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Momentos en familia por Ayumi Kuran

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos y todas! Como me habéis pedido tanto aquí traigo la secuela de "Mío, solo mío". Sé que debería de haber esperado más tiempo para públicarla pero me tenía demasiado inspirada y tenía listos varios capítulos listos ya. Seguramente dentro de poco pueda terminar de escribirlo aunque advierto que será largo, alrededor de unos veinte capítulos.


Ahora sin nada más que decir os dejo leer este primer capítulo.


PD: las actualizaciones las mostraré en el siguiente capítulo.

Durante toda la noche ambos se habían entregado sin descanso, Larry incluso sentía su garganta dolerle de forma horrorosa a causa de todo lo que había gritado el nombre contrario. La satisfacción no estaba en sus facciones cuando su Alfa le dio un último demandante beso antes de marcharse, colocándose en su sitio mientras él se veía obligado a levantarse y vestirse, observando a todos colocarse en su sitio. Una gran pregunta era, ¿cómo había podido llegar a su apartamento estando en celo?


Larry no tenía la respuesta a dicha pregunta, fue un milagro que sus piernas si quiera le sostuvieran para poder salir del lugar aunque lo más probable es que fuera gracias a McPhee, que como todo beta, tenía el deseo e instinto de ayudar a los omegas cuando estaban en celo. Fue él quien le permitió subir a su coche para dejarle en su casa, sin notar el olor que envolvía al otro e incluso no le dijo nada porque la sección de África estuviera impregnada con el olor del sexo y sus hormonas, era normal teniendo en cuenta su condición.


- Larry, puedes volver cuando te sientas mejor. No hace falta que te apresures.- McPhee se veía preocupado y comprensivo, algo que agradecía enormemente.


- Sí…gracias.


En cuanto estuvo solo se tumbo en la superficie más cercana, en este caso fue el suelo del salón mientras gemía, sintiendo como su sangre quemaba, rogándole sentir que le tocaran y poseyeran su cuerpo hasta volverlo loco. Pero no pedía que fuera cualquiera sino que lo hiciera su Alfa, quería que Ahkmenrah lo hiciera.


- Ahk…- Gimió al recordarlo.


Su espalda chocó contra la fría superficie, inclinando su espalda cuando una de sus manos bajo hasta su erección, masajeándola con desespero mientras rememoraba el rostro contrario, su aliento chocando contra su piel, la forma en las que sus manos bajaban por su cuerpo, tocándolo de una forma que le hacía quedarse sin aliento.


- ¡Ahk!


Su cuerpo se inclino por completo, aumentando el vaivén pero eso no lo complacía, haciendo que cambiará de postura, quedando a cuatro patas mientras se desvestía, su mano libre viajando hasta su entrada. Sus dedos comenzaron a restregarse en ella, haciéndolo gemir al imaginarse que eran los dígitos del Alfa quienes le tocaban, que era su carne la que se enterraba con rudeza en su cuerpo hasta marcar todas y cada una de sus paredes interiores, descargándose dentro de sí.


- ¡Sí…! ¡Más!


Su imaginación volaba como loca, imaginando que el otro estaba junto a él, poseyéndolo como lo hizo horas antes, de forma dura y completamente placentera, haciendo que su piel se erizara, sus ojos dejaran caer lágrimas de puro placer mientras se movía de forma desesperada, aumentando el movimiento en su polla hasta que esta finalmente pegó un pequeño estirón, liberando su semilla con el nombre del otro en sus labios, enloquecido.


 


Cuando amaneció al cuarto día, el Daley se encontraba confuso y cansado, muy cansado. Sus ojos vagaron por el lugar, reconociendo su habitación pero algo era extraño, lo sabía, podía notarlo. Su mirada bajo hasta su cuerpo, cubierto por completo de su semen, no le extrañaba, después de todo había pasado por bastantes celos para saber cómo iba a amanecer cuando este acabará.


Suspiro levantándose algo mareado, sintiendo una sustancia blanquecina caer de entre sus piernas, esto le hizo tensarse y llevar sus manos hasta el lugar donde esta caía, la alarma instalada en sus ojos. Casi se desmaya al ver como había restos de semen secos en sus piernas, solo la que estaba más oculta en su interior era la que caía en esos momentos.


- No puede ser…no…- Su respiración se altero, estando al borde de un ataque de pánico.- Una pesadilla…es una pesadilla…


Su voz sonaba temblorosa, tratando de auto convencerse de esto pero fue en vano. Corrió todo lo que pudo hasta el baño, viendo su reflejo en este, una marca de enlace se mostraba orgullosa en su cuello. En ese momento no fue capaz de aguantar su propio peso.


- ¿Cómo pudo pasar esto?- Jadeo enterrando sus ojos entre sus manos, en pánico.


Trato de recordar lo que paso esos días, le costaba pero vagamente podían aparecer en su mente imágenes de cuando se masturbaba y gritaba en medio del éxtasis, ansioso de ser poseído. Si forzaba un poco más podía recordar cuando comenzó esto, las manos de Ahkmenrah aferrándose a su cuerpo, su aliento chocando contra él…


Sus ojos se abrieron ante todo lo que podían, quedándose sin aliento. ¡Había tenido sexo con Ahk! ¡Joder, joder, joder, ¿en qué estaba pensando para hacer eso?!


- Tranquilo, no pasa nada…todo está bien…


Su sonrisa salió de forma temblorosa mientras trataba de convencerse, quitando el sudor que caía por su frente mientras pensaba en qué hacer…aunque lo primero era lo primero. De forma veloz se metió en la ducha, quitando todos los rastros de seme que había en él, despejando un poco su mente para posteriormente vestirse de forma temblorosa, tratando de ocultar la marca de reclamo.


Al salir a la calle estuvo aterrorizado de que alguien pudiera reconocerle e incluso darse cuenta de su situación, rogaba a todos los dioses existentes o mejor dicho a su dios para que eso no pasara, caminando tembloroso hasta la farmacia más cercana. Por un momento recibió miradas de los que allí se encontraban para pronto dejarle de hacer caso, tampoco era la primera vez que iba un omega sin su Alfa.


- ¿Quién es el siguiente?- La voz del farmacéutico le saco de su ensimismamiento, acercándose a él con una sonrisa algo temblorosa.


- Buenas tardes, me gustaría una caja de pastillas del día de después.


Trató de sonar normal pero le era difícil, mucho más ante la mirada de desaprobación que le daban, no obstante no le dieron ningún tipo de comentario para perderse por un par de minutos tras la puerta que daba al almacén, regresando con lo que se le pidió para ponerlo frente a él, escaneando el código de barras.


- Serán diez dólares.


<<Caro>>


Eso fue lo que pensó mas no dijo nada, dando el dinero que se le pidió para coger la cajita, dándose la vuelta para marcharse.


- Hay que ver que irresponsables son algunos. Se dejan llevar por el deseo pero no tienen el coraje de enlazarse, directamente pierden al cachorro indeseado.


Su mano apretó con más fuerza su producto, saliendo del lugar con la mirada temblorosa. No era culpa suya que hubiera entrado en celo en el peor momento, no era culpa suya que Ahkmenrah hubiera decidido tocarle de esa forma…bueno, quizás eso último sí era cosa suya. Después de todo ningún Alfa podía resistirse a una gran cantidad de feromonas en el ambiente que pedían a gritos algo de “diversión”.


<< Cierto, seguro que todo esto fue un accidente. Si le pido que la rompa todo estará bien>>


Esos pensamientos relajaron por completo su cuerpo, suspirando aliviado para al llegar a su casa tragarse dos pastillas a la vez, teniendo la esperanza de que estas surtieran efecto, evitando que pudiera llegar a tener un bebé. O en su defecto que de una forma milagrosa se le secará el vientre. Cualquiera le valía.


Su mirada viajo al reloj que mostraban las seis de la tarde, aún tenía al menos un par de horas para que anocheciera. Podría dormir un poco más. Con eso en mente asintió, tumbándose en su cama para dejarse llevar por los brazos de Morfeo.


 


Ahkmenrah estaba insoportable, llevaba dos noches sin ver a su omega y si no lo veía pronto iba a volverse loco. Tras marcarlo como suyo había despertado instintos que no sabía que tenía en su interior, la principal era la sobreprotección y el deseo. Necesitaba verlo, sentir su piel bajo el tacto de sus dedos, besar sus labios como había hecho aquella noche en la que ambos se habían vuelto compañeros por toda la eternidad.


- No puedo más, necesito verlo.- Jadeo desesperado, empezando a caminar a prisa hacía la puerta pero una mano en su hombro le detuvo.


- Debes tener paciencia amigo mío, esta noche debe de regresar, después de todo ayer acabó su celo, ¿no?- La voz de Teddy sonaba calmada, pero no le convencía, no podía mantenerse quieto por mucho más tiempo.


- Diez minutos…si no está aquí en diez minutos iré por él.


Teddy solo pudo suspirar, sabía que no iba a llegar a más por mucho que lo deseará, después de todo el antiguo gobernante de Egipto llegaba a ser muy cabezota en algunas cuestiones, en Larry no había quien le hiciera cambiar de opinión.


Las lagunas negras estaban fijas en la puerta, a cada momento estaba más impaciente, alterando a su vez al resto. Solo cuando estaba dispuesto a buscar a su omega, siguiendo su olor hasta encontrarlo, fue que la puerta se abrió dejándolo ver, jadeante y con las mejillas sonrojadas a causa de la carrera que seguro debió de haberse dado para llegar a tiempo.


- Siento el retraso, me quede dormido.


Una sonrisa nerviosa se puso en su rostro mientras se rascaba la nuca, haciéndole ver aún más encantador de lo que ya era al menos según su perspectiva.


- Larry.- Casi corre hasta él pero este se alejo un par de pasos, manteniendo la distancia. Eso no le gusto nada, le dolía.- ¿Qué…?


- Tengo que hacer la ronda, cuando acabe quiero hablar contigo.- Sus ojos a penas los podía mantener en su persona, desviándolos.- ¿Puedes esperarme en mi despacho?


- Claro.


Ni bien dijo esa palabra el otro ya se había ido a cumplir con lo dicho, eso no le gusto nada a Ahk. No era porque estuviera con otros Alfas sino por la forma en la que habló y lo trató. ¿Por qué era? ¿Le habría ocurrido algo? Eso le hizo tensarse, si alguien se había atrevido a hacerle algo a su pareja se las iba a pagar con su vida.


Con varios planes de asesinatos discretos en su mente, fue hasta el lugar en el que quedaron, esperando a que el otro acabara para poder empezar a hablar de lo que le angustiaba. Los minutos pasaban a convertirse en una hora y sin rastro de Larry. Su pie golpeteaba el suelo con impaciencia y cuando al fin se había decidido ir a buscarlo es cuando llegaba el omega. Como la vez anterior desvió su mirada, sentándose en la silla mientras jugueteaba con su camisa en una forma de calmarse.


<< Es adorable>>


- ¿Qué ha ocurrido Larry? ¿Para qué me citaste aquí?- Su voz sonaba tranquila, esperando a que el otro confiará en él. Tardó un par de minutos antes de levantar su mirada.


- Quiero que rompas la marca.- Su voz había sonado llena de decisión.


- ¿Qué?- La sorpresa por otro lado invadía la suya, no podía estar hablando en serio, ¿verdad?


- Rompe la marca.- Su voz sonó un poco más clara, acercándose a él.- Tienes que hacerlo.


- No.- Su voz sonó dura, viendo la sorpresa ajena.


- ¡¿Por qué?!- La sorpresa había pasado a ser desesperación y eso le dolía. Le dolía que Larry no deseara estar con él.


- Ahora eres mi pareja, asúmelo.- Se levantó dispuesto a dar por terminada la conversación pero Larry no pensaba igual.


- ¡No!- Su mano se aferro a su muñeca, desesperado.- No puedes estar hablando en serio.


- ¿Por qué debería de mentir?- En un ágil movimiento hizo que el cuerpo contrario estuviera tumbado en el sofá, él se colocó entre sus piernas, apresándolo entre sus brazos. Pudo notar con satisfacción como se estremecía.- Hablo muy en serio.


- No puedes.- Su jadeo trataba de sonar duro pero fue más bien excitante para él, que llevaba deseando días volver a tocarlo.


- ¿Por qué no? Eras libre, tú mismo deseaste que te tocará y marcará.- Sus ojos chocaron, viendo como los que se empezaban a perder en los suyos propios retornaban a la vida acompañados de un ceño fruncido.


- Esto no está bien.


- Es natural.- Lo dijo con simpleza, enterrando su rostro en el cuello contrario.


- ¡No lo es!- Su voz sonaba alterada, tratando de alejar al Alfa pero su aroma lo estaba enloqueciendo- Yo estaba en una relación.


- Que no iba a funcionar.- Por un momento estuvo a punto de gruñir al recordar a la otra Alfa pero se contuvo a tiempo. Debía hacerle ver a su lindo omega que estaban hechos para estar juntos.


- Iba a hacerlo.- Susurro, bajando un poco la mirada.- Además, se supone que estás muerto. Tienes que liberarme.


- NO.- Su voz sonó dura, apartándose para levantar el rostro contrario. Al ver las lágrimas caer se impresionó, suavizando su expresión para acunarlo entre sus brazos de forma conciliadora.- Siempre estaré contigo, nunca dejaré que te hagan daño.


- Pero…


- No hay peros, Larry.- Lo cortó, acariciando su pelo.- No voy a cortar la marca, ahora eres mío. Debes hacerte a la idea. No dejaré que te marches, si lo haces iré tras de ti y te traeré de vuelta, a mi lado.


Lo apretó con algo de fuerza hacia sí, levantando su rostro para chocar sus labios en un suave beso, viéndolo cerrar sus ojos hasta que comenzó a corresponder su beso. Ahora, oficialmente, era suyo y jamás lo dejaría ir. Y Larry lo sabía, lo había visto en su mirada, ya nada podía hacer más que resignarse, quizás…algún día le dejará ir o quizás…podría llegar a ser correspondido.

Notas finales:

Espero que os haya gustado esta continuación, yo creo que no ha quedado muy mal, ¿no? Bueno, cada uno tiene su propia opinión aunque seguramente ya teníais vuestra propia versión de como conrinuaría XD


Bueno, ¿âctualizaciones? PAra mí ya es miércoles aunque para los demás puede ser martes...yo actualizaré, pues entre el martes y miércoles antes de irme a dormir en mi país (como he hecho con todos los fanfics hasta ahora).


Espero poder veros pronto nwn ¡bye!


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