La vida es una perra sin corazón que siempre trata de molestarte en cualquier pequeño momento que se le presente y eso le paso a mi familia.
La familia Park siempre ha sido seguida por la mala suerte y tiene una maldición en la que cada 100 años, nace un niño que es invisible e intangible para todos menos para sus padres y el amor de su vida quien es el único que puede romperla al tener una unión de amor.... pero si no lo encuentran, terminan muriendo a los 22 años, ya que ese es el tiempo límite que les da la maldición para encontrarlo.
Mi nombre es Park Jimin y tengo 21 años, nací con esta estúpida maldición...hasta ahora me la he pasado vagando por todas las calles poniéndome frente a las personas, pero siempre me atraviesan.
Nunca nadie logra verme... y creo que nunca nadie podrá hacerlo....
Caminaba por la calle sin preocuparme por ver hacia adelante de todos modos, las personas me atraviesan, no tengo que preocuparme por chocar con alguien en esta multitud de personas apuradas por llegar rápido a sus trabajos.
Fui al parque al que siempre voy y camine hasta llegar al otro extremos y salir de él hasta llegar a una parada de autobuses en la que estaba un chico pelinegro sentado con sus audífonos puestos, me pareció muy lindo y me senté a su lado observándolo hasta que llegó el bus en el que se iba supongo ya que se puso de pie quitándose los audífonos, yo lo hice también y me quede a su lado viéndolo lo cual me pareció extraño ya que a veces me mira en mi dirección y eso debe de ser imposible, después de un rato el bus llego y se detuvo frete a él.
- eres muy lindo - dije cuando el acomodo su mochila sobre su hombre y el bus abrió la puerta para que el subiera.
- gracias - dijo girando su cabeza hacia mí - tú también - dijo guiñando el ojo haciendo que me sonrojara y mirara hacia atrás pensando que le hablaba a alguien más, no había nadie más aquí sólo una anciana que estaba como a 6 metros y no creo que se lo haya dicho a ella, volví mi rostro hacia adelante pero él ya había subido el bus y las puertas estaban serradas, el bus arrancó y yo solo me quede observando cómo se iba, aunque haya intentado ir tras él y detenerlo hubiera sido en vano, el bus jamás se hubiera detenido ya que el conductor ni ninguno de los demás pasajeros se hubiera percatado de mi perseguir el bus, solo lo deje ir, a él, mi única salida de esta miseria.
Mire el suelo mientras suspiró metiendo las manos en los bolsillos de mi sudadera, me percaté de una billetera que está tirada en el piso justo donde estaba aquel chico ase un momento, decidí recogerla y abrirla para ver a quien le pertenencia, dentro de ella estaba un carnet de biblioteca que al parecer es de una universidad bastante importante con la foto de aquel pelinegro a nombre de Min Yoongi.
-Supongo que la vida no es tan mala-digo sonriendo para mí mismo