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For JongDae || ChenMin. por Fxxblexo

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Notas del fanfic:

Historia propia.

 

For JongDae

Pareja/amistad usada: XiuMin x Chen. EXO.

Género: Drama, drabble.

 

Atención:

 

Esta historia está bajo el nombre de la autora “Sophia (thí)”, sin fines de lucros por parte de ella más de un disfrute y no está hecho para la ofensa de alguien. En caso de que eso sucediera, ni Sophia ni yo nos haríamos cargo o podríamos hacer mucho, más allá de una disculpa y un consenso de edición mínima a la historia.

Tal así, se pide máximo respeto hacia Sophia y sus personajes, manera de escritura y trama, así como ella lo tiene hacia ustedes, lectores.

Tal que si hacen una crítica, se ruega que sea constructiva y sin pretender ofender a alguien. Ella es alguien con mente completamente abierta que puede aprender de sus errores sin problema alguno.

Finalmente, Sophia pide que esta historia sea apreciada porque, tal como las otras, la ha hecho con el mismo objetivo de siempre y es que la disfruten al máximo.

En caso de querer darse una adaptación, traducción, entre otros; favor de comunicarlo al instante y se hablará. Sophia siempre está dispuesta a ofertas que se le den.

 

Sin más preámbulos, hacedme el favor, de pasarla bien.

 

—Sophia’s beta.

 

Y otra vez, otro espectacular acto de piano terminó, a manos del reconocido Kim MinSeok. Ese serio pianista que todos adoraban, y al mismo tiempo envidiaban, odiaban.

Se despidió con una reverencia, queriendo huir de ahí lo más rápido posible. Hacía frío y sentía un dolor en su pecho que durante toda la actuación no le dejó ser libre.

Odiaba eso, realmente lo hacía.

Odiaba que no podía superar que Kim JongDae ya no le amara más allá de que ya tres años habían pasado. Le daban ganas de romper todo porque bien sabía que fue su culpa.

Porque no podía prestarle toda la atención que ese niño de hermosa sonrisa exigía, o no podía entregarle tantas sonrisas radiantes.

Esas sonrisas no existían en su rostro, y se habían terminado de perder cuando todo se acabó.

Había pensado en dejar de tocar el piano, porque no podía golpear las teclas al ritmo de la conocida “For Elise” de Beethoven, sin recordar que como buen idiota, se la dedicó a JongDae.

¿Por qué? Nadie merecía una melodía de ese compositor. Pero, uh, las cosas que hace el amor, ¿no?

A veces le daba por pensar si JongDae le seguía recordando, y sonreía al pensar en su nombre. Quizás y lo hacía, pero en un sentido negativo.

Para reírse de él.

Era como una lluvia constante en la cabeza de MinSeok, como la que descubrió al salir del teatro.

La gota que colmó el vaso.

¿Saben qué odiaba más que seguir amando a JongDae? Sí, la estúpida lluvia.

Era mala, le traía malos recuerdos.

Recuerda que cuando él y JongDae aun salían, llovía, y el último mencionado siempre sostenía un paraguas para cubrirse entre ambos, como si fuera una especie de superhéroe que así salvaría a MinSeok, al cual le hacía soltar varias y raras carcajadas.

Pero, ¿ahora? MinSeok no tenía la fuerza suficiente como para sostener uno. Estaba en un límite, y lo odiaba.

Tantas lágrimas que amenazaban por comenzar a caer, y tantas lágrimas que no se atrevían a descontrolarse.

MinSeok también odiaba llorar.

JongDae siempre decía que las lágrimas no se veían bien en su rostro, sus mejillas regordetas debían estar adornadas por otras cosas. Y, MinSeok por esa misma razón, no acostumbra a llorar más.

Porque nadie estará para consolarle.

Sólo la tonta lluvia.

“Sólo es una lluvia, MinSeok. Sólo es una lluvia” Se mencionaba en su mente tantas veces, sin moverse de debajo de las gotas intensas cayendo del grisáceo cielo. ¿De qué le valía hacerlo? Al menos ahí, ni él notaría sus llantos.

Los que no demoraron demasiado en aparecer.

Tan fuertes, más que esa insaciable tormenta.

Que cerraban su pecho, y hacían doler el gaznate del pequeño MinSeok.

Se había dejado caer otra vez.

Había roto la promesa hacia sí mismo, hacia JongDae.

La lluvia no era sobre él. Era en él.

La lluvia era JongDae. Porque no se atrevía a dejarle. A olvidarle. A recordar las cosas buenas, porque él siempre recordaba las malas. No podía soltarle.

Era más fácil mantenerle. Se había acostumbrado a ese dolor como al respirar. Y ya era tan cómodo, que llegaba a doler.

¿Por qué estaba así otra vez? ¿Por qué estaba llorando por alguien que no le recordaba ni escuchando esa melodía tan importante en ese tiempo para ambos?

Se sentía tan patético. Y él que pensaba que ese MinSeok no existía.

Pero seguía tan roto, como el MinSeok de hace unos años atrás. ¿Él, fuerte? Meras falacias que sus fans creaban.

Estaba temblando de frío, pensando en todas las cosas que había hecho mal. Una maldita tortura que era normal ya. Si no se puede volver sobre lo que ha sido y no es ya, ¿por qué el humano no aprendía eso? ¿Por qué MinSeok no podía aprenderlo? Era una meta tan lejana para él, poder ponerla en práctica a esa frase.

“Toda lluvia pasa” o eso dicen. Quizás Kim MinSeok debería comenzar a aferrarse a ella, a esa lluvia que le empapa todos los días. Así pasaría, quizás. Quién sabe. Si él se volvía más idiota culpa de eso, llegaría a la cumbre de su carrera ya.

La lluvia también puede volverse cálida, como sus lágrimas.

Aunque no ahora.

No ahora, porque en serio que no podía dejar de querer a JongDae recostado en su regazo, medio dormido, como cada domingo en el que iban al parque.

Él no quería estar en un lugar, donde JongDae no estuviera.

Él quería que JongDae le amara. Que JongDae le diera otra oportunidad.

Pero como si rogar valiera.

No le quedaba otra, que seguir llorando. Todo es eventual, al igual que la ducha con lágrimas y lluvia que había logrado atraparle.

“Vive en los recuerdos buenos”, ¿pero cuáles?

Ah, ¿como cuando JongDae le daba los besitos de buenas noches? ¿O iba a apoyarle en cada presentación?

Eran lindos, le hacían elevar muy, pero muy mínimamente sus comisuras labiales.

Sus manitas comenzaron a limpiar sus lágrimas. Con la mirada en el suelo, cogiendo una gran y honda respiración.

Iba a tomar una decisión, que arruinaría o arreglaría todo.

—Ahora…Es momento, de decir adiós; Kim JongDae.

Iba a levantarse. Limpiarse el polvo.

Hoy, mañana, y los interminables días que volvería a caer queriendo rendirse al escuchar gente decirle que jamás superaría que JongDae ya estaba en otro rollo.

Él quería e iba a ser jodidamente feliz otra vez.

Reemplazar a alguien es completamente imposible, el reemplazo no existe. Y su corazón no querrá olvidar a JongDae. Pero sí, no querrá seguir doliendo al recordarle.

Le harían reír, es más.

Le harían voltear su mirada hacia atrás, sonreír con toda la suficiencia, levantar su mirada al cielo y decir “¿Has visto? For JongDae, ah”. Porque, tiene un muy mal sentido del humor, sí.

Estar roto en estos instantes, no le dicen que no sanará. Su alita rota sanará, y no se arrepentirá de nada. Él es fuerte, y mañana invencible.

Siempre lo será.

Él es el genial pianista Kim MinSeok, después de todo. Tan reconocido como siempre, tan ligero como un vals.

Como un vals, que en algún momento se dejó capturar por un nocturno.

Debía anotar, ese era otro buen recuerdo. 

Notas finales:

Fic bastante improvisado, por lo que no pude avisar. Lo lamento.

Espero que les guste y eso.

Ah, y mi beta no pudo dejar comentario esta vez, porque no le dio el tiempo. También lo siente mucho.


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