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No te conozco pero te amo por Ghost princess Perona

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Notas del fanfic:

Espero que les guste. Naruto no es mío

Notas del capitulo:

Espero que les guste este fic

“Señores del jurado, el hombre que tienen delante es sin duda culpable de la muerte de su reciente esposa…” Hashirama terminó su alegato frente a los del jurado. Había presentado argumentos tan contundentes que sin duda harían rabiar al abogado defensor. El abogado defensor, su padre. Desde que había entrado en la oficina del fiscal del distrito, avanzó muy rápido y el buffete de su familia comenzó a perder casos muy seguido.

“Señores del jurado, ¿tienen un veredicto?” pidió el juez. Recibió el veredicto de culpabilidad que enviaría a una de las personas más poderosas del país a la cárcel por muchos años. Butsuma le dirigió a su primogénito una mirada fulminante que hubiera matado a mil personas, pero a él no le hizo nada. Ya estaba acostumbrado.

“Mejor suerte para la próxima, papá” dijo muy ufano al salir de la corte con su traje, cientos de dólares más barato que el que su padre usaba. El asistente del fiscal caminó directamente a la oficina de su superior, donde este estaba esperándolo para conversar. “Quería ver…”

“Siéntate” el hombre señaló la silla delante de él. El castaño lo hizo con confusión, sintiéndose de repente un poco incómodo. Actualmente estaba colocado en homicidios, pero deseaba obtener una transferencia a delitos sexuales e inmigraciones para poder dedicarse a su pasatiempo favorito: buscar a su amor perdido. “Tenía mis dudas cuando te contraté, muchacho. Siempre pensé que el hijo de Butsuma Senju no podía ser un buen elemento para la justicia, que sería tan… poco amigo de la ley como su padre.”

“¿Entonces por qué me contrató, señor fiscal de distrito?” preguntó, inclinándose un poco. El otro sonrió de una manera algo perturbadora.

“Creí que lograría atraparte si te atrevías a hacer algo para él justo en frente de mis narices y podría mandar a todo el clan Senju a la cárcel” escribió algo más en un papel. “Pero me has sorprendido, chico. Se puede decir que eres el enemigo número uno de tu viejo ahora.”

“Siempre lo hemos sido, es sólo que… hasta ahora las cosas no había llegado a los tribunales” se frotó las manos. “Sea lo que sea, le doy gracias por haberme dado esta oportunidad. No quería trabajar con…”

“Sí, ese idiota puede hacer que cualquier rata asquerosa de alcantarilla salga libre y, ahora que te conozco, puedo decir que trabajar para él te hubiera tentado a ponerte una pistola en la boca y tirar el gatillo” firmó otro papel. “Lo has hecho muy bien últimamente, Hashirama. Haz ganado todos los casos que te han entregado.”

“Gracias”

“Y por eso te voy a recompensar” sacó un fajo de papeles de su cajón. “Shotaro Kurama ha hecho una tontería de las grandes y sido expulsado de la barra” rodó los ojos “No era como si lo estuviera haciendo bien… de hecho era una catástrofe, pero al menos hubiera podido esperar a un mejor momento para presentarse borracho en un tribunal” lo deslizó. “Supongo que no pensó en nosotros por lo escasos de personal que estamos.”

“Shotaro Kurama” ese era el nombre del actual asistente del fiscal asignado a delitos sexuales. Eso significaba que muy pronto necesitarían un reemplazo y eso… “Espera, ¿ya tiene pensado algún reemplazo para él?”

“Sí, voy a concederte la transferencia que querías” terminó con la primera montaña de papeleo. “Felicidades, ahora eres el fiscal de delitos sexuales. Ve a tu nuevo puesto y pide los archivos de los casos pendientes.” Se frotó las sienes con impaciencia. “Tendrás que enfrentarte a tu padre más pronto de lo que creías, así que yo te aconsejaría que te prepararas bien… ah, y que te consigas una dotación anual de café, porque no dormirás en un par de semanas.”

“¡¿Qué?! ¡Pero si acabo de amanecerme por toda una semana por el último caso!” y tenía unas ojeras tan grandes que enorgullecerían a un panda, quería añadir, pero no se animó a hacerlo. “Por favor, al menos tiene que darme un tiempo para…”

“¿Has trabajado antes en esta oficina? No tenemos tiempo ni para lavarnos las manos” como haciendo énfasis en ello levantó un sándwich a medio comer. “Esto es lo único que me llevaré a la boca en todo el día”

“Pero… pero Shotaro dejó tantas cosas a medio terminar y sin revisar”  una nube de depresión se cernió sobre él. Sabía que no podría discutir con su jefe… o librarse de esos pesados documentos. Se levantó aún deprimido, sentándose en su propio escritorio a llorar. No sabía si tenía buena suerte o mala, sólo que al menos ahora podría hacer lo que realmente quería. Abrió el primero de los expedientes. “Sé que dije que había hecho un desastre, pero eso es decir poco. Esta es una catástrofe de proporciones épicas.”

“Bienvenido a nuestro mundo, Senju” comentó uno de sus compañeros, poniendo un perro de peluche sobre su mesa. “Aquí se trabaja hasta morir”

“Gracias, Inuzuka” abrió el primer expediente. Maldijo entre dientes, el abogado defensor de nuevo era su padre. Lo apartó, podía al menos descansar una hora sin escuchar de él. Pasó al siguiente y se encontró con el nombre de uno de sus hermanos. Así pasó en uno tras otro hasta que terminó queriendo tirarlos todos a la basura. “Demonios, ¿es que se han proclamado defensores de los malhechores?”

“Es imposible no toparse con tu familia en este negocio” se burló el de los perros. “¿Cómo crees que te han dado toda esa educación?”

“Ni me lo recuerdes” se frotó el puente de la nariz y sacó su almuerzo, una pobre hamburguesa con queso. “Comeré primero, luego veré si mi estómago aguanta al desecho humano que mi querido papi está defendiendo esta vez”

“Cuidado, no caigas en la bulimia”

“Eso por descontado” le dio una mordida. Al hacerlo, abrió uno de los archivos privados que tenía su computadora, con toda la investigación que tenía sobre las redes de prostitución de la ciudad. Llevaba mucho tiempo rastreando sus movimientos, años, pero ni siquiera eso lo había llevado más cerca de encontrar a su hermoso pelinegro. “¿Dónde estás?”

“Eso yo también querría saber” alguien le dijo por atrás. Era alto y tenía el cabello extraño. “Me presento, soy Reto Suna y soy el jefe de la unidad de víctimas especiales. Y supongo que usted es el nuevo letrado que nos dieron para resolver nuestros casos… Hashirama Senju” frunció el ceño “Bonito nombre, muy… fuera de la ley”

“No interesa, no estoy con él” señaló el archivo. “¿Qué estabas diciendo acerca de esto? No he podido averiguar mucho, todo lo que he podido ver…”

“¿Quieres meterte en el trabajo policial?” los ojos de Reto se entornaron. “Bueno, supongo que puedo decirte una cosa o dos. Por ejemplo, todas las redes de prostitución de la ciudad están bajo el control de un tal halcón de guerra. Trae a sus caramelitos de lugares como países tercermundistas o con crisis económicas…”

“Déjame adivinar, sitios como Rumania”

“Sí, tuvieron un tremendo revés económico después de la última dictadura” tocó la pantalla. “Hemos tratado de sacar al maldito de las calles desde hace mucho tiempo, pero nadie quiere cooperar. Aparte… hay otras personas a las que poner en la cárcel… como los malditos que te han dado de comer toda la vida”

“¿Quieres parar con eso? No soy como él”

“Eso espero” le entregó un último fajo de archivos. “Son viejos casos sin resolver. Prepara algo por si una nueva pista surge de repente o algo así y tenemos que enfrentarnos con algún amiguito tuyo”

“Supongo que no dormiré esta semana” el policía se retiró, dándole un poco de espacio. Se dirigió a la oficina del fiscal de distrito, que lo esperaba con los brazos cruzados, mirando a su asistente con ojos fieros.

“¿De verdad?” le preguntó el jefe de unidad. “¿Vas a poner a ese chico en mi equipo? Todos los departamentos de policía odian a los Senju y lo sabes. Deberías ponerlo en el calabozo y perder la llave.”

“Escucha… dame unos meses, ¿sí?” ellos dos miraron otra vez al joven. “Sé que es lo mismo que dije la última vez, pero ahora estoy seguro. No voy a dejarlo ni respirar tranquilo y con la transferencia se confiará. Lo atraparé. Encontraré el medio por el que le pasa información a su padre y entonces podremos mandar a todo el clan Senju a la cárcel.”

“Conozco tu plan, pero… ¿delitos sexuales? ¿Por qué lo metiste ahí?”

“Porque él me lo pidió” se frotó las manos. “No sé qué quiere ahí, pero… cabe la posibilidad de que Butsuma Senju esté metido en el negocio con halcón de guerra y que su hijo lo esté cubriendo. Hasta ahora no importaba que perdiera unos cuantos juicios con tal de mantener vigilados nuestros movimientos, pero…”

“Me encargaré de sacarle la verdad de una vez por todas” Reto se estiró. “Escucha… creo que no hemos contemplado la opción de que el chico sea inocente y sólo quiera alejarse de su familia. Hoy en la noche lo llevaré a beber con el equipo y le sonsacaré la verdad. Si es inocente, lo dejarás en paz”

“¿Y si no?”

“Seguiré con el plan”

-En otra parte-

“No sé qué tiene, Sasuke, pero nos ha estado haciendo la vida imposible desde que se le metió en la cabeza la idea de ser fiscal” Tobirama le comentó a su viejo compañero de copas y amigo, que rodó los ojos. “Mi padre le dio una buena educación para ser un abogado defensor y ayudarnos con los casos, no para ponerse en contra de la familia… Además está equivocado, nosotros no defendemos a personas que no son inocentes.”

“Sí, claro” Sasuke respondió, moviendo un dedo como si le dijera que no le creía nada. “Ese magnate que liberaste la otra vez, por ejemplo, el que estaba acusado de haber violado a una menor de edad…”

“¿Acaso estás de su lado?”

“Claro que no, sólo te explico lo hechos” Tobirama estaba a punto de ladrar una respuesta, pero el otro lo detuvo. “Y todavía me pregunto por qué sigo siendo amigo de los dos”

“¿Por qué te pago tus almuerzos y él las copas?”

“Eso… y también es la razón por la que estoy a tu costado ahora mismo, pasando mi único momento libre del día contigo” le dio una mordida a su hamburguesa. “Mira… no me pidas mis opiniones si no quieres oírlas, Tobi-chan. Tu hermano… él puede tener sus propias razones para no querer ser lo mismo que tu padre y tú”

“¿La sabes?”

“No me preguntes si no quieres saber” Sasuke se acomodó la bata de médico. Era doctor en una clínica cercana, por lo que solían tomar el almuerzo juntos… aunque desde que Hashirama se convirtió en el asistente del fiscal, estos se habían vuelto muy tensos. “Amigo, las cosas no son siempre como queremos que sea y creo que es hora de que lo sepas”

“Sasuke, si fueran como yo quisiera que fueran, entonces estaría en Hawaii tomando un batido de coco en lugar de acá, trabajando para ganarme el pan.”

“Por favor, tienes mucho dinero”

“Y todo viene con un sacrificio” el albino se pasó una mano por el cabello. “No estoy… no estoy pidiendo razones, sólo… sólo quiero que las cosas vuelvan a ser como antes” puso su teléfono en la mesa. “Mi madre llora todos los días y papá está perdiendo la paciencia con ella”

“¿Ha vuelto a pegarle?”

“No… bueno, sí” se lamentó de haberle contado todas esas cosas a Sasuke cuando estaban en primaria. “Siempre lo hace”

“Tobirama…”

“Ella quiere que ese tonto vuelva, pero él no quiere y todas las personas en la casa están tensas” el peliblanco prácticamente se dejó caer en la mesa. “Empiezo a pensar que las cosas estaban mejor cuando él simplemente se dedicaba a hacer cualquier cosa que no tuviera que ver con el buffete e iba por la vida como si…”

“Creo que te estás confundiendo”

“¿Cómo?”

“Hashirama no iba por la vida así como así, a él le gustaba otra clase de cosas y lo obligaron a hacer algo que no quería” Sasuke sorbió su malteada. “Él está intentando a hacer lo que considera lo correcto con la vida que le obligaron a vivir”

“Como digas” esto no le ayudaba y el doctor lo sabía. Tobirama quería encontrar respuestas, quería que se las diera, pero él no podía dárselas. Él, la persona que le ayudaba cada vez que tenía un problema, no podía ayudarlo. Los ojos de los dos se fijaron en lo que había al otro lado de la calle, la clínica y el buffete. “Mira… saldrán adelante. No le des demasiadas vueltas”

“Sasuke…”

“Hazme caso” le dijo muy serio. “No quieres saberlo, te lo digo de verdad.”

“Es que sí quiero…”

“Cuidado con lo que deseas, Tobi, porque puedes terminar quemándote. Como amigo, eso es lo último que quiero que te pase.”

-En otra parte-

“Hola, cariño, ¿Qué tal si nos divertimos?” un joven de larguísimo pelo negro se inclinó muy sensual sobre la ventana de un carro, dándole un espectáculo al pervertido que había dentro. Tras una corta negociación se metió dentro con él. A la hora regresó por su propio pie, cojeando un poco. “Odio esto”

“Todos lo hacemos, cariño, pero nadie quiere acabar como Hikaku” Setsuna señaló al susodicho y Madara suspiró, asintiendo. El pobre Hikaku había vuelto hace poco de la tercera película porno que protagonizó ese mes con más heridas de las que su corto traje podía ocultar. Fantaseaba con su graduación de la universidad mientras dormía y luego se despertaba en esa pesadilla, llorando. Eso impedía que tuviera muchos clientes. “Ya casi es hora del relevo, pero aún queda tiempo para otro si le pones empeño”

“Ya he reunido la cuota”

“Sabes que eso no lo detendrá de mandarte con ese maldito mirón” el otro rumano se cruzó de brazos. Siguieron trabajando hasta que llegó el momento de irse a dejar el dinero. “Por cierto, dicen que hoy va a venir un cliente muy importante”

“¿Acaso tendremos que atender a otro malnacido que sólo quiere hacernos pedazos como todos los demás? Porque si es así tendré que hacer trabajo extra para meterme una dosis doble.”

“Creo que lo harán las florecitas” esto hizo que el estómago de Madara se revolviera. Florecitas significaba niñas tan pequeñas que apenas podían ser consideradas pre púberes, algo sumamente repugnante. “Sí, a mí también me desagrada. Esas cosas no deberían hacerse… pero tenemos que aguantarlo. Justo como soportamos ver a ese niño que Danzo tiene encerrado en su cuarto.”

“Pobre”

“Si” en eso llegaron al lugar donde los tenían, una bodega abandonada con filtraciones por todas partes y sitios con agujeros en las paredes. Los sitios más exclusivos del Shimura estaban en otro lado, pero clientes importantes que no se podían permitir ser vistos en la compañía de prostitutas solían ir ahí. Entraron y se encontraron con el gorila del halcón de guerra, que extendió las manos para que depositaran su dinero en ellas.

“No sé, Danzo” una persona salió de una de las habitaciones posteriores acompañado por el dueño del lugar, quejándose en voz alta. “Esas niñas que me diste no me satisficieron en lo absoluto. Creo que ya estaban muy usadas”

“Te di solamente vírgenes, Butsuma” este suspiró. “Si quieres algo más apretado, quizás deberías probar un niño, como yo” jaló la cadena que tenía un chiquillo asustado, de no más de doce años, unida a un collar alrededor del cuello. “Este en particular me resulta bastante complaciente, así que es de mi uso particular. Si quieres que lo comparta…”

“No sé si quiera usar tus sobras, además a mí me interesan más las niñas” utilizó un bastón para levantar la cara del niño. “Aunque está muy lindo… y femenino. Tal vez sí me atrevería a probar uno o dos rounds con él.” El otro hombre sonrió y desabrochó la cadena del collar, forzándolo a caminar hacia otro cuarto. Madara se fijó en el cliente en ese momento. Se le hacía conocido de alguna parte… aunque al mismo tiempo no. Cuando pensaba en el rostro que evocaba esa figura no podía imaginarlo con esa sonrisa lasciva. “Vamos”

“Hummmmmm” se quedó ahí, apretado contra la pared. De repente un chillido se alzó desde ahí y un rayo de negro salió corriendo por el pasillo. Fuera lo que fuera, se escondió cerca de Madara mientras que los gorilas y otros lo buscaban, incluido un enfurecido cliente. El mayor vio los ojos asustados del chico y señaló un agujero en la pared por el que estaba seguro que cabría. El niño entendió y salió por ahí, corriendo a toda velocidad, alejándose lo más posible del sitio donde ese tipo había abusado de él hasta llevarlo a los límites de la cordura.

-Esa noche, en otro sitio-

“Así que por eso es” Reto estaba sentado al lado de un completamente ebrio Hashirama, a punto de caer dormido, que una y otra vez decía cosas sobre alguien a quien había amado por años a pesar de sólo haberlo conocido por unos minutos. “Vaya mala suerte la del viejo Butsuma, que su hijo mayor se enamorara de uno de esos caramelitos. Buena suerte encontrándolo, por cierto, dudo que siga vivo con el tiempo que debe tener”

“Quiero… quiero rescatarlo… por favor… tengo que salvarlo… no puede haber muerto, no antes de que llegar a él” las lágrimas le salían. “Tú… tú sabes…”

“No, si supiera hace mucho que habría sacado a esos chico de las calles” cruzó los brazos. “Esos pobres niños… por eso quiero sacar a halcón de guerra de las calles, pero hasta ahora sólo he podido con sus esbirros. Mira” le quitó su vaso “te llevaré a casa y mañana empiezas como uno de nosotros. Bienvenido al equipo”

“Gracias” Reto lo dejó en su cama y dejó al lado un file. Era de uno de los esbirros que no habían podido procesar por falta de evidencia y tecnicismos. “Espero que puedas encontrar a la persona que buscas.”

 

Notas finales:

¿Qué les pareció? Review!!!


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