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Agridulce por Lunatico

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Notas del fanfic:

Hola de nuevo! Sé que he sido muu presuntuoso al borrar mi historia por la falta de reviews, en sí en ese momento de mi vida todo era deprimente, no podía entrar a la universidad, el mundo real me aterraba y me sentía horriblemente solo y desdichado, ojala nunca les pasé, en fin, estoy mejor, no literalmente, solo aprendí a reirme de lo malo que me pasa xD.

En fin, publicaré dos capítulos por día cada dos o tres días, los estot editando así que aparecerán y se eliminarán partes, esto lo escribí en el el 2012 lo hacía tan cursi xD. La segunda temporada está en proceso en Wattpad pueden buscarla como Todo o Nada x DoOdleRush xD. Si quieren leerla adelante o pueden leer Agridulce de nuevo para agarrar el hilo de la historia, he hecho varios dibujos de mis personajes, mejoré bastante xD los subiré a lo largo de la historia.


Por último, les pido disculpas a todos aquellos que decepcioné, tengo una lectora que se expresaba de una manera hermosa de mi historia pero la decpcionó mi forma de ser, y me duele bastante haberle fallado a alguien que hablaba maravillas de algo que yo escribí :'( ojala y me perdone algún día.


Disfruten, mis viejos y nuevos lectores.

Notas del capitulo: Holi, espero que les guste, aqui empieza mi historia!
El celular sonó como todos los días antes de ir a la escuela, eran las seis de la mañana, un lunes. No era como cualquier otro día de escuela, este era el primer día de mi último año de secundaria.

Una vez despierto me dispuse a comenzar con la rutina; me metí al baño donde tarde todo el tiempo del mundo en bañarme, la escuela quedaba a menos de cinco minutos de mi casa así que no había prisa. Salí del baño y me puse mi uniforme la tela era tan suave, la camisa era blanca y el pantalón gris era muy caliente, me puse mis calcetas y abrí la caja donde se encontraban mis tenis nuevos, los olí, siempre me había encantado el olor a nuevo de las cosas, me los puse con sumo cuidado ya que eran nuevos, una vez acabé de hacer eso me dirigí al espejo. Vi mi reflejo y di un suspiro de disgusto. No es que no me gustara mucho como me veía, sólo que pensaba que me hubiera gustado estar mejor. Soy de color moreno, algo así como un color canela, no soy muy moreno pero tampoco soy muy claro, mi pelo es negro y aburrido me cae hacia el frente sin ni siquiera tener la forma de un fleco o algo por el estilo, tengo la nariz un poco grande, mis ojos son cafés pero muy oscuros casi llegando a negros, son grandes también, mi boca es algo pequeña pero mis labios son un poco gruesos cosa que me disgusta un poco ya que se burlan de ellos diciéndome obscenidades, no soy gordo ni flaco, mido 1.65 y no gozo de buen cuerpo o músculos soy más bien algo así como una persona más común de lo normal, mi voz no ha cambiado a pesar de que tengo catorce años, me veo como un niño, cosa que tampoco me gusta. Me revolví un poco el pelo y me colgué la mochila, afuera el aire era frío, vivo en una ciudad en extremo calurosa, así que eran raros los días en los que el clima estaba así.

Camine hacía la escuela y sentía cada vez más los nervios juntarse en mi pecho, seguí caminando y vi a mi prima saliendo de su casa, por alguna razón toda mi familia vive ridículamente cerca, y no somos una familia unida.

-¡Fea!- le grite mientras ella se despedía de su mamá, nunca nos hemos respetado mucho, crecimos como hermanos, creo que esa es la razón. Marisol es mi prima hermana, nacimos con trece días de diferencia, era aproximadamente unos diez centímetros más baja que yo su pelo era castaño oscuro y rizado a diferencia del mío, su tono de piel era blanco, más güera que yo, su cuerpo era rollizo y tenía pecas en la nariz.

-Espérame gordito- me dijo dándome un puñetazo y empezó a hablar- Es el último año- dijo con entusiasmo- este año te vamos a conseguir una novia

La fulmine con la mirada.

-Púdrete maldita- le dije enojado.

-No podemos dejar que pase lo que paso el año pasado- dijo con tono de burla.

Sólo la mire con furia y acelere el paso, la deje atrás.

La escuela estaba en lo alto de un cerro lo que le daba un toque misterioso, me gustaba pensar que era como Hogwarts. Mire hacía el gran portón y me dije a mí mismo "aquí vamos".

Todo estaba tal y como recordaba, no es como si hubiera cambiado en un mes y medio, Marisol me alcanzo y nos decidimos a buscar a algún amigo.Fui el primero en encontrar a alguien, con la primera persona con la que me encontré fue con mi mejor amigo, di gracias a Dios por esto.

-¡Beto!- grite emocionado al ver a mi amigo mientras agitaba la mano haciendo señas de que viniera hacía donde yo estaba, Beto era mi mejor amigo, siempre me hacía reír con las cosas que decía, éramos muy diferentes tanto física como psicológicamente, el era un poco más alto que yo, su color de piel era más oscuro, se peinaba el pelo hacía atrás, era delgado, más que yo al menos, sus ojos eran medio rasgados y color negro, su nariz era pequeña y tenía la voz ronca. Psicológicamente hablando él era una persona más reservada y madura, sabía cuando era el momento necesario para hablar no como yo que hablaba todo el tiempo.

-¿Qué paso niña?- me dijo con una sonrisa burlona y altanera, siempre me decía así eran raras las veces en las que me llamaba por mi nombre.

Le sonreí y al verlo fue como si recordara todas las cosas que hicimos el año pasado, sin duda era mi mejor amigo, lo quería como si fuera mi hermano. Nunca tuve hermanos varones.

-Hace años que no te veía- le dije tratando de poner una cara tierna- te extrañe mucho.

-Déjate de tus niñerías Ángel - me miro con indiferencia- mejor vamos a buscar el salón.

Me paso el brazo por los hombros a través del cuello, y me obligo a caminar con él.

Encontramos el salón, estaba en el ultimo edificio y era la última aula, en la puerta tenía un letrero que decía "3° B" al entrar ya estaban ahí otros dos amigos; Mario y Andrés, estaban platicando cuando entramos y nos acercamos a ellos. Conversamos un poco acerca de las vacaciones, nada fuera de lo normal.

Conforme pasaba el tiempo me iba sintiendo más nervioso y la razón se debía a que en cualquier momento llegaría esa persona, aquella a la que le había confesado mis sentimientos hace un año, aquella que me había dejado de hablar la mitad del año anterior, me sentía como un completo idiota a pesar de que ya habíamos acordado que este año haríamos como si no hubiera pasado nada, no podía dejar de sentirme nervioso. Ella había sido mi amiga desde cuarto año de primaria y el año pasado que Mario entró a esta escuela, empezó a andar con él, así que no resistí lo que sentía y se lo dije, pero todo cambio y pues nos dejamos de hablar, al poco tiempo rompió con Mario y regreso con su antiguo novio y Mario y yo nos volvimos amigos. Raro.

A pesar de que siempre había estado confundido, ya que desde que tenía memoria me habían gustado los chicos, (nadie lo sabía, y no pensaba decírselo a nadie, a demás ese año había prometido dejarme de esos pensamientos, que por demás sabía que no eran correctos, y concentrarme en tener una novia de preferencia esa persona) no podría dejar de pensar en ella.

Y en ese momento entró.

-Hola Angi- me dijo sonriendo- ¿qué tal tus vacaciones?

Ahí estaba ella, se llamaba Selena, era bajita unos 15 cm menos que yo, su cabello era ondulado y de color castaño, caía hasta sus hombros, sus ojos eran de un café claro y brilloso, su piel era clara y gozaba de una buena anatomía, era mi amiga desde los nueve años, siempre me había contado todo relacionado con ella, nos teníamos demasiada confianza tal vez esa era la razón por la cual me sentía atraído hacía ella. Pero el año pasado las cosas habían cambiado totalmente, esa confianza se esfumo en menos de un día, empezamos a tratarnos de manera diferente, todo por culpa de mi confesión. Pero esa era ya harina de otro costal y al final de segundo año habíamos acordado que este año haríamos como si nada hubiera pasado, al menos ella si lo cumpliría, debo admitir que no sentía lo mismo ya, pero todavía tenía un rastro de aquel sentimiento de un año o más bien dicho de hace cuatro años atrás.

-Normales creo yo, tu sabes que yo no tengo la suerte tuya de salir de la ciudad en vacaciones- le dije con resignación.

-Qué pena- se burló.

Le enseñe la lengua y conversamos de temas sin sentido, me presumió su nuevo celular, era uno de los más nuevos que habían salido, nos tomamos fotos como cada vez que llevaba un celular nuevo.

****
Las clases comenzaron y odié a nuestro primer maestro en el momento en que hizo que estuviera de pié el resto de la hora, según el porqué interrumpía su clase, como si hubiera estado interesante, lo anote mentalmente en la lista de personas que odio.

La clase que siguió después fue Matemáticas y después salimos al receso, me la pasé con Beto y Andy. El resto del día fue normal sin nada nuevo, pensé que tendría nuevos compañeros pero no fue así en cambio en el salón de mi prima entraron dos chicas nuevas

El resto del día paso como si no se tratara de un día especial, de hecho fue ridículamente normal. Las clases acabaron y me dirigí a mi casa, creo que el levantarme temprano al fin empezaba a tener efecto en mí, me regañé a mi mismo por haber decidido regresar por el camino largo, todavía me faltaban como cinco minutos para llegar a mi casa. Al llegar, Subí las escaleras hasta mi cuarto y me cambie, me puse lo más cómodo que encontré, un short aguado y una playera que me quedaba grande de color blanco. Me dispuse a hacer mi tarea que, por ser el primer día la mayoría eran cosas como ¿Qué hiciste en vacaciones? Sí, lo sabía, la educación en mi escuela estaba por debajo del nivel.

No supe en qué momento me quedé dormido, me desperté con la cara sudada y con la boca y la almohada mojada, había babeado, mire el reloj y eran ya las 6:00 p.m. fui al baño y me lave la cara, tenía el pelo en realidad alborotado, no le preste atención ya que estaba en mi casa como para preocuparme por eso. Salí al pasillo y me encontré con mi mamá saliendo de su cuarto, ella se veía más despierta que yo. La abracé y bajamos juntos a la cocina. Mi mamá ya no tenía mucho brillo en sus ojos, y a pesar de que seguía viéndose joven a sus más de 40 años, tenía algo en su rostro que decía que ya estaba cansada de todo, sin embargo siempre sonreía. Ella trabajaba en una oficina de publicidad, y había días en los que se quedaba hasta tarde así que en sus ratos libres en la casa aprovechaba para dormir.

Bajamos a la cocina donde mi mamá se dispuso a hacer la cena para cuando llegaran todos. La cena estuvo lista a las 8 de la noche justo cuando mi papá y mis hermanas estaban llegando. Ese día todos nos acostamos temprano, me lamente hasta el cansancio de haberme dormido en la tarde, ya que no podía conciliar el sueño. Me acosté en la cama esperando poder dormir al fin, vi el reloj y ya eran las 2 de la mañana, cerré los ojos diciéndome a mí mismo, que este sería el mejor año de todos. Presentía que algo pasaría, pero no sabía qué.

No supe en qué momento desperté y tampoco supe cómo fue que llegue a la escuela, la clase empezó, teníamos ese día dos horas de inglés, lo cual me pareció excelente, ya que en verdad era bueno en inglés, el mejor de la clase, me llevaba de maravilla con el maestro, al grado de llamarlo por su nombre, incluso lo consideraba un amigo.

De un segundo a otro me desconecté del mundo, sólo escuché cuando alguien dijo: "Me llamo Jimmy" y "Vengo de Estados Unidos". En ese momento me di cuenta de que ya no sería el mejor en la clase, ni podría equivocarme ya que habría alguien que me corregiría, ya no podría alardear de ser el mejor de la clase, pensé que se sólo yo lo había notado pero un sonido me despertó de mi sueño.

-Jotito ¿ya se te bajaron los humos?- me dijo un compañero que se llamaba Jesús, lo fulminé con la mirada y me dedico una sonrisa burlona- ¿qué? ¿Por fin ya te vas a quedar callado?, ¿o vas a seguir alardeando de que eres el mejor?- sólo lo miraba con odio, en verdad lo odiaba, había hecho de mis anteriores años una pesadilla, se burlaba de mi a cada momento, me golpeaba, y me trataba como basura, en primer año había faltado mucho a la escuela sólo porque no quería que me molestara, en verdad lo odiaba, a él y a su sonrisa burlona, tenía cara de perro buldog, era gordo y tenía una sonrisa malévola que lo hacía ver maldito, se creía más que todos y eso le daba la ventaja de poder intimidarnos, en serio lo odiaba pero me daba miedo.

-Eres idiota- me dijo Beto una vez que supo él porqué de mi enojo.

-Es que en verdad me dio coraje el saber que hay alguien mejor que yo en algo- me alarme al notar lo egoísta y envidioso que sonó mi comentario.

-Lo digo de nuevo, eres un idiota- dijo en tono molesto.

-Como amigo, deberías apoyarme y entender como me siento ¿no por eso eres mi mejor amigo?

-Jajajaja, tu eres el que me dice mejor amigo yo en ningún momento lo he aceptado- me dijo burlón.

-Eres un imbécil.

-De todas maneras, ¿Qué quieres que te diga?, Tranquilo, el es mejor que tu porque viene de Estados Unidos- dijo burlándose de mí- jamás diría algo como eso y lo sabes bien-Me fui de ahí dejándolo hablar solo.

El resto de la semana paso como si nada, Iba a la escuela regresaba a mi casa y seguía la rutina de siempre.

El lunes de la siguientr semana llegó demasiado rápido, la emoción de la primera semana de clases, había quedado en el pasado, ya había dejado mi orgullo por detrás y le había hablado a Beto, como siempre.

Era la clase de Historia, con el maestro al que le había proclamada odio a primera vista, estaba sentado al lado de Selena, estábamos platicando de cosas sin sentido, me estaba presumiendo de nuevo su nuevo celular.

Lo siguiente fue algo que nunca podré olvidar.

Todo pasó de repente, llamaron al maestro al pasillo, en ese momento supe lo que era; alumno nuevo, no pude evitar sentirme irritado en ese instante, sólo baje la cabeza y vi como todos ponían sus caras de asombro al ver a la persona nueva, eso sólo sirvió para irritarme más, me limite a no levantar la cabeza, sólo escuche cuando una voz corregía al maestro ya que este había dicho mal su nombre.

-Me llamo Romeo- dijo una voz muy agradable, sólo enfurecí más, su voz parecía la de un actor de televisión, ere fresca y juvenil. Instintivamente levanté la cabeza para ver el rostro de esa persona que prometía ingresar de inmediato a mi lista de "personas que odio".

Era alto, tal vez unos 20 cm. Más que yo, era delgado, pero lucía un buen cuerpo, su cara era alargada, sus ojos café oscuro eran un poco grandes, y tenía unas pestañas increíblemente largas, estaba sonriendo y su sonrisa era ridículamente atractiva, sus cejas eran un poco gruesas, su pelo era lacio y lo tenía corto. No pude evitar sacudir la cabeza al darme cuenta de todos los rasgos que alcance a notar de él, como si el hacerlo desechara de esta todo lo que había visto, alcé la vista y lo vi mirándome, su mirada era muy pesada y sólo sentí un ardor en la cara, señal de que estaba sonrojado, sólo agache la cabeza y me concentré en garabatear algo en mi libreta. Al momento que lo vi sentí algo raro, me sentía feliz, pero no me animaba a sonreír, porque podría malinterpretarlo.

El maestro lo invito a tomar asiento, vi que se dirigía hacía a mí, y volví a agachar la cabeza, noté como Beto me miraba extrañado, y sólo sentí cuando Romeo paso a mi lado. Noté el olor que desprendía era un olor cálido, olía a perfume de vainilla y mousse para el cabello combinado con su propio olor corporal. Se sentó detrás de mí y note como su mirada se clavaba en mi nuca, lo que corrobore al ver por el rabillo. En efecto estaba mirándome.

-Van a formar equipos de 4 personas para hacer el siguiente ejercicio- la voz del maestro me trajo a la realidad.

-Sel, ¿hacemos equipo?

-Sí,- me contesto y después se dirigió a Mario- ¿Mario quieres hacer esquipo con nosotros?- dijo señalándose a ella y a mí. Mario sólo asintió.

El maestro dicto una pregunta sobre lo que nos había heredado las civilizaciones antiguas. Algo me dijo: Voltea, lo hice y vi a Romeo, estaba solo y sentí lástima por él.

-Sel, oye, ¿Podemos meter al nuevo al equipo?- esta sólo asintió.

Aquí vamos me dije a mí mismo, sentía nervios, no entendía él porqué, si yo era excelente para hacer amigos.

-Niño, este, di-disculpa- trague saliva- ¿n-no quieres unirte a nuestro equipo?

Me sonrío, no pude evitar sonrojarme, así que sólo agaché la cabeza.

-Sí, claro- me respondió.

-Amm este, Acércate entonces- le dije con una sonrisa, el sólo asintió y se acerco con todo y butaca.

-Ellos son- dije señalando a los otros dos- Selena y Mario.

-Mucho gusto- dijeron ellos al mismo tiempo.

-El gusto es mío- contesto Romeo.

-Bien, vamos a ver, la pregunta dice ¿crees que las civilizaciones prehispánicas, hayan dejado una herencia al México actual?- dije yo esperando me estuvieran prestando atención- yo pienso, que esa pregunta es por demás idiota, ya que es obvio que nos dejaron muchísima cultu...ra- me distraje al ver como Romeo clavaba su vista en mí, no aguante mucho su mirada y bajé la cabeza, miraba por el rabillo para ver si ya había apartado su mirada.

-Yo pienso que sí dejo mucha herencia- dijo Selena- muchos turistas vienen cada año a ver monumentos como; las pirámides de Teotihuacán.

Su respuesta se me hizo de lo más tonta, pero capté la idea y la anoté, claramente la modifique por completo.

-¿Y tú qué opinas Romeo?- Pregunté, más esperando a que se integrara al grupo que a escuchar una respuesta buena de él.

-Pues, todo aquello bueno que deja una generación es llamado cultura, ¿no?, yo digo que esa es la principal herencia que dejaron esas civilizaciones, la cultura, si por algo es reconocido el país, además de por todo lo malo, es por la cultura- me quedé con la boca abierta cuando finalizo y sólo asentí para darle a entender que su respuesta había sido la mejor hasta ahora.

La clase terminó y cada quién regreso a su lugar original, yo fui hasta donde se sentaba Beto en lo que el otro maestro llegaba, Beto estaba contándome de su abuelita y su mamá, siempre convertía lo más simple en lo más gracioso. Estaba riendo como siempre que él me hacía reír, cuando voltee y me encontré con la mirada de Romeo, voltee la cara rápidamente esperando que no se hubiera dado cuenta de que lo estaba mirando.

La siguiente clase era Química impartida por la maestra Dulce, quien últimamente andaba de muy mal humor. Llego la maestra al salón y comenzó a pasar lista.

-Ángel Gómez Montés

-Presente- dije mientras levantaba la mano indicando el lugar donde estaba.

La maestra acabó de pasar lista y se percató de la presencia de Romeo e hizo que se presentara, de nuevo, no le preste demasiada atención hasta que dijo su nombre completo.

-Me llamo Romeo Gómez Montero.

Me quede extrañado cuando escuché su nombre, era casi igual al mío, incluso podíamos ser primos o algo, deseche la idea por completo. La maestra fue llamada al pasillo pero esta vez no preste mucha atención, sólo me limite a seguir platicando con Beto quien fue a sentarse a mi lado.

Esta vez fue una mujer, se llamaba Dana, tenía un nombre demasiado lindo para su apariencia, era gorda, y no es como si eso importara, siempre me habían gustado las mujeres gorditas, se me figuraban demasiado tiernas, pero ella era todo lo contrario, su cara se me asemejaba a la de una bruja tenia la nariz grande y puntiaguda, su pelo era rizado y le caía hasta los hombros, su voz era como si tuviera la nariz tapada. Con sólo verla supe que jamás sería mi amiga.

Salimos al recreo y yo fui a comer con con mi prima Marisol y su amiga Zuleyma, comimos en la cafetería, ya que una amiga llamada Gloria ayudaba a su mamá a vender comida porque ella trabajaba ahí. Comimos todos y nos dispusimos a ir al edificio. El salón de Marisol y Zuleyma estaba al lado del mío, así que fui junto con ellas y otra amiga llamada Ginny hasta el, Gloria se quedo ya que ella comía faltando diez minutos para acabar el recreo.

Subimos las escaleras y ahí estaba Romeo, recargado en el barandal, viendo hacía abajo y tomando un jugo, me dio ternura verlo solo, así que me le acerque con toda la atención de hacerle platica. Iba caminando hacía él y Zuleyma me jaló de la manga de la camisa.

-Oye ¿quién es ese que esta recargado en el barandal?- me dijo con una expresión picara en su rostro- esta guapo- enarqué una ceja.

Ahí fue cuando caí en la cuenta de que él se convertiría en competencia para mí, no pude evitar sentirme celoso, me molestó mucho más que el que Jimmy supiera más que yo en inglés, y es que Romeo tenía todas las de ganar con las mujeres, era guapo, tenía una voz seductora y estaba nalgón, y yo sabía de antemano que a las mujeres les encantaba un hombre nalgón. Maldición porque estaba pensando así, como podía pensar que un hombre es guapo, digo yo era un hombre también. Pero mi preocupación más que nada era Selena, ya que esta tenía la costumbre de hacerse novia del chico nuevo, genial era lo que me faltaba.

-¡Hey! Niña- me despertó Zuleyma.

-Ah, sí, este, se llama Romeo es nuevo entró hoy, ven si quieres te lo presento- me di un golpe mental al recordar que Zuleyma también estaba en mi lista de posibles personas con las que pudiera iniciar una relación.

Me dirigí hacia Romeo y me pare a lado suyo.

-Hola.

-Hola- dije riendo.

-Este, ¿comiste solo?- ¿fue eso lo mejor que se me ocurrió para iniciar una conversación?, solo quedaría como un ridículo después de eso, era obvio que había comido sólo, era su primer día y no conocía a nadie, tenía la intención de irme de ahí pero me gustó más la idea de aventarme desde ese piso, incluso estaba pensando en si lograría morir.

-Sí- me contesto mientras me despeinaba. Me sonrojé.- pero no importa, sabía que así sería el primer día, de hecho estoy preparado para aguantarlo por más tiempo del que te puedes imaginar- me gusto la naturalidad con la que me hablaba, en ese momento supe que seríamos buenos amigos.

Le sonreí -este- baje la cabeza- si quieres puedes almorzar mañana con nosotros- señale a Ginny, Marisol y a Zuleyma y les hice una ademán para que se acercaran.

-Gracias- me sonrío.

Las chicas se acercaron y las presente.

-Amm y esta última es mi prima, se llama Marisol- vi como Romeo examinaba a mi prima.

-¿No nos conocemos?- dijo Romeo, casi asegurándolo, no pude evitar sentirme raro.

-No creo, no te recuerdo- dijo Marisol extrañada.

-Enserio, creo, no, estoy seguro de que te he visto en algún lado.

-Ahora que lo dices tu cara me es un poco familiar.

-Ya recuerdo- Dijo Romeo con tono triunfante- tu jugabas en la calle que esta frente a la casa de mi tía María, sí, jugabas con un niño que parecía niña, era muy llorón- dijo como si estuviera reviviendo el momento- ah sí eran primos ¿no?

Ahí fue cuando todo encajo, yo era vecino de una señora que se llamaba María, doña Mari tenía dos sobrinos que subían a visitarla para jugar con sus hijos, uno se llamaba Fabián y el otro se llamaba Romeo. Pero antes Yo ya lo había visto, porque su cara se me hacía un poco familiar y no es que se pareciera a la que tenía cuando éramos niños, ya que el Romeo de ese entonces, era un niño sucio, apestoso y descuidado, ¿en qué momento se convirtió en lo que era ahora?, pero la cara y el cuerpo de ese momento, recordaba ya haberlos visto.

-Sí esa soy yo- dijo Sol- y él es el niño con cara de niña llorón- dijo señalándome y riendo.

-Cambiaste mucho- dije casi en murmullo con la cabeza agachada- te recuerdo muy diferente a como eres ahora.

-Tu estas igual- me dijo sonriendo- tienes la misma cara, la misma esencia de hace años, sólo que, creciste.

Tocaron el timbre, y mi prima se metió a su salón ya que su maestro ya estaba ahí.

-Chicos me voy- se despidió Marisol, Romeo y Yo nos quedamos solos.

-¿Eso quiere decir que sigo teniendo la cara de niña y sigo siendo el mismo niño chillón?- le dije

-Pues eso no lo sé, dime ¿sigues llorando por cualquier cosa?- me dijo en tono de seductor, pero con algo de burla- No pude evitar molestarme, Yo no lloraba por cualquier cosa, sólo ignore la pregunta.

-Y con "la misma esencia", ¿a qué te referías?- dije acercándome un poco más al lado del barandal donde estaba recargado.

-Pues a eso, no sé, sigues emanando un aura extraña, como si fueras una persona muy feliz, como si estuvieras lleno de energía positiva.

-¿Eh?- puse una cara de escepticismo

-Nada, olvídalo- me sonrío.

Me quede mirando hacia abajo, veía a las personas pasar, la mayoría corría hacía sus salones, otros buscaban donde esconderse para no entrar a la siguiente hora. Nos tocaban 2 horas de español, pero la maestra todavía no llegaba, no la había visto en todo el día y albergaba la esperanza de que tal vez hubiera tenido un imprevisto lo cual pudiera hacer que no llegara a la escuela. Unas manos alborotándome el pelo fueron lo que me despertó de mis pensamientos.

-Deberías peinarte, o arreglarte el pelo de manera diferente- me dijo Romeo. Voltee a verlo y me estaba sonriendo, unos rayos de sol alumbraban su silueta, se veía benditamente radiante.

-Na, me gusta que este alborotado, a demás, lo peine como lo peine siempre se ve igual.

-Cuando yo lo tenía largo me lo degrafilaba, pero eso ya fue hace como un par de años atrás.

-por cierto, ¿cuántos años tienes?

-15.

-Ah y ¿no deberías ir ya en la prepa?

-Es que pasaron cosas- desvío la mirada, supe que no debía preguntar más del tema así que me limite a cambiar el rumbo de la conversación.

-Oye ¿Qué tipo de música te gusta? A mí, bueno no tengo un género en específico pero, me gustan muchos las canciones tristes, por ejemplo las de Avril Lavigne, y en estos momentos estoy enganchado con Lady GaGa, me encanta Bad Romance.

-A mí me gustan más las canciones movidas- hizo un movimiento como si estuviera bailando- me gusta mucho Justin Timberlake, Chris Brown, Justin Bieber, en fin yo tampoco tengo un gusto en especifico.

-¿T-te gusta Justin Bieber?- hice un gesto de perplejidad- no me gusta el, sus canciones, nada de él.

-Sí, ¿lo has escuchado alguna vez?

-Nop.

-Entonces ¿cómo puedes decir que no te gustan sus canciones?

-En eso tienes razón.

Me sonrió. La maestra se acercaba al salón y la maldije en mi mente, había estada tan cómodo y a gusto hace unos minutos atrás y ella sólo lo arruinaba. Y es que nunca había tenido esa conexión que sentía en ese momento al hablar con Romeo, sentía como si nos conocieramos de años.

La maestra entró y nos limitamos a entrar al salón. La semana pasada habíamos estado viendo unos cuantos textos que la maestra nos dio para leer y explicarle lo que entendíamos de ellos, a mí siempre me ha gustado leer así que puse mucho interés en su clase, la maestra era muy relajada, era estricta sí, pero se llevaba bien con nosotros.

-Ángel - me llamo.

-¿Sí?

-Vi que estabas platicando con Romeo cuando venía al salón...- la maestra fue interrumpida por Iván un compañero, que tampoco era de mi agrado.

-¡¡Así que Ángel ya agarro macho!! Y es el nuevo, ¡wow! Ángel , no pierdes el tiempo- me sonrojé y lo volteé a ver, vi como Romeo lo fulminaba con la mirada y este se callaba, me sentí bien por dentro.

-En lo que estaba- continuo la maestra- me tengo que retirar temprano así que por favor Ángel , dile a Romeo lo que hemos visto y el material que va a necesitar para la clase- asentí- y por cierto, Iván tienes 1 punto menos, respeta los gustos y preferencias de los demás ¿quieres?.

Morí de la vergüenza con ese comentario, la maestra nos sonrío y Romeo me agitó el cabello. Acerco su butaca a la mía y le empecé a explicar lo que habíamos hecho la semana pasada, nos distrajimos hablando de cosas personales de vez en cuando, de repente volteé la cabeza hacía al lado y vi a Beto observándome atentamente, me miraba con el seño fruncido y volteó a otro lado, no entendí el por qué, así que sólo lo deje pasar.

-Beto- Le hice una seña con la mano de que se acercara, este lo hizo- Romeo, te presento a Beto- llamé también a Mario y a Andy- el es mi mejor amigo, y ellos,- dije señalando a los otros dos- son Andy y Mario, también son mis amigos.

-Mucho gusto- dijo Romeo. Los otros tres sonrieron.

-Espero que Ángel no te este hartando, porque le da por no dejar de hablar, es lo único que sabe hacer bien, hablar, hablar, y hablar- dijo Beto burlándose de mí.

-Me gustan las personas que hablan mucho- dijo Romeo sin medir sus palabras, enrojecí.

-Genial, una niña más- dijo Beto. Romeo sólo lo miró extrañado.

-Déjate de tus estupideces Beto, deja de insultar a la gente- le dije en tono molesto.

-No te preocupes, Angi- me dijo Romeo, quien hasta ahora me había llamado Ángel - ¿si te puedo decir Angi?- asentí- no me molesta que me hagan burla con un hombre, y menos si eres tu- me sonrío y enrojecí de nuevo.

Beto hizo una cara de asombro y miro a Romeo de una manera rara, no sé si era enojo o escepticismo.

-Bueno, mucho gusto- dijo Beto despidiéndose- Mario, Andrés. Vámonos.

-¡Lárgate de aquí Beto, siempre arruinas todo!- Beto me volteó a ver y me miro dolido, lo cual hizo que me arrepintiera en ese momento de haberle gritado, genial, pensé con sarcasmo.

-No te enojes- me dijo Romeo con cara tierna- no me molestó en lo absoluto, y creo que tu amigo puede llegar a agradarme.

-Lo siento, a mí me agrada, es como mi hermano mayor, pero a veces, me trata como si fuera una persona demasiado estúpida, en fin, te voy a explicar lo de las dos libretas de español, y como las vas forrar y todo eso- Asintió- Mira necesitas una libreta profesional de cuadro grande, y una Francesa, también de cuadro grande.

-Oh!- dijo mientras sacaba una pequeña libreta de su mochila- traigo una- me mostró la pequeña libreta, la pasta era de color rosa y tenía unas pequeñas flores dibujadas.

-Bueno, eso lo hace más fácil, mira esta libreta va a ser tu diario, no vas a escribir cosas personales, sólo cosas como lo que hiciste en la escuela y todo eso. Hasta ahora llevamos una semana de clases así que debes tener ya 5 días escritos hasta hoy.

-Al menos ya tengo algo sobre lo que escribir el día de hoy- me miró y comenzó a hablar mientras escribía- Hoy hice un nuevo amigo, se llama Ángel , pero me dejó llamarlo Angi, resulta que ya nos conocíamos desde hace mucho tiempo y hoy nos reencontramos...

No podría dejar de sentirme como la pasta de la libreta de Romeo, rosa y con flores alrededor, me maldije mentalmente por esta última sensación. Jamás pensé que este encuentro definiría el resto de mi vida.
Notas finales: Review?

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