Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una vida secreta por Ghost princess Perona

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Naruto no es mío

Notas del capitulo:

Espero que les guste

“¡A rumbear!” una de las asistentes a la fiesta levantó su copa en la casa. Las demás estaban recogiendo sus cosas para irse de fiesta, habiendo terminado la primera ronda de bebida que habían tenido antes de salir para la despedida de soltera de su amiga. “¡Vamos a ver strippers! ¡Y a brindar por la novia!”

“¡Por Mito!” todas estaban muy animadas. La pelirroja sonreía a sus compañeras, admirando el anillo que tenía en el dedo. No era muy delicado, de hecho no era su estilo, pero por alguna razón lo adoraba, igual que a su comprensivo y dulce novio. Las chicas se aprovecharon de esto para ponerle un velo de novia en la cabeza. “¡Ya! ¡Ya estamos listas para ir…!”

 “¡Genial!” todas comenzaron a prácticamente bailar hacia la puerta, pensando en lo mucho que se iban a divertir. De repente apareció en la puerta la persona que menos habían esperado que se presentara. “Hola… bueno… ya nos íbamos…”

“Hashirama” se adelantó la Uzumaki, apartándose el pelo de la cara. La coronita que llevaba encima de la cabeza sobre el velo de novia se movió un poco, aunque no importaba. Ya la arreglaría cuando llegara al club. “¿Qué haces aquí?”

“Yo… tengo que hablar contigo” dijo él muy serio. Ella, sin entender, lo dejó pasar y fueron a un cuarto. Las amigas los siguieron, tratando de saber lo que pasaba ahí. Esperaban que no fuera una pelea. Solían pasar mucho los días antes de las bodas, las parejas se reconciliaban al día siguiente, más… “Mito”

“Cariño, escucha, sé que estamos un poco presionados por los preparativos de la boda, pero tu mamá se ofreció a terminar con todos. No hay nada de qué preocuparnos”

“Mito, escúchame” él la detuvo con la mano en alto. La muchacha se cayó, presintiendo que algo iba a pasar. “Quiero terminar”

“¡¿Qué?!”

“Lo siento. Esto es un error… no tuyo, mío, pero… tengo que arreglarlo” se le notaba muy nervioso. La pelirroja no se lo podía creer. Estaban prácticamente en el altar… ¿y él le decía que era un error? ¿Quién se creía que era para ilusionar a una chica así y luego tirarla con una explicación como “es un error”? “Perdona”

“No entiendo, ¿Por qué…?”

“Mira, no te puedo decir mucho… sólo… el anillo”

“Sabes qué, no me digas nada” se quitó el diamante que llevaba alrededor de su dedo, sumamente molesta. “Toma, te devuelvo tu maldito anillo” lo tiró en alguna parte. “Vete y llévatelo, no quiero saber nada de ti.”

“Te entiendo, me voy” el moreno parecía muy aliviado cuando tomó la joya y se fue. Sus amigas entraron en ese entonces, comenzando a abrazarla, compadeciéndose de ella… no había nada peor que ser abandonada en el altar. La misma Uzumaki estaba bastante deprimida por lo que había pasado de ser un día de diversión a uno de pena. Aún así se resistía a que le arruinara el resto del día, no valía la pena.

“Ya, no tenemos que estar llorando” las apartó. “¿Qué dicen si vamos al club y gastamos todo lo que tenemos en una juerga épica? ¡Démosle la bienvenida a mi soltería de nuevo con una gran noche!”

“Si tú quieres” respondió una y todas la siguieron. A las dos copas de tequila ya estaban mucho más recuperadas. Cuando chocaron las copas, bebieron hasta el fondo. “Sabes, creo que eres afortunada, estabas a punto de cometer el peor error de tu vida.”

“¿Sí?” la pelirroja levantó una ceja, ya algo picada. Veía de reojo la pista de baile, junto con muchas de sus amigas. Al final habían acabado visitando un club diferente, ya que no iba a ser una despedida de soltera… Bueno, el caso es que se deshicieron de todas las cosas relacionadas con la boda y sacaron las cosas más sexys de su arsenal. “¿Eso crees?”

“Sep” esa amiga movió su copa. “Si ese chico no quiere estar contigo, entonces no te merece. Allá él, él se lo pierde”

“Así es, amiga” chocaron sus copas de nuevo. De repente alguien se les acercó y pidió bailar con la pelirroja. Ella aceptó, el chico era guapo. Además no había estado ahí nunca, tenía que ser nuevo en la ciudad o sólo un visitante… ¡aparte no había manera de que supiera que había estado comprometida hasta hace unas horas!

“¿Quiere bailar, señorita?”

“Claro” le tendió la mano y salieron a la pista de baile. “¿Puedo preguntar algo?” él asintió. “¿Qué hace alguien tan guapo como tú aquí? Claramente no eres de la ciudad”

“Hace mucho que no vengo, pero soy de aquí. Volví para la boda de mi hermano mayor”

“¿La boda de tu hermano mayor?” preguntó ella sonriendo aún más. “¿Quién es? ¿Acaso alguien conocido?”

“Hashirama Senju” ella lo soltó inmediatamente. Ahora lo entendía, ese era el hermano que no había podido venir hasta último minuto, aquel que todavía le faltaba por conocer, Kawarama. Se fue directo a su mesa otra vez, sin disfrazar su confusión. “Espera, tranquila” la siguió el castaño claro. “No sé qué está pasando aquí…”

“Soy… soy Mito Uzumaki” dijo ella de mala gana, apoyándose en su codo. Lo último que quería en ese momento era encontrarse con un pariente de su ex. Él se sintió muy incómodo, asintiendo. Debió haberse mantenido alejado de los clubes.

“¿Es… estoy interrumpiendo? Las puedo dejar solas y no le diré nada a mi hermano…”

“Está bien, dile lo que quieras” la chica se paró, retirándose. Acababa de sobrevenirle encima de nuevo todas las emociones negativas que había tenido desde que su prometido le había terminado. Se llevó la mano instintivamente al anillo, sólo para recordar que ya no lo tenía. Ese anillo… recordó lo feliz que se había sentido cuando lo encontró entre las cosas de su novio, tanto que ni siquiera lo dejó hablar cuando aceptó y se lo puso…

“Lo siento yo… tus amigas me dijeron lo que aniya te hizo” Kawarama fue con el primero con el que se topó cuando salió del lavabo. Tenía la mano levantada, como si fuera a tocar. “Estuvo muy mal”

“Qué bien” trató de apartarlo.

“Espera” la agarró del brazo, sintiéndose un poco extraño. ¡Estaba hablando con la que iba a ser su cuñada, por el amor de Dios! “De verdad lamento lo que sucedió, Hashirama… bueno, él es un poco extraño. No sé lo que estaba pensando, pero…”

“No tienes que decirme nada”

“Sí tengo que hacerlo, lo que aniya te hizo no tiene perdón” el castaño claro siguió. Oye… quizás no quieras saber nada de mí o de mi familiar, pero… te invito un trago. Vamos, no te voy a morder”

-Tres años más tarde-

“¡Salud!” los Senju brindaron en la gran casa que les pertenecía junto con Mito. La pelirroja sonrió ampliamente, si alguien le hubiera dicho que se comprometería con el hermano de su ex le diría que era una broma muy fea. Sin embargo ahora estaba feliz, más de lo que nunca fue con el mayor.

“He de decir” Namie tomó la palabra. “que me alegro de que vayas a ser de todas formas parte de la familia. Aún más de que vayas a ser nuestra nuera por parte de Kawarama.” ella bebió un poco de vino. “Hashirama… es un buen muchacha, pero no es precisamente…”

“Ahhhh, Hashirama” Butsuma negó con la cabeza. “No sé qué pasa por la cabeza de ese muchacho” suspiró “me esforcé por darle la mejor educación y terminó siendo un empleado a tiempo parcial en una empresa pequeña… ¡Argggg! ¡Traté de hacer todo lo posible por ayudarlo! ¡Incluso me ofrecí a conseguirle un trabajo en mis empresas! ¡Simplemente no lo entiendo!”

“Sí, es muy extraño. Él pudo dar más” no pudieron seguir charlando. En ese momento entró corriendo el mencionado, con una pistola en la mano. Todos se levantaron alarmados, pero se tranquilizaron cuando vieron que apuntaba a las ventanas. El castaño claro se levantó. “Aniya, ¿Qué se supone que estás haciendo?”

“¿Han aparecido por aquí? ¿Están todos bien?” se guardó el arma en una pistolera negra en la cadera. Se acercó resoplando. “Perfecto, levántense todos. Tenemos que irnos”

“¿Por qué?” su madre se paró también, ofendida. “Por si no lo ves, estamos celebrando el compromiso de tu hermano con la chica a la que TÚ despreciaste… que por cierto es muy bonita… ¡Era perfecta! ¡Te habría hecho feliz! ¡Y mírate ahora! ¡¿Acaso has salido con alguien en estos años?!”

“Mamá, no es momento para…”

“¿Y cuando será…?” de repente unas personas entraron por las ventanas, rompiendo los cristales. “¡¿Qué está pasando?!” el mayor de sus hijos maldijo y sacó de nuevo su arma, matando sin compasión y ordenando a su familia que corriera hacia la puerta. Sin perder un momento, ellos lo hicieron. Afuera esperaba una van negra. “¡¿Qué está pasando?!”

“Súbanse”

“¿Qué?”

“¡Ahora!” abrió la van sin mirar, disparando a todos lados. Finalmente todos se acomodaron dentro y él mismo entró, rodando. Encendió, acelerando a fondo. Salieron disparados hacia la puerta. Los pasajeros se agarraron a lo que podían, con los órganos pegándose a su espina dorsal. El mayor conducía como un loco, sin detenerse hasta que los perseguidores se perdieron de vista. “Bueno, creo que…”

“Hashirama” Namie dijo con voz aterradora. “Explícanos lo que está pasando o te juro que…”

“¿Eres de la CIA?” preguntó Mito, sosteniendo algo que había encontrado entre los asientos. Era una identificación de la CIA. Él no quiso responder, estremeciéndose un poco. “Responde, por favor”

“Yo…” suspiró. “Sí, lo soy… y por eso los atacaron” desaceleró ligeramente. “Hace poco, los nombres de los agentes de inteligencias, sus hojas de servicios y algunas de sus informaciones personales fueron vendidas múltiples veces a algunas organizaciones de oriente medio interesadas en vengarse de ellos. He sido agente de campo por un buen tiempo, uno de los mejores… así que supuse que mis enemigos querrían lastimarlos. Fui lo más rápido que pude.”

“Como un caballero al rescate” farfulló Kawarama, apoyándose contra la puerta de la van. No podía creer que su hermano tuviera semejante vida oculta o que esta pudiera matarlos. Vaya manera de celebrar su compromiso.

“No es lo único ¿eres un directivo?” la pelirroja siguió leyendo la placa.

“Claro que no, sólo un agente de…”

“Aquí dice que eres director de…”

“¡Está bien, está bien!” frenó en seco y se volvió hacia ellos. “Estoy en la cúspide de mi carrera, soy uno de los peces gordos de la CIA y me han vendido junto con todos los demás, ¿estás feliz?” arrancó de nuevo. “Afortunadamente no han conseguido la ubicación de todas mis propiedades.”

“¿A dónde vamos?” llegaron al puerto, donde el castaño entró en una de las bodegas. Ahí tocó algo y una trampilla se abrió. Los Senju bajaron por la escalera y se encontraron con un piso de lujo totalmente amoblado. Miraron a su alrededor asombrados. “¿Qué se supone que es este lugar?”

“Una de mis casas de seguridad” Hashirama prendió la luz. Luego se acercó a un armario y comenzó a sacar mantas. “Es un poco fría comparada con la mansión, más no tan mala. He dormido en sitios peores” se las entregó “Hay habitaciones para todos, no se preocupen” las abrió para que vieran. “Sólo… traten de mantenerse callados mientras me comunico con mis superiores”

“Todavía no puedo creerlo” comentó Kawarama mientras veía a su hermano marcharse. “Hashi aniya es un agente de la CIA. Y de los mejores”

“Eso… supongo que es genial” su novia salió del cuarto donde se instalaron, esperando a su ex. Cuando este salió de su cuarto, ella lo detuvo. “Tú… renunciaste a mí porque querías protegerme, ¿no? Tu vida era demasiado peligrosa y no querías involucrarme… en lo que sea que haces para inteligencia.”

“La verdad… es que no. Mis padres y tu tía nos arreglaron esa cita... en ese momento yo ya estaba saliendo con alguien del trabajo, sólo fui porque tenía que mantener mi cubierta. Se supone que no nos conocíamos, no podíamos presentarnos con nuestras familias. Lo siento, pero…” él hizo una mueca. “Perdón”

“Lo… bueno, me gustaría arrancarte la cabeza, pero supongo que conoces cientos de formas de rechazar mi ataque sin moverte” ella se cruzó de brazos. “No me digas, el anillo no era para mí, era para ella, ¿no?”

“Sí… ese día iba a terminar contigo, por eso te iba a llevar a cenar” suspiró. “No quería seguir con la farsa, no era justo, pero entonces encontraste el anillo y aceptaste sin que siquiera preguntara. Mi… se enteró. Es uno de los agentes de elite más importantes que hay… todavía recuerdo su cara… fue muy aterrador” tembló “Dijo que si me atrevía a decir sí delante del altar, que me olvidara de… bueno, y que me mataría, aunque eso es evidente.”

“Pareces asustado”

“Es que tiene la fama de “donde pone el ojo, pone la bala”. No es broma, en verdad me disparó con un arma de francotirador” se estremeció. “Enojado es terrible. Ha matado a células terroristas enteras con esa cosa.”

“Vaya, tu noviecita sin duda te tiene bien controlado”

“No es mi novia”

“Awwwww, ¿terminaron?”

“Nos casamos” bajó la mirada. “Poco después de que nosotros dos termináramos… tengo que decir que nunca me alegré más de que hubieras encontrado el anillo, me hizo darme cuenta de que no le iba a gustar antes de que lo viera y pude cambiarlo antes de que decidiera meterme una bala por el culo.”

“Qué bien” de repente algo se le ocurrió. “¿Sabe tu esposa que tu ex está aquí? Dudo que eso le guste”

“No estoy muy ansioso porque lo sepa” de repente su teléfono sonó en el bolsillo. Él lo sacó y se puso pálido al ver el número. Se apartó a hablar, pero se le notaba muy nervioso. Regresó con la cabeza gacha. “No le ha hecho gracia”

“¿Qué? Es tu esposa, no debe hacerle gracia que tu ex se quede en tu casa por más futura cuñada que sea” le guiñó el ojo.

“No es… precisamente una ella” los ojos de Mito se ampliaron bastante. ¿Era posible que…? “Sí, me casé con un chico. Sé que mis padres no estarán precisamente muy orgullosos… más lo superarán. Verme casado es lo que han querido desde el principio” sonrió “Además creo que se llevarán… bueno, será un desastre cuando se conozcan, pero se conectarán.”

“¿Cómo se conocieron?” se sentaron frente a frente, sincerándose. Mito no había podido perdonarlo por dejarla tirada justo antes de la boda y sentía que no podía integrarse a la familia sintiendo tanto enojo. En la cena quería hablarle y enterrar el hacha de guerra. Al menos ahora podía hacerlo.

“En el campamento de futuros agentes de la CIA” levantó un poco la cabeza. “No sé qué hice, pero me eligieron desde pequeño para agente. Acepté, completé el entrenamiento y… decidí que era lo que quería hacer. Muchos chicos se salieron en esos años… nosotros no. Tuvimos muchas misiones juntos. Éramos inseparables en esos tiempos de agentes de campo”

“¿Dónde está ahora?”

“En Bangladesh, de camino hacia aquí. Primero irá por su familia y luego… luego se pasará por el cuartel para entregar una muestra de un virus que una célula terrorista liberó al aire hace algunos meses” ella se asustó un poco. “Tranquila, hemos confirmado que no es nada potencialmente peligroso.”

“¿Cuándo llegará? Tengo que prepararme por si me dispara”

-En otra parte-

“¿Cuándo va a despegar este avión?” preguntó un pelinegro a la azafata, sentado en primera clase con una botella de agua en las manos. No le gustaba lo que acababa de encontrar, pero si era cierto… apretó los puños. No era tiempo de pensar en eso, primero tenía que avisar a sus sobrinos y poner a su familia a cubierto.

“¿Señor Khufu? ¿Está usted bien?” inquirió la mujer preocupada. “Si es que se siente mal…”

“Sólo dígame cuando…” de reojo pudo ver a personas armadas entrar al avión. Mostraban placas de la policía local, aunque podrían ser falsas. Se relajó en su asiento, poniendo una mano en el arma que tenía escondida en la cadera. “Abajo, ahora”

“¿Qué?”

“Abajo” de repente sacaron sus armas.

“¡Escuchen todos!” el líder de los terroristas mostró un pedazo de papel. “¡No queremos que haya heridos! ¡Estamos buscando a este hombre!” giró con la foto en la mano. “¡Tan pronto como lo encontremos se podrán ir! ¡Sabemos que está en este avión, así que no intenten ocultarlo! ¡Entréguenlo y se irán!”

“Yo sé” alguien dijo y él se acercó. De repente una pistola de bajo calibre le disparó, matándolo al instante. Los otros reaccionaron, más no pudieron hacer nada. Antes de que supieran había tomado otra pistola y les metió una bala entre ceja y ceja a cada uno

“Ahhh… señor Khufu…” la azafata se levantó.

“Que despeguen” ordenó Madara, guardando sus armas. Se sintió mareado, dejándose caer en su silla. “Ahora, antes de que suban más.”

“Señor Khufu…”

“¡Dígale al piloto que ponga rumbo a América de inmediato y salgamos! ¡Vendrán más, tenemos que salir!” gritó, asustando a los demás. Lo hicieron. Apretó el reposabrazos, sintiendo muchas ganas de vomitar. Se recordó que no era hora de enfermarse, debía estar preparado para acabar con cualquiera que tratara de hacerle daño. Se frotó el estómago. “Tranquilo, pronto estaremos a salvo.”

Notas finales:

¿Con quién estará Hashirama? ¿Qué habrá pasado? ¿Y el virus? ¿Qué pasará? Review!!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).