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Flor de lotto [BangLo] por Jelliesters

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Notas del fanfic:

Holaaa.

Espero encuentren esta historia de su agrado.

 

El pelinegro fumaba un cigarrillo cuando los golpes y gritos rodearon la habitación, recargó su brazo derecho sobre en sofá y levantando su mano hacia el hombre que azotaba a un señor de mediana edad colgado por cadenas en medio de la habitación.

 

—Preguntare una vez mas y espero que esta vez si puedas responderme ¿quién es el jefe de la mafia 'seven stars'?

 

—No... — con los labios temblorosos a causa del dolor intentaba responder, la sangre goteaba en su labio y ceja derecha y en su rostro los moretones por los golpes eran muy evidentes — No lo se... — respondió al final con una sonrisa escupiendo al suelo la sangre que le llenaba la boca.

 

— Matalo — el pelinegro se puso de pie y dando la media vuelta salió de habitación escuchando el bajo sonido que causaba el cuchillo penetrando su abdomen a comparación del fuerte grito que dio — No importa cuanto dinero se gaste quiero saber quien demonios es la cabeza de seven stars — apretó sus dientes tensando la barbilla mientras observaba al hombre detrás de el — Yo acabare con el culpable de la muerte de mi hermano, no importa si dejo la vida en ello.

 

Sentenciando lo último avanzó por el pasillo poco iluminado de un motel con sus guardias siguiéndole el paso, desde hace 16 meses Bang YongGuk ahora heredero de la mafia 'double dragon' se había vuelto uno de los hombres mas temidos en el bajo mundo de Corea del sur, la única razón que lo mantenía con vida era vengar la muerte de su hermano, anterior heredero del clan.

 

Un auto esperaba por el en la calle fuera del motel, uno de sus guardaespaldas caminó al frente para abrirle la puerta, YongGuk acomodó su saco y una vez mas observo a su alrededor antes de entrar en el vehículo, como siempre su mirada no tenia sentimiento alguno siempre manteniendo un rostro sin expresión.

 

Recordó entre tantos pensamientos que ese día iría a visitar a su madre por lo que llamando la atención del chofer le ordenó que visitaran una florería de camino a su destino, un semblante serio fue la única compañía que tuvo.

 

La florería era pequeña pero tenían las flores que tanto le encantaban a su madre, junto a la puerta un adolescente estaba arreglando unos ramos y al verlo dejo su labor para darle la bienvenida con una enorme sonrisa, su cabello castaño caía en su frente adornando su blanca piel.

 

—Bienvenido ¿en que puedo ayudarle? — el joven chico acomodo un mechón de su cabello detrás de la oreja por acto de reflejo.

 

—Quiero comprar un ramo de flores de loto — la voz gruesa del mas bajo hizo saltar a el joven de cabellos cafés provocando que comenzara a reír disculpándose.

 

—Le preparare el ramo, deme unos minutos — con su sonrisa dio media vuelta reprendiéndose mentalmente por lo que acababa de hacer— JunHong eres un torpe.

 

YongGuk había alcanzado a oír aquello por lo que una curva se asomó en sus labios, a paso lento se colocó frente al mostrador con grandes adornos en el, suspiró viendo por la puerta, no podía negar que estaba cansado de todo lo que hizo en el día, desde joven se había mezclado entre la mafia mas nunca se le había dado a elegir que hacer con su vida.

 

—¿El ramo es para su novia? — el joven se acerco al mostrador acostando el ramo con un lazo en la base — tienen un hermoso significado — dijo con una sonrisa en sus labios y dulces mejillas rojas que hicieron al mayor interesarse en el.

 

—Las flores no tienen significado — Un puchero se asomó en el rostro ajeno mientras su ceño se fruncía — ¿me equivoco? — ladeó su rostro acercándose al castaño dando una mirada seductora —

 

—Todas tienen significado, hasta la mas pequeña de ellas... — Logró decir con un tono apenado por el gesto del pelinegro.

 

— Vaya, entonces si tu sabes el significado puedes decirme si son correctas para regalar a mi madre — su respuesta fueron varios asentimientos de cabeza.

 

Las expresiones tan infantiles le hicieron lamerse los labios, al estar listo el ramo lo sujeto en su mano metiendo la otra en su bolsillo para sacar el dinero y pagar por las flores, al acercarse a la puerta sus talones giraron después de escuchar la voz del joven despidiéndose.

 

—Vuelva pronto.

 

La reverencia frente a el le causo una curva en los labios que parecía sonrisa, giró de nuevo para abrir la puerta y dejar sin expresión su rostro, el auto estaba abierto por lo que entro de inmediato para seguir su camino a la clínica donde su madre estaba retirada.

 

El auto estacionó en uno de los lugares libres de la clínica, le abrieron la puerta y salió con dos de sus guardaespaldas siguiendo su recorrido, pasó de largo en la recepción y tomó el elevador, no tenia intención de mostrarse a su madre con dos hombres en la espalda siguiéndole el paso por lo que los dejó en la puerta cuidando su estadía. la señora Bang estaba sentada en la cama observando la ventana y al verlo entrar sonrió haciendo latir en corazón del mayor.

 

—YongNam, volviste mi cielo.

 

—Mamá — se acercó sonriendo, se sentó a un lado de ella besando su frente y acercando el ramo a sus piernas — mamá, soy YongGuk.

 

—Nammie, siempre tan amable— levantó el ramo de flores e inhaló su aroma— mis favoritas.

 

—Mamá, soy YongGuk — repitió al ver que ella no prestaba atención.—

 

—¿YongGuk? — por un instante su mirada se perdió teniendo un rostro inexpresivo y de la nada volvió a sonreír — YongGuk sigue saliendo con los matones de tu padre, Nammie habla con el la próxima vez que lo veas — Palmeo su brazo. —

 

—Claro madre— intentó sonreír mientras pasaba su brazo sobre sus hombros y la abrazaba contra su pecho dejándola cómodamente tomar lugar.

 

~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~

 

—JunHong, ya puedes irte a tu casa — una señora de avanzada edad se acercaba a el — muchas gracias por ayudarme hoy.

 

—De nada señora Park — Hizo una pequeña reverencia con su sonrisa de oreja a oreja. —

 

—¿No te gustaría venir mas seguido? Hay veces donde mi espalda duele por cargar esos enormes adornos — se quejaba sentándose en una pequeña silla a un lado de varios ramos florales — te pagaría semanalmente.

 

—¡Estaría feliz de ayudarla! — El menor sonaba muy emocionado por tener tantas ganas de que ese fuera su primer empleo. —

 

Ayudó a cerrar el local y prometió volver al siguiente día, se había hecho tarde por lo que la oscuridad le daba un poco de escalofríos, trató de moverse lo mas rápido posibles a la estación para tomar el transporte que lo llevaría a casa, al subir y tomar asiento observó por la ventana su reflejo recordando a el hombre de la tarde en la florería que había comprado flores de lotto y su expresión incrédula al decirle que tenían significado.

 

—El me recuerda tanto a papá, hermano — Susurro contra el cristal provocando que se empañara.

 

Al sentir frío recordó llevar una chaqueta al día siguiente, cuando el metro se detuvo en su parada bajó caminando a su casa, se detuvo varios metros después en una enorme casa tradicional a la cual le dieron la bienvenida, pronto comenzó a correr dentro buscando a su madre y encontrándola sentada en el suelo en una de las estancias arreglando varios floreros de casa.

 

— He vuelto, la señora Park me ha ofrecido trabajo en la florería— su tono de voz no perdía la emoción.—

 

—Felicidades, mañana te prepararé el almuerzo para que lleves — Sonrió acariciando el brazo de JunHong— pero promete que el próximo año entraras a la universidad —los ojos cansados de su madre le observaban.—

 

— Esta bien, te prometo que ingresare los papeles — Le regalo una sonrisa a su madre — Es tarde, te llevaré a descansar.

 

Poniéndose de pie se acercó a su madre y la cargo en brazos haciendo colgar sus pies, tratando de aguantar su peso caminó hacia la habitación de sus padres para acostarla sobre la cama, se sentó a su lado mientras se inclinaba a sacar un gel del buró.

 

—Te daré un masaje para que puedas dormir cómoda.

 

Se arrodilló en la cama y tomó una de sus piernas comenzando a darle un masaje, al ver que su madre no sentía nada se desánimo pero no se rindió y termino el masaje hasta el final, se despidió de su madre y fue a su cuarto para meterse en las sabanas listo para dormir.

 

—Hermano, buenas noches — dijo al aire cerrando sus ojos.


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