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Re: Lo que ahora es, ¿puede ser lo que fué? por Comunidad SinJu

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Notas del fanfic:

¡Hola! Anuncié hace poco mediante nuestra página en Facebook que iba a reescribir una de mis obras capítulo a capítulo y la elegida fue finalmente esta. La verdad, tampoco lo pensé mucho, desde hace meses tenía la idea de reescribirla con mejores ideas, y de paso, con mi narración actual, ¡la cual creo que siempre va mejorando~!

Advierto que con las nuevas ideas, muchos detalles del anterior fanfic cambiaron también para lograr un mejor desarrollo de la historia. Las encuestas van a mantenerse pero con una diferencia a las anteriores. 

La primera versión se encuentra en Fanfiction y en Amor-Yaoi únicamente, esta segunda versión va a subirse incluso a Wattpad. 

Lo que ahora es, ¿puede ser lo que fue?

Capítulo 1. Las consecuencias de la guerra.

El escenario era de lo más lamentable. La tierra estaba repleta de cráteres hechos por poderosos hechizos. Lo que hacía una hora era césped y flores ahora no era nada más que tierra dura y seca, sin vida. El ambiente estaba bastante cargado de sentimientos diferentes y con la desesperación y el pesar de la guerra.

De dicha guerra, solo quedaban dos en pie. Se trataban de dos Magi, los cuales se miraban fijamente a los ojos mientras jadeaban por aire, sosteniendo sus báculos en alto con la amenaza de atacar o defender en cualquier momento.

— ¡Judal, ya basta! —Es el menor quien intenta detener el conflicto, su mirada demuestra que está desesperado.

El magi más grande no parece nada contento con el intento del menor. Su mirada se afila todavía más y la esfera oscura del centro del filo de su báculo comienza a girar y a brillar. Encima del filo se produce un brillo púrpura acompañado del sonido del rayo.

— ¡Un poco demasiado tarde!

El hechizo es lanzado. El rukh en el aire se alborota todavía más y Aladdin apenas y alcanza a esquivarlo al usar su hechizo de levitación. Lo que no esperaba es que el hechizo se expandiera y los rayos se hicieran más largos hasta alcanzarle una pierna, y al primer tacto todo su cuerpo vibra, mientras sus ojos se pierden en el dolor ocasionado por la descarga.

Su cuerpo cae más débil de nuevo, y el magi oscuro se acerca con una risa alta llena de su obsesivo deseo de victoria.

— Que estupidez. Todos siguen pensando que pueden detenerme. Que TÚ puedes detenerme. ¿No son idiotas? —Con las manos en la cadera, Judal se —inclina hacia adelante. Su trenza, desaliñada, cae por encima de su hombro hasta rozar la mejilla hinchada y sucia de Aladdin, quien apenas puede controlar el temblor de su cuerpo y fijar sus ojos en el enemigo. Le cuesta mucho enfocarlo. — Solo mira a tu alrededor.

La mano izquierda de Judal toma fuerte el mentón de Aladdin, y sin esfuerzo aparente lo levanta hasta dejarlo nuevamente de pie. Aladdin da unos pasos hacia adelante y luego, sin resistirlo, sus piernas fallan y cae de rodillas. Está apretando con mucha fuerza su báculo entre sus manos.

Verlo derrotado le causa satisfacción al mayor y lo sabe, Judal es muy evidente.

— Estás perdido, perdido, perdido, perdido. —Sus palabras se atoran con una risa burlona, y unos ojos perdidos en poder.

— Eso… ya lo sabía. No puedo derrotarte todavía. —Baja la cabeza, y su flequillo oculta sus ojos del mayor. Judal no puede ver la determinación regresar a los ojos azules. — Eres demasiado fuerte.

— ¿Crees que halagarme hará que no te mate? Pero debo admitirlo, será aburrido si no estás para intentarlo.

Aladdin sacude la cabeza, negando.

— ¡No intento que te compadezcas! Soy yo el único que puede detenerte, pero ahora mismo no soy capaz de hacerlo. —Hace el esfuerzo por levantarse, y ahora es su báculo el que comienza a atraer al rukh. — ¡Yo soy el único que puede detenerte! —Repite en voz alta, y Judal sin darse cuenta lo suelta y retrocede unos pasos cuando Aladdin camina al frente, se nota que lucha por no caerse.

Finalmente, el menor apoya el final del báculo entre la tierra infértil y el brillo de su hechizo se vuelve café. Era un color que nunca antes se había visto.

— ¡Por eso espera por mí, cuando regreses estaré listo, Judal!

La intensidad de la luz comienza a crecer hasta volverse cegadora, y es entonces cuando Judal busca bloquear esa molesta luz al poner la mano justo frente a sus ojos, con la palma abierta.

Perdóname, Judal.

Cuando la luz se va de súbito, el cuerpo del magi oscuro cae al suelo inconsciente, y Aladdin se deja caer de rodillas nuevamente para dejar que sus lágrimas humedezcan el suelo bajo él.

Acaba de hacer algo terrible.

Perdóname…

Cuando Judal abrió los ojos esperó ver el cielo de la tarde, esperó ver el rukh revoloteando inquieto por el conflicto y quizá, notarse derrotado. Esperaba ver a Aladdin siendo reanimado por sus amigos y el rostro pusilánime de Kouen, incluso la decepción en los ojos del rey de Sindria. Pero nada de eso apareció frente a él cuando volvió a tener consciencia.

Ve blanco.

Separa los labios, secos, y suspira. También esperaba que su garganta se encontrara destrozada pero tampoco fue el caso. Simplemente siente sed, como si acabara de recorrerse como el barranco de aquél tonto poblado de mujeres rubias sin usar magia, solo caminando.

El blanco es muy brillante.

¿En dónde estaba? Cierra sus ojos y se concentra por sentir el rukh. Lo siente, y lo escucha, es silencioso y tranquilo aquí, se mueve a su alrededor con aleteos suaves, algunas simplemente se dejan llevar por la corriente invisible de los espíritus, bailando al compás de la canción de las almas.

Era todo tan tranquilo, ¿quizá murió?

Abre los ojos de nuevo, todavía perdido. Flexiona un brazo y con él, esconde sus ojos y se queja en voz baja, pero entonces siente algo con su mano bastante extraño. ¿Él, con el cabello suelto? Palpa de inmediato la superficie en la que se encuentra y toca sus propias hebras azabaches.

A él le jode bastante tener el cabello suelto.

Busca incorporarse pero apenas lo intenta su cabeza punza y vuelve a marearse, así que sin más vuelve a caer y siente algo nuevo otra vez, pero esta sensación es más conocida. Tiene una almohada bajo la nuca.

¿Acaso luego de la guerra lo trajeron a algún lugar? ¿Qué quieren hacer con él, torturarlo, quizá hacer de su muerte un espectáculo público?

No se rinde y gira un poco la cabeza para ver su alrededor, pero es el lado equivocado. Tiene una pared blanca a su lado derecho. Prueba con intentarlo otra vez del otro lado, y fue entonces cuando el rukh dejó de escucharse.

Más allá de la decoración tan extraña hay alguien a su lado a quien reconoce perfectamente. Se trata de Sinbad. Su cuerpo se paraliza mientras lo mira fijamente. Está dormido, ¿pero por qué está a su lado en su prisión, y por qué tiene un rostro tan complacido y tranquilo?

Qué demonios…

Sin saber exactamente qué hacer, decide notar la decoración y extrañarse todavía más. Cuando se siente un poco mejor, al cabo de media hora, decide probar con sentarse y entonces la cobija cae hasta su regazo. Se mira a sí mismo y se sorprende mucho al notarse desnudo. Cuando mueve una pierna, sorprendido, nota que su rodilla toca piel. Asustado, dirige su mano derecha temblorosa al borde de la cobija para quitarla de tirón.

Sinbad también estaba desnudo.

— ¿¡Qué diablos pasa contigo!?

El grito tan alto hacen que el cuerpo del que piensa se trata del rey se sobresalte, y que los ojos dorados se abran de golpe con el corazón en la boca.

— ¡Jujuchan, pero qué te pasa! Despertándome así lograrás que me haga viejo más rápido.

Era Sinbad, sin lugar a dudas. La misma cara de idiota, el mismo cabello largo púrpura, los mismos ojos, la misma voz…

Pero no se siente así.

— Sinbad, dime… dime qué está pasando.

— ¿Por qué actúas como si no recordaras nada? —Hace una pausa, en donde Sinbad aprovecha para terminar de despertarse. — Oh, ¿soñaste algo fantástico otra vez?

— ¿Sueño? — ¿Eso era lo que es, un sueño?

No, no es tan idiota. Esto no era un hechizo tampoco, se siente todo demasiado real, ninguna ilusión tiene calidez. Se muerde el labio, sin saber exactamente qué hacer o decir, confundiendo más a Sinbad.

— Hey, ¿qué pasa?

Sinbad jamás se preocuparía por él.

— ¿Bonito? —Lo llama, y estira un brazo hasta que sus dedos alcanzan la mejilla derecha de Judal, la cual acaricia con cariño.

Judal al instante se echa para atrás y lo mira, severamente sorprendido.

— ¿Qué sucede, bebé? ¿Me dirás que estás embarazado? —Lo dice por tales cambios de humor. 

— Diablos, no. —Judal sacude la cabeza, y luego frunce las cejas de nuevo.

— ¿Qué soñaste? —Insiste Sinbad.

— ¡No soñé nada! ¡Tú eres quien debe darme explicaciones!

Tras decir eso, el rostro de Sinbad comienza a deformarse en una mueca de preocupación. Por alguna razón, algo de calor entra en el cuerpo del magi.

— Comienzo a preocuparme. Ah, Judal~ Creo que llamaré al señor Ishi.

— ¿Y ese quién demonios es?

— Nuestro doctor. —Se preocupa todavía más cuando Judal le hace esa pregunta. Incluso olvidó a tal gran amigo. Algo muy extraño estaba pasando. — ¿Te sientes bien?

— ¡No!

Notas finales:

Las personas que leyeron la primera versión, del noviembre del de 2015, seguramente notaron que el primer capítulo era el prólogo en el primer intento. Para darle un toque más estético decidí solo ir por capítulos.

Por favor, apoyen tanto este segundo intento como apoyaron el primero, ¡vamos a terminar esta historia juntos! El hiatus para este fanfic ya terminó y las ideas vuelven a comenzar.


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