Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Y ante todo, ¿por qué él? por Miraku

[Reviews - 118]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, es un gusto nuevamente publicar algo en originales.

Espero, enormemente, que te agrade este pequeña pero agradable historia.

Sin más, a leer:

El escenario estaba por completo a obscuras. Sólo se escuchaban los gritos de los fans aclamando por sus ídolos y por más. Y por fin, la música comenzó a escucharse. Tenues luces avisaban que los integrantes de la banda estaban presentes. Sus siluetas se veían a través del brillo y el humo blanco. El constante retumbar de la batería que se componía de tres bombos y algunos pedales de confianza como los “death smash”; varios tambores de nota sol, uno de guerra, decenas de platillos y miles de cosas imposibles de mencionar con precisión resonaba en todo el lugar; la guitarra rítmica marca “Rickenbacker” de cuerpo semisólido de color negro con blanco, llevaba el camino de la guitarra líder que se trataba de una “Fender Mustang” con pastillas en posición fuera de serie de color aguamarina oscuro y un golpeador con estilo ajedrez. Y éstas estaban siendo acompañadas por un bajo estilo “Danelectro” con forma de cithara haciendo varios ‘slaps’. Y por fin, el vocalista entonó. Todos gritaron de emoción al ver que Henri, el cantante, comenzara la canción, con una sola luz blanca apuntándolo directamente dejando ver su rostro y singulares vestimentas. Los dos guitarristas y gemelos, Tony y Luther, uno rítmico y otro líder, poniéndole vida a la sonata, viéndose a penas un poco. El bajista y más misterioso de todos: Charlie, dando ritmo y profundidad. Y, por supuesto, la razón por la cual aquella banda era realmente famosa y reconocida: el bateristas y fundador; el alma, el rompecorazones, muy atractivo y deseado: “Vinx”. Bueno, así es como él se hace llamar, porque, en realidad, su nombre real es Andrew.
            Los fans gritaron emocionados y comenzaron con coros a seguir la letra de la canción. Tanto hombres como mujeres cantaban y gritaban cuando Henri caminaba por el escenario entonando con su magnífica voz, usando su peculiar forma de vestir, combinando lo roquero con lo antiguo. Luther ponía la piel de gallina a los presentes con su forma de tocar las cuerdas, creando solos con bendings expresivos, bastante potentes y poderosos. Los integrantes coreaban a Henri. Y, claro, la forma de tocar de Vinx era única, rápida, con muy buen ritmo, llevando el camino de la canción. Nuevamente: el concierto fue un éxito total. Ésa había sido la última canción. Y así, se prendieron todas las luces, se presentó a quienes estuvieron a cargo de la producción del espectáculo, invitados especiales, y obviamente los integrantes. Los cinco amigos se pusieron al frente del escenario e hicieron una reverencia. Todos aplaudieron. Y así acabó aquella noche.

¿En quién nos centraremos en esta historia? Bueno, en el chico más espontáneo, extrovertido, sinvergüenza, arrogante y muchos más adjetivos para calificar a una persona sin escrúpulos o tacto de la banda “CaNniBaL”: Vinx. Un tipo apuesto, sí, loco, sí, talentoso, sí, con sentido común, no. Era fácil de ubicar, su peculiar apariencia no puede pasar desapercibida. Alto, muy alto, y con unos peculiares ojos verdes de mediano tamaño, oscuros como el pasto bajo la sombra, siempre cargando un brillo singular y travieso. Una sonrisa larga y ladina –donde siempre cuelga una perforación de aro en su labio inferior de la parte derecha–, en afán de siempre querer burlarse de todo (y lo hace). Su cabello era una melena lacia, normalmente uno pensaría que hasta él se lo plancha, largo hasta media espalda cortado en diversas capas desniveladas, típico de un roquero y rompe reglas, con un color castaño sumamente claro, uno lo llegaría a tomar como rubio; así que dejemos que el color de su melena es como el chocolate de leche. Su piel era bronceada y su cuerpo duro y marcado. Y si no fuera por su forma de vestir digno de un asaltante con mucho estilo, actuar y hablar, todo el mundo creería que Andrew es un buen chico. Pero debemos recordar algo muy importante durante esta historia: Las apariencias engañan.
            Los medios de comunicación conocen a Andrew como alguien que no sabe qué son las reglas. Siempre le encanta crear controversia, ir contra las reglas y lo correcto, sonreír cuando se encuentra detenido (bueno esto último sí habría de qué preocuparse, ¿no?). En fin, Andrew es alguien incontrolable. Y sobre todo, hay algo que se le conoce muy bien de él: su irremediable “homofobia”. Siempre que se toca el tema de la homosexualidad con él era un verdadero caos. Vinx se asquea al instante. Para que así, él explote y, luego comienza a decir cosas sin sentido, pero, por sobre todo, en su mirada se puede apreciar el claro sentimiento del miedo y repugnancia. Era una simple y jodida locura. ¿Miedo a que un homosexual le haga algo? Puede ser, ¿miedo a convertirse en homosexual? También puede ser.

Y ahora, volviendo con lo primero que estabas leyendo, la banda CaNniBaL había acabado otro increíble repertorio. Siempre era lo mismo: se avisa la nueva y próxima fecha de presentación de la banda, se ponen en venta los boletos, venden todos los boletos, se llena el lugar, se presentan, tocan sus más representativas canciones, hacen payasadas con o sin sentido, hablan con el público, siguen con la presentación, se despiden, y se van. Una y otra vez, siempre es igual (claro variando una que otra cosa, pero nada relevante). ¿Pero, qué más da? De todas formas, a los fans siempre les gusta la forma de tocar, ser y divertir de tan agresiva e incontrolable banda. Un muy buen negocio, ¿no?
            —Hermanos, hoy logramos lo imposible —avisó Andrew mientras está de espaldas a sus compañeros.
            —Andrew, no empieces, por favor. Siempre es lo mismo —contestó un cansado Henri mientras tomaba una botella de fría agua—, ¿será que alguna vez hagamos algo diferente?
            —Eso no suena nada mal, mi gran amigo Henri —esa era un voz diferente a la de todos los integrantes de la banda. Pues claro, se trataba de su manager: Alexis.
            Si quieren saber un poco de Alexis, bueno algo fácil a resaltar de él, es que él no es lo clásico que se ve en un manager, no, Alexis también rompe la reglas. Normalmente ubicamos a los managers como personas algo avanzadas de edad, con sobrepeso, vasta experiencia y conocimiento, carácter enojón y muy mandatario, canas y que no soporte a su banda y/o cantante. Pero no, ese no es para nada Alexis. Sólo podemos salvar de la descripción anterior que tiene mucha experiencia e inteligencia en la materia pero, de todo lo demás, estamos muy mal. A Alexis se le podría hasta confundir como otro integrante de la banda CaNniBaL. Extravagante y con desalineadas ropas, cabello rebelde y largo, guapo y con un tornillo faltante. Sí, definitivamente es el perfecto para esa banda.
            —Alexis, ¿a qué se debe tu grata sorpresa de molestarnos tan pronto? —El tono sarcástico que usó Andrew era palpable en el aire.
            —Muy sencillo. Chicos, digan adiós a los conciertos y grabación de discos por un rato, tenemos un nuevo proyecto que les podrá gustar.
            Todos los integrantes no dijeron nada y por su mente trataban de que sus cerebros procesaran toda la información. ¿No más conciertos? O sea que, ¿no más fiestas? Y eso da el resultado de: ¿no más chicas?... ¿¡En qué carajos está pensando su manager?! No podía hacerles eso; no, espera, sí puede hacerlo, Alexis está a cargo de ellos. Lástima, adiós a su típica rutina de locura y alcohol.
            Y al ver las caras de sorpresa de los chicos, Alexis no pudo evitar soltar una muy sonora carcajada. Y es que era inevitable, sus rostros, en esos momentos, son un gran poema.
            —Y no, no estoy jugándoles una broma. Esto es verdad —sonrió Alexis, mientras veía fijamente a los chicos. Pero en especial a uno.
            Andrew estaba desesperado, no quería que su hermosa vida de roquero se vea pausada por algún estúpido proyecto, ¡no, no y no! Él era el líder de la banda, él decidía si sí se aceptaba o no lo que sea que Alexis estaba a punto de ofrecerles. Pero aun así, Andrew ya estaba listo para negar y seguir con su “perfecta” vida.
            —Bueno —decidió contradecir Andrew con esa tranquilidad que lo caracteriza a pesar de su desesperación por la situación—, para que hagamos ese dichoso proyecto, debemos aceptarlo, firmar tontos papeles con muchas letritas, y hacer esos aburridos negocios que tú conoces y un muy largo y tonto etcétera, ¿comprendes lo que digo, Alexis? Sería más fácil si tan sólo nos quedamos justo como hemos estado hasta ahora. Es más, esta propuestita tuya me dio la inspiración para hacer algo fabuloso...
            —¿De veras?  —Respondió el guapo manager con sarcasmo—. ¿Y a qué te inspiré?
            —A escapar, adiós.
            Y antes de darse cuenta, Andrew se salió del cuarto donde todos se encontraban tras bambalinas. Alexis sonrió con sorna, pues todo lo que intente Vinx sería una completa pérdida de tiempo. El trato ya estaba hecho y todo estaba listo para comenzar a trabajar. Si Andrew no se presentaba sería una gran pérdida de dinero. Esos malditos papeles verdes mueven al mundo por medio de los negocios y Alexis ya tiene un nuevo y muy abundante flujo monetario con éste. Si los integrantes de la banda quieren seguir pasando una vida llena de lujos y caprichos innecesarios, debían seguir a las órdenes de Alexis. Sencillo y muy poderoso es el mundo capitalista, oferta y demanda, CaNniBaL son parte de ese movimiento económico, una mina de oro para el medio de la cultura, arte, entretenimiento y escándalo.
            Henri suspiró rendido ante la patética huida de su mejor amigo: —¿En dónde debemos vernos mañana, Alexis?
            El manager le sonrió con complicidad al atractivo vocalista de la banda. Era un alivio que de cinco chicos, sólo uno fuera el verdadero problemático (sí, ese chico es Vinx).
            —Los quiero a todos mañana en las oficinas de Ony Music Re:cords a las once y media de la mañana, ni un minutos más ni un minuto menos. El proyecto será interesante, ya lo verán. Además, necesitan cambiar de aires... en especial Andrew...
            Con esa última frase que fue dirigida más para el mismo Alexis que para los demás, el hombre los miró sonriendo y los dejó. A partir de ese momento lo que hagan esos cinco no era su problema. Ya mañana se vendría lo bueno.
            Henri volvió a suspirar y sonrió en dirección por donde se fue su Manager. El chico volteó a ver a sus amigos y los miró con esperanza...
            —Ni creas que te vamos a ayudar a convencer a Andrew a que vaya mañana a esas dichosas oficinas —dijo Luther sin siquiera mirar a Henri. El guitarrista principal estaba más ocupado jugando con el cabello rojizo de su adorado gemelo.
            —Charlie...
            —Olvídalo. —Contestó tajante el bajista mientras bebía de una lata una fría cerveza.
            Ahí se acabó la esperanza, de nuevo y como siempre, Henri tendría que ir solo en busca de su amigo, hablar con él, convencerlo y traerlo de vuelta antes del día siguiente a las once y media de la mañana. De nuevo... él irá solo... solito y sin nadie más. Pero no importaba cuánto intentara convencer a sus holgazanes amigos, la respuesta sería siempre la misma: No.
            Henri salió del predio donde se presentaron y se dirigió al estacionamiento para sacar un bonito coche de color negro y arrancar en busca de su amigo (el cual tuvo la muy inepta y estúpida idea de llevarse consigo el autobús donde ellos se transportan en pequeñas giras dentro de la región). Si el tonto de Andrew llevaba el gigante transporte, no sería tan difícil encontrarlo. Además, siendo Henri su mejor amigo, ya sabía dónde podría estar para liberar esa frustración que le provocó su jefe. El lago de aquella mediana ciudad que vio crecer a los cinco integrantes de CaNniBaL.
            Al llegar al pequeño y viejo puente que daba vista a aquel lago, Henri suspiró complacido. No podía ser una broma encontrar la gigante camioneta con el logo de su banda mal estacionada en un lugar para discapacitados, ocupando tres espacios hacia la horizontal, y que no fuera obra de Andrew. Cuando vio al chico alto y rubio viendo hacia el lago con gesto serio pero calmado, Henri volvió a suspirar feliz. Sin pensarlo más, estacionó, como pudo y tuvo espacio, el carro junto al autobús. Al salir, el viento frío golpeó su cuerpo y un escalofrío le recorrió el cuerpo entero. Vinx estaba usando un pantalón de mezclilla bastante holgado y agujerado, además de una playera blanca sin mangas, probablemente tendría frío. Henri se quitó su gabardina con un estilo semejante al de un cirquero del siglo IXX y cuando estuvo cerca de su mejor amigo, se la puso encima de los hombros, al menos eso bajaría el frío de aquella helada noche. De todas formas, su chaleco y camisa abrigaban más que una simple playera rota.
            —¿Alexis te envió por mí, verdad? —Preguntó Vinx sin agradecer el noble gesto de su amigo y sin dirigirle la mirada.
            —En parte, sí —comenzó su amigo mientras observaba la mítica imagen nocturna del lago—. Pero, como tu mejor amigo, es mi deber evitar que te metas en más problemas de los que ya has estado. Me preocupó que te hayas ido de esa forma. Andrew, te conozco muy bien, y sé que eres alguien que no escapa así como así de lo que sea que se te interponga, ¿por qué lo hiciste ahora?
            Andrew sonrió, era cierto, Henri es su mejor amigo: —...Me aterra la idea de un nuevo proyecto...
            —¿Acaso escuché bien?, ¿escuché que un nuevo reto te da miedo...?
            Andrew golpeó en burla el hombro de su dramático amigo.
            —Sí, me aterra la idea de que ese proyecto de verdad cambie nuestras vidas... Yo no quiero salir de esta rutina, no está nada mal y me la paso increíble. No nos falta nada y a la gente le encanta nuestro trabajo, ¿por qué habría que modificar eso?
            —Tú mismo lo dijiste, Andrew, a la gente le encanta nuestro trabajo. Si quieres seguir impresionando a la gente con tu trabajo, varía la forma en que lo transmites. Busquemos juntos nuevas formas de seguir encantando a la gente. Que no te dé miedo el futuro, amigo, ¿sabes? A mí igualmente me aterra el nuevo proyecto, nadie sabe nada sobre él más que Alexis. Por eso, hay que atrevernos, no conozco a nadie más atrevido que tú, así que algo como un simple proyecto misterioso no debe ser nada, ¿verdad?
            —Si no fuera porque eres gay, y me da asco eso, te abrazaría. —Dijo sin ni un ápice de vergüenza Andrew.
            Henri rodó los ojos, conocía a su mejor amigo.
            ¿Irónico, no? El mejor amigo y centro de confianza del baterista de CaNniBaL era nada más y nada menos que un hombre al que le atraen los hombres.
            Desde que eran jóvenes, ambos chicos han vivido aventuras juntos; se conocen prácticamente desde que Henri llegó a la ciudad sólo con su madre y el sueño de salir adelante. Andrew se atrevió a hablarle y fue la mejor idea del mundo. Encontró a su mejor amigo que lo acompañaría por tantos años y que en la actualidad lograron su sueño colectivo: crear una banda de rock. Juntos lograron lo que parecía lejano e imposible.
            Andrew, desde joven, fue educado a mano recta. Cosa que no le gustó ni sirvió de nada, pero algo que siempre se le quedó marcado como un mantra dentro de su mente: era que el hombre nació para la mujer, y la mujer para el hombre. Su “homofobia” fue creada a base de ideas tercermundistas del siglo pasado, donde siempre le han pintado a las distintas preferencias sexuales a la heterosexualidad como algo imperdonable. De toda su dura y estricta educación, lo único con lo que Andrew se quedó fue con esas ideas clasistas. Así que cuando descubrió a Henri, siendo ambos de la tierna edad de catorce años, besando a otro chico de la misma escuela en donde ambos asistían, no hizo peor actuación que volverse loco y gritar un montón de incoherencias a quien se supone es su mejor amigo, casi su hermano. Henri se desilusionó. Pensaba que así como siempre Andrew le apoyaba en lo que sea, le apoyaría con sus preferencias; “en lo que sea” se convirtió en un “casi en lo que sea”. Más sin embargo, Andrew no se alejó de Henri, empujó su “homofobia” en lo más profundo de su alma, y continuó siendo su mejor amigo. Todo volvió a la normalidad. Sólo que ahora Henri era quien se encargaba de controlar en cuanto podía a Vinx y su tonta “homofobia”. Había momentos en los que hasta Andrew olvidaba las preferencias de Henri, porque, a fin de cuentas, el chico vocalista no dejaba de ser ese chico que es su mejor amigo, su casi hermano...
            —¿Y bien?
            Andrew volteó a ver a su amigo sonriendo tenuemente, buscando respuesta a esa pregunta que Henri le acababa de disparar. El baterista estaba bastante distraído con otras cosas que olvidó la razón de su enojo.
            —¿Contamos con el fundador de CaNniBaL mañana en las oficinas de Ony Music Re:cords?
            —No queda de otra. De todas formas, si no voy yo, no lograrían hacer nada, soy la llave maestra a todos lados.
            Henri sonrió complacido y empujó a su amigo por la tontería que escupió para luego irse en dirección contraria. Lo único audible en esos momentos eran los rápidos latidos de Henri, llenos de euforia y alegría, y la risa (más bien, carcajada) de Andrew. Esa noche, de ser fría pasó a ser sumamente cálida... Definitivamente Andrew era el mejor amigo de Henri y viceversa.

Tan sólo faltaban cinco minutos para que sea la hora acordada de la llegada de la banda CaNniBaL a las oficinas de una de las empresas de música más influyentes del mundo: Ony Music Re:cords. Y para sorpresa de su manager, el siempre apuesto Alexis, los cinco chicos ya se encontraban allí, listos para entrar a una sala de reuniones y descubrir su nuevo futuro temporal (o quizá, definitivo...). Era una maravilla, Andrew se encontraba allí, y lo más extraño es que el chico no se encontraba ni ebrio ni crudo, estaba completamente sobrio tomando un café que le ofrecieron las chicas del enorme edificio. Obviamente eso fue obra de Henri. Ya después Alexis le agradecería personalmente eso.
            —Perdonen que tuviéramos que dejarlos fuera de la sala —llegó de sorpresa una bella chica de estatura baja y bonitos ojos acaramelados—, sólo que la sala aún no estaba completamente limpia, pero ya lo está. Por favor, síganme.
            Andrew no tardó en adelantarse a todos los demás y acercase a la chica con traje de oficina. La chaparrita no estaba nada mal, y Andrew no se ha acostado con un buena y linda mujer desde hace... ¿una semana, supongo? Si la chica caía, era obvio que esa noche tendría algo más que hacer aparte de dormir. Con dulces palabras y miradas encantadoras, la chica ya sonreía como tonta y su sonrojo delataba la intensa atracción sexual que le provocaba el muchacho de ojos verdes.
            —Andrew controla tus hormonas de puberto —Henri jaló de la chamarra al nombrado y le susurró enojado—. Deja concentrarte en cómo saciar a tu pequeño Andrew y mejor concéntrate en este trabajo.
            —Pufff, celoso. —Respondió sin darle importancia a las amenazas de su amigo ante su descarado coqueteo con la linda chaparrita. Igual, la chica ya cayó ante él.
            La mujer los condujo hasta el frente de una enorme puerta de madera brillosa. Inconscientemente, los cinco integrantes de la banda silbaron por la elegancia del lugar. La chica abrió la puerta en dos y dejó a esos seis pares de ojos curiosos ver una bella sala que, en vez de tener la aburrida mesa larga con sillas en ambos extremos, tenía una cómoda estancia con varios sillones alrededor de una mesa, en la pared en frente de la puerta había una mesa con cafetera, galletas y botellas de agua para el pasar de la reunión (nada que realmente sea del antojo los chicos, porque Vinx ya trae en mano su cafecito), la pared izquierda fue reemplazada por un enorme ventanal con vista a la atareada vida de aquella ciudad y un poco más debido a la altura, una alfombra azul que insonorizaba los pasos, unas macetas en cada extremo del lugar y una enorme pantalla de plasma de 45 pulgadas de alta definición. De verdad que era un lujo esa salita.
            —Bien, pueden pasar a sentarse, en un momento llegará las personas a cargo de su venida. Cualquier cosa, estoy a su total disposición.
            ¿Leyeron eso? “Estoy a su total disposición” la chica ya se entregó en bandeja de plata para el tonto baterista de CaNniBaL.
            No pasaron ni cinco minutos cuando por la misma puerta entró un hombre guapo, alto y fornido, y junto a él llegó dos chicas más: una vestida como su fuera la secretaria del hombre y la otra como si fuera una universitaria. Pero, esa última chica no era nada fea, Andrew no pudo evitar echarle el ojo, además de que ese rostro se le hacía vagamente familiar.
            El hombre, como si conociera a la banda desde hace muchos años, extendió los brazos y sonrió complacido de tenerlos aquí.
            —Por primera vez, en mi oficina, la banda CaNniBaL está de visita y no solo eso sino que han venido para un interesante proyecto. Me imagino que su manager ya les comentó sobre esto, ¿no es así?
            —Cincuenta, cincuenta, McGiffen, apenas ayer en la noche les avisé...
            —Debí suponerlo siendo tú, como sea, aún  no podemos hablar de negocios, falta gente.
            —¿Quiénes faltan? —Se atrevió a preguntar con obviedad Andrew—. Estamos todos aquí.
            —No es así, Vinx —respondió McGiffen sonriendo—. Falta alguien más.
            Y como si lo hubiera invocado, de la puerta de madera, que se volvió a abrir de forma abrupta, apareció la mayor pesadilla de Andrew: el DJ del momento, Hinata. Un chico de la edad de Andrew, o quizá menor por tres o cuatro años que él, que ha estado teniendo un gran subidón de fama con su música (música electrónica, enemiga del rock), contribuciones con cantantes sexys y candentes y que Andrew ha querido conocer (esto lo niega por la vergüenza de que no ha tenido oportunidad) y escándalo que provoca. Así es: el chico se declara abiertamente homosexual. Y no sólo eso, sino que es un adicto al sexo. Jamás se le ha visto con una pareja estable por más de tres meses. En definitiva, era la molestia del día a día de Andrew. Han tenido míseros encuentros y ambos terminan peleándose por cualquier razón. Esto debía ser una broma.
            —¿¡Qué hace este mariquita aquí!? —Exaltó el baterista sin vergüenza.
            —Ni creas tanto, Vinx —respondió el chico sonriendo con sorna—, a mí tampoco me agrada la idea de trabajar contigo, pero el trabajo es trabajo.
            —¿Qué?
            —Así es —comenzó McGiffen—. El proyecto es que trabajen juntos para hacer una banda sonora original.
            Esto tenía que ser una jodida y muy estúpida broma por parte de Alexis. Ese maldito Hinata no podía estar ahí, por favor, que alguien golpee a Andrew y, si puede, que acabe con su existencia. Antes muerto que estar con un homosexual como ese DJ.

CONTINUARA
#$%#$%#$%#$%#$%#$%#$%#$%
Perdón por las faltas de Ortografía.

Notas finales:

Espero que les haya gustado este primer capítulo, me gustarpia saber sus opiniones que son muy bien resividas. 

¡Nos vemos a la próxima!

Los Quere Musho, Miraku, SAYO~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).