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Encuentros... en el antro de la perdición por Ghost princess Perona

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Notas del fanfic:

Naruto no es mío

Notas del capitulo:

Espero que les guste...

“Hola, Kushina-chan, ¿Qué hay?” la saludó Hashirama, sonriendo. Su prima política estaba ahí, aunque no se veía muy feliz. La pelirroja estaba de pie en la puerta de su oficina, pensando en lo que iba a hacer. No… no, tenía que hacerlo. Por el bien del moreno tenía que enseñarle lo que traía entre sus manos. “¿Qué pasa? ¿Acaso le ha pasado algo malo a Minato? ¿Necesitas ayuda?”

“Hashirama-chan” ella entró muy dispuesta. “No… no te preocupes, no ha pasado nada” tragó duro, él de seguro lo entendería. “Lo… lo que pasa es que… bueno… será mejor que lo veas por ti mismo” ella le entregó algo en un sobre cerrado. “Es sobre mi prima, tu esposa.”

“¿Sobre Mito?” él cogió el sobre rápidamente y lo abrió. De él sacó unas fotografías, que mostraban a su mujer con hombres en distintas posiciones sexuales, en la misma cama que él compartía con ella en las noches. “¿Qué…? ¿Cómo…?”

“De verdad lo siento, es que… no podía permanecer callada mientras ella te hacía esto, ttebane” Kushina se sentó en el escritorio, con cara preocupada. “Te quiero y Minato también, mi hijo te adora, eres un buen hombre… simplemente no podía dejar que ella te hiciera esto”

“¿Qué…?” no sabía exactamente qué preguntar. ¿Con cuántos hombres había estado mientras él trabajaba como gerente de una de las corporaciones de su familia? ¿Qué había estado haciendo con ellos? ¿Acaso lo sabía alguien más? Qué humillación. “¿Lo… lo sabe alguien más, Kushina?”

“No, nadie excepto yo” él levantó la vista escéptico. “¡Es verdad ttebane! ¡Estaba llevándole un catálogo de productos de belleza cuando la vi con ese tipo! ¡Me enfadé tanto que le grité, pero ella me sonrió y dijo que mientras tú no te dieras cuenta estaba bien!”

“¿Qué estaba bien? ¿Engañarme con cada tipo que se le cruza en frente?” se dejó caer agotado en su silla. No podía creer lo que le estaba pasando. Diez años casado, diez años siéndole fiel a esa mujer… ¡y obtenía esto! “Dios, ¿Cómo puede pasarme esto?”

“De hecho… son gigolós. Los encontré en un catálogo en línea después y se lo enseñé a Minato que como bien primo… bueno” balbuceaba, un poco sonrojada. “Estaba furioso y dispuesto a pedirle explicaciones. Felizmente Naruto no lo vio, a los tres años no va a comprender nada…”

“Te sorprenderías de lo que te hijo es capaz de comprender” Hashirama se levantó. “Y… y… y nunca le agradó Mito para empezar, ella jamás fue buena con él. Salían juntos porque yo estaba ahí, pero era tan… fríos el uno con el otro…”

“Eso explica el incidente del helado” el moreno asintió, recordando cuando su esposa quedó completamente cubierta de helado gracias a su sobrinito. “Mira… realmente lo siento, yo… sólo quiero que estés bien, ttebane. No te merecías que te engañaran una y otra vez con prostitutos…”

“No necesito que me lo recuerdes”

“Lo siento, ttebane” ella se encogió. “¿Necesitas ayuda? Porque tengo una amiga que conoce unos abogados de divorcio incre…”

“Tengo que pensarlo, hay otras opciones” el Senju se levantó. “No te preocupes, igual voy a ir a recoger a Naruto en la tarde, cuando salga de clases… sólo. De seguro estará feliz de pasar un tiempo con su tío favorito sin la amargada” sonrió, tratando de ocultar el dolor que todavía sentía. “Será genial, una salida de chicos”

“¿Estás bien ttebane?”

“Sí, sí, no te preocupes, Kushina-chan. Luego… luego voy a hablar con Mito. Debe de haber alguna manera de solucionar las cosas… ¡quizás es por mis horas de trabajo!” se le ocurrió. “Debería pedirle a papá que me permita salir temprano, así podríamos pasar más tiempo juntos y podría salvar mi matrimon…”

“Hashirama-chan, según lo que vi cuando Minato revisó los registros de la página de gigolós, te ha estado engañando incluso desde antes de casarse ttebane. Creo que no vale la pena tratar de salvar algo con ella.”

“No la defiendes mucho para ser su prima”

“Me llamaba tomate cuando éramos niñas y me cortó el pelo mientras dormía en secundaria, casi al rape” ella se cruzó de brazos. “el día siguiente a aquel en el que Minato me dijo que tenía un cabello hermoso” hizo una cara de ira completa. “¡Y eso que él me había regalado un clip para el cabello! ¡No pude usarlo hasta que creció ttebane!”

“Vaya que te torturó”

“Por eso la detesto, pero a ti no. Estaba dispuesta a tolerarla mientras no te hiciera daño, pero después de ver el tipo de zorra asquerosa que era…” al ver la expresión en su rostro dejó de hablar. “Lo siento ttebane. ¿Puedo hacer algo? ¿Quieres que recoja a Naruto del parvulario hoy?”

“No, no, lo haré yo. Tengo mi descanso del almuerzo programado para esa hora especialmente para poder traerlo y tus horarios están un poco apretados en el restaurante a esa hora”

“Ahhhh, sí” la pelirroja se rascó la parte de atrás de la cabeza. Kushina Uzumaki era una reconocida chef, que tenía una cadena de restaurantes de lujo. Su esposo Minato era ejecutivo en una de las empresas de la corporación Senju, pero siempre se hacían tiempo para su hijo… excepto en el almuerzo. A esa hora siempre estaban ocupados.

“No te preocupes, ya lo tengo yo. Me vendrá bien pasar tiempo con él después de… bueno… tú sabes” suspiró, volviendo a sus cosas. “Veré… veré lo que haré con respecto a… yo… bueno… como sea, me encargaré de esto.”

“¿Seguro que estás bien?” preguntó la Uzumaki preocupada. “Si no estás no te culparía. Además todavía tengo que dejarte el número de unos abog…”

“Veré si puedo sacar hora con un terapeuta de parejas, a lo mejor eso nos ayuda más” continuó el moreno sin escucharla. La mujer asintió resignada y comenzó a retirarse. “Gracias de todas maneras, Kushina-chan. Lo solucionaremos”

“Hashirama-chan, como quieras” antes de voltearse ella añadió. “Pero si todavía los quieres, te daré los números de los abogados de divorcio que te mencioné. Están muy recomendados, se hicieron cargo del caso de una de mis amigas y ahora ella y sus hijas viven en una mansión cerca a la playa, cortesía del bolsillo del idiota de su ex esposo.”

“Ya te lo dije, no creo que lleguemos a eso”

“Como digas, pero la oferta sigue en pie, puedes tomarla cuando quieras, dattebane” giró y abrió la puerta. “Más vale que me vaya. Te veo luego, ¿sí? Saluda a mi Naru-chan de mi parte, hazle acordar que quiero todos los deberes listos cuando llegue. ¡Chao!”

“Adiós” por fin el ejecutivo se permitió derrumbarse. Los preguntas danzaban en su mente, ¿Qué iba a hacer ahora? Su esposa, su bella esposa, llevaba engañándolo incluso desde antes de decir acepto. ¿Es que no era suficiente para ella? Se mataba noche y día para que ella pudiera vivir bien, le daba todo lo que quería, era atento, considerado, cariñoso… ¡Era prácticamente el marido perfecto! Bueno, no tan perfecto, pero… lo intentaba. ¡Y ella le hacía esto! ¡No era justo!

“Señor, su reunión con los inversionistas de las once en punto” le avisó su secretaria, entrando de improviso mientras seguía completamente derrumbado. “Señor… ¿Señor?” se acercó y lo sacudió un poco, logrando que despertara. “Señor, su reunión de las once”

“¿Ehhhhh? Los inversionistas, claro” se levantó, todavía atontado. “¿Podrías decirles que me esperen un rato? Voy en unos minutos” respiró un par de veces antes de serenarse. No había excusas en el mundo de los negocios y para esto tenía que estar muy concentrado. Una vez acabara la junta podría volver a pensar en su fallida vida marital y lo que debería hacer… o recoger a Naruto primero y luego buscar un libro sobre el autoestima o ¿Qué hacer cuando tu mujer te engaña? Para torpes.

“Le debo de advertir que no parecen estar de muy buen humor”

“Diablos”

-Unas horas después-

“No podía esperar menos” le decía su padre por teléfono. Acababa de cerrar un trato multimillonario que beneficiaria de sobremanera a la corporación. “Sigue así, muchacho, y tendrás un nuevo ascenso pronto.”

“Sí, claro”  respondió, guardando a toda prisa algunas cosas en su maletín. “Mira, papá, no tengo mucho tiempo. Debo hacer algo más y mi almuerzo…”

“Tranquilo, no te quito más tiempo. Sigue produciendo millones” Butsuma colgó, haciendo que su hijo suspirara. ¿Es que no podía ser más codicioso? Tenía prácticamente el mundo a sus pies y todavía quería más dinero. “Pero qué tipo” cerró el maletín con las llaves de su auto en la mano. Normalmente iría a recoger a Mito a casa y luego a por Naruto, los llevaría a comer y finalmente dejaría al niño en casa. “Supongo que hoy tendré que hacer el programa corto.”

“¡Tío Hashi!” un pequeño rubio de tres años corrió hacia él de la puerta del parvulario. El moreno en seguida se sintió relajado, inclinándose para coger al pequeño en brazos antes de que se estampara contra su pierna. Rio al alzarlo, cómo adoraba a su pequeño sobrinito. “¡Viniste! ¡Vamos a jugar!”

“Hoy no, Naru-chan, tengo que trabajar y tú tienes deberes que hacer” el niño infló los cachetes e hizo un puchero. “Eh, que tu mamá quiere que los termines antes de… ¿Qué te ha pasado en la mejilla?” tenía un moratón ahí. “¿Por qué tienes la carita así?”

“Nada” rápidamente se cubrió el golpe con la mano. Su maestro, Iruka, caminó hacia ellos con una mirada preocupada en su cara. “Vámonos”

“Señor Senju…”

“Iruka-san, ¿Cómo se ha portado este terremoto hoy? ¿Le ha causado algún problema?” el mayor preguntó, teniendo el presentimiento de que ese moretón estaba relacionado con los deseos del profesor de hablar con él.

“No tan mal como otras veces, yo lo manejo, pero…” el joven dudó antes de hablarle. “Está peleándose con otro chico de la clase. He tenido que castigarlos a ambos en rincones separados del salón para que dejen de hacerlo. Si los hubiera visto… ¡se agarraron a golpes en medio del aula, diciéndose…!” no estaba seguro de si seguir. “Bueno, Naruto le decía teme… que es una mala palabra” le dio un pequeño golpe en la nariz. “Y este le respondía dobe y usuratonkachi… que tampoco se debe decir”

“¡No es culpa mía, Iruka-sensei! ¡El te… Sasuke comenzó!” gritó el preescolar, defendiéndose. “¡Hable con él! ¡O mejor, hable con su mamá!”

“¿Sasuke?” levantó la ceja el mayor.

“No se preocupe, hablaré con sus padres, pero… debería decirle a Naruto que deje de hacer eso. La próxima vez que pase deberé ser… un poco más estricto, por si sabe a qué me refiero”

“Lo tendré en mente y conversaré con él, gracias” le sonrió Hashirama. “Adiós, Iruka-san, nos vemos mañana”

“Conduzca con cuidado” el rubio, aún en brazos de su tío, fue llevado hasta el auto. Irían a almorzar a alguna parte. Se volvió por última vez hacia la escuela y vio salir al otro involucrado en la pelea en los brazos de un adulto de largo pelo negro, seguramente su mamá, que también tenía a un niño de unos seis años agarrado de la mano.

“¿No trajiste a la bruja?” preguntó cuando notó la ausencia de Mito en el auto. “¡Qué bien! ¡Ella no estará aquí! ¡La bruja no estará aquí!”

“¿Sabes que es tu tía, verdad?”

“Sí, pero no me agrada” dijo con sinceridad. El moreno negó con la cabeza y encendió el auto. Pisando el acelerador con cuidado, se lanzó a la calle. Condujo hasta un pequeño restaurante familiar, el Ichiraku Ramen (el de Kushina estaba demasiado abarrotado a esa hora para que consiguieran una mesa). Se sentaron mientras esperaban al mesero.

“Ni pienses que te voy a traer a comer todos los días aquí, sólo que ahora me siento de ánimos para consentirte” especificó el Senju. Era verdad, normalmente lo llevaba a su casa a comer, pero sabía que ahí estaría Mito… no quería toparse con ella todavía.

“Gracias” comenzó a sorber el ramen por montones, manchándose un poco la cara. “¿Cómo está la bruja con la que te casaste?”

“No hables así…”

“Oh, vamos, kaa-chan me dijo que podía decirle bruja” claro, déjenle a Kushina el decirle a su hijo que llamara a las personas que no le caía bien por nombres ofensivos. “Sólo quiero saber porque anoche me desperté con ganas de hacer pipí y los escuché hablando sobre ustedes… no sé bien lo que estaban diciendo, pero… ¿problemas en el paraíso?”

“¡Naruto!” se escandalizó el adulto, levantándose de su silla. Las miradas de todos se dirigieron a ellos dos. “¡Estás demasiado pequeño para decir esas cosas!”

“¿Por qué? No soy un bebé” el niños de tres años levantó la cabeza de su sopa, levantando un dedo para que le trajeran más. “Además el Ero-Sennin ya me ha…”

“Creo que hablaré muy seriamente con Jiraiya-sensei” el otro respondió con una vena saltándole en la cien. Por supuesto, ese autorucho porno pervertido…

“¿De verdad? Debería decirle” Hashirama se quedó callado por un momento, escuchando sólo los sonidos de su sobrinito al prácticamente aspirar ramen por la boca. Finalmente decidió que no quería hablar del tema y era mejor cambiarlo. “Por cierto, ¿Qué pasó con ese chico Sasuke de tu escuela?” el niño casi se atora. “¿te hizo algo? ¿quieres que hable con su mamá?”

“¡Nooooo!” agitó los brazos. “¡Puedo arreglármelas yo sólo! ¡Además Sasuke-teme sólo me hace enfadar con su actitud de… de… de… teme!”

“Hummmm, claro”

“¡Y además tampoco vale la pena! ¡Lo único que sabe decir es que le va a decir a su mamá!” se cruzó de brazos haciendo un puchero. “Ese teme… es peor que la bruja… ¡y lo peor es que Sakura-chan sólo le presta atención a él!”

“Woow, ¿Sakura-chan?” una gran sonrisa se expandió por su cara. “¿Quién es Sakura-chan? ¿Acaso es una maestra nueva o una compañerita?”

“Es… es una amiga de la clase que…” la cara del Uzumaki se puso roja.

“¡Awwwww! ¡Nuestro pastelito de pescado está enamorado!”

“¡Nooooo!”

“¡Sí! ¡Te gusta esa niña!” el Senju le aplaudió, riéndose al mismo tiempo. “Vaya, vaya, conque nuestro pequeño casanova se está peleando por una niña” se acercó “¿Quieres que te dé un concejo? Regálale una flor, a ellas les gusta.”

“¿Fue así como conquistaste a la bruja?”

“No, pero… es un principio. Y para niños de parvulario está bien” se alejó otra vez y el menor comenzó a comer. “Anda, termina todo. Tengo que llevarte con tus padres y volver a trabajar dentro de una hora a lo mucho.”

“Sí, tío”

-En la noche-

“Ya estoy aquí” susurró Hashirama para sí mismo, desanimado. Había estado todo el día tratando de no pensar en esa parte, en el término del día, cuando tendría que regresar a casa a encontrarse con su traicionera esposa y posiblemente con uno de los muchos gigolós que esta había contratado para que le hicieran la fiesta. Tocó el timbre, esperando avisarla para que no hubieran escenas desagradables.

“Cariño, llegaste” ella le puso sus brazos alrededor del cuello, besándolo suavemente. El sabor que sintió en su lengua era… prefería no saberlo. “Te he estado esperando”

“Te avisé que iba a estar en el trabajo un poco más de tiempo del usual” respondió, cerrando la puerta. “Necesitaba ponerme al día con algunas cosas y me atrasé por la reunión con los inversionistas... aparte habían contratos que necesitaban revisión…”

“No digas más, es estresante y aburrido” claro, para alguien que sólo se dedicaba a estar en casa y pasarla bien podía sonar deprimente, pensó en su cabeza. “Ya verás, tengo algo que te pondrá de mejor humor” lo guio a la sala, donde estaban una multitud de bolsas. Levantó una ceja, se había casado con una adicta a las compras. Ahora que lo pensaba bien, debía ser por eso que ella se había casado con él.

“Me alegro de ser una fábrica de billetes” murmuró, lo suficientemente bajo como para que nadie la escuchara. El moreno paseó la mirada por las bolsas. Zapatos, carteras, trajes caros, kimonos, joyas, maquillaje… todo para que ella se viera hermosa. La pelirroja tomó una bolsa. “Mira” sacó una camisa. “te queda bien”

“Ehhhhh, gracias” tantas cosas que compraba y él sólo recibía una camisa. “Tengo que enviar un e-mail, luego vengo.”

“Te estaré esperando. El ama de llaves ha preparado una cena que está para morirse y…” siguió hablando a pesar de que su marido ya había escapado hacia su escritorio. Ahí hizo un pequeño análisis de sus cuentas bancarias… esto no se lo esperaba. Su esposa estaba rentando apartamentos para al menos tres personas en zonas muy exclusivas de la ciudad. “Será maldita …”

“¡Hashirama!”

“¡Voy, cielo!” respondió él, cerrando su computadora. No sabía qué iba a hacer, todavía no estaba seguro de si quería que esto terminara, pero tampoco de si deseaba cortar por lo sano. Esa mujer todavía tenía una conexión con él, no creía que pudiera rehacer su vida desde cero, al menos no sin antes sentir un vínculo más fuerte que el que sentía en ese momento…

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, ¿qué creen que pasará después? Review!!!!


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