Alguna vez se han preguntado si vale la pena vivir?, bueno, pues ahora es lo que me pregunto yo…hola, mi nombre es Hibari Kyoya, tengo 28 años, en un mes cumplo 29, mi vida no ha sido muy linda que digamos, oh no, mi vida ha sido algo...triste, a los 8 años me diagnosticaron un tipo de epilepsia que solo me hace “dormirme”, todos dirán que tuve suerte, pero no...desde esa edad sufrí de bullying por parte de mis compañeros de la escuela e incluso de mis profesores, incitando a los chicos a lanzarme cosas mientras sufría mis episodios e incluso, no sé cómo, me lastimaron físicamente, sufrí demasiado, más aún porque mis padres no me creían al principio.
Ese acontecimiento, hizo que empezara a crecer con inseguridad, con miedo, creyendo que cualquiera que me conociera y supiera de mi enfermedad, me iba a lastimar, poco a poco me empecé a refugiar en una pequeña burbuja, así nadie podría dañarme. El tiempo pasaba y yo crecía, mi enfermedad cedió, pero mi inseguridad no, seguí mis estudios e hice amigos, pero no era feliz, me sentía que era un fenómeno que todos me veían y se burlaban de mí.
Fue en la universidad donde fui un poco más….normal….seguí estudiando y tuve muy buenos amigos, también me encontré al amor en un hombre muy guapo, su nombre era Takeshi Yamamoto, ambos estábamos en el mismo grupo, nos hicimos buenos amigos, teníamos tantas cosas en común y, por primera vez era feliz!...después de tanto tiempo, era feliz, nos hicimos novios y siempre nos amábamos, salíamos todos los días, conoció a mi familia y yo conocí a la suya…debo decir que soy una persona muy romántica, me encanta que me regalen flores, chocolates y cosas por el estilo y con Takeshi, me había sacado la lotería, todo era lindo con él, todo era perfecto, incluso me había pedido que me casara con él, sin embargo, le comente que nos esperáramos, ya que yo tenía 24 años y el 22 y aun estábamos estudiando...todo iba de maravilla, hasta que un día, la misma inseguridad se hizo presente.
-no me mientas Kyoya!...sé que tienes a alguien más!-me dijo muy molesto
-por supuesto que no Takeshi!, solo quiero estar este fin de semana con mi familia…además, como se te ocurre decirme eso, te veo todos los días-le conteste muy indignado-o acaso tienes las pruebas de lo que dices?-
-si…si las tengo-
-muéstramelas…-
-no…-me dijo de inmediato
-muéstrame esas pruebas….-le dije de nuevo
-que no…-
Lo miré a los ojos…
-no las tienes, verdad??-
El solo bajo la mirada y me dijo...
-no…-
Jamás le había dado motivos para que dudara de mí, eso partió mi corazón, ese día Takeshi y yo habíamos terminado, me sentía muy mal ese día, la única persona que amaba y me hacía sentir segura, me había lastimado demasiado, después de eso, por dos meses me estuvo rogando para que volviéramos, pero yo no cedí, aunque me dolía mucho y mi corazón me dijera que volviera con él, pero mi maldito orgullo pudo más, después solo quedamos como buenos amigos.
Por fin, había terminado la universidad y me gradué, pero, como todo estudiante recién egresado, conseguir trabajo no fue nada fácil, sin embargo, una prima me ayudo a entrar en la empresa en donde trabajaba, no era algo de mi ramo, pero, necesitaba ganar experiencia y poder abrirme paso, y así sucedió, poco a poco me fui desarrollando y, curiosamente, me empezó a gustar lo que hacía, mi jefa era muy buena onda, aunque a mis compañeras no les cayera bien, pero a mí no me importaba, ya que, yo estaba ahí para trabajar, hice amigos, si, y unos muy buenos, sin embargo, había alguien que, poco a poco me demostraba su verdadera intensión, mi jefe inmediato, un hombre de unos 70 años estaba acosándome, yo era muy inocente y nunca supe sus intenciones, hasta que un día comenzó a tocarme, como yo no me deje ni me entregue a él, comenzó a cambiar conmigo, a tal grado de hacerme la vida muy infeliz, todo esto se lo contaba a mi mamá, sin embargo, en vez de apoyarme, solo me decía que me quedara y que me esperara, pero no podía!!...así que tuve que buscar otro trabajo.
¿Oh, se me olvidaba contarles, en todo este tiempo jamás he podido salir con amigos, por qué?, fácil, mi madre me tiene muy sobreprotegido, desde los 8 años, es difícil, porque a mí me está hartando eso, pero…eso también fue la razón por la cual sea un chico muy inseguro.
Así, salí de aquel lugar y entre a mi actual trabajo, poco a poco fui creciendo laboralmente, pero mi vida personal comenzaba a decaer, bueno…la poca vida personal que tengo, no salgo, mi madre me sigue impidiendo que salga ahora con mis compañeros de trabajo y cuando intento “rebelarme” me sale peor, haciéndome sentir el peor hijo del mundo.
Pero a pesar de todo esto, mi vida enteramente laboral, conocí a alguien, un buen amigo en el trabajo, un amigo que, es muy guapo, su nombre es Rokudo Mukuro, 26 años, y ya con dos niños, nuestra amistad comenzó por cosas que tenemos en común, les suena familiar?, todos los días conversamos, comemos juntos y reímos, sin embargo, mi corazón comenzó a decirme que me enamorara de él, y así paso, les platique a mis amigos, a dos de ellos de hecho, así que me ayudaron a que él se fijara en mí, poco a poco el intentaba decirme que le gustaba, y yo también...salíamos al cine, obvio, cada vez que podía, ya que, por sus hijos, tenía muy poco tiempo para él.
Pero eso no iba muy bien...
-Kyoya...me gustas mucho, de verdad que si-me dijo-pero...en este momento no tengo cabeza para eso, estoy en un lapso en lo que me interesa más, son mis hijos...y si algún día se da, está bien, si no...debes entender-
Yo, con el corazón hecho pedazos de nuevo, le sonreí y le conteste
-no te preocupes…entiendo-
Seguimos con nuestra amistad, hasta que un día acordamos en ir a un hotel a tener sexo...si...la verdad es que, a estas alturas, mi vida me daba igual, no funcionaba el ser el niño bueno del cuento...así que, aprovechando una fiesta del trabajo, nos escapamos al hotel, ese día fue donde perdí mi virginidad, y precisamente con el chico que quería, con Mukuro, ese día volví a ser feliz...o algo por el estilo
Después de esto, prometimos no decir nada, solo hacer entender a los demás que lo nuestro no era bueno y solo seguíamos siendo buenos amigos, nuestra relación amistosa se fortaleció, pero, como siempre, me sentía vacío por dentro, inseguro, una basura, en pocas palabras, sufro de depresión...
Así que, surgió otra cosa en el trabajo, debido a mi grandioso trabajo en la empresa y claro, según las palabras de “el”, por ser un chico muy lindo, mi jefe comenzó a coquetearme, decirme que soy muy lindo y que tengo buen cuerpo, después de lo que paso con Mukuro, me sentí más libre, sexualmente hablando, así que me dije “porque no?”, así que empecé algo digamos…aventura con mi jefe, Dino Cavalone, cuando podemos, el me da “ride” para acercarme a mi casa, pero no sin antes, tener algo sexual en su auto, eso me emociona más, me siento...amado, y libre.