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Amor en tiempos de monarquía por Black Angel

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Notas del fanfic:

  

Notas del capitulo:

Primer capitulo, es mi segundo Fic. 

Pido disculpas con anticipación si hay discrepancias en cuanto a la época real y a la que se desarrolla el Fic, pero siempre me han gustado las pelucas grandes, rostros empolvados y los trajes y abanicos llenos de encaje.

Los dejo leer ;D...

El pequeño Luca odiaba esa ropa pomposa que sus padres le obligaban a usar, era muy fea, incomoda y le picaba en partes que tenía prohibido tocarse en público, y no era para menos, aquel traje verde botella, brilloso y forrado de lana por dentro era demasiado incómodo para un niño de 4 años y que decir de los zapatos, tenían un ligero tacón y un moño verde muy grande que le hacía juego con todo su conjunto.

- Luca ya deja de moverte.

- Pero mami, esta ropa me pica el trasero y estos zapatos horrorosos me aprietan, quiero quitármelos ¿Puedo?

La mujer arrugo el entrecejo, como es que su hijo decía semejante palabra en público, tendría que llamarles la atención a las nanas por haberle enseñado aquel vocabulario.

- No Luca, ahora tienes que vestir elegante, tenemos una fiesta y hay que celebrar, además ¿Dónde aprendiste esa palabra?

- Se la escuche decir a uno de los guardias cuando le daba una nalgada a una nana, esa la que siempre enseña el pecho, aparte yo no quiero estar en esta fiesta, hay solo viejos y me aburren.

La mujer se puso roja del coraje, en definitiva tendría que darle una reprimenda a esa criada y a ese guardia, hacer semejante cosa delante de un niño no tenía perdón ni vergüenza. El hombre vio a su mujer aquel enojo provocaba que se viera hermosa, lentamente sonrió y dándole unas palmaditas al pequeño en la cabeza le dijo:

- Luca, hazle caso a tu madre, deja de estarte moviendo, demuestra tus modales.

- Pero papi, porque tengo que usar esta cosa esponjosa debajo de la ropa.

- Porque hace frio cariño y si no la usas te puedes enfermar.

Al niño poso su mirada hacia el frente, cruzo sus brazos e inflo los cachetes, no le quedaba más remedio que obedecer. Ahí donde se encontraba, sobre las piernas de su madre, escucho las trompetas sonar, la puerta del gran salón se abrió lentamente, la mujer hizo que el niño se bajara de ella y lo puso de pie a su lado, todo el tiempo le tomaba la mano. Luca veía como de en medio de las puertas aparecía un pequeño coche de bebe color blanco, lleno de adornos dorados.

El pequeño coche era empujado por una mujer alta, delgada y de una piel muy blanca, con un peinado muy grande y lleno de flores, su vestido era amarillo, con adornos plateados, de las mangas le colgaba un encaje vaporoso. El hombre que la acompañaba iba vestido a juego, su traje era plateado con adornos amarillos, tomaba a la mujer del brazo, mientras alzaba la vista orgulloso.

- Ante el rey y la reina de Varsena, se presentan los duques de Cela.

La pareja dio una reverencia ante los reyes.

- Estamos ante ustedes y su comitiva para presentar a la criatura que será consorte del príncipe, pero si son tan amables mis reyes, quisiéramos que la presentación se haga en privado mi señor.

El rey miro extrañado a la pareja ante tal petición

- ¿A qué se debe esta extraña petición duque?

- Mi rey, queremos presentar nuestro bebé en privado, como una petición especial de nuestras tierras sus majestades.

Debido a que la ciudad de Cela era la mas fructífera además que ellos tenían la posibilidad de independizarse de su reino, por mantenerlos de aliados sucumbiría a uno de sus pedidos, por fortuna su gente era gente civilizada, por lo que no muy seguido y nunca de manera descabellada hacían pedidos.

- En petición a los padres de la criatura, ordeno que todo el mundo salga, solo los guardias de las puertas pueden quedarse.

Así lo hicieron, todo el mundo salió cuchicheando por tan extraña petición, aquellos duques eran afortunados ya que no todos los días el rey concedía un capricho.

Después de que se quedaron solos en el gran salón, las puertas fueron cerradas y la duquesa hablo ante los reyes, no sin antes hacer una gran reverencia que complació a los monarcas. 

- Su majestad – hablo delicadamente la mujer refiriéndose al rey – Le presentamos al pequeño Nain, como dicta la tradición ahora es el turno de nuestra casa para presentar a un consorte de la familia real, este pequeño nació hace 6 meses llenando de orgullo a la familia.

- Esto es sorpresivo madame, pero creo que un niño no puede ser consorte de nuestro hijo, sabrá usted que una pareja del mismo sexo no procrea y necesitamos una mujer fértil para asegurar el linaje, así que me temo que esta unión es imposible, además sabe usted que las parejas entre personas del mismo sexo están prohibidas en nuestros tiempos.

- Entiendo su preocupación su majestad, pero usted sabe que en nuestra familia hay una leyenda acerca de los varones fértiles, que solo se dan cada cierto tiempo y hoy nuestra casa ha sido bendecida con este pequeño que es capaz de albergar vida en sus entrañas. Nuestros médicos pueden corroborarlo.

El rey se lo pensó un poco y viendo a su esposa, que con una mirada suplicante le pedía que dijera no.

- Mi bella dama, dicen que cuando se presentan a las futuras parejas reales, aun con la inocencia son capaces de reconocerse, mis padres me dijeron que cuando conocí a mi reina fui capaz de hablar tanto de ella aun antes del día de la boda, eso lo recuerdo yo muy bien – el rey decía aquello mientras tomaba la mano de la reina y la miraba con ojos llenos de amor – así que primero dejemos que los niños se conozcan y si mi hijo lo desea, esta unión se llevara a cabo y si no es un inconveniente los médicos de la casa real corroboraran el diagnostico que han dado su médicos.

- Si así lo desea nuestro rey no tenemos inconveniente.

- Muy bien, la valoración la dejaremos para mas tarde, por lo pronto me gustaría que mi primogénito conociera a la criatura para ver si es de su agrado.

La reina le dio un leve empujoncito a Lucas para que se acercara al coche del bebé, temeroso y con pasos nerviosos se acercó. Lentamente se asomó hacia adentro del coche y se dio cuenta que un bulto se movía vigorosamente, unos pequeños balbuceos salieron de la boca del bebe que descansaba dentro. Aquel pequeño ser humano lo veía fijamente, sus ojos tan azules enmarcados por unas largas y rizadas pestañas, su cabeza llena de pelo tan rubio que casi tiraba a lo blanco le daban una apariencia angelical, el pequeño Nain le sonrió dejando ver dos pequeños y blancos dientes. Aquella hermosa vista enterneció a Luca, el pequeño bebe se movía mientras el niño le acariciaba la blanca mejilla, aquel tacto fue suficiente para que ambos perdieran contacto con su alrededor.

Los infantes se miraban fijamente, los ojos de ambos brillaban expectantes a lo desconocido y nuevo, la risa sonora del pequeño los saco a ambos de su ensoñación, lentamente Luca levanto la mirada y vio fijamente a la madre del niño.

- Su hija es muy bonita, me gusta.

- Gracias pequeño, pero no es una niña, es un niño.

- Pero se llama Nain, ese es nombre como de niña.

- Es un nombre especial, como este bebe.

El niño no estaba muy convencido de lo que le había dicho la mujer, frunció por unos instantes el entrecejo y volvió a fijar su vista en el bebé, este le tomo un dedo de la mano haciendo que el pequeño Luca sonriera por ese pequeño gesto, se acercó más al bebe y deposito un suave beso en la mejilla sonrosada del menor, corroborando una vez más que la tersura y suavidad de aquella piel era tan parecida una bolita de algodón. Lentamente se separó del pequeño saludo a la dama con una reverencia y regreso con sus padres rápidamente, los monarcas se quedaron sorprendidos ya que su hijo había sido educado sin que los demás se lo pidieran.

La reina acaricio los negros rizos de su pequeño y viéndolo directamente a los curiosos ojos le dijo:

- ¿Qué te ha parecido el bebé, hijo?

- Esta muy bonito mami, sus ojos parecen dos charquitos de agua transparente, me gusta ese bebé ¿Nos lo podemos quedar?

- No hijo – le dijo su madre esbozando una tímida sonrisa – pero te prometo que cuando sean grandes estará contigo para siempre.

- Pero eso es mucho tiempo mami.

- Lo se hijo, pero es porque ambos se tienen que educar para ser buenos reyes, veras que el tiempo se pasara volando.

La reina aunque preocupada por el futuro de ambos niños acepto que los comprometieran con la única condición que para los demás hicieran pasar a la criatura como niña, solo ellos y su familia sabrían la verdad, no quería que la seguridad de su primogénito se viera comprometida por aquella unión. Los duques aceptaron, sabían que aquel sacrificio era necesario para poder conservar la gracia de la corona.

Los reyes, hicieron jurar a los guardias que aquello sería un secreto y que si lo llegasen a contar  los mandarían encerrar y les cortarían. Después de aquello la lengua los duques y los invitados pasaron al gran comedor donde tenían preparado un gran banquete para celebrar el reciente compromiso.

A los pocos días se le hicieron los exámenes pertinentes al pequeño corroborando la versión de los padres, dando así inicio a los preparativos de los futuros reyes.

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Aquel día era muy lluvioso, estar en la casa de sus padres en ese preciso momento le causaba una rabia inmensa que no podía describir Nain, caminaba de un lado a otro como león enjaulado, quería matar a todo aquel que osara meterse en su camino y es que no era para menos, sus padres le acababan de confesar que desde el día de su nacimiento él estaba prometido y que además faltaba poco para el día de su boda. Él no quería casarse con un completo desconocido que quien sabe que mañas tenía.

Hacía tiempo sus padres le habían contado una leyenda, cada cierto tiempo en su familia nacía un niño con la habilidad de procrear familia, pero en el caso de sus antepasados tenían que vivir escondidos ya que a pesar de ser especiales, en sus tiempos las relaciones con personas del mismo sexo estaban prohibidas, es por eso que siempre existía un matrimonio pantalla con una persona de su misma familia, aquella persona se ofrecía para poder brindar un poco de felicidad. Pero en su caso sus padres decidieron hacerlo pasar todo ese tiempo por una mujer para que el día que se casara pudiera disfrutar de su felicidad sin esconderse del todo.

Eso lo había aceptado desde hace mucho tiempo, sabía que podía enamorarse de un hombre bueno que supiera hacerlo feliz, el hecho de tener que ocultarse como hombre haciéndose pasar por mujer le traía un beneficio ya que él siempre tuvo preferencias por el sexo masculino, aquella confesión derribo su mundo, ya que tenía tiempo que se veía a escondidas con un conde que conoció tiempo atrás cuando sus padres dieron una fiesta.

Aquel hombre alto, de cabello castaño no le había quitado los ojos de encima durante toda la fiesta, lo saco a bailar casi al final declarándole el amor a primera vista que sintió cuando entro por las escaleras del gran salón, después de aquello el conde lo visitaba cada cierto tiempo, viéndolo en los jardines escondidos que quedaban justo debajo de su habitación, ahí en una banca de piedra adornada por un arco de hiervas que le daban más privacidad a la pareja se veían. Esa noche era una de aquellas en las que se reunían.

Apresuradamente Nain bajo y encontró a su enamorado sentado en la banca, esperándolo como siempre que mantenían sus reuniones clandestinas, aquel día Nain vestía un camisón de seda blanco con una bata roja con adornos dorados y encaje en las mangas, el hombre como siempre vestía un traje negro sencillo dejando en claro su estatus social.

- Amor mío, hoy te ves simplemente perfecta.

- Carlo, mi amor tengo que decirte algo – lanzándose a su brazos sollozo en silencio por lo que tenía que confesarle – ya no podremos vernos, lo nuestro ya no puede ser.

- Pero porque mi hermoso ángel, ya casi cumples 16 años y serás presentada para que puedas casarte, mi padre puede venir a pedir tu mano ese mismo día.

- No es posible, estoy comprometida.

- Pero ¿Cómo?, esto no puede ser, ¿Me has engañado acaso?

- No amor, me acabo de enterar que estoy comprometida desde el mismo día que fui concebida.

- Esto no es posible.

- Lo es Carlo, es por eso que esta noche me despido de ti, se feliz con alguien mas porque conmigo no será posible.

- No Nain, yo te amo no puedes dejarme así, como si nada.

- Yo también te amo, pero no puedo casarme contigo, sabes que una vez que te han comprometido eres incapaz de romper el trato. Lo siento lo nuestro no puede ser.

Nain se dio la media vuelta dispuesto a irse pero Carlo lo detuvo apretando con fuerza su brazo.

- Pues lo siento querida, yo me prometí que serias mía y yo siempre cumplo mis promesas.

Los ojos del hombre dejaron de ser dulces, tiñéndose de lujuria contenida, con mas fuerza  apretó el brazo de Nain y estampándolo contra un árbol lo inmovilizo y empezó besarlo, bajando de su boca hasta su cuello, restregando al mismo tiempo su hombría contra él. Aquello tenía muy asustado al menor, no reconocía a ese hombre, ese no era el Carlo que conocía, aquel que se había portado como un caballero y lo habia tratado como lo mas sagrado que existía.

Gruesas lágrimas cayeron de sus ojos azules sintiéndose la persona mas tonta del mundo, sentía la respiración del hombre cargada de lujuria contra su pecho sintiendo que su integridad estaba a punto de profanarse solo por el deseo carnal de un hombre convertido en bestia, pero como si un rayo venido del cielo iluminara su mente tomo acerco su boca a la oreja de y lo mordió hasta hacerlo sangrar, Carlo se separó de él cubriéndose la herida con la mano, aprovechando ese momento Nain pudo zafarse y antes de correr le propino una patada en la entrepierna, viendo como el mayor se doblaba.

Nain aun en shock corrió tan rápido como sus piernas le permitían, ni siquiera se detuvo o volteo la cabeza a ver si Carlo aun lo seguía, rápidamente entro a su cuarto y se dejó caer en la cama, se metió bajo las cobijas y lloro amargamente sintiéndose miserable, había caído en el juego de Carlo y por poco quedaba manchado de por vida, lloro hasta quedarse dormido esperando que aquello fuera solo un sueño del cual despertaría muy pronto. 

Notas finales:

No prometo mucho en cuanto a los días de actualización debido a mi carga de trabajo pero espero hacerlo regularmente. 

¿Qué les parece la historia?


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