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Si decides irte... por Kouhai_Miku

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Notas del fanfic:

Este fic no me pertenece pero como la autora no quiso publicarlo porque no tiene tiempo para actualizarlo me lo dio a mí :D 

Notas del capitulo:

¡Espero que les guste! 

Mi nombre es Light Yagami, vivo en Japón, nací el 28 de febrero de 1989, tengo 27 años y soy viudo.

 

Mi historia comienza un 23 de enero del año 2006, el día que conocí a quien sería mi actual pareja, si no se hubiese suicidado. Su nombre es... era, Beyond Birthday, o al menos así dijo que se llamaba. Él era un chico muy educado al principio, siempre atento y servicial. Yo era un mocoso apenas, tenía diecisiete años de edad, estaba empezando a vivir lo que sería el resto de mi vida, pero no sabía nada de ella. Crecí en un lugar seguro, con una sustentabilidad económica formidable, una familia amorosa y un ambiente relajado. Jamás nadie me había lastimado, siempre fui el hijo por excelencia. Orgullo de mi padre, digno de mi madre y ejemplo de mi hermana, pues siempre en las clases fui el primero.

 

Si tan sólo alguien me hubiera dicho que la escuela no me serviría de nada, quizás yo hubiese puesto los pies en el suelo antes y no pensar que la vida en adelante seria todo color de rosa.

 

Cuando conocí a Beyond él era... peculiar.

 

[FLASHBACK]

 

En una fresca tarde, un chico de lacios cabellos oscuros ayudaba a una mujer de edad a colocar un par de luces en su patio. La señora agradecida le ofreció una paga, pero este chico rechazo la oferta. Ésta, inconforme y sintiéndose egoísta por recibir sin dar, le pidió otro favor a cambio de un objeto.

 

— ¿Podrías ayudarme a hacer mis compras hoy? Te daré una lista y mi tarjeta de crédito, de ella podrás comprar lo que quieras... Escuche por ahí que te gustan las guitarras eléctricas. — Sonriendo con complicidad, sacó de su bolsa una billetera y posteriormente, aquel rectángulo de plástico.

 

— Señora, no podría aceptarle algo así. — Modesto, el chico de no más de veinte años, universitario, insistía en no recibir nada a cambio.

 

— Es sólo un agradecimiento, me sentiré mal si no lo aceptas. — Un bufido fue lo único que pudo emitir aquel de ojos profundos y misteriosos.

 

— Está bien. — Aceptó. — Muchas gracias a usted. —  Tomó la tarjeta y cuando se dio vuelta, una camioneta color blanco se estacionó frente a la casa de esta mujer. De ella salió un hombre de bigote y cabello algo cano, una mujer castaña de ojos asiáticos, una niña muy parecida a su madre pero esta tenía los ojos más americanos y por ultimo un chico. De sedosos cabellos cafés, piel tenuemente bronceada sin dejar de ser una tez blanca, de ojos grandes amielados, levemente rasgados.

 

— ¡Abuela! — Ambos jóvenes abrazaron a la señora que estaba hablando con el pelinegro. — ¡Te extrañamos!

 

— Mis bebés, ¿Qué los trae por Inglaterra? — La mujer los recibió dulcemente.

 

— Hola madre, un gusto volver a verla. — Saludó la mujer, quien a pesar de no ser la hija sino la esposa del hijo de la señora, le decía “madre” pues para ella era una.

 

— Sachiko, querida, no has cambiado nada. —  Esto se estaba tornando incómodo para el joven de ojos escarlata.

 

— Mamá, venimos a darte una noticia. — Llegó el padre de la familia con un par de grandes maletas en las manos.

 

Lo que sea de lo que hablaran no era de incumbencia de Beyond, él sólo quería avisarle a la señora que ya se iría, despedirse de esa mujer quien tanta compañía le ha dado, como si de su abuela se tratase. Él nunca tuvo una.

 

— Esperen un momento. — Habló la señora acercándose al de ropas oscuras y ojos carmesíes. — Este chico es Beyond, es mi vecino y el que me ha ayudado con cualquier cosa que yo le pida. — Lo presentó.

 

— Es un placer conocerlos. — Se reverenció como un perfecto japonés, aunque de lejos se notaba que era de nacionalidad inglesa.

 

— El gusto es nuestro muchacho, gracias por cuidar de nuestra madre. — La familia se reverencio, Beyond sonrió levemente. Parecían una familia muy feliz.

 

— Justo ahora irá por unas compras, ten la lista. — Le extendió un papel que llevaba en su bolso. — Y cómprate esa guitarra, te la mereces.

 

— Muchas gracias señora, regresare pronto. — Se dio la media vuelta y se dirigió a su auto.

 

— ¡Espera! — Habló la castaña de ojos chinos. — Light ve con él.

 

— ¿Eh? ¡¿Yo?! — El joven se sorprendió, era muy, pero muy tímido y ahora se vería obligado a ir con un completo desconocido.

 

— Yo puedo ir en su lugar mami. — Se ofreció la hermana.

 

— No, Light, ve. — El chico suspiró y fue tras el pelinegro.

 

Beyond al notar todo aquello esperó al castaño de ojos brillantes. Para sorpresa de todos, el chico como un buen caballero le abrió la puerta del auto al más pequeño, este último entró un tanto apenado por el trato tan atento que estaba recibiendo.

 

Se pusieron en marcha al centro comercial, Light sentía el ambiente pesado, no sabía que decirle a ese rostro tan apacible que el otro se cargaba.

 

— Disculpe. — Hablo el de negro. — Light Yagami ¿cierto?

 

— ¿Eh? ¿Cómo lo sabes?

 

— Su madre le llamo Light, su abuela se apellida Yagami por su difunto marido. — Explicó, Light se sintió un poco tonto por no notarlo.

 

— Ah sí... ¿Y... cuál es tu...?

 

— No eres bueno hablando con otras personas, ¿eh? — Miró de reojo al chico a su lado sonriendo de lado.

 

— Lo siento.

 

— Mi nombre es Beyond Birthday, nací aquí en Inglaterra. Es japonés ¿Cierto? Mi hermano vive por allá por cuestiones de trabajo.

 

— Sí, lo soy. ¿En que trabaja tu hermano? — Light estaba tomando confianza.

 

— Es detective. — Paró el auto por la luz roja de un semáforo. Volteó a ver a Light y lo examinó haciendo que se sintiera nervioso. — Debe tener unos quince ¿no? — Mentía, sabía perfectamente que Light tenia diecisiete, pues la señora Yagami ya le había hablado de él.

 

—  T-Tengo diecisiete en realidad.

 

— ¿Ah enserio? Te vez como un pequeño de quince.

 

— Cumpliré dieciocho en un mes. — Siguió con su camino y prontamente llegaron a la plaza comercial.

 

— Bueno, comencemos. — Tomó un carrito de súper mercado y comenzó a caminar por los pasillos. — Y dígame ¿Le gusta la música rock?

 

— Eh... No me disgusta, pero no es mi género preferido. — Respondió. — Beyond, no tienes que ser tan formal. Háblame de tú.

 

— Está bien.

 

Durante todo el trayecto, Beyond no dejo que Light cargase cosas pesadas, tampoco que fuera por cosas que están demasiado lejos. Toda esa amabilidad intrigaba a Light, pero pronto se sintió mejor con ese chico, hasta el punto que comenzaron a hacer chistes y reírse juntos. Le había agradado mucho, Beyond era muy gracioso.

 

— Una parada más. — Ya habían dejado los víveres en la cajuela y ahora se dirigían a la tienda de música.

 

Al entrar, el chico que atendía saludó animadamente al de negro, era un tipo de cabello hasta los hombros, rubio y atuendo de cuero.

 

— Birthday. — Se acercó, le dio la mano y se abrazaron. — ¿Por fin conseguiste?

 

— Si, la señora de al lado me dijo que la comprará como agradecimiento. — Sonrió.

 

— Me parece genial, pasa por aquí.

 

— Espera un momento. — Le dijo a Light antes de irse con aquel chico.

 

Light se quedó mirando los instrumentos como si nunca los hubiese visto en persona, uno en particular le llamo la atención. Era un violín de madera sencillo, paso sus dedos por sus cuerdas haciendo sonido, lo examino; se sentía una madera suave, era un color café claro, como sus ojos, como su cabello. Estuvo contemplándolo un rato hasta que...

 

— ¿Te gusta la música clásica, Light? — Dio un respingo al escuchar la voz de Beyond tan cerca de su oído.

 

— ¡Ah...! ¡Yo...! Sí... Un poco. — Soltó el instrumento.

 

— ¿Tocas el violín? — Se alejó al ver la incomodidad del castaño.

 

— No, quisiera hacerlo.

 

— Yo... puedo enseñarte. 

 

— ¿Lo harías? — Light miró a los ojos a Beyond, en todo el viaje jamás lo había hecho.

 

— Sí y gratis.

 

— No podría... — Beyond tomó el violín que Light estaba mirando.

 

— Acepta, sería una perfecta excusa para verte de nuevo. — El de ojos castaños se sonrojó. — ¿Qué dices? — Le extendió el instrumento.

 

— A-Acepto. — Lo agarró, y le sonrió al joven de ojos carmesíes, este le devolvió el gesto haciendo y se quedaron mirando unos segundos.

 

— ¿Así que te comprometiste? — Llegó el de ojos azules con un estuche enorme. — Aquí tienes, hombre.

 

— Gracias Mello. También quiero ese violín, pero este ponlo a mi cuenta. — Mello obedeció, cogió el instrumento y lo llevo a la bodega para ponerle un estuche.

 

— ¡Pero Beyond, ese violín es caro! 

 

— Como tu abuela pagó mi guitarra, mis ahorros quedaron sin objetivo. Prefiero gastarlos en esto y quien sabe, quizás algún día podamos hacer un dueto. 

 

— Ya está, toma Light. — ¿Cómo sabia su nombre?

 

— Gracias...

 

— Y tú, ven a visitarme más seguido. Tienes muy abandonada a la banda.

 

— Lo intentaré. Adiós. — Salieron de la tienda.

 

— ¿Tienes una banda?

 

— No es una banda en literal, se refiere a mis amigos.

 

— Pareces alguien de muchos amigos.

 

— De hecho, tengo bastantes.

 

Light y Beyond regresaron a casa, y a diferencia de cuando venían, el camino fue más animado, estaban planeando los días que se verían y durante cuánto tiempo. Parecían concordar en todo y el tiempo se hizo tan corto.

 

*FIN DEL FLASHBACK*

 

Me levante de mi cama, apague el despertador. El espacio es demasiado grande sin ti a mi lado. Fui a la cocina a prepararme un simple desayuno y sentado en la mesa recordaba lo mucho que te gustaban las naranjas y las fresas, sobre todo en mermelada y tus reflexiones sobre ellas. Era gracioso. Ahora todo parece tan silencioso. 

Notas finales:

¡Espero les haya gustado! Diganme que les pareció.


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