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AMANTES por Sayurayaoista

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Notas del fanfic:

SAYURA: SE QUE NO DEBERIA ESTAR PUBLICANDO FIC

ANA: PERO NOS QUITARON LA COMPU Y ESTABAMOS PROBANDO UN METODO PARA ESCRIBIR

NINA: SI FUNCIONO ASI QUE 

XÓCHITL: NOS VEMOS PRONTO 

Notas del capitulo:

SAYURA: ESPEREMOS QUE LES GUSTE

ANA: Y NO PODEMOS DECIR QUE ES UN LEMON LEMONOSO COMO EL QUE ESTAMOS ACOSTUMBRADAS

NINA: ES UNA EMBARRADA DE LIME ASI QUE 

XÓCHITL: ¡A LEER!

Sabía que aquel iba a ser un día raro, desde que no escucho el típico despertar de la familia Vongola y sólo había silencio, su papá había salido de misión hacia una semana y tardaría una más en regresar, los demás guardianes a excepción de Ryohei y Takeshi se encontraban en la mansión, habían cambiado varias cosas desde que llegaron a Italia, entre ellas que Tsuna al fin había tomado su puesto como décimo Vongola, Reborn y ella le habían jurado lealtad y se habían quedado a trabajar en Vongola, su padre como consejero y tutor permanente de Tsuna, mientras que ella variaba sus actividades dentro de la mansión pero seguía entrenando a los guardianes, y entrenaría a la próxima generación cuando la hubiera, había bajado a desayunar junto a los demás, observando las típicas peleas de nube y niebla siendo contenidas por el joven cielo quien buscaba de todas las formas posibles evitar que aquella discusión se convirtiera en pelea y la mansión terminase dañada, no supo cuando toda la familia terminó hablando algo más calmada, se notaba que habían madurado aunque sea un poco, la conversación tomó un giro peligroso cuando empezaron a hablar de algunos mitos que rodeaban a la familia, mitos que gente común poco conocedora del poder de las llamas de la última voluntad hablaba en las calles, desde que Xanxus era la encarnación del demonio-aunque puede que no estuviera tan alejado de la realidad-hasta las extrañas desapariciones de cierto tipo de personas-aunque esto último lo agradecian- hasta cosas comunes por ejemplo lo Casanova que era el mejor hitman del mundo, ella sabía cuántas habían sido conocía a su padre había vivido con el casi 10 años de su vida, por eso cuando Hayato emitió aquel comentario para hacer enfadar a Lambo, ella casi se atraganta y no es que no supiera la fama de su padre; simplemente que aquel número era por demás exagerado y ficticio; la décima generación la observaba interrogante, de todos los presentes era la única que conocía medianamente la verdad, agradecía que Reborn no se encontraba ahí porque estaba por contar la vida íntima de su progenitor, se aclaró la garganta recuperando la compostura.

-Que pasa Ana-Chan? -

 -Sólo me he sorprendido por el comentario de Hayato, décimo-

-kufufu, ¿y eso por que? Pequeña princesa-

 -Esa cifra es inverosímil y falsa-

- ¿conoces la cifra oficial, no es así Anabel? -

-Si, he vivido con el más de 10 años-

- ¿Nos podrías contar? -

-Siempre y cuando esta historia no salga de aquí, décimo-

-Lo prometemos-

La joven de cabello negro suspiro mientras observaba seriamente a Mokuro, este levantó las manos en señal de que no hablaría, pero aun así le mando una mirada asesina sólo para advertir, suspiro tomando un sorbo de café y empezó su relato.

-Es bien sabido que yo llegue con papá cuando tenía 8 años, para ese entonces ya tenía la fama que ahora se carga y soy prueba viviente de ello, pero la historia no es como la pintan verán...

- -/-/ flash back/-/-/

Llevaba ya casi 6 meses viviendo con aquel hombre que era su padre, sabía de aquella mala fama que desde joven se formó y no sólo por su agresividad y eficacia, no por nada era el asesino a sueldo número uno, sino también por la cantidad de amantes que llevaba hasta el momento, no era nada tonta sabía que el hecho de que se desapareciera dos o tres días involucraba aquella parte, puede que no era fácil su convivencia pero sabían llevarse bien y agradecía que no hubiera llevado a ninguna mujer hasta ahora aunque pareciera que eso iba a cambiar pronto.

Observó el calendario su padre debía regresar hoy, suspiro mientras terminaba de cocinar siempre hacia lo suficiente para los dos, ya no tenía nada más que hacer así que se sentó a ver una serie de películas, las horas pasaron cuando observó el reloj eran las 11 pm, supuso que su progenitor no llegaría esa noche, se levantó rumbo a su cuarto y se acostó no sin antes revisar las trampas que siempre estaban colocadas alrededor de su casa, casi una hora después escucho ruidos, se levantó con cuidado empuñando su arma y mirando de reojo por una pequeña abertura en la puerta de su habitación, observó a su padre algo tomado pero todavía consiente entrar con una señorita quien se veía algo tomada, la mujer se restregaba contra el cuerpo de su padre de forma insistente, buscando algo más que un simple beso, decidió cerrar la puerta con seguro sólo por si acaso y esperar no tener un trauma de por vida, para su buena suerte el de cabellos negros había insonorizado su habitación y no escucho nada.

Al despertar le llegó un mensaje tenía una pequeña misión cercana a ellos, busco en su cartera pero no traía dinero, su paga como siempre había sido depositada en su cuenta universal, así que hizo lo más lógico posible se levantó y después de cambiarse camino hasta la habitación de su padre entró sin tocar, despertando a la mujer que dormía con él, era bonita de cabello negro y ojos cafés, quien la veía estupefacta mientras cubría la desnudez de su cuerpo, decidió ignorarla caminando hacia el lado del de ojos negros quien dormía con el pecho hacia el colchón, podía ver pequeñas marcas de uñas en su espalda, suspiro mientras se agachaba buscando algo en los bolsillos de su pantalón.

 - ¿Que buscas? -

La voz de su padre era rasposa debido al alcohol ingerido y podía ver aquellos ojos onix que la veían con una mezcla de seriedad y pereza.

-Dinero-

-Está en el bolsillo de atrás no agarres de más o lo sabré-

-Lo sé, al rato regreso-

-Tengo hambre-

-Deje comida en el refrigerador, sólo caliéntala flojo padre-

-Mm cumple bien tu misión dame-hija-

-Siempre-

Y sin más salió del cuarto y posteriormente de la casa, al regresar unas horas después se encontró a su padre tomando tranquilamente un expreso, camino hasta la cafetera y tomó una taza para servirse café camino hasta la mesa y al pasar al lado de su padre pudo notar un ligero rasguño en su mejilla.

-Parece...que se enojó-

-No sabía que tenía una hija-

-Se fue-

-La corrí, era cuestión de una noche nada más-

La niña suspiro mientras buscaba algo en el refrigerador.

-Se acabo, pedí pizza-

El timbre sonó mientras su padre iba por la comida, regresó y se sentaron en silencio, pusieron una película y se quedó dormida.

Los días pasaban convirtiéndose en meses y posteriormente en años, su padre llevaba mujeres de vez en cuando, todas eran diferentes algunas muy ingenuas que se sorprendían al verla otras más aferradas quienes intentaban "socializar" en busca de que les cayese bien y que interfiriera ante su padre, cosa que además de estúpida era inútil, Reborn sólo buscaba aventuras nada más, y había un tipo especial que le daba escalofríos de vez en cuando, aquellas mujeres que la veían como una amenaza, estas últimas eran las más aferradas y tercas, aún recordaba a una de ellas, una que casi logró su objetivo su nombre Diana.

Ese día había llegado temprano su misión acabo pronto, y su padre estaba en casa o eso pudo deducir al ver las luces encendidas.

-Ya llegué-

En vez de ver a su progenitor, una señorita salió a su encuentro, de largo cabello castaño decolorado en las puntas, figura envidiable y ropa completamente pegada a su cuerpo, sacó su arma enseguida pocas personas podían destilar aquella aura de sed de sangre, la mayor también sacó un arma apuntándole en la sien a la más pequeña quien ni se inmutó.

-Baja el arma pequeña-

-no me llames pequeña-

 -Vamos, bájala o te asesinare-

-ja, ¿crees que te tengo miedo? ¿Quién eres? -

-eso debería preguntarlo yo, ¿quién te envío? -

-Ambas bajen sus armas-

La voz del asesino llegó hasta ellas, de mala gana bajo su arma, un aura pesada se dejó sentir, hasta que la mujer frente a ella bajo su arma, ambas observaron al hombre quien emitió un corto suspiro.

-Hija, ella es Diana debemos hacer una misión juntos-

-Diana ella es mi hija Anabel, irá con nosotros a la misión-

-Es una niña-

-Tengo 12 y soy una excelente hitman, anciana-

-pequeña mocosa para tu información sólo tengo 30-

Ambas se vieron retadoramente, mientras el de patillas suspiraba aquello iba a ser complicado, la misión era algo realmente sencillo, deberían hacerse pasar por una familia adinerada y colarse en el círculo social de su víctima, acercarse a él y cuando tuvieran la suficiente confianza proponerle cierto negocio, su víctima aceptaría y cuando se diese cuenta del fraude y de que sus cuentas bancarias habían sido vaciadas en su totalidad, darle muerte, el sujeto en cuestión le debía mucho dinero a cierta mafia que lo ayudó en su carrera política.

La misión había ido viento en popa, aunque Anabel veía con no muy buenos ojos a la mujer quien aún después de casi 3 meses seguía metida en la vida de su padre y de ella, mientras este ni se inmutaba, ese par se había acercado demasiado durante la misión, hasta el punto de que en plena misión tuvo que cambiarse de habitación ante los molestos ruidos provenientes de una sesión de sexo rudo marca Reborn, ahora cada vez, los veía besarse con más naturalidad y aquello le molestaba, Diana por su parte no ocultaba su odio hacia ella cuando el de patillas no se encontraba presente, habían llegado a leves enfrentamientos donde la mayor daba muestra de sus verdaderas intenciones, quería sacarla del camino de su relación con Reborn para siempre y hoy no era la excepción, lo que había empezado como una pequeña discusión en casa mientras el de cabello negro dormía, se había transformado en una persecución por los callejones de aquel lugar y terminado en una lucha a muerte en un terreno baldío, aún se mantenía en pie, pero cientos de pequeños cortes rodeaban su cuerpo y su respiración se encontraba algo agitada.

-Maldita-

-Pequeña niñata, morirás-

-Vete al infierno maldita bruja, no me dejaré vencer tan fácil-

Se lanzó al ataque, con pistola en mano, la mujer hizo lo mismo mientras las balas empezaban a hacer eco en el espacio donde se encontraban, golpes, patadas y balazos era todo lo que se escuchaba, un gemido de dolor brotó de sus labios, esa maldita, le había roto una costilla, se separaron sin dejar de mirarse hizo cuentas mentales sólo le quedaba una bala, y a ella también, se miraron a los ojos mientras se apuntaban, separadas algunos cuantos metros y sin titubear jaló el gatillo, un agudo dolor recorrió su abdomen mientras bajaba la vista en su ropa empezaba a formarse una mancha de sangre, observó la sonrisa de la tipa antes de caer desmayada.

-Mierda-

Cuando despertó estaba en el hospital, giro su cabeza hacia la ventana donde estaba Reborn impasible observándola.

- ¿Y bien? -

-Le diste en el corazón-

- ¿Estás enojado? -

-No, empezaba a ser molesta; has mejorado bastante-

- ¿Quién me entrenó? -

-Hm, aunque parece que no te he entrenado bastante, costilla rota, hemorragia interna y bastantes moratones y rasguños-

-Perra maldita-

-Da...Anabel-

La menor observó la advertencia en ojos de su padre y se mordió el labio, las cosas siguieron en relativa calma hasta que se dio la maldición de los arcobalenos.

-/-/- fin del flash back- /-/- -

En resumidas cuentas, puedo decir que fueron 49 maso menos, Lambo fue el número 50 y yo también insistí para que esa cifra quedase así.

-¿Que?-

-Esa parte la cuento yo dame-hija-

Todos se tensaron ante aquella voz, mientras observaban al mejor hitman recargado sobre la puerta del comedor con los brazos cruzados y la mirada oculta en la fedora, el hombre camino elegantemente hasta ellos sentándose al lado de su esposo, en medio de él y su hija.

-Mi dame-hija y yo llegamos a una conclusión-

-Ninguno de los dos quería quedarse sólo, necesitábamos a alguien más-

-alguien que nos tolerará, y que no fuese molesto-

-Que supiera complementar nuestra seudo familia, y ninguna mujer iba a lograr aquello-

-Hm, casi te asesinó cuando planteaste siquiera la posibilidad-

-Sabías que tenía razón, tus relaciones con mujeres iban de mal a peor, y ellas eran molestas-

-admite que no querías una nueva mamá-

-Puede ser, pero aun así, para este punto íbamos en el número 45 si no mal recuerdo y no te opusiste-

-Si, era la 45; simplemente me fastidie de oír tus lloriqueos y quejas-

-Hm, fue relativamente fácil-

-Ambos géneros morían por mi-

-Pero seguían sin complementarnos, hasta que pasó lo del décimo y Lambo llegó a nuestras vidas-

 -Era la cosa perfecta-

-El complemento así que le dije a mi padre que lo quería en nuestras vidas y que no aceptaría a nadie más-

-Y antes de que empezará de quejica acepte, además la vaca no estaba de mal ver-

-No hablen como si no estuviera presente-

El de ojos ónix le plantó un beso a su esposo sólo para acallarlo provocando un tierno mohín en sus labios, esa era una de las muchas razones por las que amaba a Lambo pero como buen hitman no se lo diría.

-/- algunas horas después -/-

El de ojos verdes se aferraba al pecho del mayor, ambos estaban desnudos después de una muy buena sesión de sexo, Reborn en un acto tierno acariciaba su espalda la cual estaba llena de marcas de propiedad, Lambo observaba el rostro calmado del mayor mientras un suspiro brotaba de sus labios.

-Así que soy el 50-

-Mn no-

El de ojos verdes le mandó una mirada de incredulidad y sorpresa mientras levantaba su torso levemente lo suficiente para encararlo, el de ojos negros suspiro mientras se colocaba de lado observando aquel par de gemas que lo habían conquistado desde que las vio.

-Anabel tiene mal la cuenta de mis primeras amantes de mis años como hitman ella llevaba una cuenta de 20 y cuando desaparecía por días no siempre era para acostarme con alguien, no es fácil ser padre de forma tan espontánea-

El menor lo observó de manera sorprendida mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro, Reborn estaba siendo totalmente sincero, parecía ser que Anabel había tocado una fibra sensible en su ser.

- ¿entonces que numero soy? -

-el número uno, y nadie te librara de ese número pequeña vaca llorona; si tanto quieres hablar mejor ocupa tu boquita en otra cosa-

Y sin más le planto un muy apasionado beso mientras sentía las manos de Reborn bajar hasta estrujar su trasero aquello lo iba a dejar sin caminar un buen rato, aunque agradecía ser el único en la vida actual del asesino a sueldo, amaba a ese idiota.

FIN

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

SAYURA: ESPEREMOS QUE LES HAYA GUSTADO

ANA: SI ES ASÍ DEJENOS UN LINDO REVIEW PLISSS

NINA: ES NUESTRA UNICA PAGA

XÓCHITL BYE BYE


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