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After Work por Robinzetta

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Notas del fanfic:

Mucha gente me pidió que continuara el fic que subí hace un tiempo de Shownu y Minhyuk, y la verdad es que a algunos les respondí, diciendo que no tenía una continuación, ni pensaba en sacarla. Aun así, os traigo este pequeño oneshot, un poco subido de tono, porque, para ser honesta, me quedé con ganas de hacerlo algo así en el otro. Espero que os guste.

El griterío de las fans, una masa de personas que comenzaba allí donde el escenario terminaba, hizo sonreír a Minhyuk, el cual, apenas era capaz de respirar de forma normal. Su pecho subía y bajaba arrítmicamente, sus pulmones buscaban de manera desesperada algo de oxígeno que pudieran llevar a la sangre que su corazón bombeaba a la velocidad de la luz. Por fin habían terminado las cerca de hora y media que había durado aquel encuentro con las fans que habían tenido en Manila. Todos los miembros de Monsta X se reunieron en el centro del escenario, se agarraron de las manos y, al mismo tiempo, realizaron una profunda reverencia, en señal de respeto y agradecimiento, en dirección al público, que comenzó a chillar con aún más fuerza que antes. Así se mantuvieron durante unos segundos, antes de que Jooheon, el cual se encontraba en medio de la formación, se levantó, arrastrando en canon al resto. Poco después, cuando la luz de los focos se fue difuminando, abandonaron el escenario, en dirección a los camerinos.

Por fin frente a un espejo, después de tanto rato, se encontraron con unos cansados rostros, inundados de sudor (algunos más que otros), en los cuales se reflejaba de forma generalizada una amplia sonrisa de satisfacción. Si algo les gustaba como idols, era poder tener ese tipo de encuentros con las fans. Les hacía sentirse vivos. Por ello, no fue extraño verlos hablar, charlar, y bromear, llenos de energía, a pesar de haberse pasado horas dentro de un avión y haber estado tanto tiempo entre eventos, canciones y juegos, sin apenas descanso. Las estilistas les ayudaron a cambiarse de ropa, tratando de no dañar la que llevaban puesta, y también a retirarse parte del maquillaje, de tal forma que, al volver al hotel, no tuvieran nada que hacer más que darse una buena ducha y relajarse en la cama. Uno a uno, fueron todos abandonando el gran camerino que les habían proporcionado los organizadores, regresando al hotel, el cual estaba a escasos metros de la sala de conciertos. El primero en volver fue Changkyun, el más pequeño de todos, agotado especialmente; y los últimos, Hyunwoo y Minhyuk.

ㅡ Año y medio en esto y aún me cuesta aguantar… ¿Me estaré haciendo viejo?

Las quejas de Minhyuk hicieron reír a Hyunwoo, mientras se aseguraba de la puerta de la habitación de hotel se había cerrado. Necesitaba unos minutos de descanso. Atravesó con paso cansado el pequeño pasillo que separaba la entrada de la zona con las camas, en la cual, tirado sobre una de ellas, boca abajo, encontró al menor, gruñendo contra el blando edredón que les habían proporcionado. Hyunwoo se dejó caer a su lado, en su caso, boca arriba, con los brazos cruzados bajo su cabeza, sin decir nada. Se le ocurrió, en un momento, ladear la cabeza y olfatear una de sus axilas, haciendo al instante una mueca de desagrado.

ㅡ Deberíamos ducharnos, ¿no crees?

Minhyuk descubrió parte de su rostro, al girar la cabeza en dirección al mayor de ambos. No se vio su sonrisa, pero por la forma en la que sus rasgados ojos se achinaban, Hyunwoo supo que el moreno estaba de acuerdo con su propuesta. No perdió tiempo en levantarse de la cama y, haciendo gala de la fuerza que tenía, agarró con asombrosa facilidad el delgado cuerpo del menor, cargándolo en cuestión de minutos sobre su hombro. Enfiló su camino hacia el baño, sintiendo cómo el pequeño se revolvía entre sus brazos, no porque quisiera que lo soltara, simplemente por jugar; se le escuchaba reír, encantado. En el fondo era como un niño. Tan solo lo dejó en el suelo en cuanto ya estuvieron dentro del cuarto de baño.

 

ㅡ Iré calentando el agua.

 

Minhyuk asintió ante las palabras de su líder, y enseguida, aprovechando el tiempo que tardase el otro para comenzar a quitarse la ropa hasta quedarse tan solo con la ropa interior. Para esas alturas, su compañero hacía rato que se había hecho con el control del grifo de la ducha, y el agua caliente ya corría ducha abajo. El mayor estaba de espaldas, se había deshecho de la camiseta, por lo que el pequeño tuvo una visión privilegiada de su ancha y morena espalda.  Sus fans matarían (algunas prácticamente de forma literal) por estar en su lugar, en esos momentos; pero sólo él tenía el privilegio de, no solo verla bien en directo, sino de poder tocarla a placer. La sola idea de aquello, le provocó una traviesa y lasciva sonrisa ladeada, que pronto curvó esos finos labios, esos mismos labios que, en cuestión de segundos, estaban regando de suaves y lentos besos toda la superficie de la cálida espalda ajena. Hyunwoo no fue ajeno a ello, y no tardó en girarse, lo suficiente como para alcanzar a ver (a través del espejo) lo que el menor estaba haciendo.

ㅡ Siempre que estás cansado, te pones de un mimoso…
ㅡ No te confundas. No es por el cansancio, es que adoro ducharme contigo…

Mientras hablaban, el pequeño de cabellos castaños había rodeado el amplio cuerpo ajeno con sus delgados brazos pálidos, pero en cuanto notó que se empezaba a mover, aflojó la fuerza, y le permitió girar entre sus brazos. En cuestión de segundos, estaban los dos cara a cara. La sonrisa que surgió en ambos rostros fue instantánea en el momento en que sus ojos se encontraron. Hyunwoo llevó ambas manos al rostro ajeno, y con los pulgares, acarició de forma muy superficial y cuidadosa, como si su piel estuviera hecha de porcelana, la zona bajo los ojos del pequeño, allí donde su piel se tornaba de un tono azulado, casi violeta.

ㅡ Espero que esto termine pronto… Odio ver cómo caes dormido por las esquinas porque apenas nos dejan tiempo para descansar.
ㅡ Hyung… ㅡlas orejas de Minhyuk se colorearon, sintiendo cómo un suave calor subía hasta sus mejillasㅡ. Siempre me tratas como si fuera un niño… ¿Sabes que tengo tan solo un año menos que tú, verdad?
ㅡ Claro que lo sé. Pero eso no va a impedir, en ningún caso, que sigas siendo mi cachorrillo y que necesite cuidarte para que no te pase nada malo.

Esa respuesta, que tantas veces había escuchado ya, le hizo estremecer, como si hubiera sido la primera. Su sonrisa se amplió, hasta mostrar sus blancos dientes. Esa sonrisa se mantuvo incluso cuando los gruesos labios ajenos se posaron sobre los del pequeño, un beso que no dudó en corresponder, aprovechando el momento para acariciar, con suavidad, los costados del mayor, notando la suavidad de su piel. No fue ese el único beso que se regalaron, más bien fue el primero de muchos otros; besos lentos, besos cariñosos, besos que hablaban sin necesidad de palabras. Se habían pasado el día juntos, pero no habían podido ni siquiera tocarse, y se echaban de menos. Era su particular recompensa después de estar todo el día trabajando sin apenas descanso. No existía distancia entre ambos cuerpos, prácticamente cualquier centímetro de piel estaba pegado, y así siguió, hasta que los dos decidieron separarse. Hyunwoo rozó los labios ajenos en un suave movimiento de su cabeza, como despedida, antes de aumentar la distancia entre ambos.

ㅡ Vamos a la ducha. Siento el cuerpo pegajoso de todo el sudor.

El pequeño asintió al instante, pues se sentía de la misma forma.

ㅡ ¿Me ayudarás? Sabes que a la espalda no alcanzo.
ㅡ Siempre me haces la misma pregunta, y siempre te respondo lo mismo… Algún día diré que no, a ver qué pasa.

Entre suaves risas, primero fue Minhyuk el que se deslizó tras la mampara de la ducha, tras deshacerse de su ropa interior, colocándose bajo el chorro de agua caliente. En el instante en el que el líquido rozó su piel, de sus labios escapó un largo y sonoro suspiro de puro gusto. Era otro de los pequeños placeres de la vida: llegar cansado de trabajar y darse una buena ducha caliente, para relajar tensiones y músculos. Y era mucho mejor si estaba en compañía de su novio. En cuanto el susodicho se encontró a su lado, no perdió el tiempo y volvió a pegarse a él, dibujando un caminito de besos desde su fuerte hombro hasta la parte trasera de su oreja, pasando, claramente, por su cuello. El gran cuerpo de Hyunwoo se sacudió, en parte por las cosquillas, y en parte por lo bien que le hacía recibir aquel tipo de atenciones por su parte.

ㅡ Minnie… Estoy sucio, no hagas esas cosas…
ㅡ Ni que fuera la primera vez que te pruebo estando empapado en sudor…

De sobra sabía el mayor por donde iban los tiros de ese comentario, así que simplemente resopló, dibujando en sus labios una sonrisa ladeada, antes de robarle un corto pero intenso beso de sus labios. Cogió el bote de champú que se encontraba cerca de él y, una vez se aseguró de que los cabellos ajenos estaban lo suficientemente mojados, se dispuso a lavarle el pelo. Era ya como una costumbre, como si fueran realmente padre e hijo, como las fans a veces los veían. El mayor se encargaba de lavar bien al pequeño, mientras que el pequeño se dejaba encantado, pues, secretamente, le encantaba dejarse mimar por el mayor. Cuando tocó el cambio, Minhyuk se colocó tras su espalda, y se encargó de enjabonar, con destreza y cuidado, aquella amplia extensión morena. Le costó mantener la entereza, pues era una de las partes del cuerpo ajeno que más nervioso y tenso le ponía. Incluso siendo un chico, el cuerpo de Hyunwoo le resultaba extremadamente atractivo, como si hubiese sido tallado en especial por los dioses.

ㅡ Me toca.

Abrió los ojos, como quien despierta de un sueño, de golpe, al escuchar la grave voz ajena, y tragó saliva, al darse cuenta de que se había quedado ensimismado mirando su ancha espalda. No tuvo problemas en volver a cambiar la posición con él, quedando así de espaldas a su compañero. Durante las diferentes actuaciones que habían tenido ese día, hubo un momento en que, debido al calor del ambiente, ellos dos se habían acercado demasiado, hasta el punto de que, si no hubiera sido porque eran conscientes de que estaban delante de un grupo inmenso de gente, quién sabe lo que podría haber pasado ahí. Y no era para menos. Minhyuk era incapaz de recordar con exactitud la última vez que habían podido disfrutar los dos de una buena sesión de sexo, sólo sabía que había sido hacía varios meses, más de lo que su cuerpo podía aguantar sin comenzar a perder el control a la mínima. De ahí que no fuera extraño que, al sentir esas grandes y masculinas manos rozar su espalda, se tensara al instante, mordiéndose rápidamente el labio inferior para acallar el suave quejido que quería escapar del fondo de su garganta. Con toda la energía que le quedaba después de un duro día de trabajo, intentó ignorar ese remolino de sensaciones que le provocaba un simple roce de sus manos, y trató de centrarse en lavarse, cuanto antes, mejor.

Pero, lo que ignoraba el pequeño era que no era él el único que sentía esa fuerte tensión en esos momentos. Para Hyunwoo no era fácil tampoco aguantar tantos días, tantas semanas, incluso tantos meses, sin poder tocar ni un ápice a su pequeño. Y el hecho de que estuvieran compartiendo unas horas de habitación, lo estaba volviendo loco. Cuando se iban de viaje lejos de la capital, y les tocaba dormir en habitaciones de hotel, casi siempre se solía sortear quién dormía con quién mediante un juego que cambiaba en cada viaje. Después de varios viajes, por fin les había tocado en la misma habitación a los dos, y eso era un peligro para el autocontrol del más mayor. No fue ajeno, ni mucho menos, a la reacción que tuvo el cuerpo ajeno en cuanto le tocó. Habían pasado demasiado tiempo juntos, y habían hecho demasiadas cosas, así que no era ajeno, para nada, a lo que ese temblor significaba. Pronto, sus manos comenzaron a abandonar, lentamente, aquella tarea que se les había encomendado. Dejaron de centrarse en lavar y eliminar el sudor pegado a su piel para, simplemente, regalarle una serie de caricias allí donde sabía que el contrario era especialmente sensible. La reacción no se hizo de esperar.

ㅡ H-hyung… ㅡ La fina voz ajena quebró en cuanto intentó articular palabra.

Hyunwoo no necesitaba ver su rostro para saber qué expresión tenía exactamente en ese momento. Lejos de cesar con esas atenciones, sólo sintió más ganas de continuar, y por ello, no dudó en acortar las distancias que aún existían entre ellos, hasta encajar su pecho en la espalda del pequeño.

ㅡ Estás adorable cuando te pones nervioso.

Debido a la cercanía, no era necesario alzar la voz para que se le escuchara bien, y por ello, su voz sonaba aún más ronca que de costumbre, algo que hizo temblar, una vez más, a Minhyuk. El agua que caía de la ducha ya no servía para relajarlo, pues estaba más tenso que nunca. Al mismo tiempo que Hyunwoo pronunciaba esas palabras, sus manos, deseosas de seguir tocando y palpando aquel cuerpo, se deslizaron desde la zona trasera hasta la frontal, acariciando con soltura y sinvergonzonería su desarrollado abdomen. Era un chico delgado, pero había conseguido una bonita tableta, esa misma que muchas veces había enseñado frente a las fans, haciéndolas enloquecer, y esa misma que sólo él podía disfrutar, por eso se recreaba y tocaba a placer cada vez que tenía la oportunidad y nadie estaba mirando. Sintió una de las manos del pequeño colocarse sobre la suya, y apretarla ligeramente.

ㅡ No sigas por ahí…
ㅡ ¿Por qué no?
ㅡ Ya lo sabes… ¿Y si nos escucha alguien?
ㅡ El mánager duerme al final del pasillo, y esta vez le toca dormir con Wonho… Con todo lo que habla, creo que no escuchará nada más allá de su voz. ㅡel comentario hizo reír a Minhyuk, pues sabía que su chico tenía toda la razón del mundo con esoㅡ. Además… La ducha está encendida, con el agua tampoco se oirá nada.

Rápidamente, Minhyuk se giró, o al menos la cabeza, buscando la mirada ajena. Hyunwoo se lo permitió, y sonrió en el momento en que cazó ese sonrojo en sus mejillas, y la sorpresa en sus pequeños ojos marrones.

ㅡ ¿Lo vamos a hacer aquí…?
ㅡ Una vez me dijiste que una de tus fantasías era tener sexo en la ducha. ㅡel menor tragó saliva, avergonzado de que el contrario se acordase de ese tipo de detalles que incluso él había dejado abandonado en un rincón de su memoria. No dijo nada cuando siguió hablandoㅡ. Y no es como si ahora pudiese contenerme…

Ese murmullo fue acompañado de un certero empuje de sus caderas contra las ajenas, siendo que su miembro quedó parcialmente enterrado entre las suaves y, extrañamente esponjosas, nalgas ajenas. Minhyuk gimoteó por la sorpresa, y terminó mordiéndose el labio inferior en el momento en que Hyunwoo agarró su trasero, con firmeza y posesividad, abriendo así sus nalgas para poder, de esa forma, tener completamente escondida su erección.

ㅡ Vaya… ㅡterminó diciendo el moreno, incapaz de ignorar la condición física de carencia en la que se encontraba su compañeroㅡ. Tendremos que poner arreglo a eso…
ㅡ Deberías, porque es todo culpa tuya…

Habían llegado ya al punto de no retorno, a ese momento en el que ambos dos, sin haber hecho nada, habían sucumbido a los deseos carnales del cuerpo ajeno. Lentamente, al sonido que provocaba el agua al caer sobre sus cuerpos y el suelo de la ducha, se unieron los suaves suspiros de Minhyuk, que había comenzado a mover sus caderas contra las ajenas, al igual que Hyunwoo. Entre los dos, sin necesidad de palabras, crearon un ritmo lento, tortuoso, en el que se creaba una fricción entre ambos, que desquiciaría hasta al más calmado. No era su caso, pues después de estar tanto tiempo separados, se necesitaban de forma ferviente. Extraño era que pudieran tomarse el tiempo de jugar un poco antes. El pequeño de los dos emitió de entre sus labios semiabiertos un quejido dulce, en el instante en que uno de los gruesos dedos de su pareja se coló en su interior, sin apenas darle un aviso. Se mordió el labio y buscó apoyo en las frías y resbaladizas paredes de aquella pequeña ducha de hotel, pues el sentir aquel dedo moverse dentro de él causaba que pequeñas descargas recorrieran su cuerpo, junto con agradables oleadas de calor, y por ello, sus piernas a veces fallasen en su trabajo de sostenerlo en pie. Jadeó con fuerza cuando ya fueron dos los dedos que jugaban en su interior, abriéndose y cerrándose, de forma algo brusca, pero bastante era que Shownu se estaba tomando el tiempo y la paciencia de dilatarlo, en lugar de haber optado por la opción rápida y dolorosa. No iba a ser la primera vez que lo hicieran, ni mucho menos, pero sí que después de tanto tiempo, lo que no interesaba era dejar a Minhyuk sin poder caminar de forma normal, aunque fuese por unas horas. Los del grupo ya sabían que entre ellos pasaba algo, pero no así las fans, y no podían dar lugar a ningún tipo de rumor.

ㅡ Hyung, por favor… No quiero esperar más… Te necesito dentro…

La suave voz de Minhyuk se dejó escuchar por encima del ruido del agua, y Shownu pudo comprobar en su rostro esa desesperación y necesidad que sus palabras reflejaban, cuando giró la cabeza para mirarlo por encima del hombro. El mayor no pudo contenerse las ganas de, tras sujetarlo por la barbilla, devorar sus labios, un beso que apenas duró unos segundos, los que tardó el castaño en romperlo cuando gimió, de forma intensa. La razón no fue otra que, aprovechando la distracción del beso, Shownu había retirado los dedos de su interior, sustituyéndolos rápidamente, sin perder tiempo, por su propia erección, la cual palpitaba por entrar allí dentro. Pero no fue el pequeño quien gimió, también le siguió su líder, aunque de forma más ronca, ahogándolo contra su blanca piel al morder su hombro, lo que le quedaba más cerca. Todos su músculos se tensaron en el instante en que sintió el cálido y extrañamente húmedo interior del menor arropando su miembro, apretándolo con cierta fuerza.

ㅡ Me has echado de menos, ¿eh..? ㅡmurmuró de forma grave, con una sonrisa, hundiendo sus dedos en las caderas ajenas.
ㅡ Y tanto, joder… ㅡminhyuk jadeó aquellas palabras, con una suave carcajada corta como acompañamiento, la cual siguió el mayor también.

Como si se hubieran puesto de acuerdo, ambos dos comenzaron a moverse casi al mismo instante, dejando que los jadeos suaves, sobre todo del más pequeño, comenzaran de nuevo a llenar aquella pequeña estancia. El ruido del agua que aún caía de la alcachofa de la ducha los amortiguaba, permitiendo que pudieran subir el volumen un poco si querían, pues nadie los escucharía. Shownu tenía al castaño bien cogido por sus estrechas caderas, para que apenas se moviese cuando él comenzaba a arremeter contra él, y por permitirle también llevar el control, aunque fuera por unos minutos, sabiendo que el pequeño en cualquier momento reclamaría poder moverse. Era uno de sus encantos, el no estarse quieto, el querer siempre hacer algo para no sentirse y pelele, y no había cosa que más le gustara a Shownu que disputarse el control de algo así con él. Quizás por eso disfrutaba tanto con él, y no sólo por el sexo en sí.

A medida que el ritmo aumentaba, que sentía que su miembro podía ir más dentro, moverse con mayor facilidad por la dilatación, pudo contemplar cómo, ante sus ojos, el cuerpo delgado del más pequeño comenzaba a inclinarse hacia delante, y cómo apoyaba la frente sobre una de esas manos que ya tenía en la pared, aunque mirándolo de soslayo. Esa mirada felina que el contrario poseía, sumado al brillo de lujuria, deseo y hambre que en esos momentos se había instalado en sus rasgados ojos marrones, hicieron resoplar a Shownu cuando se los cruzó. Se relamió, y lo embistió con fuerza, por el simple placer de ver cómo su expresión se rompía  en un nuevo gemido. Lentamente se retiró de su interior, sacando su interior casi por completo, tan solo dejando su glande dentro, antes de volver a lanzar las caderas contra el pequeño, en una nueva y fuerte embestida; la primera de muchas.

Aprovechó esa posición en la que estaba Minhyuk para agacharse y dejar varios mordiscos por esa suave curva que se formaba en la zona baja de su espalda, unas marcas que, seguramente con el paso de los segundos, se oscurecerían hasta tomar un tono más cercano al púrpura. Si había algo que le encantase, era jugar a “dibujar” sobre su piel. Era tan pálido, que muchas veces utilizaba su espalda, o su pecho, o incluso la cara interna de sus muslos -allí sobre todo- como lienzo, y se dedicaba a marcarlo a placer, pues eran zonas que sabía de sobra que el pequeño nunca enseñaría, y que eran de su disfrute personal. El volver a recordar las veces que se había enterrado entre sus piernas y había jugado por allí a placer, le provocó un temblor que le puso la piel de gallina, desde la cabeza a los pies. Esa sacudida terminó siendo una nueva embestida, que aplastó al pequeño contra la pared que se suponía ser su apoyo en esos momentos. Su gemido se escuchó por encima del correr del agua, un sonido que hizo sonreír de forma sucia y amplia al mayor de la pareja.

Antes de que pudieran ser conscientes, los movimientos se hicieron constantes, y cada vez más intensos. Su temperatura corporal aumentaba por momentos, hasta el punto de que el agua que caía sobre Shownu era incluso molesta. Sabían ambos que no podían hacer demasiado ruido, que debían ser lo más silenciosos posible, pues cualquiera en las habitaciones contiguas podría escucharlos, y avisar a su mánager (o peor aún, chantajearlos con ello durante semanas -kihyun era muy capaz de hacerlo-), pero llegó un momento en que, como si se hubieran puesto de acuerdo, comenzaron a ignorar esa orden no escrita, y los gemidos de placer de Minhyuk y los gruñidos de Shownu se escuchaban por encima del mismo chocar de sus caderas.

El ritmo se volvió frenético de manera progresiva, sin que ninguno de los dos lo buscara, tan solo porque sus cuerpos necesitaban más uno del otro, más velocidad, más placer. Así se lo hacía saber el pequeño a su chico, y así le recompensaba cuando le embestía, con roncos y fuertes gemidos, que le nacían desde lo más hondo.

ㅡ Joder…. Minhyuk…
ㅡ L-lo sé…

No necesitaban decirse nada, su cuerpos hablaban por ellos, y se entendían a la perfección. Shownu notaba cómo, a cada nueva embestida, el interior del pequeño se apretaba alrededor de su erección, la cual estaba hinchada y a punto de explotar. No sabía cuánto tiempo le quedaría, y juzgar por la frecuencia de los gemidos ajenos y lo agudo de estos, al contrario tampoco debía quedarle demasiado. El clímax les sobrevino a ambos, casi de forma consecutiva. El primero fue Minhyuk, y a causa de la estrechez repentina de su interior (a causa del orgasmo), le siguió enseguida el mayor, clavándose en su interior con una fuerte embestida. Hundió los dedos en su cadera, con tal fuerza, que no le quedó duda de que allí estaría la marca durante algunas horas. Entre guturales gemidos, se vació dentro de su pareja, cayendo rendido con la cabeza sobre su hombro.

Aún lo mantenía cogido, y aún seguía estando dentro de él, la sensación de sus paredes internas apretando su miembro en suaves y rítmicos espasmos le sacó una sonrisa ancha, de cansancio, obviamente, pero contenta, radiante. El pequeño subió una mano y la colocó en la nuca ajena, acariciando esta con un par de dedos, unos roces que provocaron que el gran y moreno cuerpo de Shownu se estremeciera al instante. El agua que aún caía sobre ellos les ayudó a ambos a recuperar, lentamente, su ritmo cardíaco normal. Pronto, ya se habían separado, aunque Minhyuk no tardó en rodear el cuello ajeno, tras acariciar, a placer, todo su ancho pecho, el cual subía y bajaba, de forma lenta, aún alterada su respiración por el explosivo esfuerzo.

ㅡ ¿Cómo es posible que hayamos entrado a la ducha para limpiarnos, y hayamos acabado más sucios de lo que entramos.

Ambos dos se echaron a reír, y esa risa aún resonó cuando juntaron sus labios en un beso cariñoso y cargado de amor. Durante unos segundos, así se mantuvieron. El menor sujetó las mejillas ajenas con ambas manos, mientras que las grandes y masculinas manos ajenas se acoplaron justo sobre el hueso de su cadera, aunque no pasó mucho tiempo hasta que estas mismas bajaron un poco más por su cuerpo, hasta llegar a agarrar sus nalgas, apenas con fuerza, pero de forma notoria. Minhyuk rió, rompiendo así el beso, y al final terminó por apartarse, lo suficiente como para conseguir que sus ojos coincidieran con los del mayor. No hizo falta decir nada, ambos dos sonrieron al instante.

ㅡ ¿Otra ronda?
ㅡ Otra ronda.


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