-Gracias Dante me has sido de gran ayuda.
-De nada profesor, ahora si me disculpa.
Dante salió de sala de profesores después de entregar uno de los tantos trabajo que los maestros por flojera no querían hacer y de "buena" manera se lo entregaron al chico de buenas notas, esto ya era normal para ambos bandos, para Dante era muy común que los superiores le pideran ayuda y aún que él se estresara haciendolos de igual manera los elaboraba, esto sólo al punto de vista de los demás lo hacía para sacar las notas tan perfectas que tenía. Dante era apartado, en su celular nada más podías encontrar 3 contactos: el de su madre, el de su amigo Carlos y el número de emergencia, siempre tuvo la mentalidad que no hace falta de ser amigos de todo mundo para ser felíz por lo que tampoco socializaba demasiado con sus compañeros de clase.
Un día como todos los demás se levantó de la cama entre bostezo y bostezo, se retiraba la pequeña baba seca que había dormido con él en su mejilla derecha, se bañó muy bien, con agua caliente y jabón; terminaba de ponerse su uniforme mientras se acariciaba su pelo negro con la mano, hoy era un día de esos que se sentía más guapo de lo normal. Bajó de las escaleras a toda velocidad, tomó su mochila y se dirigió a la puerta, al parecer ese guapo interior le decía que se arreglara más que se le terminó haciendo tarde, ya estaba a punto de salir cuando una mano fuerte pero delicada le cerró la puerta.
-¿A dónde va el niño guapo?.- era su madre que le detenía para que mínimo se despidera de ella.
-Lo siento ma' es que se me hacía tarde.- le dio un beso en la mejilla y sonrió.- no volverá a ocurrir por ahora déjame ir.
-Ash el niño muy estudioso, ¿qué hice para tener un niño nerd?.- su mamá se retiraba de la puerta suspirando y moviendo su cabeza de un lado a otro en un son de negación.
-¡Deberías estar orgullosa! Al menos estudio y no estoy en las drogas.- dijo indignado
-Ya calle que se le hace tarde
-Si~ nos vemos más al rato
Su madre abrió un poco la puerta y eso basto para que Dante ya saliera corriendo, miraba su reloj, este marcaba las 6:55 el problema es que la escuela cierra a las 7:00 en punto y el tiempo del trayecto de su casa a la escuela era de 15 minutos sin contar en lo que tardaría el metroen llegar. "Tú puedes Dante, hoy no puedes llegar tarde y mañana tampoco, vamos!" se animaba el solito al menos le ayudaba en lo que corría. A mitad del camino hacía la llegada del tren un auto lujoso y brillante color negro se acercó a Dante bajando el vidrio y dejando ver a un guapo joven rubio
-Disculpa por tu uniforme diria que eres de la preparatoria que está por aquí, yo igual lo soy pero me he perdido.-El chico rubio procuraba escucharse lo menos sospechoso posible.
-Como vez se me hace tarde como para explicarte, mejor busca a otra persona.- trataba de evitar el auto lo más rápido posible.
-¡Ya sé!.- grito el chico.- te llevaré en mi auto a cambio que me digas dónde es.
-No confío en ti como para subirme a tu auto bien a gusto
-No tienes nada que perder, vengo sólo por lo que ten asegurado que no te voy a raptar
-Bueno a nuestra edad uno aún no tiene licencia para conducir...- se desesperaba ya llegaría aún más tarde
-Oh vamos he aprendido desde pequeño, confía en mi y súbete
-No...- miro su reloj, las 6:58.- Sabes que demonos prisa.- ya no iba a discutir más con el chico y se subió al coche lujoso.- Ahora gira a la derecha, sigue recto..
Dante daba las indicaciones tan precisas que el mismo se impresionaba, llegaron al colegio 7:03, ¿enserio? Sólo tardaron 5 min, vaya que andar en auto es mas eficaz, un profesor estaba tomando lista de las personas retardadas mientras el otro joven estacionó un poco lejos el auto para que el tutor no les observara y así juntos salieron del auto miedo se acercaron al superior
-Profesor disculpe mi demora pero una calle estaba bloqueada y tardé más.- una mentira que había planeado antes al confirmar en las noticias.
-Pero si eres tú Dante vamos pasa, sólo por esta vez.- escondió la libreta en la que anotaba a los démas chicos para dar una seña de que no lo anotaría
-Gracias, ¡ah! Y este chico que está a mi lado también pasó por lo mismo.-
-Pasen los dos con cuidado de que no los cachen.
-Gracias profe.- dijo el rubio dando con su mano una seña de aprobación
Dante y el chico entraron juntos con el corazón palpitando a mil, pensaban que serían descubriertos pero enseguida comenzaron a reír, era de las pocas veces en la que nuestro protagonista llegaba tarde y ahora incluso llegó con un desconocido que le salvó de una regañiza, ahora caminaban con dirección a sus aulas, en eso el chico rubio abrió sus labios para expresar sus palabras
-Nos salvaste Dante.- dijo aliviado mientras suspiraba
-Tienes razón....- dejó en suspenso para que él completara la frase con su nombre
-Andrés, perdona por no presentarme antes pero ibas muy concentrado en llegar que me limité a verte y escucharte.- le sonrió a Dante dejando ver unos hermosos dientes
-Jaja yo igual me impacte.- esa sonrisa atrapo a Dante pero la campana lo hizo reaccionar.- bueno yo soy del 2A y mi clase esta por comenzar por lo que debo ir corriendo, con suerte mi profesor aún no llega
-Nos vemos luego Dante espero que lo logres y que volvamos a tener otra locura así me la pase bien, bueno te dejo, otra vez gracias
Los chicos tomaron rumbos diferentes, Dante caminaba como de costumbre a su salón pero en ello pesaba en las palabras de Andrés, este no le mencionó donde era su grupo y a pesar de no hablara con casi nadie el conocía a todo el mundo gracias a los folletos que a veces se le entregaban por parte de los maestros en todo caso el también esperaba lo mismo que el otro chico, esperaba volverselo a encontrar para charlar, seguro serían buenos amigos o al menos Dante tenía ganas de socializar mas con el. Al fin llegó al salón de clases y para su suerte aún no estaba el profesor, se sentó relajado en su butaca de siempre tirando su mochila a lado suyo.
-Milagro que llegues tarde.- le menciono Carlos, el chico de cabello Castaño que siempre se sentaba a lado suyo para nunca dejarlo solo
-Culpa mía y de mi madre a la vez, rambién ha que menvcionar que es un milagro que Carlos llega temprano.- con una sonrisa y un signo de amor y paz se divertía con su mejor y único amigo.
No tardo el prefesor en entrar al aula, pero no iba solo, atrás suyo un chico rubio, alto, elegante y con buenas vibras le seguía
-Atención clase, el día de hoy se incorpora a nosotros el joven Andrés Castillo, por favor denle todos una cordial bienvenida y llevense bien con él.
-Pero si eres tú!.- Dante no pudo evitar saltar de la silla señalando a Andrés.
-Hola de nuevo estupido amigo~