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Crea, pinta y sueña... por Samy_DBS

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Notas del fanfic:

Personajes de Masashi.

Algunas cosas han sido basadas en la novela "La ladrona de libros" de Markus Zusak.

 

Notas del capitulo:

Esto es un Omegaverse :v Mi primer OMEGAVERSE

Y que mejor que meterme en terrenos inexplorados al mismo tiempo que lo combino con una de las peores épocas, si, la Segunda Guerra Mundial.

Esto salió despues de leer como 50 libros con tématica de este tipo y despues de ilusionarme con un fic omegaverse que estoy siguiendo :v

Por favor, si los decepciono griten ¡Detente! :v (No los escucharé de todas formas)

En fin, Gracias por leer.

Bye bye 

Una pelirroja caminaba junto a un pequeño rubio, iban tomados de la mano. El fuerte viento helado se les colaba hasta los huesos.

 

Ambos tenían una apariencia esquelética, y sus desgastados ropajes ridículamente les protegían de la tormenta nevada.

 

Las pequeñas piernas del niño quedaban enterradas hasta la rodilla por la gruesa manta de nieve. Su madre lo levantó en sus brazos, instintivamente el rubio se acurrucó en su pecho.

 

-Ya casi llegamos- aseguró, sintiendo sus propios dientes castañear al abrir la boca.

 

De este mismo modo siguieron su camino.

 

Me presento. Recuerdo que esta es la primera vez que vi al pequeño Naruto, ¿ya mencione pequeño? Porque déjame asegurarte que ese crío era relativamente pequeño. Su compleción siempre fue así.

 

Seguramente te preguntarás que hago yo aquí, siguiendo a la mujer de hermoso cabello rojo. Pues muy a mi pesar es mi trabajo, y en estos tiempos he estado muy atareada. Yendo de aquí a allá recogiendo personas por todo el mundo.

 

Pero aquí me ves, perdiendo mi tiempo contemplando a un niño rubio dormir en los brazos de su madre.

 

Realmente me apena admitir que mi deber está aquí, no me mires mal, pues no sé ni que esperar de una mujer y un niño débiles, hambrientos y congelados. Pero puedes describirme como un ave carroñera, solo estoy paciente esperando la oportunidad.

 

A lo lejos se puede divisar el poblado de Molching, para ser exactos, Himmelstrasse.

 

Las casitas enfiladas unas mas humildes que otras. Yo solo le prestaba atención al andar temeroso de la mujer pelirroja que llevaba al niño mas hermoso que he visto hasta ahora.

 

Miraba precavida a todas partes asegurándose que no hubiera ni un alma en esas calles. Una vez estuvo segura corrió a la puerta numero 23. Y tocó frenéticamente pero tratando de no hacer escandalo.

 

Abrió un omega de cabello castaño, su nombre era Haku. Este mismo se sorprendió al ver a la mujer ahí con una cara de preocupación impresa en su rostro.

Le costó trabajo reaccionar. -¿Kushina? Pasa, rápido. –La apresuró cerciorándose de que nadie estuviera por ahí observando.

 

Ayudó a la Alfa que se encontraba en terrible estado, a juzgar por las heridas que tenía en la mayoría de su cuerpo pudo adivinar que estuvo en una pelea.

 

Y para poco después su temblorosa vista se dirigió al pequeño que llevaba en brazos. –Santo Dios. –Cargó al pequeño rubio notando lo frío que estaba. Sin embargo se tranquilizó al escuchar su tranquila respiración.

 

-Ellos me persiguen. –Dijo finalmente con dificultad. –No pude evitar que se llevaran a Minato. –esto ultimo lo soltó con dolor y culpabilidad.

 

Haku arropó al niño ahí mismo en su recibidor. Se sobresaltó cuando escuchó el gruñido de su Alfa al notar que alguien invadía su territorio. –Todo está bien Zabuza, es Kushina. –

 

A pesar de la aclaración el anteriormente mencionado no dejó de mostrarse amenazante justo después de notar al niño en brazos de su omega.

 

 No se necesitaba ser muy inteligente para deducir la situación.

 

-Se los ruego, cuiden de este niño. –Habló Kushina de rodillas, renunciando a su orgullo de Alfa. –Se los suplico. –

 

-Por supuesto, ten por seguro que así será. –Intervino el Omega.

 

-De ninguna manera. –Cortó Zabuza. –Ya tenemos suficiente, apenas podemos con nosotros mismos. –

 

-Solo será un tiempo. – aseguró la pelirroja. –Iré a buscar a un hombre en Londres, yo quisiera llevar a mi hijo pero el no resistiría el viaje, es solo un niño. –

 

-Está bien Uzumaki, pero quiero dejar algo muy claro. –Hablaba Zabuza sin siquiera mostrar un poco de lástima. –No esperaré más de seis meses. –Advirtió.

 

-Será más que suficiente. –dirigió una mirada rápida a su cría la cual dormía ajena a todo. –Se los recompensaré- aseguró yendo directo a  la puerta.

 

-Espera. –Haku frenó sus pasos. –No será bueno que salgas, hace un frío de muerte allá afuera, y está anocheciendo. –

 

-Gracias pero no quiero causar problemas, recuerda que me están siguiendo. –sonrió débilmente. –Me voy. –

 

Abrió la puerta y cambió a su forma animal, una enorme loba blanca, ese pelaje le ahorraría muchos problemas en este lugar cubierto de blanco. Miró por ultima vez a su cachorro y después a la pareja. Luego de esto salió perdiéndose entre la nieve del bosque.

 

. - . –

 

Desde el umbral de la puerta observaba a su omega el cual arrullaba cariñosamente al niño rubio.

 

-No te encariñes –dijo secamente. –Ese niño estará aquí por tan solo seis meses. –

 

El Omega castaño se limitó a besar la frente del infante durmiente y se acercó al Alfa.

 

-No debiste ser tan duro con ella. –Comentó recordando el deplorable estado en que Kushina estaba. –Sabes que ni siquiera es muy posible que sobreviva. –Lo miró con reproche. –No quiero ni imaginar como se sentirá al saber que si no vuelve en seis meses su cachorro podrá quedarse solo a su suerte. –

 

El otro hombre no respondió. Encontrándose solo en la habitación que alguna vez fue de sus hijos, ahora era ocupada por un pequeño niño rubio.

 

-Hn. –Musitó un sonido de aparente molestia.

 

Haku sonrió, estaba esperándolo afuera de la recamara. Un tierno acto por parte del mayor en marcar al infante con su olor.

 

-Seis meses. –Recalcó antes de irse.

 

*´*Un año más tarde 7776*`*

                                   (10 de octubre de 1935)

-Feliz cumpleaños Naruto –Felicitó Haku. –Preparamos algo para ti-

 

-¿Es eso cierto? –El ahora rubio de diez años preguntó ilusionado.

 

Su pregunta fue contestada con un pequeño pie de queso el cual como adorno llevaba una cerilla.

 

-Anda niño, pide un deseo. –Animó Zabuza el cual se mantenía alejado con su habitual gesto de molestia.

 

-¡Sí! –Cerró los ojos mientras soplaba la débil flama de la cerilla. –Listo. –

 

-¿Qué pediste? –

 

-Eso no lo puedo decir, si no nunca se cumplirá. –Contestó juguetonamente.

 

-Bueno, come un poco de ese pastel y vendrás conmigo, no creas que te dejaré estar todo el día holgazaneando solo porque es tu cumpleaños. –

 

-Si papá. –Se apresuró a contestar.

 

Con el tiempo había aprendido que en esa casa se apreciaban las respuestas rápidas.

 

Con la llegada de Naruto a Himmelstrasse la vida del matrimonio cambió de una vida tranquila a una donde cuidaban de un pequeño revoltoso. Esperaban con ansias que alcanzara los trece años para saber cual será su género.

“Solo le pido al cielo que no sea un Omega, ya sabes cuantos problemas causa tener a uno en pleno celo” Esas fueron las duras palabras de Zabuza.

 

Al inicio para Naruto era todo muy confuso y tenía bastante miedo. Con el paso de los meses se hizo a la idea de que su madre no volvería por el. A pesar de que sus padres adoptivos le dijeran lo contrario cada vez que lloraba.

 

De inmediato ingresó a la escuela de la ciudad. En donde aprendió a leer y a escribir, debido a que antiguamente no tuvo oportunidad de recibir la educación adecuada no tenía estos conocimientos básicos.

 

De igual modo se hizo de muy buenos amigos, de hecho su mejor amiga era su vecina, se llamaba Sakura, esta misma tenía un cabello rosado muy inusual. Le costó creer que no estaba tintado.

 

No le costó adaptarse a su nueva vida.

 

CONTINUARA…

Notas finales:

Espero sus rw, si quieren, si no, no :c


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