Ijuui Kyo sabía que aquella decisión había sido la más baja que entre todas pudo escoger, pero las opciones eran tan pocas en el mar de oportunidades ya escogidas que no le había quedado más remedio.
Ver de pie frente suyo a la persona por la que cada día desde ese cruel encuentro había conseguido inspiración le hubiera sido una escena hermosa en cualquier otro momento, pero no era ese el caso en ese preciso instante. No después de haberle dicho lo que de su boca salió como dagas y veneno.
-¿E-está hablando en serio?—Sus ojos titilantes de inquietud y esa voz temblante por la desesperación de sentirse culpable por todo lo que estaba pasando, cada cosa en ese panorama le hacía tener sentimientos profundamente contradictorios, desde apreciar su obra de arte creada con sus propias manos hasta lanzarse a las ruedas del primer auto que cruzase por su camino.
-Totalmente en serio, Misaki.
Y no era mentira, después de todo, gracias a él había conseguido la inspiración, gracias a él era que aquel manga continuaba, a él y sus palabras de aliento que sin pensarlo dio luz roja a su pesimismo impidiéndole que continuara pensando que mejor sería renunciar. Si Takahashi Misaki salía completamente de su vida él…sencillamente ya no podría continuar.
Vio a Misaki bajar la cabeza, sus ojos ya no lo miraban más, posiblemente el sentimiento de culpa lo obligaba a sentirse inferior frente suyo, eso no era lo que él quería, mucho menos que sintiera que todo aquello era un chantaje y aunque él había sido claro en sus palabras, posiblemente para Misaki fue todo lo contrario.
-I-Ijuui-sensei…
-No, Misaki, no me malentiendas por favor—Las manos de Ijuui viajaron directamente a los hombros del más bajo, en ese cálido atardecer de primavera sus manos helaban como en invierno sin saber el por qué. Sus prendas eran totalmente caseras pero a él no le importaba en lo absoluto, fuera de su departamento luego de haber recibido un encargo de Isaka ambos se detuvieron antes de despedirse, dejando que Ijuui hablara lo que en verdad pensaba—Lo diré una vez más y presta atención: Todo el tiempo por mi cabeza ha pasado la idea de rendirme ante The Kan, muchas veces, incluso antes de conocerte el proyecto iba a dar su último suspiro con unas cuantas tonterías aunque mis editores jamás estuvieron de acuerdo, The Kan es muy solicitado y me siento orgulloso y honrado por ello pero, es mucho trabajo para mí. He pensado en retirarme varias ocasiones, incluso cuando me encontraste aquella vez en la sala de Marukawa tenía pensado hacer ese el último capítulo del manga…pero apareciste. Apareciste y me diste más que ánimos, me diste inspiración, deseos de continuar y una nueva razón para seguir. Me hiciste recordar por qué quería dibujar y por eso…continué.
Misaki levantó la cabeza obligado por las manos del mangaka, quería ver sus ojos reflejando el anaranjado del atardecer, quería sentir por última vez ese verde mezclándose con los colores de la vida, apreciar una última oportunidad, lo que hubiera sido si él no hubiera llegado tan tarde a la vida del castaño.
-Y-yo no sabía que eso…
-Espera, déjame terminar de explicarlo—Con un roce sutil Ijuui acarició el borde de sus labios, sintiendo cómo el cuerpo de Misaki lo rechazaba inmediatamente al querer aflojar su agarre. Suspiró decidiendo continuar con lo que eran las últimas patadas de un ahogado—Después de unos días pensándolo adecuadamente, y como te dije aquella vez, pude comprender que me había enamorado de ti, que habías conseguido lo que otros no consiguieron, darme la inspiración que me faltaba….por eso, ahora que estoy decidido a escuchar una respuesta de tu parte lo voy a decir una vez más claramente: Estoy enamorado de ti…si aceptas mis sentimientos y dejas a Usami Akihiko tendré la inspiración y motivación suficiente para seguir con la historia que tanto amas.
-S-si no—Las manos de Misaki intentaban alejarlo al menos un poco de él, pero Ijuui se lo impedía.
-Si no lo consigo, el manga termina—Notar que la mirada verde del castaño se desesperaba buscando más opciones le hizo achicar el corazón, obligándolo a explicarlo claramente—No es amenaza, ya lo dije, pero si no puedo tener a mi fuente de inspiración a mi lado como mi ser lo anhela, es imposible continuar para mí.
-D-debe haber una forma, alguna otra cosa que pueda hacer por usted…Ijuui-sensei.
-No la hay—Cortó Ijuui directamente— ¿Crees que no la he buscado? Todo este tiempo he tratado de auto-convencerme de que tus sentimientos jamás serán iguales que los míos, pero solo consigo apoyarme más en ti. Sé que no me quieres como yo te quiero, pero mis sentimientos ¿Quién los hace entender?
-No…no sé qué decir…Ijuui.
-The Kan es importante para ti, lo sé…pero no puedo continuarlo si tengo estos sentimientos dentro de mí.
Ijuui notó la sumisión de Misaki al encontrarse meditando cada una de sus palabras, aprovechó la oportunidad para tomarlo desde la cintura y conseguir acercarlo más a él, sin importarle si alguien viera la escena o cuestionaran sus principios, lo que quería era ver a Misaki dudar de Akihiko y sus sentimientos.
Con la mano que sostenía su mentón abrió su boca con suavidad, sintiendo el aliento inquieto del castaño, sus ojos notaban confusión, desesperación por conseguir una respuesta pronto, antes de cometer cualquier locura.
-Si tan solo me dieras a mí, a ti, a nosotros una oportunidad yo podría….aceptarlo.
-L-lo siento…yo…Usagi-san…
-¿Usagi-san?—Tan solo escuchar el molesto apodo que Misaki tenía para Usami Akihiko le daba repelús y obligaba a sus instintos posesivos dominar su territorio—Misaki, Usami solo te obligó a quererlo, no te dejó elegir adecuadamente. ¿En algún momento él dejó que eligieras? Lo que pasó ahí fue que apareció en su camino un adolescente inexperto en el amor, ni siquiera sabes si lo que sientes en verdad es amor…pero conmigo, Misaki, conmigo no será así, te estoy dejando escoger, dándote una oportunidad de conocer bien lo que es estar en una relación donde amas a esa persona, donde la quieres hasta el punto de perder los sentidos por él. Solo déjame mostrarte, que lo que él te hace sentir cualquiera lo haría…pero lo que yo te haré experimentar jamás alguien te lo entregará.
Con la determinación de besar a Misaki, Ijuui se acercó presuroso a sus labios, en el rostro del castaño había escrito un poema que el mangaka no logró descifrar, pero al menos una pequeña parte de él pudo distinguir; no quería aquello.
-Escucha…Misaki—Por el contrario de aflojar el agarre sus manos lo apresaron desde su ropa— ¿Amas a Usami?
-¿Eh?
-Si lo amas, aléjame y dilo claramente, para que te pueda comprender.
Posó con más firmeza el agarre en la barbilla de Misaki, lo fue acercando hasta que sus labios estuvieron escasamente separados, Misaki en ese instante imaginó el rostro compungido de Akihiko y con rapidez detuvo los movimientos del mayor, posando ambas manos en el rostro de Ijuui para así poder alejarlo.
El mangaka se detuvo, miró a Misaki con las mejillas sonrojadas y desesperado por querer detener todo ese juego, supo comprender que dentro del castaño estaba encendiéndose la determinación que pensó no tenía para defender su relación con Akihiko, pensó que quizás muy por el contrario de hacerlo dudar había fortalecido los sentimientos del castaño hasta el escritor.
-L-lo siento, Ijuui-sensei—Misaki se separó ya unos metros de distancia, ocultando su vergüenza vagamente con su antebrazo—No puedo hacerle esto a Usagi-san.
-¿Lo amas? No te ha dejado escoger…Misaki.
-No es como si estuviera obligado a salir con él, tuve varias oportunidades de irme si me desagradara Usagi-san—Una sonrisa se formó en sus labios—La verdad en el principio me sentí confundido, cuando él hablaba con la persona a la que anteriormente amaba yo…me sentía raro, quería que solo me elogie a mí, que sus palabras de aliento llegaran después de ver mis resultados en el estudio, desde ese momento ya empezaba a tener estos sentimientos pero no me daba cuenta. Si miro correctamente, el que se enamoró primero aquí fui yo—Decirle todos sus pensamientos a otra persona en voz alta le hacia avergonzar, pero si no era claro con respecto a ellos habrían más inconvenientes, y en aquel momento cuando ya comprendía sus sentimientos era lo que menos quería—Me gusta The Kan, me gusta Ijuui-sensei pero…eso es todo, amo su trabajo y lo respeto pero no tengo los suficientes sentimientos para estar como estoy con Usagi-san así que…si The Kan debe terminar me sentiré muy triste, pero si esa es la única opción yo…tendré que disculparme con usted, Ijuui-sensei.
-Siempre pensé que…no encontrarías esa determinación en esta relación…Misaki.
Ijuui caminó dos pasos hacia atrás riendo silenciosamente mientras ocultaba bajo su cabello un rostro totalmente decepcionado, abatido, destrozado.
-Lo siento de verdad, Ijuui-sensei.
-Si lo pienso adecuadamente… el que te conociera tuvo que ver bastante con Usami Akihiko…si no hubieras estado con él posiblemente jamás te hubiera tomado en cuenta como se debe…te hubiera considerado un fan más si tal vez nos encontrábamos en alguna firma de autógrafos…no, quizás me hubiera interesado en ti pero no a tal punto—Revolvió sus cabellos sintiendo la frustración—Maldición, Usami tiene tanto que ver en mi sufrimiento que ya siento que es a él quien me estoy confesando.
-Ijuui-sensei.
-Bien…si así son las cosas es mejor que vayas a casa…pronto oscurecerá y es peligroso andar por la calle a esta hora.
-Lo siento de verdad…Ijuui-sensei.
-No lo sientas, Takahashi-kun, es peor de esa forma.
Ijuui caminó despidiéndose vagamente con la mano, Misaki solo pudo verlo marcharse, sin intenciones de detenerlo, mucho menos en ese momento cuando gracias a él había dicho lo que pensaba por primera vez.
Giró hacia el lado contrario y emprendió el camino al departamento donde posiblemente estaría Akihiko esperándolo.
***
-Estoy en casa.
Misaki cerró la puerta tras de sí, todas las luces encendidas le daba la pauta para creer que el escritor se encontraba dentro del departamento, aquel olor dulce y quemado que se mezclaba en el ambiente solo le hizo estremecer por miedo a ver lo que pudiera encontrar cruzando la puerta a la sala.
Cuando abrió temeroso por lo que sus ojos fueran a ver se encontró con Akihiko de pie en la cocina y unas ollas echando humo negro, quiso correr hasta él y lanzarlo lejos de la cocina, su santuario que ahora se encontraba destrozado por las manos de un tirano sin razón.
-Llegaste…bienvenido a casa.
Misaki miró como no creyendo lo que estaba pasando, sintió que Akihiko se alejaba de su “obra de arte” pidiéndole con la mente que solucione todo antes de cenar.
-Oh, gran maestro Usami Akihiko, puedo saber ¿Qué demonios es esto?
-Quise hacer esto—Akihiko le enseñó en su celular una receta básica de un dulce apetecible a la vista, pero que en la realidad era más una mezcla para bomba nuclear—Creo que no va muy bien como pensé.
-¿No? ¡Esto es veneno! ¿Cuántas veces te he dicho que no entres a la cocina cuando yo no estoy? Maldición mira el piso, las ollas, los palillos ¿Por qué demonios tienes lápices en la cacerola?
-Quería sacar los palillos que se hundieron.
Misaki empezaba a cuestionarse el por qué se había enamorado de una persona tan problemática, salir con Ijuui posiblemente habría sido más tranquilizante, acogedor y grato.
-Esto no es algo que deba sorprenderme—Murmuró mientras se hacía al dolor por la situación—Después de todo así me enamoré de ti.
Calló por un segundo, para cuando se dio cuenta de sus palabras ya era demasiado tarde, estaban dichas y Akihiko las había escuchado. Todo el calor del momento de ira se había convertido en vergüenza pura que se demostraba en sus mejillas rojas como la misma sangre.
-¿Eh?—Akihiko lo miraba con diversión— ¿Qué fue eso? No pude escucharlo correctamente.
-¿Q-qué cosa? ¡Nada! v-voy a cambiarme para limpiar todo esto.
-Misaki—El escritor lo detuvo de su brazo antes de que el castaño forjara su escape—Repítelo.
-Ah, no seas tan pesado.
-¿Por qué? Después de todo así te enamoraste de mí.
Otra vez esos colores rojos intensos en sus mejillas y los deseos de hundir la cabeza en la tierra. Sintió las manos de Akihiko acercarlo a él hasta chocar con su pecho, sintiendo el latir de su corazón levemente apresurado.
-U-Usagi-san.
-Aunque sea por un desliz…me gusta cuando dices esas cosas, Misaki.
El calor de su cuerpo, el olor del dulce quemado junto al perfume que le gustaba lo empezaban a embriagar, sintió remordimiento cuando recordó lo que había pasado con Ijuui hace apenas unos minutos, pese a rechazarlos esta vez adecuadamente sentía que algo estaba mal.
-“¿Lo amas? No te ha dejado escoger.”
Apretó sus labios sabiendo que se iba a arrepentir después de lo que diría, pero al menos su consciencia estaría menos pesada que en ese momento.
-¡Escúchame bien!—Alejó a Akihiko carraspeando mientras su mirada se dirigía hacia otro lado—N-nunca me has obligado a nada, y decidí estar contigo porque quería a-así que esto es por voluntad ¡No dudes que…t-te amo!
Era todo cuanto podía hacer en ese momento, después de todo lo que había dicho Ijuui, después de cuatro años de una relación clandestina en la que su hermano aún no participaba, y estaba seguro que le costaría decir algo más durante un largo tiempo.
Akihiko ante tal declaración miró sorprendido a Misaki, caminó siguiéndolo hasta toparse con la entrada de su habitación donde el castaño se detuvo unos segundos.
-I-iré a cambiarme para limpiar eso.
-Misaki—El aludido regresó su mirada encontrándose de lleno con los labios de Akihiko, los que devoraron su boca sin pedir permiso, la puerta fue abierta por las manos del menor permitiéndole ingresar a su propia habitación. Por su mente pasaba la idea de que una vez cada cuatro años él podía ceder un poco en esa relación, al menos un poco—Yo también te amo.
-“Posiblemente una relación con Ijuui-sensei sería agradable, acogedora y tranquila”—Misaki cerró los ojos dejando que Akihiko hiciera que su cuerpo se sintiera en llamas—“Pero jamás sería como este sentimiento”