Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Primer amor por nayma17

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

¡Un aviso! Este es mi último Oneshot KidLaw, ya que he decidido mudarme de fandom. 

No digo que esto será permanente porque no es así, me iré para probar nuevos fandoms y ver que tal va todo. 

 

Le agradezco a todas las que han seguido mis historias, les mando mucho amor. 

Notas del capitulo:

Este es un Trafalgar en secundaría y un Kid en primaria. 

Su diferencia de edad es en realidad de solo 3 años. 

 

 

Este Oneshot es dedicado a Menganita Fortuna y al grupo KidxLaw <3 <3 <3 de facebook. 

 

Nos leemos abajo~

Era nuevo en aquella ciudad, después de las primeras cuatro mudanzas el irse a un nuevo lugar le era indiferente al moreno, ya ni se esforzaba mucho en hacer amigos ya que tarde o temprano tendría que despedirse por culpa del trabajo de sus padres que les obligaban a mudarse con frecuencia.

 

Esa mañana tenía que asistir a su nueva escuela, para comenzar todo de nuevo. Se duchó y cambió, salió de su nueva casa sin siquiera desayunar, no le apetecía por el humor que tenía en ese momento, siguió su camino ignorando al pequeño pelirrojo que le seguía con la mirada.

 

Era la primera vez que Kid veía a aquel muchacho, él conocía a todos los que vivían en los alrededores por lo que, al verle, supo de inmediato que era nuevo en aquel lugar y no solo eso, una extraña curiosidad de apoderaba de él.

 

Cada mañana se repetía la misma rutina; el pelirrojo corría a su ventana para ver a aquel moreno pasar frente a su casa, por el uniforme sabía que era mayor, claro, eso y que era más alto que él.

 

En más de una ocasión intentó llamar su atención, pero le era inútil, el moreno siempre parecía ir sumergido en sus pensamientos o bien ignorando a toda persona que se le cruzara y aquel pensamiento no estaba del todo errado, Law procuraba no hacer ni contacto visual con las demás personas, mientras más alejado se mantuviera de los demás, menos difícil sería la despedida.

Las estaciones del año pasaban y la rutina parecía ser la misma o que al menos lo sería para siempre, verano, invierno, otoño, no importaba, el pequeño pelirrojo siempre se asomaba a su ventana para verle pasar, comenzaba a pensar que quizás se trataba de un fantasma, ya que no parecía que alguien más pudiera verlo.

 

Una fresca mañana de primavera Kid tomó una decisión, aquella no sería como las otras, haría algo para cambiar las cosas, desayunó a prisa y salió de su casa, ignorando a sus padres que le pedían esperar, con pasos rápidos llegó a la calle y se quedó quieto a un lado de la entrada de su casa, esperando impaciente hasta que al fin le vio, aquel a quien miraba pasar vivía a dos casas de la suya solamente, ¿Por qué no le había visto en las tardes que salía a jugar entonces? La respuesta era fácil, el mayor nunca salía de casa más que para la escuela.

 

Law pasó de largo cuando el pequeño le dio unos “buenos días”, había sido ignorado completamente y aquello en lugar de molestarle, le motivó. Al fin había visto su rostro de cerca, al menos más cerca que desde la ventana de su casa, le hacía sentir extraño, llevó su mano a su pecho y apretó su camisa con fuerza, quería saber más de aquel extraño sujeto.

 

La nueva rutina comenzó con Kid fuera de su casa dando los buenos días, sin recibir una respuesta de parte del otro. Cada fin de semana jugaba frente a la casa del moreno, pero nunca le pudo ver, ni siquiera por las ventanas, comenzaba a dudar sobre la existencia del otro, pero no aceptaba creer que era su imaginación.

 

En su onceavo cumpleaños se hizo una promesa, le hablaría y lograría que le respondiera, así fuese lo último que hiciera. Sabía que los de secundaría entrarían aquel día, por lo que salió de casa un poco más temprano para correr al jardín de una de las vecinas. A pocas casas una de ellas tenía flores en su jardín por lo que, sin miedo ni vergüenza, tomó una de las rosas del arbusto y soportando el dolor tiró de ella hasta arrancarla, regresó a su casa para cubrir el tallo de la rosa con una servilleta ya que no quería que el moreno se pinchará con las espinas como lo hizo él.

 

Miró la hora y se apresuró a salir de la casa de nuevo, esperó hasta que el mayor salió de su casa. Respiró profundamente antes de interponerse en el camino del otro, quien por primera vez alzaba la mirada notando a aquel pequeño pelirrojo.

 

Kid sintió un hormigueo en su estómago al cruzar su mirada con la del mayor, era la primera vez que veía sus ojos claramente, nunca imaginó que serían de aquel gris tan claros que resaltaban por su tez moreno.

 

 

 

—  ¿Qué te pasa? —Preguntó de la nada el moreno al querer irse lo más pronto posible.  

 

—  … — Pero las palabras no salieron de los labios del pelirrojo, de repente sentía su cara arder levemente y el nerviosismo inundar su cuerpo.

 

 

—  Muévete a un lado, déjame pasar –

 

—  … — De nuevo las palabras parecían ahogarse en su garganta.

 

 

—  ¿No me dirás que quieras? ¿Eres tonto o que? –

 

—  … Tú, ¡Te casarás conmigo! – Soltó más alto de lo que pensó, dejando algo sorprendido al moreno quien le miraba sin entender del todo lo que pasaba. El pelirrojo le ofreció la rosa mientras miraba hacía otro lado.

 

 

—  ¿Ah? No lo haré, eres solo un mocoso –

 

—  Cuando crezca… ¡Te haré mi esposa! – Gritó de nuevo, pero ahora mirando con determinación al otro.

 

 

—  Soy un chico, lo sabes ¿No?, los chicos no se casan –

 

—  ¡No me importa! ¡Serás mi esposa! —El moreno miró alrededor notando como más de una persona curiosa miraba aquel espectáculo, por lo que suspiró resignado y tomó la rosa, notando entonces la sangre que manchaba la mano del pelirrojo.

 

 

—  ¿Te has hecho daño por la rosa? –

 

—  No me duele nada— Dijo orgulloso a lo que el mayor soltó una leve risa, se puso de rodillas y tomó la mano del menor con cuidado para examinarla, no parecía estar muy herida, pero antes de poder decir algo, Kid alejó su mano para ocultarla tras su cuerpo.

 

 

—  ¿Qué sucede? – Más al ver como el rostro del menor se sonrojaba con fuerza lo entendió, aquel mocoso no estaba bromeando, pero ¿Estaría bien no rechazarlo desde ahora?

 

—  No me sucede nada… — Law se puso de pie y palmeó la cabeza del pelirrojo.

 

 

—  Cuando seas más alto que yo, me lo pensaré –

 

 

Con esa respuesta el pelirrojo se sintió satisfecho y se fue a casa. Luego de eso cada mañana el moreno le regresaba los buenos días, había días en que Kid le invitaba a jugar fuera de casa, pero Law siempre se negaba, no solo por no querer darle demasiadas esperanzas a él, también porque comenzaba a tomarle cariño a aquel niño que siempre robaba su atención.

 

Cuando Eustass se graduó de la primaria Law estaba por entrar al bachillerato, pero había tenido quizás la peor noticia de parte del moreno, iba a mudarse de nuevo, sentía que tenía demasiado poco al fin hablándole y ahora se iría, su primer amor desaparecería para siempre seguramente.

 

Kid le pidió que el ultimo día en la ciudad le dejara ir a jugar a su cuarto, ya que nunca había salido a jugar ni le había dejado entrar a jugar, el moreno lo pensó, pero le pareció bien para saciar la curiosidad del menor. En la habitación el pelirrojo se mostraba un tanto nervioso, era la primera vez en aquella casa, aquella habitación de aquel que le había robado el corazón y que ahora se lo llevaría consigo a donde quiera que se fuera.

Se sentó en la cama mientras miraba alrededor, no había nada fuera de lo normal por ningún lado, a excepción de un oso de felpa blanco, no creía que al otro le gustaran esas cosas, le habría regalado uno de haber sabido.

 

 

—  ¿Quieres algo de beber? –

 

—  Estoy bien… — Dijo algo bajo.

 

 

—  No estés tan triste, no es como si nunca nos volvamos a ver, aunque seguramente, encontrarás a una linda chica para salir –

 

—  No quiero a una chica, te quiero a ti —Law suspiró un poco antes de acariciar su nuca un tanto incómodo.

 

 

—  Pero yo me iré –

 

—  Por ahora… —

 

 

—  No puedo prometerte que volveré – Se sentó a su lado en la cama mientras veía de reojo como el pelirrojo bajaba un poco la cabeza.

 

—  Te casarás conmigo cuando sea más alto que tú… —

 

 

—  Se que dije eso, pero… —

 

—  ¿Fue mentira? – Le interrumpió, hasta ahora Law se daba cuenta del error que había cometido al no haberle rechazado claramente desde el inicio.

 

 

—  No lo fue, pero los sentimientos cambian, cuando no me mires cada mañana irás olvidándome – Alzó los hombros restándole importancia antes de tensarse al sentir los dedos del menor rozar los suyos sobre la cama.

 

—  No cambiarán… —

 

 

—  Eustass~ya…— Pero no pudo decir nada más, el pelirrojo se había levantado de la cama para jalarle y unir sus labios en un torpe beso, Law no reaccionaba por la sorpresa de aquello, de todas las cosas que podría haber hecho el menor, el que le besara fue algo que Trafalgar nunca imaginó siquiera.

 

Dado el beso salió corriendo de aquella habitación y de la casa, el moreno llevó su mano a sus labios para cubrir su boca mientras un sonrojo abordaba su rostro, ¿Desde cuándo se había vuelto el menor tan descarado? Pero lo que más le hacía pensar era lo extraño que le había hecho sentir aquel beso.

 

Law había terminado la escuela y ahora se encontraba en su último año de universidad, tenía claras sus metas, desde que pudo valerse por si mismo fue a vivir solo, no soportaba seguir cambiando de ciudad cada que sus padres tenían que irse.

 

Pensó en más de una ocasión en regresar a aquella ciudad, donde se encontraba su “prometido” quien seguramente ya habría olvidado todo aquello, aun sabiendo eso tenía un poco de esperanza de encontrarlo alguna vez, se maldecía mentalmente por no haberle dado su número de celular o al menos su correo, así habrían podido mantener comunicación de vez en cuando.

 

Las clases terminaron y el moreno salió del aula con algo de pereza, no quería admitirlo, pero el pelirrojo le había robado el corazón con aquel tierno y torpe beso, pero ahora tenía que olvidarlo o ir a buscarle, la segunda opción le aterraba, temía que ya tuviera a alguien en su vida, que hubiese encontrado a una hermosa chica que llenara el vació que él había dejado.

 

Salió del campus ignorando a todos a su alrededor, no era un buen día al haber recordado aquel beso, aquello le recordó al tiempo en que se mudó a aquella ciudad, ignorando a todos, sin haber notado al pequeño que al parecer tenía tiempo observándole.

 

 

—  Trafalgar – Se detuvo al escuchar su nombre y miró sobre su hombro encontrándose con unas rosas frente a su rostro. Se giró haciendo las flores a un lado encontrándose con un alto pelirrojo.

 

—  ¿Te conozco? – Preguntó de mala gana.

 

 

—  ¿Ya no recuerdas a tu prometido? —Dijo divertido acortando la distancia entre ambos.

 

—  ¿Eustass~ya? –

 

 

—Ya soy más alto que tú – Palmeó la cabeza del moreno quien alejó su mano de un golpe antes de que tuviera un segundo beso robado por el menor. — ¿Ya te casarás conmigo? –

 

Law miró hacia otro lado avergonzado, pensándolo un poco antes de asentir con la cabeza y mirar de nuevo al pelirrojo, realmente se había convertido en un gran hombre.

 

—  Te lo prometí, ¿No es así, mocoso? –

 

—  ¡Drahaha! Me alegra que no lo hayas olvidado —

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer!

 

Y si no haz leído el aviso lo digo aquí de nuevo: 

Este es mi último trabajo KidLaw y One Piece en general, he decidido cambiar de fandom (temporalmente) para tomar nuevos aires y darme un respiro, si a alguien le interesa, me voy al fandom de 19days, un manga chino. 

Así que no dejaré de escribir e intentaré actualizar "Sirena" cada que pueda, ya que como dije, me iré de este fandom. 

No soy fechas porque bueno, como puede que regrese en tres años puede que vuelva en dos días xD

 

¡Gracias por todo su apoyo! 

 

Nos leemos~ 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).