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Un nuevo camino a casa por Aria Rovimare

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Notas del fanfic:

Naruto pertenece a Masashi Kishimoto, pero creo que las almas de sus personajes son libres de aparecer en historias como estas de vez en cuando.

Semi-AU (?) no sé como catalogar el mundo en realidad.

OC JUSTIFICADO (personaje secundario) 

Notas del capitulo:

Hola~

Esta historia comencé a escribirla por todo lo que me causó el final del manga en su momento, y tomé en cuenta bastantes cosas que se añadieron a la historia hasta ese momento... básicamente ,quería arreglar todo en mi cabeza. 

Como dije arriba, habrá OC, pero no interferirá mucho con la trama. Aquí los que importan son Naruto y Sasuke. 

En cuanto al mundo, es una Konoha en la cual han pasado varios siglos ya desde lo sucedido en la historia original. 

ESTA HISTORIA YA ESTÁ TERMINADA así que si veo que gusta, lo subiré (si la uni no me lo impide) dos veces a la semana (o más incluso xD). 

Mejor ya detengo el blablá XD

Espero que les guste~~ 

 

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Sueños y Pesadillas

 

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La luna llena iluminando la noche y un extraño silencio inundando el ambiente. Las calles vacías como presagio del mal que se avecinaba. La aceleración del sonido de cortos pasos estrellándose contra el suelo, ya que las pequeñas y cortas piernas no llegaban a abarcar más distancia, y el silencio ya presente, se volvió más pesado tras el sonido producido por su voz en un llamado que jamás volvería a ser respondido.

Más tarde, los mismos pasos, ahora cansados, adentrándose en lo que fuera su hogar y la visión que encontró tras abrir las puertas del salón, detuvo sus latidos por unos eternos segundos hasta que, un frío que recorrió todo el largo de su columna vertebral hasta alojarse en su pecho, le instó a volver a respirar.

Una figura que conocía muy bien se cernía frente a él, y a sus pies, los cuerpos de sus padres yacían ahora sin vida, por la mano de su amado hermano mayor. Un breve intercambio de palabras que no logró distinguir, y más tarde, una mirada que le sumergió en el horror del arrebato de la vida, del asesinato, de la muerte misma.

Su corazón latía frenético en su pecho, y el dolor, la angustia y el miedo se reflejaban en su joven rostro mientras rogaba a quien fuera su hermano, que no le dejara ver nada más.  Sentía las lágrimas caer desde sus ojos y, después de un lastimero grito de angustia y el máximo dolor punzante atravesando su alma, la oscuridad le rodeó.

Con los ojos llenos de lágrimas y sintiendo los fuertes latidos de su corazón en su pecho despertó al fin, escapando de sus pesadillas. Dirigió su mirada hasta la ventana junto a su cama mientras se secaba las lágrimas con la manga de su pijama. Afuera estaba oscuro todavía y llovía fuertemente. Rápidamente, se levantó de la cama y sin siquiera encender una luz caminó rápidamente hacia la habitación de sus padres. Abrió la puerta y encontró a las dos figuras que él tanto quería recostadas en la cama. El que estaba en la orilla frente a él se movió y encendió la lámpara junto a la cama para enfrentarle.

-- ¿Sasuke?-- pronunció el adulto con voz grave, se trataba de su padre, que miraba al pequeño, preocupado,  a la vez que se sentaba en la cama. -- ¿Qué sucede?

El pequeño de apenas siete años no dijo ni una palabra y solo se abalanzó rápidamente a los brazos de su padre mientras nuevamente comenzaba a sollozar.

--¿Es-estás bien, papá? ¿Y mamá…?-- logró pronunciar el pequeño después de unos minutos en que su padre solo le abrazó para tranquilizarlo. Este solo le miró a los ojos y le sonrió antes de contestar.

--Estoy bien. Estamos bien-- se corrigió rápidamente para voltearse a ver a su madre, quien por el sonido del llanto de Sasuke ya estaba despierta, sentada sobre la cama, observándolos.

El pequeño Sasuke no dijo nada, solo llevó su oscura mirada hacia a su madre esta vez y se acercó a ella, quien le tendía los brazos para abrazarle también. Ella, con una de sus manos le acariciaba el cabello, mientras le aseguraba que todo estaría bien. Era algo común, acostumbrados a las extrañas pesadillas que sufría su hijo desde hace más de tres meses, ambos padres no se sorprendían demasiado al verlo llegar a su cuarto en medio de la noche. Eran pesadillas recurrentes en las que dos personas que el mismo Sasuke decía, eran ellos, morían a manos de un hermano mayor que claramente, él no tenía. Aun así se asustaba muchísimo y los buscaba cada vez que sus pesadillas le atormentaban, mientras ellos, asumiendo que era normal tener pesadillas durante la edad que tenía Sasuke, le consolaban cuando era necesario y repetían las mismas palabras una y otra vez.

--Solo fue una pesadilla, hijo.--Habló su padre.--Tu madre y yo siempre estaremos aquí, contigo cuando tengas miedo.

Sasuke solo asintió con la cabeza y miró a su madre. Ella le sonreía sabiendo lo que tenía que hacer ahora. Sasuke salió de la cama de sus padres y esperó a que su madre se colocara su bata de dormir y le acompañara hasta su propia cama. Cuando llegó a ella, se recostó sobre las sábanas y su madre como de costumbre, le arropó para que no sintiera frío. Le dio un beso en la frente y cuando se disponía a marcharse de la habitación, Sasuke le llamó.

--Mamá

-- ¿Sí? Sasuke…-- Respondió ella, sentándose en la cama junto a su hijo.

--¿Siempre voy a tener pesadillas? -- terminó por preguntar, y su madre,  que por un momento se sorprendió, recompuso su serenidad casi de inmediato. Era la primera vez que su hijo le hacía esa pregunta.

--No lo creo, Sasuke. Según sé… --continuó, acercándose un poco a él como si lo que quisiera decirle fuera un secreto.--Las pesadillas se van después de un tiempo. Ellas van y vienen junto con el miedo.

--Yo no quiero tener miedo. -- confesó Sasuke.

--No es malo tener miedo a veces, mi pequeño Sasuke. --Le tranquilizó acariciándole el oscuro cabello. --Lo importante es enfrentarlo. Yo y tu padre te ayudaremos con eso, siempre. -- Sasuke sonrió levemente al saber que sus padres estaban ahí para él. -- Buenas Noches, Sasuke. --Terminó ella, tras darle otro beso en la frente para ahora sí, dejar la habitación.

Sasuke no tuvo más pesadillas esa noche, pero si soñó con algo más.

Al día siguiente, Sasuke, sentado junto a la mesa y esperando a que su madre terminara de cocinar, dibujaba con entusiasmo algo que no quería olvidar. Su madre le observaba de reojo desde la cocina, los colores iban y venían a las pequeñas manos de su único hijo con tal rapidez, que le causó gracia. Su hijo era más bien poco demostrativo emocionalmente, de hecho, solo se le notaba afectado por algo después de sus pesadillas, que aunque ella sabía disminuirían en la medida que él siguiera creciendo, debía ser demasiado impactantes para sus cortos siete años. Por eso, verle ahora mismo tan entusiasmado con algo le causaba tal alegría que no podía dejar de sonreír. Ya se aseguraría de saber que era aquello que con tanto esmero trataba de plasmar en un dibujo.

Sasuke por su parte, se sentía satisfecho con su trabajo. Soltó el lápiz de color celeste dejándolo junto a los demás al interior de un estuche, sabiendo que no los necesitaría más. Su dibujo estaba terminado y era uno de los mejores que había hecho hasta ahora considerando que solo tenía siete años. Antes de siquiera intentar plasmar una sonrisa de satisfacción en su rostro, su madre, curiosa, se sentó junto a él y miró atentamente su dibujo. 

-- ¿Quién es él? --preguntó ella con un tono divertido, Sasuke notó que estaba feliz, aunque no sabía por qué.

--No sé.-- Sasuke contestó con sinceridad, de verdad no sabía quién era, solo alguien creado en su imaginación, quizás. -- Lo vi anoche, en un sueño.

--¿En verdad? ¿Fue en tu pesadilla? --se apresuró a cuestionar ella, temiendo que fuera verdad.

--No --Negó el pequeño -- En otro sueño. Parecía una pesadilla pero después él apareció.

-- ¿Y qué hacía él en tu sueño?

-- Él estaba triste, pero después…--se detuvo al recordar cómo después de poner su mirada en él, parecía querer hablar.

-- ¿Sasuke? --su madre le sacó del recuerdo de su sueño.

--Parece que quería hablar conmigo.

-- ¿De verdad? , ¿Y te habló? -- indagó su madre, muy interesada en como terminaría eso.

-- No, porque desperté.

--¡Qué lástima! 

-- ¿Por qué? -- Sasuke llevó su mirada hasta su madre, quien mantenía sus ojos puestos en el dibujo. Después de unos segundos miró a su hijo otra vez.

--Se ve como un niño agradable. -- respondió al fin, mientras le sonreía. Sasuke regresó la vista a su dibujo y examinó con cuidado los ojos azules, el cabello rubio y desordenado y por último, esas extrañas marcas que tanto le llamaron la atención. Su madre continuó:-- Y las marcas en sus mejillas le hacen ver como un tierno animalito -- terminó riendo brevemente.

-- ¿Animalito? --se aventuró Sasuke a preguntar, curioso por las ideas de su mamá.

-- ¿No lo crees Sasuke?, podría ser un gatito, o ¿un zorrito, quizás? 

Sasuke alejó la vista de su madre que se levantaba de la mesa para posarla nuevamente en su dibujo. Quizás su madre no estuviera tan equivocada. Quizás si se asemejaba a algún tipo animal.

-- ¿Mamá? --Sasuke le habló después de unos cortos minutos, y ella desde la cocina le avisó que le estaba prestando atención. -- ¿No crees que esas marcas sean raras? --No le miró cuando se lo preguntó, pero su madre, sin embargo, sí se volteó hacia él para contestar extrañada por la pregunta de Sasuke.

--¿Por qué pensaría eso? -- Ahora Sasuke si le miró, y ella le observaba con un cariño que no veía desde la noche anterior. --Esas marcas solo lo hacen especial, mi pequeño, y eso no tienen nada de raro --Y dedicándole una sonrisa sincera volvió a lo suyo. Por alguna razón, esa respuesta hizo que el corazón del pequeño latiera un poco más rápido y sin saber muy bien por qué, se sintió aliviado y feliz.

Afuera la lluvia no cesaba, no se había detenido desde la noche anterior. Escuchando el sonido que está producía al caer fuera de casa, Sasuke se dio cuenta de que quería ver a su padre. Se preguntaba por qué tenía que irse a trabajar lejos por tanto tiempo. Su madre le había dicho que era importante que hubiera salido ese día. Como su padre era un historiador, debía viajar seguido para investigar. Él estaba escribiendo un libro y para eso tenía que esforzase todavía más.

Ella decía que lo que su papá escribía con tanto entusiasmo podría leerlo él cuando tuviera más edad, por que mientras más grande fuera, mejor podría entender lo que ahí decía. Al parecer tendría que ver con la historia de su propia familia. A Sasuke, sinceramente, no le interesaban mucho esas cosas. Solo quería saber cómo no tener más miedo para que las pesadillas no volvieran, y parecía ser que ese niño al que estaba dibujado en una hoja, y que su madre insistió en colocar pegada en la puerta del refrigerador, podría ayudarle con eso. Aunque le gustaría más que su padre le brindara su ayuda.

Tras una semana, su padre no volvía a casa todavía. Llamaba todas las noches para saber de ellos, pero Sasuke solo quería que regresara. Había tenido pesadillas durante varios días, pero ahora se alternaban con los sueños donde el niño de las marcas aparecía. En esos sueños, podía verle jugar con otros niños, pero siempre que veía que quería acercarse a él para hablarle, despertaba. Algo en su interior le hacía querer hablar con ese niño, y lograr que su expresión tan triste se fuera. Sentía que se parecía a él mismo después de empezar con sus pesadillas, quería ayudarle con su tristeza como su padre hacía con él.

Aquel día se encontraba en casa de sus tíos porque su madre continuaba en el trabajo, la niñera se había enfermado y su padre seguía de viaje. Su prima, cuatro años menor que él, miraba curiosa con sus ojos claros mientras Sasuke se ocupaba de hacer los deberes que le dejaron los profesores del colegio. Sasuke también sabía que Hinata estaba esperando para poder jugar con él.

Se encontraban en una de las salas de su enorme mansión porque la lluvia todavía no cesaba, salir al patio no era una opción, así que cuando terminó con sus deberes decidieron jugar a las escondidas. ¿Por qué? Porque, aunque Sasuke quería muchísimo a su pequeña prima, eso de jugar no le gustaba demasiado por lo que ese juego era el perfecto: no le quitaba mucha energía y su prima terminaba feliz.

Horas más tarde y con su prima ya dormida, Sasuke escuchó desde el salón donde estuvo con Hinata gran parte de la tarde, que alguien llegó a buscarle para llevarlo a casa. Para sorpresa de Sasuke, quien lo fue a recoger no fue su madre como esperaba, sino su padre. Al verle a la cara, Sasuke se dio cuenta de que lo había extrañado muchísimo.

El adulto se encontraba bien, pero se había mojado un poco por la intensa lluvia que caía fuera.

-- Hola, Sasuke --le saludó mientras le alzaba para tomarlo entre sus brazos. --creo que aun puedo contigo, muchacho. --Le dijo sonriendo al estar cargándolo.

--Hola, papá. -- Fue lo único que Sasuke dijo con una sonrisa tímida, aunque estaba muy feliz de verle.

--¿No hay nada más que un frío saludo para papá? -- Cuando su padre terminó la pregunta, que tenía por propósito ayudar a Sasuke a expresarse, el niño le estaba abrazando.

Eso le sorprendió. El padre de Sasuke sabía que viajar mientras su hijo se encontraba con problemas de sueño, no le haría nada de bien, y el que Sasuke le abrazara tan fuerte, que demostrara que lo había echado de menos hasta ese grado cuando lo máximo que hacía normalmente era darle un saludo verbal y nada más, sabía que no tendría la fortaleza para dejarle a él y su madre otra vez. Ese viaje había sido una oportunidad que rara vez se daba por lo que se vio obligado a aceptarlo, pero ahora no los dejaría por un tiempo.

-- Ya he hablado con tus tíos, tendremos que quedarnos aquí por hoy Sasuke.

Sasuke solo asintió después de que su padre le dejara sobre sus pies una vez más.

Esa noche, nuevamente se encontró dentro de lo que sería su peor pesadilla hasta el momento. La noche iluminada por la luna llena, el silencio a su alrededor, envolviéndolo, y su mayor temor dirigiéndole hacia su destino: encontrarse con esa tórrida escena que jamás sería capaz de olvidar, pero algo cambió.

Cuando se encontró frente a esa puerta que sabía abriría en un instante con sus propias manos, se difuminó ante sus ojos antes de que su temblorosa mano lograse tocarla. Cerró sus ojos repentinamente cegado por una fuerte luz, y cuando los abrió nuevamente se encontró a sí mismo, viendo al niño de las marcas que reía junto a otros niños. Sintió una cálida sensación recorrerle el pecho al ver esa mueca tan natural formada en su rostro, pero cuando el niño volteó hacia él, su expresión cambió. Se tornó triste nuevamente. Sasuke sabía lo que ahora venía, pero no quería irse, quería poder hablarle, e inesperadamente se quedó allí un poco más y antes de volver a despertar, escuchó a una voz llamarle. Era el niño de las marcas, que con una voz un tanto singular lo llamaba por su nombre: --“Sasuke…”

Cuando abrió los ojos se encontraba durmiendo en una de las habitaciones de la mansión de sus tíos. Se sentó en la cama mirando hacia la ventana, ya había amanecido y escuchaba ruido venir del jardín. El pequeño se levantó de la cama y se acercó al escritorio que había allí dentro y tras arrancar una hoja de sus cuadernos se dispuso a dibujar al niño de las marcas, pero esta vez, el niño estaba sonriendo.  La voz del niño todavía hacía eco en su cabeza y, de alguna manera, le dolía el pecho al recordarlo. Su voz lo llamaba con un tono extraño, como si sufriera. Prefería olvidar eso y enfocarse en su sonrisa, la que tenía cuando aún no le había visto.  

Sasuke estaba tan concentrado en su tarea que no escuchó a su padre entrar a la habitación para llevarle a desayunar junto a sus tíos. El hombre se acercó a su hijo hasta quedar de pie tras él, inclinándose para ver claramente el dibujo que estaba terminando. Cuando Sasuke se relajó en su asiento y soltó un suspiro, el adulto le tocó un hombro, sobresaltándolo.

--Papá -- le nombró Sasuke después de recomponerse del susto --Buenos días.

-- ¿Qué estabas dibujando?

--Algo que soñé.

-- ¿Otra pesadilla?

--No. --recordó que su madre le preguntó algo parecido hace tiempo. Su padre tomó el dibujo entre sus manos para examinarlo mejor.

-- Tu madre me dijo que has estado soñando otras cosas.

-- Sí, ese niño siempre aparece ahí.

-- ¿Lo conoces?, ¿Es algún amigo de la escuela? -- Su padre se notaba realmente interesado.

-- No. Está solo en mi imaginación.

-- Ya veo. ¿Hmn…? -- dudó por un segundo -- A mí se me hace bastante conocido.--Soltó el adulto de pronto, sorprendiendo a Sasuke, ¿era posible que ese niño fuera real?

-- ¿Lo conoces?-- preguntó Sasuke esperanzado.

--No de una forma normal, hijo… este niño que tú has dibujado se parece mucho a alguien a quien estoy estudiando. Sobre todo por las marcas en sus mejillas. r13; Continuó, dejando el dibujo nuevamente sobre el escritorio y señalando sus marcas con uno de sus dedos.

-- ¿En verdad? ¿Y a quién se parece, Papá?

-- A Uzumaki Naruto -- Sasuke abrió más los ojos por las palabras de su padre, él conocía ese nombre.-- El famoso ninja, héroe de la Cuarta Guerra Mundial Shinobi.-- Al oír la última palabra, Sasuke no pudo evitar fruncir el ceño.

-- Papá, todos saben que los ninjas son un mito. -- Sasuke cruzó sus brazos en su pecho, en señal de rechazo a la idea, viendo a su padre.

-- ¿Dónde oíste eso?

-- En la escuela,  me lo enseñaron hace tiempo.

Su padre solo sonrió ante la seriedad de Sasuke al decir esas palabras. Lo cierto era que todo aquello referido a los ninjas, y el ser un shinobi o kunoichi que tuvieran algún tipo de habilidad especial en general, estaban considerados como antiguas historias de fantasía, como un simple mito. El padre de Sasuke por su parte, tenía unas cuantas dudas sobre la verdad de todo aquello, él quería creer que todo eso fue verdad una vez, por lo que también, esperaba que las creencias de su hijo cambiaran un poco con el paso de los años.

-- Bien, Sasuke. Eso es verdad, pero… ¿No crees que sería genial que hubiesen existido?

Sasuke dudó por un instante. Quizás sí hubiera sido genial tener esas habilidades para ser tan fuerte como contaban en las historias. Quizás, si tuviera poderes como esos, ya no tendría miedo y las pesadillas no volverían.

-- Sí, sería genial. -- respondió al final.

Segundos después, su padre le ayudaba a vestirse para bajar a comer con sus tíos, y mientras le acomodaba las mangas de una camiseta interior, su padre se sentó frente a él para quedar a su altura y con una sonrisa divertida le dijo: -- ¿Quieres que te cuente un secreto? -- Sasuke asintió.-- Tu nombre, Sasuke, es el nombre que perteneció a un gran ninja-- al ver cómo el ceño de su pequeño volvía a fruncirse, añadió rápidamente: -- como dicen en las historias de “fantasía”, fue un héroe también, muy fuerte, pero su nombre está casi olvidado.

Sasuke lucía más tranquilo, y un poco de esperanza se reflejó en sus ojos. Una de las palabras dichas por su padre llamó por completo su atención, logrando que olvidara lo relacionado con los ninjas: --¿En verdad era muy fuerte?

-- Lo era, y algún día te contaré más acerca de él.-- prometió el adulto, revolviéndole un poco el cabello. Le tendió una de sus manos para que el chico la tomara, y juntos se dirigieron a su reunión familiar matutina.

Lo que el pequeño Sasuke no podía saber, era que, aunque conocería más acerca de ese Sasuke del que hablaban las historias, no sería por la boca de su propio padre ya que este jamás llegaría a cumplir su promesa. 

 

Continuará…


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