Siempre llega la época de finales de año en la que todo estudiante está al borde del colapso mental, y Yuri no era la excepción.
Llevaba dos horas frente a su computador, refrescando una y otra vez la página web de la facultad de música y artes de la universidad que asistía, esperaba con una horrible ansiedad muda las calificaciones de los últimos exámenes para saber si había aprobado su último año de carrera. Como toda página web de cualquier universidad del mundo, cada vez que necesitas con urgencia de ella, colapsa o está en mantención.
-Funciona, porquería... -suspiraba volviendo a apretar la tecla F5.
Por fin, la página cargó. Dio un fuerte golpe en su escritorio con la palma de ambas manos antes de acomodarse los lentes para comenzar a buscar su número de identificación para ver sus calificaciones finales y saber si había reprobado o no.
-Me la eché*... -Apoyo sus brazos en el escritorio antes de comenzar a llorar con profunda indignación a sí mismo.
¡Su último año reprobado! Era la primera vez que pasaba por eso, la repentina muerte de su perro le había dejado en una profunda depresión, quedándose encerrado muchas veces en su habitación sin salir, sin ganas siquiera de levantarse, componer alguna canción, formar un guion o pintar algún cuadro abstracto de sus sentimientos actuales para liberar tensión.
No salió de su habitación durante más de tres horas para pasar lo más tranquilo y rápido posible las etapas del duelo post reprobación de año:
Negación:
"¡No, no puede ser que haya reprobado!" Daba una vuelta por su habitación y luego miraba la pantalla de su computadora, luego suspiraba y volvía a mirar la pantalla.
Ira:
"¡¿Cómo pude ser tan imbécil?!" Se balanceaba en el asiento con los puños cerrados y golpeando fuertemente en el suelo con ambos pies "¡malditos profesores que no entienden el dolor ajeno!... ¡Los odio a todos! ¡¿Vicchan, por qué tenías que morir?!"
Negociación:
"Tal vez pueda enviar una carta a la universidad apelando a que no me quiten la beca, ¡Sí! Tal vez podría" Pensaba paseando el mouse por su correo electrónico.
Depresión:
"No... no hay nada que hacer, yo sabía que si reprobaba ramos anuales mi beca sería revocada" Lloraba sintiéndose culpable, consumido por la culpa de haberse olvidado de su deber estudiantil.
Aceptación:
"Bien, ya todo al diablo. No puedo renunciar tan rápido... no importa que me quiten la beca, buscaré un trabajo... ¡Sí! me pagaré mis estudios, total es sólo un año." Pensó levantándose del asiento cerrando el puño, entusiasmado.
Como todo ser joven en busca de trabajo, buscó en el navegador de Google: Trabajos de medio tiempo, buscando en diferentes anuncios encontró un anuncio que se necesitaba personal para trabajar en una tienda de discos, mangas, comics y videojuegos.
-¡Perfecto! -Anotó los datos en una hoja de cuaderno, creó su currículo laboral (Nulo, claro... jugar videojuegos no se consideraba experiencia en ventas) y vio la hora aterrado al notar que era de madrugada. Imprimió el papel antes de echarse a dormir como ser humano derrotado que era.
Luego de pasar a la universidad para confirmar que efectivamente el retiro de la beca era inminente, se fue al centro de la ciudad siguiendo Google Maps la dirección anotada en su hoja de cuaderno. Después de ubicar la calle comenzó a buscar el número hasta encontrar el "Comic on Ice": un local verde agua de dos pisos de altura a la entrada de un caracol lleno de locales comerciales, con dos vitrinas adornadas de poster, discos, figuras y mangas.
-¡Yo quiero trabajar aquí! -No pudo evitar decir en voz alta, cuando una risa sonó a su espalda, aterrándolo y causándole una enorme vergüenza.
Un chico un poco más alto que él, con ojos de un hermoso tono azul que no podía identificar dentro de su conocimiento de la rosa cromática, llevaba una playera de piqué negra con cuello fucsia haciendo que su piel se viera blanca y su cabello de un color curiosamente claro ¿Plateado? ¿Gris? ¿Él era albino tal vez? El joven le sonreía divertido con las manos en los bolsillos de su chaqueta de jeans.
-¿Con que quieres trabajar aquí, huh? - Cuando le habló guiñándole un ojo, Yuri comenzó a rebuscar su heterosexualidad en los bolsillos de su pantalón cargo azul.
-Yo querer... Tú... ¿Tú trabajar aquí? -Se sintió tan estúpido al escucharse hablar como Tarzán que su rostro se sonrojó, tosió un par de veces para aclarar las ideas- Ah... Vine por el anuncio de internet ¿Trabajas aquí?
-¡Jajajaja! -El joven rio abiertamente demostrando lo divertido que había sido sólo entablar conversación con él, mientras Yuri cavaba un agujero en el asfalto para que lo enterraran vivo. El joven respondió: -Sí, trabajo aquí medio tiempo... ¿Buscas el empleo? ¡Qué bien! -Yuri quedó sorprendido por la extraña sonrisa abierta que formaba con la boca -El chico que estaba antes renunció vaya a saber por qué. ¡Entremos y te presentaré a Yakov!
-¿Ah? Pero... -
Yuri siquiera pudo terminar de armar la frase cuando el desconocido rompe heterosexualidades le tomó de los hombros, le giró en su propio eje y le empujó de la espalda para entrar al interior de Comic on Ice.
-¡Llegas tarde de nuevo, Vitya! -Se escuchó el grito de Yakov, el dueño y administrador de la cadena de locales de la ciudad, mientras acomodaba unas cajas frente a una de los mesones de vidrio y aluminio. -¡Ayuda aquí y deja de estar perdiendo el tiempo!
A Yuri con sólo hecho de ver el rostro irritado del hombre le dieron ganas de volver por donde lo habían metido, entendió por qué el joven que trabajaba ahí renunció... él ya quería renunciar y ni siquiera trabajaba ahí.
-¡Yakov, tengo la solución! - Dijo alegremente el joven y cuando el viejo se les acercó, Yuri quería dar un paso atrás, pero el pecho del tal "Vitya" interfería en su estrategia.
"¡Quítate, quítate! ¡Estorbas mi huida!" Pensaba Yuri cuando el hombre le miró.
-¿Vienes por el trabajo, verdad? - La voz de Yakov retumbó en su cerebro.
-Oh, sí... venía por eso. -Dijo haciendo énfasis en venía.
-Bien... contratado. - Dijo Yakov saltándose todos los protocolos habidos y por haber para contratar a alguien mientras la cara de Yuri se deformaba a una de enorme incredulidad.
¿Así nada más y ya tenía el empleo? ¿Sólo debía entrar y decir: vengo por el anuncio y ya quedaba? Se quiso dar contra la vitrina para ver si estaba en alguna clase de sueño loco o algo, cuando se volteó para ver al ahora nuevo compañero de trabajo pero no estaba ¿Acaso era uno de esos ángeles que salen de la nada para ayudarte? No, era muy sexy como para serlo.
-¡Ey! -La voz de Yakov le devolvió a su pobre realidad de universitario fracasado. -¡Ayuda con estas cajas! ¡Se supone que ya estás trabajando!
-¡Sí, señor! -Corrió a recibir una de las cajas que el viejo levantaba. -¿Dónde la dejo?
-¿Donde más? ¡En la bodega! -Le apuntó una puerta al fondo del local.
"Claaaaro, llevo cinco minutos y ya conozco a la perfección el lugar." Pensaba el reprobado mientras rodaba los ojos.
Yuri caminó con la caja tratando de no pasar a llevar estantes móviles rellenos de comics, se metió a la dichosa bodega y encontró al joven que le empujó hablando animadamente con un rubio con cara de malhumorado vestido con el mismo uniforme, aunque a diferencia del más alto que llevaba jeans azules este llevaba jeans ajustados negros. El rubio le miró de inmediato dándole una mirada como si estuviera oliendo excremento.
-¿Este es el nuevo, Victor?- Le dijo con socarronería mientras le apuntaba. -No pudo haberlo contratado así nada más, ¡no tiene nada de estilo!
"Ah, se llama Victor." Pensó mientras caía en la cuenta del comentario que le había lanzado el chico rubio "A ese mocoso le faltan como treinta centímetros como para que me diga algo". Hizo el que no escuchó el comentario para no pelear (le aburrían las peleas con mocosos), dejando la caja en el suelo.
-Yakov me dijo que tenía que traer la caja para acá... - Dijo quitándose la mochila y dejándola en un rincón de la bodega.
-¡Te dije que lo había dejado! -Victor dio dos aplausos divertido y de una caja sacó una playera para que se cambiara- Ten ponte esto, ahora que trabajas aquí tendrás que usarla en tus turnos.
-Ah, bien... -Dijo recibiendo la prenda y mirando hacia los costados. -¿Dónde puedo cambiarme?
-Y encima idiota... -Escupió Yurio caminando con las manos en los bolsillos hasta la puerta y saliendo dando un fuerte portazo.
-¿Qué le hice? -Yuri se animó a preguntar a Victor con extrañeza.
-Nada, es su saludo... -Dijo divertido y luego poniendo un dedo sobre sus labios agregó. -Deberás cambiarte aquí.
La cara de Yuri explotó en un hermoso color rojo intenso, Victor al ver su actitud sintió una enorme ternura infantil. Rio a carcajadas al ver que el nuevo integrante de Comic on Ice se comenzaba a quitar su playera con lentitud dándole la espalda, como cuando las chicas se voltean para que no le vieran los pechos.
-Tranquilo, ya voy saliendo... -Le dijo antes de pasarle la yema del dedo índice por la espina dorsal ascendiendo.
Yuri agradeció que Victor saliera de la habitación porque no alcanzó a ver cómo se metía el dedo con que le había tocado en la boca sonriendo divertido.
-Va a ser divertido trabajar con él, ¿¡No crees Yuri?! -Le gritó al rubio subiendo cajas al segundo piso.
-No. -Dijo seco mientras terminaba de subir.
-¿Me hablaste? -Dijo Yuri saliendo de la bodega acomodándose los lentes.
-No, ¿Por qué? -Victor le miró con curiosidad.
-Porque dijiste mi nombre.- Dijo sin entender.
-No, dije Yuri... -Victor levantó el índice y se dio cuenta que ni siquiera le había preguntado el nombre, había ayudado a alguien a trabajar en el local sin siquiera importarle como se llamaba.
-Sí, y me llamo Yuri. -Dijo sin entender aún.
-¡No voy a marearme recordando el nombre de los dos tratándolos como Yuri uno y Yuri dos! -El alarido de Yakov se escuchó por toda la tienda.
El Yuri rubio se apoyó en la baranda del segundo piso gritando:
-De todos los nombres del mundo, ¡¿Tu madre no pudo ponerte otro?!
El Yuri castaño frunció el entrecejo y, levantando el brazo para apuntarle con un dedo dijo inquisidor:
-Entonces te llamaré Yurio.
El rostro de indignación del ahora bautizado Yurio fue una imagen épica que jamás moriría en la memoria de Yuri.
-¡Me gusta!, ¡se imprime! -Dijo Victor tomando una claqueta* de adorno para dar énfasis a la escena.
Yakov detuvo el escándalo que armó Yurio lanzando cosas desde el segundo piso con sólo un rugido. Juntó a los tres jóvenes en un círculo para explicar lo que se venía ahora en la campaña de fin de año y navidad.
Yuri, Yurio y Victor serían los vendedores del nuevo producto exclusivo que traería Comic on Ice: Una serie de DVD, Blu-ray, figuras y poster de una serie de deportes muy cotizada en Japón. La tienda que sea capaz de vender la mayor cantidad de productos en general de todas las reliquias frikis que llegarían sin importar la serie que fuera, en menos de tres meses se llevaría una buena suma de comisión y, dentro de la misma tienda ganadora se escogerá al mejor vendedor que se llevaría el 60% del premio obtenido.
Esto entusiasmó a los tres vendedores que, por diferentes motivos habían llegado a trabajar a esa tienda.
-Pues entonces... -Dijo el viejo dando vuelta el letrero dando apretura - Que comiencen las ventas.