Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

DESDE LAS PROFUNDIDADES. por LILITH_HIWATARI

[Reviews - 28]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

eh aquí el primer capítulo del nuevo fic que tengo pensado publicar léanlo y díganme que opinan debo continuarlo, mejor no… tírate a un pozo?? Lo último sería difícil no hay pozos cerca de mi casa en fin, por otro lado les reitero mi intención de crear un fic Gafou y espero que me brinden todo el apoyo como me han brindado en estos… traducción o lo leen o no continuo ningún otro jum… ( sip es la misma nota que el anterior me da flojera escribir otra) 

Capítulo 1: El inicio.

El viaje era duro, la migración anual siempre lo era, pero esta vez lo fue aún más, la malas condiciones de aquel día obligo a todos los de su clase a tomar un desvió, uno que sin saberlo se convertiría en mortal, Carlos nadaba lo más rápido que sus aletas le dieran, siendo solo un pequeño era difícil, más si  en sus manos estaban cargadas con las baratijas de su madre en una red convenientemente, el pequeño niño nado lo más que pudo cercar de está notando como los demás eran tomados de la mano o sostenidos por sus madres para no quedarse rezagados, miro a Cruella que nadaba junto a él con indiferencia y sin pensarlo intento tomar su mano,  ella le miro entonces su ceño se frunció en enojo y boto la mano del pequeño levantando la mano para darle una bofetada, más esta nunca llego, pues gritos se escucharon y un cuerpo choco contra su madre empujándole.

 

El caos se desato entonces, sirenas nadaron a su alrededor todos golpeándole a su paso, el mar se agito con la huida de varios, el aroma a sangre en el agua se hizo evidente chillidos de terror lo fueron a un más, Carlos fue empujado por una maleta con fuerza hasta los corales lastimándole, obligándole a soltar el bulto en sus manos, busco con la mirada a su madre mas no podía ver nada entre tanta sangre, se ocultó entonces obligándose  a caber en el pequeño espacio entre los corales cubiertos por algas encogió su cola y tapo sus oídos para no seguir escuchando los gritos desgarradores afuera, evito llorar para no ser detectado pero por dentro asustado llamo a su madre, a una madre que nunca vendría.

 

Cruella huyó del lugar sin mirar atrás, ella se lamentó por sus cosas simplemente pero salido con vida de la masacre a manos de sus congéneres.

 

Una pequeña sirena de cabellos azules y cola aún más azul con patrones hermosos nadaba tranquilamente entre las algas buscando objetos, tesoros que pudieron quedar tras la cacería de la última vez, había sido toda una sorpresa, la migración de aquellas otras sirenas se daba a kilómetros de ellos, en aguas más cálidas pero gracias a la tempestad se vieron obligadas a cruzar por sus dominios y ellos como cazadores expertos no perdieron oportunidad, su especia siempre fue más agresiva y feroz que sus primas de aguas cálidas, por lo que no tuvieron oportunidad  muchos habían muerto en sus manos, su madre y ella aún tenían la despensa llena de carne apetitosa, Evie era muy pequeña para cazar pero su madre llego con tanta comida que era como su cumpleaños.

 

Así que ahí estaba en busca de algún coral o concha que esas sirenas solían llevar desde sus arrecifes, en busca de algo hermoso que hubiera usado o desechado por algún otro cazador que simplemente no le veía uso, la mayoría de su especie no guardaba algo tan aburrido como perlas y corales brillantes esto era muy de sirenas cálidas y sin embargo a Evie y su madre eran de las pocas a las que les encantaba, encontró rápidamente un montón de objetos tirados, corales pequeños como broches, conchas y lo que parecía ser un cepillo, uno muy bueno hecho por humanos era algo simplemente espléndido, tomo todo lo que pudo con su pequeña bolsa y siguió el rastro de unas perlas que parecían ser de un collar roto cuando escuchó un quejido.

 

El pequeño quejido venia de unas algas, ella gruño mostrando sus afilados dientes preparada para que algún idiota intentara asustarla como solía hacerlo Jay y arranco las algas con fuerza, no fue a Jay a quien vio, de hecho no era nadie que conocía, era un pequeño, mucho más chico que ella, con la cola más hermosa y colorida de todos y al notar por esto era una sirena de aguas cálidas, una cría que tal vez sobrevivió a la masacre.

 

Evie jamás había visto a una de estas, al menos no con vida, siempre había admirado los colores vivos y cálidos de sus colas pareciéndole hermosos, el pequeño levanto la vista entonces y aquellos enormes ojos marones le hipnotizaron, el pequeño tembló abrazándose nuevamente asustado pues ella seguía enseñando sus dientes amenazadoramente, ella cerro la boca y tomándole de la cola le obligo a salir, Carlos no puso mucha resistencia estaba débil, tenía hambre y frio por lo que pudo ser sacando con facilidad, aquella otra sirena era peligrosa y posiblemente iba a matarle.

 

Ella tomo la cola ente sus manos y examino con cuidado cuando la acercó a su boca Carlos le empujo golpeando su mano y volvió a esconderse en el agujero, sorprendida no esperaba eso de una presa, un poco enojada ahora jalo con brusquedad la cola nuevamente y lo llevo a rastras hasta su casa, su madre sabría qué hacer, ella había cazado por primera vez en su vida y su presa seguía con vida, su madre estaría orgullosa.

 

Carlos grito y agito intentando zafarse de la sirena azul mas esta tenía mucha fuerza y cuando sus uñas se clavaron en su piel dejo de pelear, no le gusta el dolor por lo que solo se dejó llevar a su muerte segura, era un castillo, uno muy hermoso formado en piedra tallada, adornado con corales azules y verdes demasiado frio, todo aquí lo era, el castillo era una formación rocosa que se extendía hasta la superficie formando cuevas con entradas submarinas, mas ellas solo habitaban las que estaban bajo el agua.

 

Cuando Evie entrego a Carlos a su madre esta parecía sorprendida pero muy orgullosa acaricio a su niña con suavidad y tomo a Carlos por el rostro para examinarlo.

 

-          Es flaco -  gruño ella – demasiado pequeño – suspiro pues tenía mucha más comida almacenada en ese momento – sin embargo crecerá – sonrió y procedió a empujar a Carlos a una esquina donde lo obligo a quedarse y no moverse.

 

Grimhilde o la reina malvada como era conocida también debido a vivir en un castillo decidió conservar a Carlos, era una sirena cálida y todos sabían la exquisitez que era comer una de estas, pensó en engordarle hasta que fuera lo suficientemente grande para alimentarles sobre todo en algún futuro invierno cuando la comida escasea, unos años atrás hubo tan poca comida que las sirenas empezaron a matarse entre ellas, muchas crías murieron, su propia Evie estuvo  punto de morir de hambre, ella tuvo que matar a su padre y dárselo para que sobreviviera.

 

Así que le llevo a un parte de su “castillo” donde un hueco en las rocas podría servirle de habitación desde donde podía evitar que escapara, le advirtió que si salía otros no dudarían en matarle. Entrego un montón de algas y le obligo a dormir, intento alimentarle pero Carlos se negó a comer cuando descubrió que eran otras sirenas, las mismas con las que había crecido, hasta que Evie llevo un pescado y comió solo cuando el hambre le obligo.

 

La reina estuvo a punto de matarle muchas veces pues el niño apenas si comía, se mantenía siempre asustado por todo, nunca hablaba y sobre todo no pareció engordar, ella estaba desesperándose, en una ocasión ella hizo un tiradero con la comida, tiro la preciada carne al suelo manchándolo todo, ella odiaba el desastre pero Evie estaba siendo malcriada salido de ahí tras ordenarle limpiar, pero la chica no hizo caso, cuando la reina regreso todo estaba muy limpio y Carlos en un rincón había comido todo, incluso la carne de sirena.

 

-          Evie - llamo ella - ¿has limpiado como te pedí?

-          Ya voy mamá – gruño ella de mal humor.

-          ¿Has limpiado tú? - pregunto la reina cuando noto que no había sido su hija, el pequeño solo asintió mirándose muy asustado, la mujer levanto una mano y Carlos cerró los ojos listo para recibir un golpe más esta solo acaricio sus cabellos – bueno chico – le llamo sonriéndole y procedió a darle una recompensa, esa noche cenaron su pez favorito.

 

La próxima vez, Carlos quien se había pegado totalmente a ella no dudaba en asistirle en todo lo que pedía, con el tiempo Grimhilde no solo cepillaba el cabello de Evie para decorarlo con perlas si no también el de Carlos llenándole de coral rojo, Evie emocionada recolecto cada pieza ella misma.

                                                                    

La primera vez que escucharon a Carlos hablar fue una tarde cuando salieron del castillo a una parte alejada detrás de este, lo denominaban el jardín puesto que muy pocos se acercaban a este lugar y Evie amaba venir a recolectar coral, Carlos nadaba junto a la reina cuando levanto su mano para tomar la de esta, la sirena le miro y apretó su agarre para ir tras Evie quien se alejaba felizmente, Carlos no pudo evitar sonreír el llamo a Grimhilde “Mamá” más tarde, la sirena casi deja caer el coral que tenía en brazos al escucharle y cuando vio a Carlos este lucía un poco avergonzado y temeroso, ella solo sonrió acaricio su cabeza y besos con frente con dulzura llamándole koi como solía referirse a él, dos días después él dijo su nombre y así fue llamado entonces, pronto empezó a hablar más y más hasta que Evie dijo que ahora querían callarle.

 

Sucedió un día cuando Carlos miraba por la ventana y suspiraba por querer salir.

 

-          ¿Por qué no puedo salir mamá? – pregunto anhelando salir de ese lugar, ir a explorar con Evie.

-          Es peligroso ahí fuera – respondió ella mirando a su pequeño que ya había crecido.

-          Evie sale todo el tiempo – insistió.

-          Ella es mayor – dijo – no quiero que alguien te lastime – termino la mujer dejándole ahí.

 

Carlos se escapó al día siguiente nado por todo el lugar distraído hasta que choco con una pared que no era una pared si no un hombre, un tritón tiburón toro, era enorme, aquel le tomo del brazo al ver a la frágil criatura y sonrió mostrando sus filosos dientes.

 

-          ¿Que tenemos aquí? un pequeño bocadillo.

-          No soy un bocadillo – levanto la barbilla desafiante – suéltame  ahora – ordeno porque si las costumbres de la reina malvada se le pegaron.

 

El tritón solo negó con la cabeza jalando más al chico  a su cuerpo para tomar su rostro listo para morderle cuando alguien le empujo.

 

-          Suelta a mi hermano idiota – Evie estaba ahí, todas sus espinas levantadas en señal de peligro listo para atacarle, más aún era joven y para alguien como él no era un peligro real.

-          ¿Tu hermano? – pregunto crédulo – mi cena mejor dicho – y llevo el brazo de Carlos nuevamente para intentar morderle  cuando  unas afiladas garras rasgaron su rostro.

-          Suelta a mi bebé – gruño la reina malvada expandiendo sus espinas en toda su gloria, luciendo tan amenazante como era.

-          Es solo comida – gruño el hombre revisando su herida, Carlos ya había nadado hasta Evie quien se escondieron detrás de su madre.

-          Es mi hijo – gruño ella  - y si vuelves a tocarle arrancare tu corazón – le miro con odio puro – después de hacerlo a tus hijos Gastón  – el tritón le miro molesto pero sabía de la crueldad  y peligrosidad de la sirena por lo que solo se fue de ahí.

-          No podrás protegerlo siempre – murmuro antes de salir.

 

Carlos se disculpó, todo el camino más la reina no le regaño, suspiro alegando que era su culpa por intentar mantenerlo ajeno al mundo, por esconderle y le dejo salir solo si Evie estaba siempre a su lado, ella sintió prometiendo que nadie dañaría su pequeño hermano, Carlos había dejado de ser “la comida de emergencia” para convertirse en familia.

 

En algún momento todos en la colonia supieron que el pequeño tritón de aguas cálidas era intocable, pues la reina malvada te destrozaría si lo intentabas, Evie contribuyo mucho, casi arranca la aleta del antebrazo de un idiota que intento llevarse a Carlos y bueno cuando Mal se lo encontró solo asintió y le dejo en paz, muy pocos se metieron con el entonces pues a Mal parecía agradarle el pequeño de colorida cola y nadie se metía con ella pues hacerlo sería meterse con Jay y gracias pero no gracias, el tritón era el cazador más joven de la historia y había logrado asesinar una orca el solo para impresionar a Mal.

 

Mal era la mejor amiga de Evie, por lo que soportaba a Carlos quien era la presa perfecta la pregunta era ¿de quién?

 

**************************

 

Carlos estaba recostado sobre una de las pocas  rocas  que sobresalían y no eran picos afilados de muerte, su aleta sumergida en las frías aguas ondeaba con la marea su pecho descubierto al sol en busca del calor que tanto necesitaba, al ser una especie de clima cálido el profundo océano donde vivía ahora era demasiado frio por lo que desde que su madre le dejaba salir  solía subir a la superficie para tomar baños de sol, su hermana siempre se encontraba cerca ya que ninguna de las sirenas del lugar gustaban de los rayos solares, era el único momento en que podía estar a esta hora en particular  sin temer a ser atacado por lo que podía aprovecharla.

 

No había ningún sonido en kilómetros, más que el mar  y su suave meneo, algún que otro pez que nadaba curioso cerca de la superficie, de pronto todo se quedó en silencio y fue uno que definitivamente no le gusto, un chapoteo inusual en el gua le hizo levantase y buscar el origen del ruido, de entre las aguas dos enormes ojos negros le miraron al asechó, Carlos inclino la cabeza intrigado al querer saber quién sería aquel que subía a la superficie a esa hora, cuando la cabeza sobresalió por completo el miedo le inundo, Carlos no perdió el tiempo impulsándose con sus brazos subió lo más que pudo hasta la roca sacando su aleta y abrazándose  protectoramente.

 

Conocía a ese ser, un tritón tan despiadado que a pesar de su juventud era temido por todos, Jay le miraba desde el otro lado del mar de la misma forma que a una presa, tenía miedo, y era natural la especie de Jay era particularmente peligrosa era un tritón tiburón tigre, a diferencia del pez que gustaban de aguas cálidas o templadas su especie vivía en las frías aguas del océano profundo, una de las más peligrosas especies de sirenas carnívoras incluso más que las tiburón toro, Jay no era grande en particular pero tenía la fuerza y destreza para alimentarse de presas del doble de su tamaño.

 

Recuerda una historia en particular, una que su madre le conto para evitar que saliera él como los gemelos de Gastón un horrible sujeto por cierto no eran gemelos, si no trillizos  y que Jay mucho antes de su primera cacería atrapo y despedazo a uno de ellos simplemente por diversión, Grimhilde  detallo como Jay destazo al tritón que le superaba en tamaño para después abandonar los restos en la entrada de la cueva de su padre con un gesto burlón,  cuando se le permitió salir,  escucho que aquel conflicto tuvo de centro a Mal pero nadie quiso darle más detalles.

                                                                                                                                                 

Así que Jay había matado a un tritón del doble de su tamaño seguramente porque le miro feo y después de eso enfrento a Gastón por una presa y salió victorioso por lo que si era muy justificable que Carlos estuviera aterrado sobre aquella roca suplicando porque Jay no quisiera devorarle, que era lo más seguro, mas antes de que pudiera recordar que tenía voz y llamara a Evie Jay volvió a sumergirse en el agua y desapareció.

 

Carlos permaneció en esa roca sin tocar el agua hasta que Evie regreso aburrida para ir a casa.

 

************************

-          ¿Dónde has estado? – gruño la sirena dragón.

-          No es tu asunto – respondió igualmente gruñendo el tritón.

-          Jay – llamo ella nadando hasta cruzarse en su camino – no voy a repetirme.

-          En la superficie – respondió con fastidio empujándole para seguir su camino.

-          ¿Por qué? – frunció su nariz confundida ante el comportamiento tan extraño del tritón – acechando al bocadillo seguramente – sonrió burlando al entender perfectamente lo que su amigo hacia – también pienso que sabrá delicioso – dijo ella mirando sus uñas – debes traerme su corazón – le paró en seco - al menos cuando termines con él por supuesto.

-          Cállate Mal – el tritón regreso para mirarle molesto – ni siquiera lo pienses.

-          Oh Jay – sonrió ella acariciando su mejilla – yo soy quien dice no a ti, no al revés.

-          Te lo advierto – gruño apretando los puños con fuerza empezando una guerra de miradas silenciosa.

-          Bien – rodo los ojos ella – pero te costara y lo sabes – nado pasando de largo – Lucifer me libre de tocar al hermanito de Evie – Jay suspiro aliviado y siguió a la sirena sin más – espero que sepas en lo que estas metiendo idiota –murmuro.

 

Y no solo Mal lo esperaba, Jay también.

Notas finales:

Y eh aquí el primer capítulo de mi fic sobre sirenas yey!! Bajo del mar!!!... en fin como prometí están pensados más fics uno de ellos es este por lo que pueden  comentar si les gustaría que siguiera este o mejor cualquier otro.

 

Esta vez sí pienso hacerlo corto y hablo de unos cinco o siete caps a los mucho tal vez diez… no más porque enserio la historia no será taaaaaaaannnn complicada… a menos que me inspire y la complique yo sola… ejem… como saben hice dibujos sobre los chicos de sirenas y por eso nació el fic, arriba esta Carlos que es una sirena Koi, de esos peces hermoso y anaranjados con rojo y negro y blanco adorablessssss, si no los dibujos están en mi deviantart…

 

Una galleta?

Un chocolate??

Un pescado para Carlos tritón???

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).