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La Vorágine por Chorlite

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Notas del fanfic:

Harry Potter no me pertenece.

Capítulo único

Harry bajo las escaleras de la torre a saltitos, estaba seguro de que se le estaba olvidando algo pero ya se le pasaría.

Las mesas de las cuatro casas estaban llenas de comida y estudiantes, en la mesa de los profesores había más personas que de costumbre, una especie de estatua rectangular estaba puesta entre la mesa de los profesores y las de los estudiantes.

Llenando su plato  generosamente se dijo a si mismo que ya lo averiguaría después.

Harry suspiro frotándose la panza contento.

-Buenas noches alumnos- el director Dumbledore se levantó de su silla tras tomar su cena.

La comida restante en las mesas desapareció, todas las cabezas se giraron hacia la mesa principal.

-Si estamos listos la selección va a comenzar- él levanto la varita y apunto a la estatua rectangular, las capaz externas que no sabía que tenía comenzaron contraerse hacia abajo para finalmente dejar una copa grande con fuego azul que salía de ella.

Los demás funcionarios y profesores se levantaron mientras Dumbledore se paró al lado del cáliz de fuego, las cabezas de los estudiantes permanecieron volteadas al lado de la mesa principal esperando con ansia el desenlace.

Harry se froto detrás de la oreja, la sensación de que estaba olvidando algo de pronto se volvo abrumadora, ¿qué estaba olvidando?

Las llamas en el cáliz se agitaron como agitadas por un viento que no podían sentir y de pronto subió hacia arriba cambiando su color de azul a rojo y escupió pedazo de pergamino que tenía los bordes carbonizados.

-El campeón de Dumstran es Víctor Kurm- exclamo a la multitud ansiosa.

Las manos se elevaron para aplaudir fuertemente.

Víctor Kurm se levantó de su lugar alzando las manos y moviendo la cabeza dando inclinaciones en señal de triunfo, salió de la mesa y camino hacia la mesa principal donde su director karkarof  y los funcionarios le esperaban, hablaron con él apenas un momento, le señalaron a una puerta a un lado del gran salón, después de un último saludo el muchacho camino al lugar y desapareció tras la puerta, Harry estaba seguro de que esa puerta no estaba ahí esa mañana.

-psss- su amigo Ronald Weasley le pincho un costado con los dedos y le susurró al oído para llamar su atención- hey Harry ¿quién crees que nos va a representar?-

Él lo miro un momento sin contestar, la verdad en que Harry no había pensado en ello.

Finalmente se puso de acuerdo sí mismo y responde- Mmm no lo sé, pero espero que sea una persona muy fuerte- aparto la mirada de si amigo para seguir viendo la selección.

A su lado Hermione Granger frunció el ceño con desaprobación, chicos nunca podría entenderlos.

-¿No sería genial si me llamaran a mí?- Ronald preguntó con estrellas en los ojos.

-Ron, ese no es cualquier juego personas han muerto en el, sinceramente yo no creo que una persona deba arriesgar su vida de una manera tan irresponsable- Hermione señalo su punto antes de prestar atención ella también.

Harry miro a Ron como si le hubiera salido otra cabeza de repente y sin previo aviso, a veces miraba  a sus dos compañeros y de pronto se preguntaba porque tenía amistad con ellos pero como ahora esa duda terminaba aplastada por una fuerza extranjera de la cual el mismo Harry no sabía de ella.

El cáliz de fuego tembló antes de arrojar otro pedazo de pergamino medio quemado al aire, Dumbledore lo agarro para leerlo.

Se aclaró la garganta para acallar los susurros excitados de los estudiantes, cuando los ruidos de los chicos se silenciaron el director Dumbledore aplano las arrugas del pergamino antes de leerlo.

-La campeona de Beauxbaton es Fleur Delacur- levanto la voz con fuerza.

Una rubia muy bonita se levantó de la mesa de Ravenclaw e hizo el mismo camino de Kurm, esta vez una mujer muy fornida y alta esperaba por ella, la directora madame Máxime hablo con la chica por un momento un par de minutos más largo que con Kurm antes de que ella también desapareció por la puerta misteriosa.

Nuevos cuchicheos estallaron en las mesas.

Ron volvió a punzar su costado- mira las chicas de Beauxbaton, parecen tristes- señalo el pelirrojo groseramente.

Decir que estaban tristes era poco las chicas lloraban y se abrazaban entre ellas como si les hubiera acontecido una desgracia, Harry frunció el ceño descontento “como alguien puede ser tan idiota, acaso quieren morir, deberían estar contentas de que no son ellas quienes se van a arriesgar por el honor de su colegio” a él todo aquello le parecía estúpido, cuando supo que ese evento iba a estar ese año gasto algo de su tiempo para leer sobre el, mucha gente había muerto en ese evento a lo largo de su historia y desde su fundación, de hecho el último torneo de los tres magos le causó la muerte a los tres campeones y otras dos personas ajenas al evento que fueron usadas como rehenes en la primera prueba, el tercer rehén sobrevivió pero con daños graves en su cuerpo, quedo ciego con temblores permanentes y jamás camino de nuevo fue dependiente por el resto de su vida, en ese momento Harry se preguntó si esas personas sabían en lo que se estaban metiendo o si es que las medidas de seguridad habían cambiado desde aquel momento en el tiempo donde el torneo no era más que un lugar para morir y llevarte consigo a los inocentes ajenos que a veces tomaban para usarlos en las pruebas.

La voz de Dumbledore lo saco de sus pensamientos acertados, mientras él había estado ocupado perdido en sus reflexiones el cáliz de fuego tiro su último pergamino con el nombre.

-El campeón de Hogwarts es Cedric Diggori- exclamo a voz en cuello el director Dumbledore, de pronto un escalofrió recorrió la espalda de Harry y su piel se puso de gallina, casi imperceptiblemente la boca del Director se curvo en una sonrisa de victoria y satisfacción, Harry observo que lo miraba directamente a él, fue solo un momento pero para Harry duro lo suficiente para saber que estaba condenado.

 -No- casi grito Weasley ganándose miradas sucias de los Hufflepuf cuya mesa estaba lo suficientemente cerca como para escucharlo a pesar del ruido en el gran salón.

El chico rubio se levantó de su asiento saludando a todo el mundo en el lugar e hizo el mismo camino de victoria que sus dos compañeros, el director Dumbledore hablo con el un momento y lo envió por la misma puerta que a los otros.

La horrible sensación de que se le estaba olvidando algo creció a niveles inimaginables.

-Muy bien, ahora que la selección ha acabado tengo que decirles que…- la voz de Dumbledore se detuvo de repente y era evidente el porqué, el cáliz de fuego se encendió con fuerza una vez más sus llamas cambiaron de azul a rojo de nuevo e increíblemente otro segmento de pergamino carbonizado fue escupido del mismo.

“No por favor, no, no” los pensamientos de negación de Harry se multiplicaron por mil mientras observaba a su director desdoblar el pergamino aparente mente muy desconcertado pero Harry que había visto su sonrisa sabia mejor, él no estaba desconcertado no, estaba satisfecho.

-Harry Potter- llamo el hombre, la falsa incredulidad en su voz.

Y de pronto en ese mismo momento Harry supo que se le había olvidado, la fecha, 31 de octubre, era Halloween, algo malo le iba a pasar a él, como todos los años, era la fecha del año que Harry más despreciaba, todos los años los maltratos de los Dursley eran peores para recordar el día en que ocurrió el evento que provoco que él llegara a arruinarles sus perfectas vidas normales, alguna vez él pensó que venir al colegio mágico era la solución pero la situación había seguido la norma, el trol en primer año, la apertura de la cámara en segundo año, la destrucción de la dama gorda en tercer año* y ahora su nombre había sido llamado para participar en el torneo de los tres magos, Harry pensó que no podía ser peor, pero no sabía cuan equivocado estaba, aún no.

-Harry Potter- el viejo director volvió a llamar, Hermione le dio un codazo que casi le saca el aire, él la miro pero ella le dio una mirada desdeñosa y aparto su rostro.

Él creyó que hablaría con sus amigos más tarde y que todo se arreglaría y seria como antes.

Siguió el camino de los tres campeones pero para él no era el camino de la victoria, podía escuchar el bisbiseo de los alumnos y creyó escuchar las palabras rata, tramposo, arrogante entre otras más escandalosas, ni siquiera se paró frente al anciano, este era el camino de la muerte, paso frente a la mesa principal sin darle una segunda mirada al recorrer su camino a la puerta del misterio.

Los tres campeones que esperaban dentro sentados paciente mente levantaron la mirada al escuchar la puerta abrirse.

-¿Quieren que volvamos?- Diggori inquirió adelantándose a sus compañeros pero Harry no les respondió, su mente estaba perdida en recuerdos lejanos de años anteriores a su vida y su necesidad de atar los cabos sueltos que sabía que tenía pero que no había querido ver.

-“No existe peor ciego que el que no quiere ver”- la voz extrañamente joven y burlona venia de algún lugar en el revoltijo de su mente.

Sus ojos se cerraron a la realidad y se sumergió en su mente, recordó la muerte de sus padres.

Al abrir los ojos se encontró de pie en su habitación de bebé, el ruido de abajo, una luz verde, el golpe seco de la caída de un cuerpo al piso.

-No, Harry no- una mujer pelirroja gritaba pidiendo.

-Apártate, no tienes que morir no es por ti por quien he venido- un hombre vestido con una capa negra con capucha.

-No tómame a mí, no a él- ella repitió desesperada, él le dijo que se apartara dos veces más pero ella no lo quiso.

La misma luz verde lleno la habitación, otro golpe seco con la caída de otro cuerpo.

El hombre con capa se acercó a la cuna con el niño dentro, Harry vio a su yo bebé sentado entre su colcha azul la que reconoció y que aún tenía en su armario bajo las escaleras.

Su yo bebé se levantó agarrándose del barandal, levantando su cabecita trato de mirar bajo la capucha ¿tal vez fuese algún amigo de su papá?

El Hombre con capa levanto la varita y apunto entre los ojos del niño, la punta de la varita se ilumino en verde, el niño ladeo su cabeza como si estuviera confundido, el hombre abrió la boca para hablar pero antes de que dijera una palabra el niño tomo la varita y se la quito de la mano.

El hombre se quedó con la boca abierta como si no pudiera creer que el niño la había quitado su varita.

Mientras tanto el Harry bebé se puso a jugar, agitando la varita creo grandes burbujas de colores con forma de gallos que cantaban y patos que graznaban las pompas revoloteaban a su alrededor por un momento antes de explotar como los juegos artificiales, el bebé se reía levantando las manos sobre su cabeza y aplaudiendo de vez en cuando, un pato morado se lanzó en picada hacia la cara del hombre, solo tuvo el tiempo suficiente para cerrar los ojos antes de que el pato explotara, la fuerza de la explosión levanto su capucha echándola hacia atrás lo que dejo a descubierto su rostro, mientras el hombre de capa tenía los ojos cerrados el bebé aprovecho su momento levanto su colcha y escondió la varita bajo el colchón al lado de su almohada.

Las demás burbujas coloridas explotaron, el hombre se llevó las manos a la cara, sacando un pañuelo blanco se quitó la humedad del rostro, el niño dejo de moverse en su lugar se puso a mirar con detenimiento la cara del hombre con capa, tenía el pelo castaño muy claro la tez blanca y ojos azules.

Cuando el hombre guardo su paño y miro al niño se dio cuenta que él le había explotado el pato en la cara al propósito para así tener tiempo de esconder su varita dado que según vio había desaparecido.

-¿Mi varita, donde esta?- pregunto echando un vistazo en la cuna y el pequeño.

Harry vio que su yo bebé se estaba haciendo el inocente, cuando el hombre miro directamente su rostro él metió dos dedos en su boca para chuparlos y sus ojos se agrandaron llenos de inocencia.

El hombre se quedó con la boca abierta, ¡no podía creer el atrevimiento de ese niño!

El Harry bebé le sonrió d una manera que incluso el señor oscuro encontró imposible de ignorar los labios del hombre se curvaron en una sonrisa amistosa.

Contento por la bienvenida del hombre con capa el bebé se levantó ayudándose con los barrotes de su cuna.

El señor oscuro le tendió la mano.

-Mi varita- demandó.

En respuesta el bebé levanto sus manitos pidiendo ser cargado una vez que estuvo seguro que no se caería.

El hombre se quedó anonado, un bebé quería que lo cargara.

Dos veces más el hombre pidió por la varita y el ambas ocasiones el niño levanto las manos pidiendo algo a cambio, ser cargado.

El hombre se dio por vencido, suspiró, llevando las manos a los costados del niño lo saco de la cuna con mucha delicadeza, él lo sentó en su brazo pero el niño saltaba, el señor oscuro se sentó en el suelo al lado del cadáver de la mujer pelirroja, el bebé rió aplaudiendo, con la ayuda de la capa del hombre se puso de pie, el hombre lo sostuvo de la cintura, riendo contento se dedicó a saltar en el regazo del hombre.

Voldemort se permitió un momento de descanso y al niño sus últimas risas antes de morir.

El bebé lo miro a la cara fijamente durante un momento, el niño sonrió una vez más y tapo los ojos del hombre con sus manitos, la próxima vez que el niño le quito las manos de los ojos el hombre se encontró con una versión bebé de sí mismo, el niño avanzó y le dio un beso mojado en la mejilla, por la próxima media  el bebé Harry jugo en el regazo del asesino de sus padre riendo contento y besando al hombre en sus mejillas.

Pero finalmente el niño se cansó y no tardo en quedarse dormido, sus manitas aferradas a la capa del hombre y la cabeza apoyada en el hueco de su cuello. El hombre estuvo de pie unos diez minutos con el bebé en sus brazos acariciando sus mejillas suaves antes de acomodar al niño en su cuna.

No tuvo que buscar mucho un par de minutos y encontró su varita.

Harry observo al señor oscuro apuntar a su yo bebé con gran pesar, dudo tres veces en las que le apuntaba y se arrepentía, entendió que él nunca había tenido a nadie quien lo quisiera, era probable que el bebé Harry le había dado en poco más de media hora más amor sincero del que había recibido en toda su vida.

Finalmente él se decidió.

-Lo siento mucho, quisiera que fuera de otra forma pero no la hay- el niño suspiro y movió la boquita un poco.

Él le acomodo la corona con nubes y rayos de diamantes que sus padres le habían puesto como disfraz de día de brujas, su traje con forma de nube esponjosa estaba encima de una mesita en la esquina del cuarto, el rostro del bebé estaba pintado de negro.

Él apunto, la misma luz verde que había matado a los adultos salió de su varita, por mala suerte o quizá no dependiendo de cómo se le vea, Harry observo en cámara lenta como el haz de luz choco con una de las piezas de su corona de diamantes.

Una con forma de rayo.

La luz verde llego a la parte trasera del diamante.

La cara del niño y la parte trasera del diamante estaban pintadas de negro por lo que la pieza funciono como un espejo y la luz verde revoto en el mismo ángulo que había venido, o sea cero grados.

El hombre estaba tan sorprendido que no se pudo quitar del camino.

El bebé Harry se despertó gritando de dolor, el diamante en su frente le había salvado la vida pero se había calentado en el proceso y quemado su forma en su frente.

Un rayo.

El niño lucho por quitarse la corona pero sus manos estaban enredadas en la colcha, la magia del niño hizo explotar la corona junto con la mayor parte del techo y las paredes de su cuarto.

Harry parpadeo, cuando abrió los ojos de nuevo se encontró con que estaban afuera de la casa destruida, Sirius Black le llevaba en sus brazos llorando sobre él, el profesor Snape estaba escondido tras un gran mueble volcado llorando amargamente y en silencio.

Harry observo con ojo crítico como Hagrid le había pedido que le entregara a su yo bebé por órdenes de Dumbledore pero Sirius se había negado a cederlo. Un anciano vestido con ropas ridículas saco la cabeza de su escondite después su brazo, disparo un haz de luz amarilla en la espalda de su padrino y volvió a esconderse.

Los ojos de Sirius se pusieron vidriosos y la próxima vez que el semigigante le pidió el bebé lo entrego así sin más luego sin medir ni una palabra se dio la vuelta y se fue.

La memoria cambio, se encontró en una de las muchas salas del castillo de pie junto a un círculo ritual.

Su yo bebé estaba desnudo tumbado en el suelo frio, llorando pero sin ruido alguien había puesto un hechizo silenciador en él.

Dumbledore estaba en el suelo dibujando runas y símbolos con una cuenca llena de sangre tanto en la piedra del suelo como en cuatro rocas marrones, Harry se dio cuenta que también habían mascas con sangre en el cuerpo del bebé.

El anciano se levantó y camino hasta el niño con cuidado de no borrar las marcas en el piso, acomodo las piedras en dirección a las extremidades del niño.

-Es por el bien mayor algún día lo entenderás- dijo como si eso lo explicara todo.

El cabello del bebé cambio a morado pero conservo el aspecto físico del hombre con capa.

La boca del viejo se movió con disgusto.

El ritual comenzó, la magia del niño se pudo sentir y durante el mismo el dolor que sufrió el niño fue tal que el hechizo silenciador se rompió.

Harry noto que la magia del niño se sintió muy fuerte y libre pero al finalizar el ritual se sentía diferente como si alguien le había puesto una correa y mucho más débil lo que se sentía entonces no era ni el veinte por ciento de antes.

La comprensión lleno su mente.

Dumbledore había atado su magia.

El viejo había arruinado su vida, su padrino no había querido soltarlo, Dumbledore lo había hechizado para que lo hiciera y luego se deshizo de él para asegurarse de mantener su poder sobre el bebé, se deshizo de todos en los que podían llevarlo a su casa para criarlo, de esa manera nadie le reclamo por ponerlo donde quisiera.

El próximo recuerdo mostro al viejo enterrando las piedras en las cuatro esquinas de la propiedad de los Dursley, mientras él lloraba en la canasta.

Dumbledore borrando la memoria de los trabajadores sociales que habían llegado a su casa.

Dumbledore dándole una gran bolsa con dinero  a Vernon y diciéndole que podía castigar al niño como quisiera pero que tuviera cuidado porque no le servía si estaba muerto.

Dumbledore borrando la memoria de un Harry de 4 años después de que este hiciera explotar la escalera tras haber estado encerrado en el armario.

Dumbledore lanzando un hechizo para que nadie notara las cosas malas que le pasaban al niño.

Hagrid llevándolo al callejón diagon hablándole del gran Albus Dumbledore, ¿Por qué enviar a Hagrid? Es un jardinero, todos los demás alumnos siempre habían sido llevados por los maestros.

La señora Weasley preguntando el número de la plataforma, la señora Weasley  tenía dos hijos graduados y tres en el colegio además de los dos más chicos uno de los cuales llegaría ese año, ¿por qué preguntar el número de la plataforma? La entrada siempre había estado en el mismo lugar.

Ronald diciendo que todos los compartimentos estaban llenos, mentira era un tren mágico nunca se queda sin espacio.

Quirrel anunciando el trol, Harry se pegó muy cerca de los prefectos de pronto sintió el deseo de mirar hacia atrás directo a los ojos del director, en ese momento sintió el deseo de ir a rescatar a su compañera, ¿de dónde vino ese deseo? Harry abría corrido con los maestros y avisarle a uno la falta de ella, nunca hubiera ido él mismo sabía bien que no estaba  preparado.

Hagrid hablándoles del pasillo del tercer piso, instándolos a investigar, si se supone que algo es un secreto ¿Por qué mencionarlo casual mente y tantas veces?

Harry salvando la piedra filosofal, un objeto mágico tan poderoso debería estar protegido con las mejores defensas no unas patéticas que incluso él y sus compañeros primeros años pudieron pasarlas sin problemas, además ¿Por qué llevarla a un colegio lleno de niños? ¿Por qué sacarla de donde sea que estaba? Nicolás Flamel tenía más de seiscientos años y en todo ese tiempo nadie había logrado robar su piedra la cual seguramente habían tratado muchas veces, entonces ¿Por qué sacarla? ¿Y en su primer año? No puede ser casualidad.

Hermione descubriendo el monstruo de la cámara, ¿cómo es posible que los maestros con todos sus años de experiencia y conocimientos no lo hubieran hecho ellos mismos?

Un basilisco atacando a los alumnos, ¿Cómo es que los cuadros que siempre vigilan no lo hubieran visto? Los cuadros responden al director.

Harry salvando a Ginny Weasley, ¿Cómo es que Dumbledore supo donde enviar a su fénix y no vino con el pájaro?, las aves fénix pueden llevar personas con ellas.

En tercer año ni que decir, Dumbledore siempre ha sabido que Sirius es inocente, todo lo que ocurrió ese año fue porque él permitió que pasara.

Y ahora su nombre sale del cáliz de fuego, Harry sabía, él había visto la sonrisa del director justo antes de que su nombre fuera llamado, si el hombre no puso su nombre entonces permitió que lo pusiera alguien más.

-Por fin abres los ojos- una voz vino de su derecha.

Harry se sobresaltó y miro ¿Dónde estaba? El lugar era un campo de rosas gigantes las rosas estaban llenas de lo que parecían ser gotas de roció y eran tan grandes como edificios.

-¿Qué…?-

-¿Te comió la lengua el gato?- la voz burlona a su derecha.

Harry se volteó rápidamente, varias rosas más pequeñas habían formado una jaula y dentro de la misma estaba prisionero un joven extrañamente parecido al señor oscuro solo que más joven.

-¿Quién eres tú?- inquirió.

-Eso no es importante- le respondió el muchacho.

-¿Por qué estas encerrado?- curioseó un poco.

El joven en la jaula sonrió sarcástico.

-Porque tu magia no me quiere aquí, intento deshacerse de mí pero como no pudo me encerró para que no tuviera posibilidad de perjudicarte- el joven se acercó a la reja floral pero no la toco, las espinas no estaban solo de adorno.

Harry parpadeo desconcertado- ¿mi magia?- pregunto algo perdido.

-Si tu magia, aquí es donde habita- hablo como si le estuviera hablando a un niño particularmente tonto.

Harry frunció el ceño molesto.

-¿Qué quieres decir con que aquí es donde habita?-

El chico lucio algo sorprendido e incrédulo.

-¿Quieres decir que no sabes dónde estamos?- indago incrédulo.

Harry negó con la cabeza algo avergonzado y confundido.

-¿De verdad no lo sabes? O te estas burlando de mí- sonsaco sospechoso.

Harry le dio una mirada dura y cruzo los brazos sobre su pecho.

-No, no sé dónde estamos ¿serias tan amable d indicármelo?- alegó casi con brusquedad.

El chico en la jaula le dio una mirada en blanco pero cuando vio que Harry decía la verdad soltó una sonora carcajada.

Harry lo miro con fastidio cuando el muchacho cayó al suelo sosteniéndose la barriga de la risa.

En su descuido por la risa pego la cabeza en uno de los espinosos barrotes d su celda.

-Ay- él se alzó se un salto sobándose la coronilla de la cabeza.

-Ja, te lo mereces por burlón- le dijo Harry molesto, nunca le había gustado que se burlaran de él y sabía que eso era lo que había estado haciendo el joven anónimo.

-Bueno, bueno ya estuvo no me voy a reír más- se rindió.

-¿Entonces?- preguntó Harry.

-¿Entonces qué?- le devolvió el joven.

-Me vas a decir donde estamos ¿sí o no?- pregunto molesto, era claro que el chaval le estaba dando largas.

-Ta bueno, no te enojes- él le respondió con humor- mira haz algo por mi ¿sí? Acércate a aquella rosa y trata de mirar en una de las gotas de roció situadas dentro del capullo de los pétalos esta justo en el centro- le sugirió señalando una rosa gris enorme cuyo tronco no podría abrazar no por las espinas abundantes sino por su grosor.

Harry lo miro con desconfianza ¿Por qué mirar el roció?

-Solo Hazlo, ¿quieres saber dónde estamos? Mira la gota- señalo el tronco otra vez.

Harry camino unos metros hasta la rosa, preguntándose cómo le aria para doblar el tronco y así tener acceso a su capullo, cuando llego hasta ella se rasco la cabeza sin tener idea de que es lo que podía hacer, ¿podría usar las espinas para escalar?

Sin embargo en cuanto toco el tronco de la rosa esta se movió encogiéndose en menos de un minuto la rosa elegida quedo con un tamaño pequeño y manejable quedando justo frente a su cara, los pétalos grises se abrieron para revelar su contenido, era una pequeña esfera, Harry tomo la esfera con cuidado sin saber cómo reaccionaría la rosa, pero ella permaneció en su lugar, al tener la esfera en su mano aumento su tamaño como para un globo de fiesta, la esfera era blanca y si la veías bien tenía algo adentro que se movía.

Era él sentado en el patio de la escuela oculto tras unos arbustos y leyendo un libro, Harry conocía muy bien el lugar señalado en la esfera, era un escondite uno de los muchos que tenía en la escuela los que usaba para esconderse del matón de su primo y su bandada de cobardes.

Entonces Harry comprendió lo que tenía en sus manos, era una memoria, una de sus memorias.

Harry trato de poner la esfera en el centro de la rosa, la esfera se encogió a su tamaño anterior, la rosa gris la recibió cerró sus pétalos y luego creció a su tamaño gigantesco.

Harry camino de regreso con su prisionero.

-¿Ya sabes lo que es?- pregunto el chico nada más llegar él.

-Una memoria- respondió Harry.

-Si una memoria, este lugar es tu mente, estamos dentro de tu cabeza- finalmente le dijo el muchacho.

Harry se dio la vuelta y miro su jardín, habían muchas clases de flores ahí no solo rosas aunque estas eran las más abundantes, margaritas, tulipanes, jancitos, girasoles, orquídeas, caléndulas y algunas cuyo nombre no recordó pero el recordaba que había trabajado con ellas en el jardín de su tía Petunia.

También habían plantas gigantes de huerto mezcladas con las flores como las que él sabía que había plantado camotes, sandias, zanahorias, cebollas, chiles, sorgo, lechugas, rábanos, tomates, frijoles, mostaza, culantro, apio y brócoli entre otras.

-¿Por qué hay plantas comestibles aquí, también tiene memorias?- pregunto curioso.

-Para defender a las flores, por ejemplo si alguien que no eres tú o una persona no autorizada intenta acceder a la memoria de la rosa que te dije se encontrara bañado en chile súper picante antes de que ni siquiera lo intente si no es una planta con características que pueda usar como arma entonces envuelve la flor eso hace la lechuga o la defiende a golpes eso es lo que hacen las plantas como la zanahoria, o lo hacía antes de que llegaras a la escuela, incluso a mí me defienden el arbusto de limones que esta sobre nosotros me cubre con sus ramas apuntando sus espinas hacia afuera y explotando sus frutos para cubrir mi olor o para molestar al intruso cuando entran en tu mente, antes había plantas carnívoras, reptiles e insectos venenosos, como arañas, alacranes, escarabajos o ranas, cocodrilos, sapos, iguanas, mariposas, serpientes, si era el paraíso de las plantas, insectos y reptiles- su voz parecía que tenía nostalgia- ahora el único ser vivo que queda y que no es una planta o yo son las lombrices pero las pobres no es mucho lo que pueden hacer ellas solas-

- ¿Qué paso con todo eso de lo que me hablas?-

-Mira las flores-

Harry lo hizo y fue entonces que noto que muchas de sus flores memoriales estaban solas e inclusive habían algunas que parecía habían tratado de cortarlas, también noto que muchas de sus flores solas tenían una tela blanca envuelta alrededor de los pétalos intento acceder a la memoria de una de ellas y descubrió que no podía, la tela que las cubría no le dejaba tomar el orbe con la memoria.

-Necesitas a tus hormigas y orugas ellas se encargaban del mantenimiento de tus flores-le comento el joven.

-¿Cómo le paso esto a mis flores?- señalo la margarita gris a cuya memoria no tuvo acceso.

-Eso es magia extranjera, son bloqueos colocados en tus recuerdos, ¿ves aquellas flores medio tumbadas?-

Harry asintió.

-Esas son las memorias que intentaron borrarte, como la de tú haciendo explotar la escalera de tu prisión- señalo un girasol gris triste a medio cortar parte de la tela blanca estaba rota.

-¿Por qué todas mis flores son grises? Es deprimente- pregunto.

-Eso se debe a tu falta de poder- el muchacho le señalo a una colina en el jardín y en la colina una sola rosa enorme con pétalos de colores, su tamaño debía ser unos cinco veces más grande que las otras flores, algunos de sus coloridos pétalos tenían manchas grises y una tela blanca muy densa estaba enredada en su tronco- antes eso no era una sola rosa era un arbusto, eso es tu núcleo mágico-

La cabeza de Harry se volteó tan rápido que creyó oír su cuello crujir.

-¿Mi núcleo mágico?- pregunto con premura.

-Sí, tu núcleo por eso es tan enorme y también por eso sus pétalos tienen todos los colores, el tipo de flor  que llevan tus memorias es al azar pero el color se elige por la emoción que la creo por ejemplo tu memoria de tú recibiendo a Hedwing tu primer regalo está en una de las rosas blancas que es el color de tu felicidad pero tu memoria de tú inflando a Marge como un globo está en una caléndula rosada que es el color de tu ira, desafortunadamente todas son grises ahora y no se distinguen el mal estado de tu jardín mental también se debe a la falta de tus insectos-

-¿Cómo lo arreglo?- pregunto preocupado, no le gustaba como estaban las cosas en su jardín.

-Para reparar tu mente primero necesitas desbloquear tu núcleo mágico, o sea quitarle toda esa tela, puedes hacer eso meditando para crear insectos y plantas carnívoras ellos se encargarían de limpiar la tela del núcleo y tus memorias, yo que he estado aquí mucho tiempo te puedo guiar para que crees lo huevos de tus insectos-el chico se ofreció.

-Porque lo harías, de todos modos mi magia te encerró, debió tener una buena razón para hacerlo- pregunto con sospecha.

-Oye yo vivo aquí, este lugar es horrible, quiero más color-

-Está bien- después de considerarlo un momento.

El chico abrió la boca para hablar pero lo que sea que iba a decir se perdió como Harry se encontró en el mundo real de repente.

Unos pasos tras él lo espabilaron, eran los directores y los jueces hablando con los campeones que ahora se giraban hacia él ¿cuánto había estado en su mente?

-“Aquí el tiempo es relativo”- la voz del chico prisionero floto por su memoria.

-Mi querido muchacho ¿pusiste tu nombre en el cáliz?- el viejo barbas de chivo pregunto.

-No- respondió con simpleza.

-Está mintiendo seguramente- la mujer molesta.

Harry sabía que el viejo lo haría participar a pesar de que era menor de edad y por lo tanto un contrato mágico vinculante no entraba en vigor a menos de que su cabeza de familia lo aprobara si no había cabeza de familia su guardián mágico y sabía quién era su guardián mágico.

-¿Le pediste a alguien que pusiera tu nombre en el cáliz?- la voz del viejo se escuchó.

-No-

-La primera prueba será para medir la valentía y se llevara a cabo dentro de dos meses#- un hombre hablo.

La voz a gritos  enojados de Snape se escuchó por el lugar pero Harry cuya conciencia aun en parte seguía en su mente no le prestó atención, sin decir una palabra Harry se dio la vuelta y se fue a su dormitorio.

A partir de entonces la vida de Harry no fue nada fácil todo el mundo parecía odiarlo, los alumnos le decían groserías, lo esperaban en lugares solitarios para golpearlo, lo hechizaban lo humillaban y los profesores no se quedaban atrás, sin importar cuanto esfuerzo pusiera en su trabajo escolar o en sus tareas su calificación siempre era la misma trol, se hacían de la vista gorda cuando encontraban a estudiantes golpeándolo o hechizándolo o le daban detenciones injustificadas.

Casi todas sus primeras noches las paso en la enfermería, hasta que se dio cuenta que la señora Pomfrey siempre lo dejaba para último aunque los otros pacientes solo tuviera una uña rota y el con el brazo dislocado o sangrando de alguna lesión además la señora Pomfrey no le evitaba el dolor, a partir de cuándo lo noto comenzó a buscar áreas del castillo que no se usaban para curarse a lo mejor que pudiera.

Hasta que el profesor Snape que también lo trataba mal al principio comenzó a darle detenciones con el fin de atender sus lesiones, y castigar a cualquiera que se encontrase maltratándolo incluso si fueran sus serpientes, el director se quejó alegando que eran juegos de niños, pero Snape le grito frente a toda la gente en el gran comedor diciendo que cuando se encontrara enterrando a Potter entonces vería lo que sus juegos de niños podrían hacer, que si no paraba lo que estaba sucediendo cuando ese día llegara se acordaría de él, el director no volvió a reclamarle pero tampoco acato su consejo.

La semana antes de la primera prueba Harry iba cojeando deseando llegar hasta su cama después de otra terrible detención con el celador a quien el director le había permitido usar las viejas manera en Harry, apenas cruzo el cuarto de la señora gorda supo que algo andaba mal, todos los miembros de su casa menos la profesora Macgonagal  estaban en la sala común esperándolo, su baúl  y la jaula de Hedwing estaban ahí.

-Parece que al fin te dignas a llegar, es más allá del toque de queda ¿quieres que nos quiten puntos?- Hermione lo recibió con sus palabras malintencionadas, ella sostenía a su lechuza blanca de las patas y las alas.

-Mione ¿qué le haces a Hedwing?- pregunto confundido.

-No tienes derecho a llamarme por mi nombre- ella le grito odiosa.

-¿Qué…?- ella no lo dejo terminar, agarro un jarrón y se lo aventó a la cabeza con su varita que estaba entre las patas de la lechuza y su mano.

Harry cayó al suelo de espaldas sosteniéndose la frente sangrante

-Esto es lo que le pasa a los tramposos, ¡Ron! Van acá- ella puso a la lechuza sobre el baúl de Harry.

Ron se acercó con unos de los cuchillos de hacer pociones de Harry.

-¡No! Hedwing no por favor ella no ha hecho nada- Harry suplico y trato de lanzarse sobre ella para salvar a su lechuza, pero sus compañeros Dean y Semaus lo tomaron de los brazos y lo mantuvieron de rodillas.

Ron degolló a la lechuza frente a su dueño mientras Hermione la sostenía.

Sus dos compañeros de dormitorio lo mantuvieron de rodillas mientras el resto lo golpeaban.

Harry ya no podía levantarse, una por una sus pertenencias fueron quemadas por sus compañeros menos su escoba, su capa y su mapa de las cuales Ron se apoderó.

Harry hizo gárgaras con su sangre, con su mano que no estaba fracturada tomo su sangre y la roció en los artículos robados antes de perder la conciencia.

La próxima vez que Harry abrió sus ojos se encontró solo tirado en el piso de la sala común, el cadáver se Hedwing estaba tieso a su lado las lágrimas llenaron sus ojos, la luz del sol le dio en la cara y Harry se percató que ya era de día.

Con cuidado de no perjudicar mucho sus heridas se levantó y se fue por los pasillos del castillo con rumbo desconocido, algunas personas lo vieron pasar pero solo Ron se detuvo y únicamente el tiempo necesario para lanzarle un hechizo cortante, la profesora Macgonagal estaba justo en frente pero se hizo de la vista gorda, Harry puso una capa de su magia recién desbloqueada en la herida recién adquirida y continuo su camino.

Uso el conocimiento de su prisionero para llegar al área más alejada del castillo que no se había usado en siglos, los calabozos y de ahí un pasadizo en el suelo similar al de la piedra en segundo año, ni siquiera el director sabia del lugar.

Harry llego a su destino, la octava habitación se metió a la laguna subterránea de agua fría hasta el centro, su mano ensangrentada se posó en el cuello de su lechuza muerta, podía sanar la herida pero no podía traerla de vuelta.

Tras sanar la herida de su lechuza rompió el hielo grueso de la superficie, salto al agua casi congelada y retiro el parche de magia en su cuello dispuesto a dejase desangrar hasta morir asegurándose de fijar a su lechuza con seguridad entre sus brazos.

El prisionero entro en pánico al ver el arbusto del núcleo congelarse y morir con su dueño todo el jardín de memorias se congelaba a un ritmo alarmante, lucho él no quería morir, en su desesperación tiro de los hilos que lo conectaban con las otras piezas e incluso el alma principal fue arrancada de su cuerpo pasajero, cuando vio que no era suficiente para luchar por el control del cuerpo de Harry comenzó a tirar de la magia de sus seguidores marcados pero la marca no estaba diseñada para hacer tal cosa y los marcados iban muriendo por la tención antes de incluso poder tomar un miserable tres por ciento de su poder mágico, cuando ya le quedaba su último marcado cometió el error de tratar de robar su magia porque era Snape él hombre le había ayudado e incluso le defendió del director en varias ocasiones, Harry supo sentir la magia de su profesor y su magia devoró al intruso antes de que le hiciera daño al hombre, pero entonces la magia del hombre se recuperó del repentino ataque y arremetió contra Harry para defenderse.

La magia y el alma de Harry  que ya era inestable debido a su cuerpo moribundo se vio arrancada de su lugar hacia el cuerpo de Snape sin embargo el alma de Harry reconoció que era más fuerte y que Snape moriría si luchaba con él por lo que se sometió el alma del señor oscuro y se asentó en el vientre del profesor obligando el alma del lord a hacer lo mismo.

En el frio calabozo el cadáver congelado de Harry Potter quedo flotando bajo el hielo con su lechuza entre sus brazos cruzados.

Más arriba en las mazamorras por otra parte, Severus Snape se retorcía en el suelo con los brazos envueltos en su abdomen, solo duro unos cinco minutos pero a él le pareció una eternidad finalmente no pudo más y se desmayó.

Cuando media hora después Snape despertó se sintió tan caliente que no lo pudo soportar prácticamente corrió hacia el flu para buscar a su esposo para una buena follada.

Al día siguiente el castillo se despertó con la noticia de que su profesor de defensa había muerto en la noche, por supuesto el viejo director se guardó el hecho de que el hombre era un mortifago para sí, era mejor que no lo supieran porque aquello le traería mala prensa, Snape había desaparecido pero llego al medio día medio cojeando alego que había tenido una emergencia y por ello tuvo que retirarse en la noche y sin decirle a nadie.

Tres semanas después una poción verde que se puso purpura le confirmo a Severus Snape lo que sus antojos, pies hinchados y nauseas matutinas ya le habían dicho.

Estaba embarazado de tres semanas.

 -Creía que era estéril- se dijo sorprendido- parece que ya no- una sonrisa cubrió sus labios, su marido y él habían pensado en adoptar después de nueve años de matrimonio sin niños a pesar de sus múltiples intentos.

Los días pasaron y nadie se preguntaba qué había pasado con Harry Potter, los alumnos se burlaban y los maestros no hacían otra cosa que acumularle detenciones.

Excepto Snape, todavía llevaba su máscara de emociones aparentemente inquebrantable pero los que los conocían sabían que algo le molestaba.

Snape estaba preocupado porque no había visto a Potter una sensación en el vientre le traía calma pero no podía sacárselo de cabeza.

El día de la primera prueba llego, los alumnos y los profesores cuchicheaban entre sí, sobre todo el director ¿Dónde podía estar el muchacho rebelde? Ahora sí que comenzaba a preocuparle si no llegaba a tiempo perdería su magia y si lo hacía ya no le serviría para nada todos sus años de cuidadosos planes se echarían a perder.

El director mando a los alumnos con tiempo libre y sus maestros que lo buscaran, pero nadie encontró nada, ni siquiera Snape que era el único bien motivado.

Final mente se dieron por vencidos y no les quedo otra más que esperar que llegara a tiempo, los jueces le dieron casi dos horas de tiempo pero él no apareció.

Durante los siguientes días se hicieron búsquedas infructuosas, el director temió que el chico hubiera renunciado al mundo mágico y que se habría escapado para vivir como muggle entonces fue al banco donde se dio cuenta de que sus planes cuidadosos se habían ido por el caño, la bóveda de confianza del chico había sido absorbida por la bóveda principal y luego había sido sellada en espera de un nuevo heredero, lo que solo significaba una cosa, Harry Potter estaba muerto.

Había muerto y no de la forma heroica que el pretendía, murió de forma anónima quien sabe dónde.

Se apresuró al ministerio para revisar su expediente esperando que fuera un error, pero no lo era.

Un certificado de defunción había sido emitido mágicamente en el momento de su muerte, la fecha estaba escrita en el papel fue una semana antes de la primera prueba.

La causa de la muerte había sido una herida en el cuello producida por un hechizo cortante, dada la posición no fue auto infringida, alguien lo había matado probablemente uno de sus estudiantes a los que él dejo salirse con la suya cada vez que lo maltrataban, el lugar de la muerte estaba registrado como Hogwarts lo que significaba que el cuerpo estaba en el castillo o alguien lo había movido y por eso no lo habían encontrado.

Dumbledore volvió al castillo con un peso en sus hombros, ¿Qué haría ahora? Su arma había muerto y no tenía a nadie que pudiera llenar su lugar.

La casa de los leones se mantuvo silenciosa con el paso del año, la idea de que su compañero el niño que vivió hubiera huido para alejarse de ellos y que ahora viviera como muggle algo pesada para llevar.

La segunda prueba vino y se fue.

La búsqueda de Harry Potter continuo en el castillo, Dumbledore no le había dicho a nadie que el chico estaba muerto solo que aún estaba en el castillo.

Los días para Snape eran muy difíciles ahora que estaba en junio su embarazo estaba muy avanzado pero unos buenos espejismos le ayudaba para que no le perdieran respeto.

Era 12 de julio y Snape estaba durmiendo  en su cama cuando de pronto se vio jalado hacían un sueño.

Primero se encontró en un pantano lleno de cocodrilos y reptiles sobretodo serpientes, de los arboles colgaban bolas como adornos de árboles de navidad con serpientes enroscadas en ellas, otras esferas flotaban en el agua protegidas por los cocodrilos y más serpientes.

Una pitón enorme estaba enroscada en un gran capullo dentro de una flor de loto en el centro del pantano, una figura con forma de bebé dentro de ella, no pudo ver bien la figura antes de ser jalado a otro sueño.

Esta vez se encontró en medio de una colina bajo la colina un jardín lleno de plantas gigantes al darse la vuelta se encontró con un arbusto de rosas aún más grande que los demás  en la base del arbusto una rosa con los pétalos cerrados una fuente de luz dejaba ver otra figura con forma de bebé pero con un tamaño ligeramente más pequeño que el anterior.

-No lo he dejado profesor-

Una figura lo abrazo por la espalda, al darse la vuelta se encontró con la figura traslucida de Harry Potter su alumno perdido.

-Hola mami- saludo con una sonrisa brillante- te veré pronto-.

Snape abrió la boca para hablar, pero un dolor agudo e su vientre lo despertó de golpe.

Las próximas horas las paso en la enfermería dando a luz, bajo los regaños de la señora Pomfrey

Por haberse atrevido a estar embarazado sin decírselo a nadie.

El primer bebé era castaño de ojos verdes, el segundo bebé fue quien le llamo la atención, él no lloro como su hermano en su lugar pidió por él cuando lo tuvo a su alcance el niño le toco la cara, “estoy aquí”, la voz de Potter lleno su mente y él casi lloro de alivio.

Esta vez no lo dejaría.

El evento concluyo con la rubia francesa como ganadora.

Y durante los próximos años la vida siguió su curso, hasta que en enero de mil novecientos noventa y ocho se encontró el cuerpo.

Hacia un año que Ronald Weasley y Hermione Granger se habían graduado de la escuela cuando la noticia salió en el profeta, ellos se apresuraron a ir al colegio para ver el cuerpo, Dumbledore pensó que como eran los “mejores amigos” del fallecido podrían identificarlo.

El cuerpo estaba recostado en la cama  que sabían que Harry tenía prácticamente suya, sobre todo en aquel año.

 Su  piel estaba azul, vestido con su uniforme de Griffindor y su lechuza estaba entre sus brazos.

-Si es él- ella estaba muy afectada.

-¿Qué le paso? Señora Pomfrey.

-Se desangró- ella señalo el cuello donde una herida.

Ronald tuvo un repentino vistazo de él lanzando un hechizo cortante en el cuello de Harry justo en el  lugar donde la herida estaba, “yo lo mate” jamás seria lo suficientemente valiente para admitir eso en voz alta.

-L a herida en el cuello fue causada por un hechizo cortante, se encontraron firmas mágicas en las lesiones de casi toda la población del colegio en ese año menos los Slyterin, la herida en el cuello de Harry solo tenía un firma mágica, la propia-

-¿Él se la hizo?- pregunto Macgonagal.

-No, la posición de la herida dice que la hicieron a sus espaldas cubrió la herida con su magia para detener el sangrado pero luego por alguna razón su magia se apartó y la hemorragia continuo, su magia era más fuerte que la de su atacante por lo que al cubrir su herida fue su firma la que quedo, el asesino podría ser cualquiera de los alumnos y los profesores no tenemos forma de saber cuál de ellos fue-

Ronald bajo la cabeza pensando que él mismo había hecho la herida, sus pesadillas consistían en ese momento y por lo visto ahora también incluirían a su amigo y su lechuza, se acercó con la intención de quitar el pelo mojado de su rostro cuando un repentino chillido a su lado lo sobresalto.

-¡No! No tienes derecho a tocarlo- la cara infantil de Snape con los ojos verdes de su amigo fallecido lo recibió.

El niño se subió a la cama y tapo al muerto con la cobija blanca que lo cubría de la cintura para abajo.

-Mami- en niño corrió a los brazos tendidos del profesor Snape, otro niño pequeño se escondía tras el oscuro profesor agarrándose de su capa, el hombre les dio una mala mirada antes de recoger a su otro hijo y salir por la puerta con destino desconocido.

-¿Quien…?- el pelirrojo se quedó con la palabra en la boca.

-Él es Mime el hijo menor de Severus, el otro niño es Milo el hijo mayor, ellos son mellizos- respondió el director.

-son muy inteligentes- dijo Hermione, ella los recordaba el día después del nacimiento fue la única vez que los vio hasta ahora.

-SÍ, siempre lo han sido, Severus cuida sus niños como las córneas de sus ojos, muy poco los trae al colegio, la mayoría del tiempo se quedan con el esposo- el director buscando distraerse del cadáver frente a él.

 El funeral se celebró al día siguiente, Severus estaba ahí con su esposo un hombre bajito castaño de ojos verdes, un squip, cada uno tenía un niño entre sus brazos, Skiler el esposo tenia a Milo el que antes era el señor oscuro y que ahora no tenía ningún recuerdo de eso aunque si su conocimiento, Severus tenía a Mime  antes Harry Potter quien tenía sus conocimientos y recuerdos.

-Ahora es cuando Albus- le dijo Snape al director quien lo miro desconcertado un momento pero el profesor no lo dejo preguntar- ¿Qué te parecen tus juegos de niños ahora? ¿Aun crees que son inofensivos?- con voz mordaz.

La comprensión amaneció en la mirada del director quien se removió incomodo no le gustaba la manera de verlo del niño ni las palabras de Snape.

-Te lo dije, te acordarías de mí-

Durante los próximos años la población estudiantil vivió con el peso de llevar sangre en sus manos, el director espero un señor oscuro que nunca llego y los Snape vivieron vidas tranquilas y felices.

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(*) No estoy muy segura de la fecha de cuando Sirius Black rompió la tela del cuadro de la señora gorda.

(#) No recuerdo la fecha de la primera prueba.

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno es todo para este,nos leemos luego.


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