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Gota por 1827kratSN

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Notas del fanfic:

Hago esto sólo por diversión, espero que lo disfruten

Notas del capitulo:

Es raro, así que pongan ambiente y lean a oscuras XD

 

De su cuerpo resbalaba una gota cristalina. Sólo una. Nada más que una. Yuuri le quitó importancia mientras se la quitaba de la mejilla y acomodaba su cabello. Una gota podía surgir de cualquier lado, fuente u origen. Una gota pudo haber entrado por su ventana abierta y señalaba que estaba a punto de llover. También podía significar que alguien o algo, saltó cerca de él y, aunque sonara asqueroso,  dejó su sudor caer en medio de su carrera. También pudo ser él mismo, no sería la primera vez que llorara al escuchar una canción acorde a una depresiva situación… había tantas explicaciones… entonces, ¿por qué no hallaba explicación coherente a eso?

La ventana estaba cerrada, el cielo estaba despejado, la información del clima dictaba un día soleado. Buscó a alguien a su alrededor, buscó alguna cosa también, pero nada. Ni detrás, ni a su lado, ni siquiera en el techo, no había fugas o compañía física con él… porque estaba sólo en casa. Todos se habían ido a alguna feria de exhibición, pero como él estaba cansado, se obligó a quedarse e ir otro día a aquello. Caminó hacia el espejo y se revisó, sus ojos no tenían muestras de haber soltado una lágrima, ni siquiera estaba depresivo, mucho menos escuchaba música melancólica… entonces… ¿qué? ¿Por qué? ¿Cómo?

 

—me estoy imaginando cosas — dictó y el eco de su propia voz le dio escalofríos

 

Dejó de lado ese hecho, sacudió su cabeza y sonrió. Mejor era dormir unas horas, descansar como era el plan inicial, despejar su mente y después, cuando se acordara, analizaría las muchas posibilidades por las cuales una gota chocó contra su mejilla

 

—oye… Katsudon — esa voz hizo que el japonés abriera los ojos y saltara alejándose del origen de aquel sonido — ¿qué te pasa?

—Yurio — suspiró aliviado y relajó sus músculos — bienvenido

—¿por qué estás semi-desnudo?

—¿eh? — fue entonces que bajó su mirada y se topó con aquella escena — pero qué… — no traía el lindo suéter de color verde que se colocó para estar cómodo

—no te hagas… así que me esperabas. Sabías que iba a venir a atacarte antes de que los demás regresaran — el rubio se acercó al japonés. Sonreía con malicia mientras gateaba por la cama hasta aprisionar al azabache debajo de si — no lo admites… pero eres un degenerado — y antes de que hablara, Yurio besaba a aquel muchacho que, con ojos abiertos de par en par, no respondió — ¿qué tienes?

—¿tú me desnudaste? — susurró mientras sentía la brisa helada chocar contra su piel — Yurio, dime que fuiste tú

—acabo de llegar… estabas así cuando entré

—Yurio — el japonés tembló levemente y se abrazó al más alto — yo estaba vestido. Cuando me recosté… yo traía puesto aquel suéter y… y mi camiseta y…

—¿qué quieres decir? — deslizó sus manos por la espalda desnuda, pero esta vez sin malicia — ¿qué tienes?

—desde… desde hace días que siento algo raro… creo que alguien está aquí, Yurio… alguien se esconde… y… y… está detrás de mí

 

El rubio se dio el trabajo de revisar todo. Cada rincón, cada sitio, cada maldito hueco en ese onsen, pero no halló nada, ni una pista. Yuuri se vistió y aun con aquella sensación extraña, se puso a buscar su ropa… nada… ni una pista… y eso sólo lo ponía más nervioso. Ese tipo de cosas había pasado constantemente en el transcurso de un mes, pero Yuuri no le dio importancia hasta ese punto, porque… ¿qué raro había en sentir un toque helado en tu espalda, una mano que acaricia tu mejilla en la madrugada, una gota que choca en tu mejilla? Pero eso se pasó de la raya, porque en su espalda tenía una marca… no una cualquiera, era una marca de mordida. Una que Yurio nunca dejó la noche anterior cuando compartieron el lecho con deseos carnales

 

—alguien me acosa — susurró con temor cuando dos días después se despertó y su piel del vientre tenía un rasguño — Yurio… alguien

—no he hallado nada, Yuuri — consoló mientras lo abrazaba, porque ahora hasta él tenía un poco de pánico — no sé… pero te juro que encontraré quien hace esto

—¿y si no es corpóreo? — tembló ante la idea y se acurrucó en el pecho ajeno — Yurio… tengo miedo

—no digas tonterías

—entonces explica esto — susurró mientras enredaba la espalda del rubio con sus brazos y pegaba su mejilla en el pecho ajeno — las marcas, mi ropa que desaparece… todo

—no sé

—pero…

 

Sus palabras murieron al escuchar un plato caer en la cocina. Yuuri tembló en pánico, ya ni siquiera podía dormir tranquilo, eso a pesar de que Yurio lo abrazaba todas las noches. El rubio lo calmó con un beso, para después caminar hacia la cocina para revisar. El japonés lo seguía de cerca, sujetándolo de la chaqueta, temblando porque era de noche y estaban sólo ellos dos en casa. La única evidencia que hallaron fueron dos cucharas en el suelo, entrecruzadas de forma perfecta y un plato en el fregadero… un plato que no debería estar allí… eso… se estaba volviendo muy extraño 

Notas finales:

Bueno, esto salió de aburrimiento momentáneo porque no tengo compu propia para corregir mis otros fics y esto lo escribí desde el celu. Pedí un ratito la compu de mi hermano para subirlo. Espero que lo hayan disfrutado… no sé si haré continuación… pero si me animo, nos estaremos viendo ^^

Besos~


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