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Nightmare por Aomame

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Nightmare

Lo vio caer. Era la primera vez que lo veía desplomarse de esa manera. Lo había hecho sin control y  fuertemente. Vio la sangre salpicar por unos segundos, como pintura en aerosol color rojo. Gritó su nombre, pero no escuchó respuesta. Corrió.

Nunca antes había sentido tanta desesperación como entonces. Su corazón martilleaba tan fuerte contra su pecho, que eran sus latidos lo único que escuchaba. Corrió, golpeó, volvió a correr. ¿Cómo es que se había separado tanto de él?

“Puedo cuidarme solo”

—¡Steve!—saltó el último tramo que lo separaba de él —¡Steve!

“Lo sé. Pero el punto es que, no tienes que hacerlo”

—Bu…cky

Steve giró el rostro, el casco se había zafado de su cabeza y pudo ver que tenía heridas por todo el rostro, y un hilo de sangre resbalaba por la comisura de sus labios.

—Steve—Bucky, jadeó. Miró a su alrededor. Necesitaba ayuda, pero todos en ese momento necesitaban ayuda—. Tranquilo, saldremos de esta.

Steve esbozó una tenue sonrisa, que desapareció muy pronto. Su traje estaba manchado de sangre y lo más alarmante era, que las manchas se hacían más y más grandes. Bucky no sabía qué hacer, intentar contener una hemorragia era inútil, cuando eran tantas. ¿Dónde estaba Sam? ¿Dónde Natasha? Caray, incluso ¿dónde estaba Stark? Cualquiera de ellos servía, cualquiera de ellos podría ayudar.

—Hey, no pongas esa cara—Steve aún podía hablar, aun cuando la sangre se acumulaba en su garganta.

—Buscaré ayuda, sólo espera un poco—Bucky estaba por ponerse de pie, cuando Steve le sujetó la muñeca, no lo hizo con fuerza y fue eso lo que asustó a su amigo.

—No, quédate—le dijo—. Ya no hay tiempo.

—¿De qué hablas? Claro que lo hay. Saldrás de esta. Ya lo verás.

Steve le sonrió y con su otra mano, empujó su escudo hacia él.

—Toma. No confío en nadie más.

—No. ¡No!—Bucky sintió las lágrimas acumularse en su ojos, se pasó el dorso por ellos para limpiarlas, pero fueron sustituidas muy pronto por otras—. Dijimos… dijimos que estaríamos juntos hasta el final de la línea, Steve.

—Así es, Bucky… Hey, no llores. Está bien—volvió a sonreírle—. Hasta aquí llega mi línea.

Bucky negó una y otra vez, y en cada una, Steve, le dijo que estaba bien, que todo, todo estaría bien. Y de pronto, calló. Sus ojos había quedado ligeramente abiertos, el azul brillante de sus pupilas se había opacado, como si una luz interna se hubiera apagado. Y Bucky sintió que una luz propia, también se apagaba, algo dentro de él se hacía trizas.

—Steve… no —sollozó y se dejó caer sobre la estrella ensangrentada del pecho de su amigo—No te vayas, Steve… no me dejes, Steve…

 

 

 

—¡STEVE!—Bucky  se incorporó de golpe. Había sido un sueño o, más bien, una pesadilla. Se tocó el pecho con la mano derecha y pudo sentir los latidos de su corazón, tan agitados como su respiración.  Levantó la vista hacia el techo e intentó encontrar la calma. Pero todo su cuerpo estaba helado, sudado y temblando. Seguía llorando sin darse cuenta.

Apartó las sabanas con un movimiento torpe y se puso de pie. Se sentía inestable, entumido. Y no sólo era por aquel sueño, lo acababan de  descongelar. Eso era seguro. ¿Pero por qué? ¿Algo le había pasado a Steve? Sí, seguramente algo había pasado.

Atravesó varias salas sin que nadie se cruzara en su camino. Pero cada que encontraba una habitación aledaña, se asomaba en busca de alguien. En especial, si ese alguien era Steve. El miedo, la desesperación y la sensación de vacío, fueron llenándose de ira. Cada paso que daba inflamaba su ánimo. No podría perdonar a Steve, si había ido sólo algún lado y había… no, lo regresaría a la vida, sólo para matarlo de nuevo. Sí. Lo estrujaría con sus propias manos, lo apuñalaría hasta que se desangrara y después, después él mismo…

—¿Bucky?

Sus pensamientos se detuvieron, cuando escuchó la voz de Steve a sus espaldas. Todo el enojo y todos los pensamientos psicóticos se vinieron abajo. Y cuando se giró y lo vio, el miedo, la desesperación y el dolor, fueron sustituidos por alivio y tranquilidad, fue como poder respirar de nuevo. No respondió, se acercó a él y lo abrazó con su único brazo. Ojalá tuviera dos, no importaba de que material fuera él otro, tan sólo quería estrecharlo cerca y fuertemente.

—¿Estás bien? Dime que estás bien—exigió colgando de él. Steve también lo abrazó, aunque había dudado un segundo, puesto que habría esperado todo de Bucky, menos un abrazo.

—Estoy bien, Bucky. ¿Tú estás bien?

—No se te ocurra irte—fue su respuesta—. No sin mí. Oíste.

Steve no entendía nada, pero asintió de todos modos.

—¿Qué sucede, Bucky? ¿Tuviste un mal sueño?

Entonces, aflojaron el abrazo y Bucky pudo ver el azul de los ojos de su amigo, brillante y hermoso tal como lo recordaba.

—El peor.

—Está bien, Bucky, sólo fue un sueño.

—No dejaré que te vayas.

—No me iré.

Steve sonrió y apretó el hombro de su amigo con la mano.

—¿Qué tal un vaso de leche? Te ayudará a conciliar el sueño de nuevo.

Bucky negó sin apartar la mirada de la de su amigo.

—¿Te acompaño a tu habitación? ¿Tienes miedo de que salga un monstruo de debajo de tu cama?—Bromeó y casi, Bucky, sonrió.

—¿Dónde estás tú?

—¿Yo? Aquí—Steve señaló justo  la puerta que estaba a su izquierda—. ¿Quieres quedarte conmigo?

—Sí—Bucky no esperó invitación, entró en la habitación y se sentó en la cama.

Steve lo siguió, estaba un tanto extrañado por el comportamiento de su amigo, pero no podía culparlo, el descongelamiento era una cosa muy rara. Se sentó a su lado en el borde de la cama.

—¿Quieres hablar de lo que soñaste?

Bucky negó. No tenía palabras para el horror que había visto en sueños y menos aún, quería revivirlos.

—Fue peor que lo que me hicieron—fue toda su descripción acerca de la pesadilla.

 La imaginación de Steve voló muy lejos. Quiso abrazar a su amigo, pero se quedó en medio del movimiento, sabía que Bucky no reaccionaba muy bien al contacto físico, aunque lo soportara de vez en vez. Fue el mismo Bucky quién completó el movimiento. Necesitaba abrazar a Steve, sentirlo cerca, escuchar su respiración y los latidos de su corazón. Necesitaba tener la seguridad de que Steve seguía ahí, a su lado como siempre.

Minutos después ambos conciliaron el sueño. Se durmieron uno al lado del otro, apretados en aquella cama que era para uno.

La pesadilla no volvió. 

Notas finales:

Wola! Espero que les haya gustado. 

Todo mundo dice que en Infiny War mi amado Steve morirá. Me resisto  a la idea (estoy en negación). En fin, creo que Bucky sufrirá tanto como yo o más. 

Ya van dos one shots que escribo en los que  tienen convesaciones sentados en la cama... escribiré una serie que se llame: Conversaciones al borde de la cama... No me hagan caso, desvario XD 

Hasta la próxima! 

 

 


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