con un estrepitoso golpe y Richard Grayson entró, sonriendo cual idiota pese al gruñido molesto de Titus al lado de la cama.

— ¡Buenos días Damian! ¿Ya estás despierto? Pensaba en tener algo de entrenamiento matutino.

Lo hizo a propósito el muy bastardo, quería despertarlo, seguramente para enfadarlo. Damian ni siquiera podía alcanzar la espada o alguna cosa que arrojarle, tenía una mano atrapada en sus pantalones y la otra aferrando las sábanas como si su vida dependiese de ello.

— ¡Sal de mi habitación Grayson! ¡Te mataré si no lo haces!

—Te dije que diría eso...

Otra voz se escuchó en el pasillo, Tim, el idiota menor parecía estar aún somnoliento pero eso no tranquilizó a Damian, sólo quería decir que habría más testigos de su "asunto privado".

—Tt...Idiotas. Fuera.

Se encogió cuando Dick desobedeció su orden e hizo exactamente lo contrario.

— ¿Estás bien? No has intentado matarnos, ¿amaneciste enfermo? ¿Te duele algo?

Claro que le dolía, al parecer no había bajado nada pese a encontrarse contrariado por visitantes inesperados.

— ¡Les estoy dando la oportunidad de salvar sus vidas! ¡Fuera!

Tim se asomó mostrando curiosidad, pese al cabello alborotado y el rostro sin lavar presentaba un aspecto analítico y Damian tembló intentando lentamente sacar su mano de los pantalones, si Dick no se daba cuenta él sí lo haría.

— ¿Tendrá fiebre? Está rojo, tal vez debamos llamar a Alfred y avisar a Bruce.

Damian quiso golpearse la frente o bien golpear al idiota por sugerir algo que le dejaría en una situación sumamente peor.

— ¡No quiero a nadie más aquí! ¡Estoy perfectamente bien! ¿No puede uno tener privacidad en su propia mansión?

Dick arrugó el ceño, Damian pensaba seriamente mandar a Titus contra ellos.

— ¿Estás escondiendo algo?

Negó pero ya era tarde, ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar cuando su "hermano" mayor apartó de golpe las sábanas, dejándolo expuesto, dejando la molesta erección marcándose en su pantalón pijama cuando pudo sacar la mano de este. Dick se quedó petrificado, el tiempo pareció avanzar más lento en esa habitación. Notó a Tim observando, ruborizándose y luego saliendo al pasillo para brindarle, tardíamente, privacidad. Damian sólo encogió de hombros intentando cubrir lo que los dos Robín habían descubierto ya.

—Oh...

Dick siempre tan elocuente.

—Grayson...

—Ah…si, si, entonces te dejo para que acabes eso…

Estaba a nada de marcharse, azorado, cuando Damian encontró nuevamente su voz entre toda aquella vergüenza. Tenía el rubor hasta las orejas y hablaba con los dientes apretados, intentando verse seguro e indiferente cuando realmente quería esconder la cara eternamente bajo la cama.

— ¿Cómo se supone que lo haga…?

Dick volvió el rostro muy despacio, no le veía a los ojos sino más bien a través de él.

—Pues ya sabes…usas tu mano…ahí…mueves un poco y…ya…

— ¿Podrías dejar de tartamudear como un retrasado? Tú también las tienes, ¿no? Explícame.

Escuchó una risa ahogada desde el pasillo y supo que Tim aún no se marchaba, quizás queriendo enterarse del chisme completo o burlarse de sus desgracias matutinas. Lo mataría, más tarde cuando pudiera salir. Esta vez incluso Dick le hizo un leve gesto suplicante, tal vez reclamando ayuda que el menor rechazó otorgar, al menos eso dedujo del dialogo silencioso compartido entre ellos.

—Yo…no creo ser la persona adecuada, ¿y Bruce? Deberías preguntarle.

—Tt, ¿puedes hablar sobre tangas de encaje y no puedes simplemente explicarme esto?

Ahora los colores se le subieron a Dick, sus ojos entrecerrados le sostuvieron la mirada durante un rato antes de apartarse. Tim seguía riendo en el pasillo.

— ¡Esos son asuntos privados Damian! ¡No deberías escuchar conversaciones ajenas!

— ¡No las escucharía si no hablases tan alto al teléfono y en todas partes!

Comenzaba a enfadarse realmente, ¡él había irrumpido en su habitación y ahora salía huyendo como la vil gallina que era ante una simple pregunta! ¡Dick había provocado todo ese desastre!

—Sólo digo que Bruce debe hablarte sobre sexo, no yo, no soy tu padre. ¿Qué Talia no lo incluía en su educación psicópata?

Damian negó despacio, ignorando aquel último comentario. Su madre sólo había enfocado cada gramo de energía en volverlo el arma perfecta, un asesino eficiente, la educación sexual quedó relegada al progenitor ausente o bien al descubrimiento por su cuenta.

Así que el asunto iba de padre a hijo, estaría perdido si cogía a Batman tan desprevenido como a Grayson.

—Dale la charla y ya, yo tuve que aprender leyendo.

Tim continuaba en el pasillo, maldito adoptado entrometido.

—Puedes dársela tú, también eres mayor.

Dick salió, cerrando la puerta tras de sí mientras atacaba a Tim con argumentos ridículos sobre tradiciones entre hermanos mayores que deberían ir pasándose unos a otros. Damian estaba seguro de que sólo era un pretexto para salir huyendo sin explicarle nada.

Al menos la erección había bajado, dolía, pero ya podría caminar con normalidad al baño, ducharse y bajar a desayunar.

—Estúpido Dick, estúpido Drake.

Estúpidas hormonas juveniles que le causarían demasiados inconvenientes. Cumplir trece años enteros no era más fácil que cazar criminales durante las noches junto a Batman.  


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).