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El profundo sueño de Kiba por LoveKibanaru

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Naruto rió para sí mismo sentado en el árbol situado justo delante de la ventana de Kiba. Naruto había estado esperando esta noche durante mucho tiempo. No sabía por qué no lo había hecho antes, la idea no se le había ocurrido. Esta noche sería la noche en la que él tenía el camino libre con Kiba y conseguiría lo que siempre quiso. Se le hizo la boca agua y su miembro se puso duro sólo de pensar en el chico caliente y lindo de la casa de enfrente.

Naruto se puso en cuclillas en una de las ramas del árbol robusto y se asomó por la ventana para ver al niño de sus fantasías. Simplemente estába preparando para ir a la cama. Naruto había investigado sobre su amigo. El sabía a qué hora se iba a la cama casi todas las noches. También sabía que Kiba tenía el sueño profundo, muy profundo.

Naruto tenía que tener cuidado de no hacer ningún movimiento brusco. No sería difícil verlo con su ropa de color naranja y la luz de la luna llena. El rubio amaba la luna, a pesar de que le hacía sentirse solo. Sin embargo, esta noche era sólo una molestia. Naruto tuvo que esconderse de la luz de luna para que no fuera visto. El protector con placas de plata que llebaba siempre con gran respeto y orgullo, esa noche no estaba con él, así la luz no se reflejaría.

Después de diez minutos de espera, incluso Naruto podía oír roncar al chico perro. Echó rápidamente un vistazo alrededor antes de tocar la ventana con su mano y abrirla. Como hacía calor el chico perro dormía con la ventana entreabierta. Antes de entrar, un ligero crujido sonó, lo que para Naruto era como una alarma. Una vez que entró lo suficiente, se deslizó lentamente a través de la abertura poniendo ligeramente el pie en el suelo. Naruto estaba contento por eso, ya estaba dentro. Antes de poner el otro pie, se detuvo y escuchó para asegurarse de que nadie más entraría por la puerta. Kiba dejó la puerta abierta, por lo que podría entrar cualquiera, como Akamaru.

Naruto estaba contento de encontrar que el perrito blanco no estaba a la vista, se rió entre dientes suavemente regodijándose de su suerte. Con un movimiento rápido cerró la ventana y la puerta, de modo que el sueño de Kiba no se vería perturbado. Naruto no podría haber interrumpido su diversión antes de que terminara.

Una vez que Naruto se cercionó de que estaba seguro en la habitación de Kiba, se paro a contemplar su forma de dormir. No le cubría ninguna sábana, estaba casi desnudo, solo los boxers separaban al rubio de ver a Kiba como su madre le trajo al mundo, aunque eso cambiaría muy pronto. Kiba no era especialmente musculoso, lo justo para encajar a la perfección en las preferencias de Naruto.

Se posó lentamente sobre la cama, y esperó un segundo para asegurarse de que no había ninguna distracción. Entonces, Naruto comenzó lentamente a quitarse sus pantalones y chaqueta de modo que todo lo que quedaba sobre su cuerpo era su camiseta. Su cuerpo se deslizó entre las piernas abiertas de Kiba mientras sus manos cubrían de caricias su bronceado y perfecto cuerpo. Naruto decidió probar a su chico perro y posó la lengua sobre su cuerpo, explorando sus abdominales y pecho bien marcados.

Finalmente Naruto estaba cara a cara con el rostro dormido de Kiba. Los labios del muchacho perro estabam ligeramente separados para permitir la respiración, dando fácil acceso a Naruto. Naruto quería explorar cada rincón de la boca de Kiba, pero era arriesgado profundizar en ella, así que esta vez de se conformó con lamer suavemente los labios de Kiba. Esto hizo que Naruto se pusiera muy duro, estaba casi temblando por la sensación de euforia que llenaba su mente.

Naruto se giró hasta quedar enfrente de las rodillas del cuerpo dormido. Entonces, se centró en su objetivo principal. Deslizó sus manos temblorosas sobre el boxer de Kiba. Estaba nervioso, lo que había estado esperando durante tanto tiempo por fin se estaba cumpliendo.

Naruto jugó con el vello púbico del moreno por un momento antes de descansar su mano en el nada pequeño amigo de Kiba. Naruto pasó a jugar con el pene de Kiba para comprobar hasta dónde podía llegar con sus actos. Una vez que se sintió lo suficientemente seguro de que Kiba no iba a despertar, usó su otra mano para empujar los boxers de Kiba, exponiéndolo por completo. Naruto tenía ahora un lienzo completamente en blanco con el que trabajar.

Naruto se detuvo a saborear ese momento. Tras deleitarse con esas vistas se inclinó y apoyó los labios en las rodillas de Kiba. A continuación, cumplió uno de sus grandes sueños: lamió el muslo de Kiba hasta su entrepierna. Degustó cada pulgada de la pierna de Kiba, le encantaban las cosquillas que le hacían los pequeños pelos castaños.

Naruto no era capaz de resistir más y comenzó a saborear la punta del pene de Kiba. Rapidamente esta se humedeció. Probar el liquido pre seminal de Kiba le hizo llegar al éxtasis. Naruto aspiró ligeramente la punta de Kiba. No estaba seguro de si Kiba tendría una erección hasta que su miembro empezó a endurecerse. En el momento en el que comenzó a aumentar, el rubio empezó a lamerlo. Se balanceaba arriba y abajo por toda su extensión.

Cuando Naruto comprobo que Kiba estaba totalmente duro dio un paso atrás y obserbó sobre lo que tenía que trabajar. El pene de Kiba era grande, al menos más grande que el suyo. El rubio tomó el miembro de Kiba con la mano y lo acarició lo que le valió un gemido del moreno. Espera, ¿un gemido de Kiba? Naruto pensó para sí mismo antes de soltar rápidamente su pene. Esperó uno momento, pero no hubo respuesta. Naruto se movió alrededor de la cama e inclinó su rostro sobre el de Kiba. El aliento del chicos perro no había cambiado desde antes. Naruto suspiró de alivio, contento de que su diversión no había terminado. Debe haber sido sólo un sueño, un muy buen sueño.

Naruto decidió no mantener su mundo de sueños en espera y se puso de nuevo a trabajar. Volvió a su posición y se inclinó para tragar toda la verga de Kiba. Naruto no contaba con su falta de experiencia, al fin y al cabo se estaba reservando para alguien especial, alguien como Kiba, que le hacía sentir tan especial cada vez que le dedicaba una de esas brillantes sonrisas y le hacia olvidar esa soledad con la que convivía día a día. Volviendo a lo que estaba, debido a su inexperiencia terminó tosiendo. Naruto se echó hacia atrás hasta que se sintió cómodo, que no se ahogaba, y luego regresó a tope, llegando hasta la base del pene.

Naruto se quejó del placer que corría por todo su cuerpo y disfrutó de cada pedacito de ella. Lamió alrededor de su punta, debajo de ella, y por toda su extensión. Simplemente siguió pensando en lo mucho que le gustaba Kiba y en su olor almizclado que tan loco le volvía. Esto hizo que Naruto comenzara a lamer el miembro del chico más rápido. Entonces, sin previo aviso, la crema de Kiba comenzó a fluir en la boca de Naruto que se la bebió de buen grado. Naruto no tenía ni idea del potente chorro de esperma que tenía. Kiba lanzó fuertes chorros de su esperma en su boca. El rubio succionaba todo lo que Kiba le regalaba. El flujo tardo un rato en detenerse. Cuando se había acabado todo Naruto aún quería más. Su cuerpo todavía no había abandonado ese increíble éxtasis. Una sonrisa apareció en su rostro cuando encontró un pensamiento agradable en su mente.

La boca de Naruto abandonó el miembro del castaño y se movió hacia un lugar en las rodillas por encima de la cara de Kiba. El pene de Naruto se endureció al mirar hacia abajo y ver su pene tan cerca de los labios del chico perro. Podía sentir el cálido aliento de Kiba. Naruto no sabía cómo el podía dormir tan profundamente. Tocó ligeramente con su pene los labios húmedos de Kiba y los delineó.

Entonces, sin esperar un solo segundo, empujó lentamente su pene en la caverna húmeda y tibia de Kiba. La sensación de la lengua del niño de perro se sentía increíble. Su pene se frota contra la lengua cálida y húmeda. Naruto soltó un gemido por ese placer tan increíble. Temblaba con una alegría que nunca había sentido. Nunca tuvo nada antes, ni padres, ni amigos cercanos, casi ni compañeros. Kiba había sido una de las primeras personas que le aceptaban tal y como era y la calided que sentía a su lado era incomparable y no la quería abndonar nunca. Poco a poco el castaño comenzó a invadir su corazón y pensamientos y Naruto, sin darse cuenta, acabó enamorándose de él. Nunca le dijo lo que sentía y ahora se encontraba haciendo algo que creía que nunca haría con él, ahora tenía en la boca de Kiba su pene y la sensación era incomparable, nunca se había sentido igual de bien.

Naruto quería sentirse de esa manera todo el tiempo. Pero todas las cosas buenas tienen que llegar a su fin. Naruto comenzó liberar su carga en la boca de Kiba.

De repente los brazos de Kiba se envolvieron alrededor de la cintura de Naruto y su boca atrapo su pene. Naruto no estaba segura de cómo reaccionar, había sido capturado. Kiba estaba chupando su pene, lo que significaba que le gustaba. Cuando Naruto acabo de soltarlo todo se dio cuenta de que Kiba todavía estaba durmiendo. Eso lo decepciono un poco y le hizo sentirse un poco triste, sensación que duro hasta que le escuchó murmurar con una sonrisa: "Naruto.... prueba esta leche, está muy rica" aumentando el agarre de su la cintura.

Eso hizo que se sintiera un poco mejor, el chico que amaba no solo soñaba con él, si no que, además, le había gustado su esencía. Naruto comenzó a sentirse más reconfortado y querido.

Una vez que Kiba había bajado la intensidad de su abrazo Naruto se deslizó lentamente hasta liberarse. Tomó la ropa interior de Kiba y poco a poco los deslizó hasta sus caderas. Naruto miró al durmiente Kiba una última vez, imaginando el momento que iba a recordar por el resto de su vida.

Para que Kiba no cogiera frío le arropó con la sábana y comenzo a ponerse su propia ropa. Cuando termino volvió a besar los labios del chico que tanto le gustaba por ultima vez, por lo menos esa noche, o eso es lo que esperaba.

Antes de salir de la habitación abrió la puerta y se acercó a la ventana. Miró el perfecto cuerpo de Kiba una vez más. Sólo podía pensar en lo hermoso que se veía la luz de la luna brillar en su cuerpo. Naruto se deslizó a través de la ventana y la cerró de golpe.

La habitación estaba completamente en silencio. Kiba se giró hacia el lado derecho y soltó un pequeño soplido, sus ojos abriendo ligeramente. "Gracias a Naruto", el chico perro susurró para sí mismo antes de cerrar los ojos y quedarse dormido pensando en como al día siguiente le diría a Naruto todo lo que sentía y que no quería que nunca se alejara de su lado.

Notas finales:

Espero que lo hayan disfrutado y gracias por leer


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