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44. Por el resto de la Eternidad. (05) por dayanstyle

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Notas del fanfic:

hellooooo... volvimos con el aquelarre nenessss vampiros vampiros vampiros....

Dong Woon entró a The Manacle, abriéndose paso entre la multitud de bailarines, mientras se dirigía a la barra. El club olía a cuerpos sudorosos, sexo, y una sobredosis de alcohol. El lugar estaba tan lleno de cuerpos retorciéndose en torno a la música que Dong Woon no estaba seguro de quedarse por mucho tiempo. No había venido para fiestear ni para conseguir a alguien por una noche. Con toda honestidad, Dong Woon estaba ahí por una sola razón.

KiKwang.

 

El delgado hombre que lo jalaba hacia aquí como si tuviera una correa invisible en su pecho. Dong Woon no estaba seguro de qué era lo que lo tenía tan hechizado por el hombre. Pero lo que fuera, él estaba aquí... y a la caza.

—¿Puedo ofrecerte una bebida?

 

Dong Woon se dio la vuelta y vio al barman. El hombre lo veía sonriéndole, pero por alguna razón, Dong Woon podía ver que no había humor en los ojos del hombre. Era como si estuviera viendo y hablando con una figura de cera. El hombre estaba pálido, era alto, pero construido con una figura delgada, y tenía un corte de cabello bien recortado que se detenía en la nuca. No era mal parecido. Si a alguien le gustaban las figuras de cera vestidas con jeans bien planchados y una camisa de seda. El color índigo de la camisa parecía hacer justicia al hombre. Él le dio al hombre de cera una inclinación de cabeza y una leve sonrisa. —Sólo una cerveza bien fría.

—En un momento la traigo —dijo el barman golpeando con sus dedos la maltratada madera y se alejó. Al menos, el hombre actuaba como cualquier barman que Dong Woon hubiera  conocido.

 

Dong Woon de nuevo se quedó viendo a la multitud, notando que muchos de los bailarines llevaban algún tipo de atuendo gótico. Muchos de ellos parecían lo suficientemente jóvenes como para ser estudiantes universitarios a enojar a sus padres. Lápiz labial negro, delineador de ojos, esmalte de uñas, y muchas cadenas y puntas adornando los trajes, tanto en los hombres como en las mujeres, Dong Woon se sentía mal vestido. Lo único que llevaba puesto era un par de deslavados jeans y una camiseta.

—Aquí está —dijo el barman mientras dejaba la botella de vidrio sobre la barra, frente a Dong Woon—. ¿Eres amigo de Junhyung, verdad?

Dong Woon asintió mientras tomaba la botella. —Sí.

 

—Va por la casa —dijo el hombre antes de marcharse.

 

Dong Woon cruzó sus brazos sobre el pecho, sosteniendo la cerveza en la mano, pero sin beberla. Con toda la medicina que estaba tomando actualmente, el consumo de alcohol no sería sabio. Hasta donde sabía, beber cerveza no sólo lo emborracharía sino que probable le causaría un coma. Pero él no quería sentarse ahí con las manos vacías, mientras buscaba al hombre que había llamado su atención por lo caliente.

Llamar la atención a sí mismo nunca había sido su estilo.

 

Dong Woon miró a su derecha y vio a su amigo de mucho tiempo con una sonrisa de complicidad en su rostro color moka. Caminaba con seguridad y la sonrisa llegaba a sus ojos. — Regresaste —dijo Junhyung mientras Dong Woon inclinaba la cabeza de forma tensa.

—Te dije que lo haría. —Dong Woon dejó la cerveza en la barra, feliz de dejarla. La fría botella se sentía bien en la mano, ya que el lugar estaba lleno de bailarines y la humedad empezaba a atraparlo, la tentación de tomar la bebida para refrescarse la garganta reseca era demasiada.

Después de todo se suponía que era sólo un apoyo.

 

El ruido en el club pareció intensificarse cuando Junhyung se sentó en una de las sillas altas, levantando la mano hacia el barman agradeciéndole.

—¿Dónde está Hyun Seung? —Dong Woon preguntó mientras buscaba entre la multitud al hombre con los ojos más negros que jamás hubiera visto. KiKwang tenía que estar cerca de aquí en alguna parte. Dong Woon esperaba eso.

Tal vez debería seguir el consejo de Junhyung y dejar a KiKwang en paz. Pero no podía dejar de sentir como si supusiera que debería de encontrarse con el hombre, supuestamente para hablar con él. Era una sensación extraña, pero Dong Woon iría sobre eso.

Nunca había experimentado el jalón en sus entrañas como si una soga lo jalara de regreso al club, y tenía curiosidad por saber lo que significaba.

Junhyung chasqueó la lengua mientras veía con desaprobación a Dong Woon. En todos los años que había conocido al hombre, Junhyung nunca le había dado ese tipo de mirada. Se removió en su silla, pero decidió que no iba a retroceder.

A Dong Woon no le importaba lo que el hombre pensara de él. Era su amigo, pero Dong Woon tenía que vivir su propia vida. Era demasiado corta de lo que ya era. Hace dos meses se había enterado que tenía anemia aplástica, alguna cosa rara de la que le había hablado el médico. Así que él no iba a perder el tiempo.

Junhyung suspiró y apoyó sus tatuados y fornidos brazos en la barra. —Sé exactamente por qué estás aquí. Te dije que ir tras KiKwang era una mala idea, Dong Woon.

Había oído la advertencia la primera vez, pero necesitaba decirle a Junhyung de la soga que jalaba las entrañas de Dong Woon.

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2 Anemia aplástica. Es desarrollo incompleto o defectuoso de todas las líneas celulares producidas por la medula ósea, esto es eritrocitos, causantes de la anemia, además de leucocitos, encargados del sistema de defensa, y plaquetas, encargados de la coagulación. Si bien en la mayor parte es  causado por reacción a algún químico o medicamento. en una gran proporción no se conoce la causa y se nombra idiopática.

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Dong Woon no creía que su corazón pudiera latir mas rápido cuando levantó la vista y vio a KiKwang en el segundo piso del club limpiando una mesa. Se veía tan condenadamente sexy ahí que Dong Woon casi deja su conversación con Junhyung. La invisible soga lo jalaba de nuevo. Lo jaló más duro cuando vio a KiKwang. El negro cabello del hombre parecía brillar bajo las luces del club, por lo que sus ojos destacaban en contraste con su piel.

Oía hablar a Junhyung junto a él, pero no registraba las palabras porque todo el interés de Dong Woon estaba en el hombre que veía. —Creo que esa decisión debería corresponder a KiKwang —dijo cuando apartó la mirada y vio los ojos café de Junhyung.

La decisión debe ser de KiKwang. Dong Woon sabía a ciencia cierta que KiKwang tenía la edad suficiente para tomar sus propias decisiones. Si no fuera así, no estaría teniendo ningún interés en el hombre, y Junhyung se lo habría advertido de antemano. No, KiKwang tenía la edad suficiente para entrar en un montón de cosas malas con Dong Woon.

Junhyung se levantó y se encogió de hombros. Sus grandes hombros parecían dos pequeñas montañas cuando suspiró. El hombre tenía una expresión en su oscura cara que le decía que de una u otra manera ese no era su asunto. —Es tu cuello.

Así era. Dong Woon nunca se había retractado antes por nadie, y no iba a empezar ahora. —Debidamente anotado, amigo.

Levantándose de la silla alta frente a la barra, Dong Woon corrió por las escaleras y esperó a que algunas personas pasaran antes de acercarse por detrás a KiKwang. Tenia que admitir que incluso por detrás el hombre se veía muy bien. KiKwang era más pequeño que Dong Woon, por cerca de 10 centímetros, pero podía trabajar con eso.

—Hola —dijo Dong Woon cuando el último de los clientes se fue.

Ahora solo estaban ellos dos.

 

KiKwang se dio la vuelta, con la mano sobre su corazón mientras veía con los ojos bien abiertos a Dong Woon, su pecho subía y bajaba rápidamente. —H… Hola.

Dong Woon se deslizó en la banca de la mesa que KiKwang estaba limpiando, haciendo todo lo posible para parecer más pequeño para el hombre, menos intimidante. Algunas personas le habían dicho que se veía peligroso e intimidante. Y eso era lo último que quería que KiKwang pensara de él. —¿KiKwang, verdad?

Con los ojos cada vez más grandes, KiKwang asintió con rápidos movimientos de cabeza. —¿Cómo lo sabes?

Dong Woon podía sentir su naturaleza bromista surgir. Y eso no sucedía muy a menudo. Por lo general era tranquilo, y reservado. Pero, KiKwang hacía que Dong Woon se sintiera... juguetón. —Tengo mis maneras —dijo mientras movía las cejas.

KiKwang se quedó mirando fijamente a Dong Woon por lo que pareció una eternidad. Los oscuros ojos del hombre viendo alrededor de la cara de Dong Woon, como si tratara de averiguar cómo salir. Finalmente salió de cualquier zona en la que se encontrara y se aclaró la garganta, su pálida piel se coloreó de un lindo rosa. —Estoy muy ocupado.

Maldición, Dong Woon quería comerse al hombre. Su corto y negro cabello muy bien peinado hacia un lado, le daba a KiKwang un aspecto de inteligente. Usaba una camiseta negra de cuello de tortuga cuyo color parecía complementar la tez del hombre de bien contituida complexión, pero eso intrigó a Dong Woon tomando en cuenta que sólo era principios del otoño. El frío aun no llegaba en ese momento.

 

—¿Te importaría   reunirte  conmigo,  cuando  termines tu turno?

 

KiKwang se veía impactado mientras veía alrededor del segundo piso. A Dong Woon no le gustaba el hecho de que el hombre pareciera atrapado. Podría tener una apariencia intimidante, pero no era tan feo. Se pasó las manos por su corto cabello sintiendo cómo   el  rechazo   llegaba lentamente como un  fuerte peso presionándose sobre él.

Eso era muy malo. Podrían haber pasado un buen momento juntos.

—Está bien

 

Ahora era el turno de Dong Woon de verse impactado. ¿El hombre había dicho que sí? No había visto venir eso. —¿A qué hora?

—A las cuatro —dijo KiKwang mientras miraba alrededor de la segunda planta, una vez más. Dong Woon se giró, sus ojos revisaron todo el piso superior, pero no vio a nadie.

—¿A quién estás buscando?

 

KiKwang tragó saliva mientras tomaba el último de los vasos y lo dejaba en una bandeja que estaba al lado de la otra mesa. Ahí había una gran colección de platos, vasos y servilletas usadas.

—A nadie.

 

Ahora, ¿por qué no le creía al hombre? Revisando su reloj, Dong Woon vio que tenía un par de horas antes de que el turno de KiKwang terminara. Eso le daba tiempo suficiente para ir a casa y tomar sus medicamentos, ducharse, y volver vestido de negro. Se sentía un poco fuera de lugar aquí con su camiseta de color verde brillante. —Regreso a las cuatro, KiKwang.

El hombre asintió, como si se tratara más de un hábito que de una confirmación mientras miraba fijamente a Dong Woon. —¿Qué vamos a hacer?

Esa era una buena pregunta. Dong Woon no había pensado en que KiKwang estaría de acuerdo, así que realmente no lo había pensado cuando le pidió al hombre tener una cita. —Podríamos ir a montar.

—¿Montar?

—En mi motocicleta. —El hombre intrigaba a Dong Woon, y quería encontrar más información sobre él. Había algo en KiKwang que jalaba a Dong Woon hacia el chico. Eso nunca había ocurrido antes.

KiKwang sacudió la cabeza mientras daba un paso hacia atrás, el miedo era evidente en sus hermosos ojos oscuros. —No puedo salir a la calle cuando sale el sol.

Dong Woon inclinó la cabeza a un lado mientras pensaba en lo que KiKwang acababa de decir. Eso era algo muy extraño. —¿Eres alérgico al sol? —Había oído hablar de personas que lo eran, pero nunca conoció a nadie con esa  condición.

—Podría decirse eso —contestó KiKwang mientras tomaba la bandeja con los platos sucios, los vasos tintinearon—. Me tengo que ir. Nos vemos a las cuatro. —El hombre se alejó, corriendo como si Dong Woon lo fuera a perseguir.

Tan lindo como el hombre era, seguro como la mierda que era extraño. Dong Woon se frotó el mentón mientras veía a KiKwang correr por las escaleras y luego detrás de la barra. Dong Woon se puso de pie, subió al balcón y se apoyó en el barandal viendo a la multitud.

Definitivamente había algo muy extraño, no sólo en KiKwang, también en The Manacle. Dong Woon no estaba seguro de lo que era, pero la sensación de ser un lugar prohibido se apoderó de él, se filtraba dentro de su piel. Parecía como cualquier otro club gótico al que Dong Woon hubiera ido pero, por alguna razón, este club en particular se sentía... extraño.

—¿Estás disfrutando?

 

Dong Woon giró a su izquierda para ver a un hombre delgado y bien vestido subir las escaleras del balcón. Su cabello negro le llegaba a los hombros y se movía ligeramente mientras el hombre caminaba. Sus ojos fijos en Dong Woon, como si pudiera ver el interior del alma de Dong Woon. Las campanas de alarma sonaron en su cabeza mientras que el extraño se acercaba, estudiándolo.

—Algo —respondió Dong Woon honestamente.

—Me han dicho que eres amigo de Junhyung. ¿Es correcto? Dong Woon asintió. —Lo soy.

El hombre metió las manos en los bolsillos de sus pantalones, acercándose a Dong Woon, y luego se giró con la mirada perdida en la multitud, como Dong Woon había hecho ni dos segundos antes. —Hay muchos aquí que pueden satisfacer la sed de lo que estás tratando de apagar. Dime lo que prefieres, y me aseguraré de que sea tuyo. Va por la casa. ¿Prefieres las mujeres o los hombres? ¿Jóvenes o maduros? ¿Una escena en una de las salas de BDSM?

 

Dong Woon no estaba seguro de lo que el hombre pretendía, pero él no estaba interesado en nada de eso. Él estaba aquí por una sola razón, y se estremeció al pensar que KiKwang fuera ofrecido de esa manera a los extraños. También de alguna manera eso lo enojó. Ni siquiera conocía a KiKwang, aparte de su nombre, pero el pensar en que el pequeño hombre sirviera a alguien le hacía apretar sus molares.

—Gracias, pero estoy bien.

El hombre giró la cabeza, sosteniéndole la mirada sin hostilidad ni ninguna otra emoción. No eran más que ojos oscuros, como mármol pulido.

—Entonces, si aquí no hay nada que busques, tal vez es mejor que dejes mi establecimiento.

—¿Por qué razón? —preguntó Dong Woon. No había  hecho nada malo. Lo único que quería era algo de tiempo con KiKwang, y el hombre había dicho que sí.

—Porque —comenzó el hombre mientras se acercaba, la ira y la rabia se arremolinaban en las profundidades de sus ojos negros, la expresión estoica desapareció, remplazada por algo oscuro y demoníaco— KiKwang está fuera de los límites. Él no es como el resto de los hombres aquí. ¿He sido claro, Dong Woon?

 

«Realmente no». Dong Woon estaba teniendo dificultades para comprender por qué KiKwang no podía tener una cita. ¿Qué interés tenía este tipo en KiKwang que le estaba advirtiendo a Dong Woon? —¿Él es mayor de edad, verdad?

Los labios del hombre se adelgazaron, su cara una máscara de rabia. Esos ojos. Dong Woon no podía dejar de sentirse hechizado por ellos. Solo eran comunes ojos negros, pero... no. Ellos empezaban a jalarlo. El vello de la parte de atrás de su cuello se erizó y un estremecimiento recorrió su columna mientras Dong Woon daba un paso hacia atrás, haciendo su mejor esfuerzo para poner cierta distancia entre ellos. —Esa no es la razón —dijo el hombre.

—Príncipe —dijo KiKwang subiendo rápidamente los escalones, el pánico en sus ojos—, no entiendes.

«¿Príncipe?» Dong Woon vio de KiKwang al hombre de pie frente a él, sintiendo como si él no fuera el único que no entendía.

—Él es mi... —KiKwang veía del extraño —porque Dong Woon se negaba a pensar en él como un Príncipe— a Dong Woon, sus ojos más abiertos mientras retorcía sus manos frente a él—. Amigo —finalizó KiKwang.

El extraño jaló la cabeza hacia atrás mientras veía a KiKwang y luego veía amenazadoramente a Dong Woon, sus ojos oscuros casi ardiendo. —Hueles a enfermedad —escupió el hombre y luego respiró hondo, como si estuviera tratando de aplacar su ira. Dong Woon estaba un infierno de confundido—. Lastima a KiKwang y te torturaré por toda la eternidad, Song Dong Woon . —El desconocido vio de nuevo a KiKwang, sus rasgos se suavizaron y bajó las escaleras.

—Lo siento —KiKwang se disculpó rápidamente—. ¿Aun quieres que nos reunamos a las cuatro?

Dong Woon podía oír el miedo en la pregunta de KiKwang, como si Dong Woon fuera a lavarse las manos por este lío y se fuera. Ningún hombre en su sano juicio lo haría. El desconocido tenía un aire letal en él, y por extraño que pareciera, Dong Woon creía que el hombre cumpliría su amenaza. Ni siquiera estaba seguro de cómo el hombre con los atemorizantes ojos sabía su apellido. Ni siquiera Junhyung sabía su apellido. ¿Y cómo infiernos el hombre se enteró de que Dong Woon estaba enfermo? —Voy a estar aquí a las cuatro.

KiKwang puso una mano tímidamente en el brazo de Dong Woon. Podía sentir un ligero apretón de los dedos, mientras los ojos de KiKwang lo veían, suplicantes. —¿Prometes que regresarás?

Dong Woon suspiró. Todo el mundo le estaba advirtiendo que se alejara de KiKwang, pero la única vibra que lograba sentir sobre el pequeño hombre frente a él era inocencia y algún tipo de extraño anhelo. ¿Sería por eso que muchos le estaban advirtiendo que se alejara? —Lo prometo.

KiKwang sonrió y Dong Woon sabía que iba a hacer lo que el hombre quisiera. Su sonrisa parecía iluminar el oscuro club y darle a Dong Woon un sentimiento de orgullo. De dónde venía ese sentimiento, no estaba seguro.

—Tengo que volver al trabajo. Nos vemos aquí a las cuatro.

—KiKwang vaciló, acercándose un poco más a Dong Woon y luego inhaló, sus ojos se movieron ligeramente antes de abrirse totalmente y asentir.

—A las cuatro.

 

Dong Woon vio cómo KiKwang corría bajando las escaleras. No estaba seguro de lo que él había aceptado, pero tenía la sensación de que iba a cambiar su vida para siempre. Bajó las escaleras y salió del club, Dong Woon tomó una bocanada del aire fresco del otoño. Tenía cosas que hacer antes de reunirse con KiKwang, así que mejor seguir adelante con eso si quería llegar aquí a tiempo.

Subiendo a su motocicleta, Dong Woon salió  del estacionamiento de The Manacle.

 

 

 

—¿Él es tu pareja?— Jaehyo preguntó.

 

KiKwang asintió mientras dejaba la servilleta abajo y se giraba. —Lo es.

Jaehyo pasó la mano por su mentón viendo a KiKwang mientras sus dedos jugaban sobre su mandíbula. KiKwang estaba aterrado de que el Príncipe le prohibiera ver a Dong Woon.

Su pareja parecía duro, áspero e insensible, pero KiKwang podía ver la bondad en los bonitos ojos café claros del hombre. También olió la enfermedad en su pareja como Jaehyo lo hizo, pero KiKwang no era tan viejo ni tan sabio como el Príncipe para saber exactamente lo que era ese olor.

Jaehyo bajó la mano, sus rasgos se relajaron cuando llegó a una decisión. —Quiero que te corteje aquí, KiKwang. Hasta que sepa más acerca de tu pareja, no quiero que te aventures a salir fuera de estas paredes con él. ¿Entendido?

KiKwang tenía ganas de gritar de alegría, pero en su lugar solo asintió. —Sí, Príncipe.

De cualquier modo no era como si KiKwang pudiera montar en motocicleta. Las cuatro de la mañana estaba demasiado cerca de la salida del sol, y KiKwang sabía que no debía correr ningún riesgo con su seguridad.

Además, todo el mundo en el club lo delataría si se fuera con Dong Woon. Sabía que sólo estaban cuidándolo, pero aun así apestaba. La mayoría de los vampiros de por aquí lo trataban como cristal. KiKwang era más fuerte que eso. Pero nadie lo dejaba probarlo. Eso había estado bien en el pasado, pero ahora que había encontrado a su pareja, KiKwang sentía la necesidad de demostrar que era digno de Dong Woon. El hombre era grande, fuertemente construido, y parecía duro. No iba a querer a una pareja débil.

No, KiKwang le iba a demostrar que tenía material para ser la pareja de un hermoso motociclista.

Simplemente no estaba seguro de cómo iba a hacer eso.

¿Qué le gustaba a Dong Woon?

¿Qué encontraba divertido?

¿Cuáles eran las cualidades de un hombre que encontraba atractivas?

KiKwang quería gruñir a todas las preguntas que circulaban en su cabeza. Se sentía frustrado.

—Te ves como si estuvieras a punto de estallar un sello —dijo Sang Gon, uno de los barman mientras se apoyaba en el mostrador—. Ve a comer a un humano, eso ayuda.

KiKwang se dio la vuelta, apuntando con el dedo a Sang Gon. Uno de estos días la persona equivocada iba a escuchar a Sang Gon, y el vampiro iba a ser barro. —Sabes que no se nos permite hablar de esa manera. Si el Príncipe te escucha decir algo malo de los humanos, él va a ser el que te coma a ti.

Sang Gon había tratado de mantener su distancia de Jae Hyun y Tae Yong. Los dos eran pareja, y fue un gran error interferir entre ellos. Pero lo que le causó un tiempo fuera, fue cuando Sang Gon se refirió a los humanos como vacas de sangre, viendo a los humanos nada más que como ganado. Teniendo en cuenta que las parejas de Jaehyo eran humanos antes de que los convirtieran, Sang Gon tenía que haber estado loco para decir tal cosa. Jaehyo le dio a Sang Gon una última oportunidad. Si Sang Gon asomaba un dedo del pie fuera de la línea, el Príncipe iba a matar al vampiro.

—No sé de qué estás hablando. No he dicho nada. — Sang Gon sonrió mientras regresaba a tomar órdenes de los clientes.

KiKwang ignoró al vampiro. Tenía cosas más importantes de qué preocuparse. Está bien, entonces ¿qué tanto sabía él hasta ahora? Vio su cuerpo para ver su cuello de tortuga negro y pantalones grises. Dong Woon había pedido la cita, por lo que a él debe haberle gustado lo que KiKwang estaba usando. Dios, esto apestaba. Solo estaba vestido con su cuello de tortuga porque aun no se había alimentado y tenía frío. Ahora, ¿tendría que usar eso todo el tiempo?

 

También le había pedido a KiKwang que salieran cuando KiKwang estaba siendo tímido. Solo era así cuando no conocía a alguien. ¿Dong Woon iba a querer que fuera así de tímido todo el tiempo? ¿Le gustarían los hombres tímidos? Obviamente, había pedido a KiKwang que salieran.

«Muy bien, así que usa ropa ajustada y actúa con timidez».

 

KiKwang gimió. Había un problema con ese plan. Él realmente no era tan tímido. No realmente. Él sólo era tímido cuando estaba en situaciones de estrés o cuando conocía a alguien. Aparte de eso, era bastante extrovertido.

Realmente necesitaba saber qué clase de pareja quería Dong Woon. KiKwang comenzó a preocuparse de no gustarle a Dong Woon una vez que llegara a conocerlo. Siempre había esa posibilidad. KiKwang gruñó en voz baja mientras caminaba hacia arriba para limpiar las mesas. Viviendo con sus atributos o la falta de ellos, solo le estaba dando un dolor de cabeza. Le mostraría a Dong Woon el verdadero KiKwang y luego dejaría que el hombre decidiera.

Pero ese pensamiento tampoco era reconfortante.

 

KiKwang regresó a su trabajo, haciendo a un lado su nerviosismo mientras le entregaba los menús a los recién llegados a las mesas y luego retiró los platos de los que se iban. Él entendía el concepto de alimentar a los donantes. Tenían que mantener su salud, al menos después de haber sido utilizados como alimento. Pero a veces no entendía cómo los humanos borrachos podrían siquiera consumir algo de comida.

KiKwang limpió la mesa y se dirigió hacia las escaleras para ver a Jung Min entrar en el club, Yohan a su lado. KiKwang se quedó sin aliento, preguntándose lo que ese vil vampiro estaba haciendo aquí. Si nunca veía al hombre nuevamente, sería demasiado pronto. Yohan se había tomado libertades que KiKwang no había aceptado. El hombre lo había engañado y lo había llevado a una de las habitaciones de BDSM y trató de amarrar a KiKwang. Afortunadamente, había logrado alejarse.

 

KiKwang salió como tromba hacia la barra y cruzó la puerta trasera hacia el área de la cocina. No quería ver a Yohan ni escuchar sus pomposos discursos. Jaehyo había hecho que KiKwang le diera el castigo a Yohan por intentar forzarlo y sabía que Yohan todavía estaba enojado por haber sido dejado fuera al sol para quemarse.

Bueno, el hombre no debió de haber querido forzar a KiKwang.

—¿Por qué te escondes aquí, jovencito? —Hyung In, el cocinero, le preguntó.

—Yohan está aquí —confesó KiKwang.

 

Hyung In siseó, dejó las pinzas y se dirigió a la puerta. KiKwang rápidamente lo detuvo colocándose frente al vampiro y colocando las manos sobre el pecho del hombre. —Por favor, no inicies más problemas. Esperemos, Jung Min no se quedará aquí mucho tiempo, y él se llevará a Yohan con él.

El hombre no se veía muy feliz, pero le dio un tenso guiño a KiKwang. KiKwang podía ver a Hyung In tensar la mandíbula mientras veía a la puerta. —Quédate aquí, KiKwang.

KiKwang tomó asiento en una de las sillas altas de la cocina y suspiró. Sabía que no podía ocultarse aquí por mucho tiempo. Tenía trabajo que hacer, pero la idea de salir y enfrentar a Yohan hacía que le doliera el estómago.

—Hay clientes arriba —gritó Jae Kyung hacia la cocina.

 

KiKwang se puso de pie, tomó una respiración profunda antes de salir. Podía ver el resplandor en el duro rostro de Hyung In, pero había poco que KiKwang pudiera hacer. El Príncipe le había asignado la tarea de alimentar y después limpiar las mesas de los humanos, y KiKwang no iba a permitir que el Príncipe se decepcionara.

No vio a Yohan, ni a Jung Min, por lo que KiKwang se dirigió al piso de arriba para saludar a los humanos que estaban borrachos, sonriendo y riéndose, pasando un buen rato y ajenos al verdadero entorno. ¿Cómo sería si fueran conscientes del oscuro mundo que los rodeaba? A KiKwang le gustaba ser un vampiro, le gustaba el mundo en el que vivía. Odiaba a la gente como Yohan.

Siempre había una mala semilla en cada raza. Y Yohan era la de ellos —para los ojos de KiKwang por lo menos. El hombre no parecía tener un hueso de bondad en su cuerpo.

KiKwang tomó las órdenes de los humanos y luego se apresuró a entregar la orden en la cocina cuando vio a Yohan  subiendo las escaleras, solo. KiKwang tragó saliva, pero se negó a correr. No dejaría que Yohan  supiera lo realmente atemorizado que estaba. Además, Yohan  ya lo había visto. Se daría cuenta si KiKwang echaba a correr.

Y si KiKwang iba a ser pareja de Dong Woon, tenía que ser más duro que un cachorro quejumbroso.

—Veo que sigues corriendo detrás de los humanos y limpiando después —se burló Yohan  recorriendo con la vista a KiKwang.

—¿Qué quieres, Yohan ? —KiKwang luchó por mantener su voz firme. No quería demostrar ningún temor, a pesar de que Yohan probablemente lo olía en él.

—Hacerte saber que no he olvidado el pequeño castigo que me dieron. —Yohan  se acercó más y KiKwang jadeó. El hombre olía a sangre fresca, pero no era un aroma seductor el que seguía en los labios y en todo Yohan —. Voy a tener mi día, KiKwang. Caerás y estaré ahí para tomar mi venganza.

—¡Yohan!

 

KiKwang escuchó la dura voz de Jung Min hablándole a Yohan , pero sentía que se iba a desmayar ahí mismo en los escalones. Yohan  era un hombre muy malo, y KiKwang lo odiaba. Eran vampiros como Yohan  los que le daban un mal nombre a su raza.

Y KiKwang sabía que Yohan  cumpliría su promesa. El hombre era lo bastante malvado para hacer precisamente eso, KiKwang sólo temía por Dong Woon. El hombre era un humano, enfermo. No había manera de que él dejara a Dong Woon quedar atrapado en todo esto.

Tenía un mal presentimiento jalando cada terminación nerviosa de su cuerpo, KiKwang iba a tener que rechazar a Dong Woon y alejarlo de inmediato. No podía arriesgarse a hacerle daño a Dong Woon.

Con su corazón herido, KiKwang bajó los escalones y se dirigió a la cocina una vez más.

 

 

continuara...

Notas finales:

deejn rw


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