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Festival de Tanabata por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Yugi-oh! Y sus personajes no me pertenecen. Si fuera así Yami no se hubiera ido y terminaría estando con Yugi, igual que Ryou con Bakura y Malik con Marik.
Además Tea se iría al tártaro por p*rr* xD.
Denle like a mi página de face, se los agradecería un montón, allí se entraran sobre los fics que subo y cuando actualizo, también subo imágenes de Yugioh =3 
https://www.facebook.com/pages/DanyNeko/786629491430778?ref=hl

—Atem, pásala —le gritó Yami a su gemelo.

—Bakura, por la derecha —indicó Akefia a su hermano menor, mientras ambos trataban de robarle en balón de soccer al tricolor de piel morena para poder lanzarlo a donde Malik les hacía de portero.

—Les encanta andar de un lado al otro ¿verdad? —Dany. La hermana mayor de los tricolores, regresó al patio de la casa de Ryou y Malik, donde todos se habían reunido esa, inusualmente fresca tarde de verano, con una bandeja que tenía varios vasos de limonada con hielo.

Más atrás de ella el albino mencionado llegaba igual.

—Sí. Tienes razón —contestaron a la vez de forma distraída los mellizos Motou, Yugi y Hikari, quienes miraban de forma atenta a los tricolores que jugaban frente a ellos.

Hikari, a diferencia de su hermano, tenía el cabello corto, ligeramente ondulado, que enmarcaba su rostro y ojos color café, de color negro con puntas moradas.

Dany se río al ver a sus amigos embobados con sus hermanos. La azabache podía ser tan celosa como cualquier hermana mayor, pero los Motou eran sus amigos, los conocía bien y le caían de maravilla, lo suficiente como para aceptarlos a ambos para sus hermanos.

Aunque el pequeño tricolor y la bicolor se sonrojaron cual tomates al tocar el tema.

— ¿Alguien quiere limonada? —ofreció Ryou con una dulce sonrisa.

—Hey chicos —gritó Dany, quien tenía su largo pelo negro atado en una coleta alta —tómense el medio tiempo y vengan a por un vaso antes de que se caliente.

Yami, quien ahora estaba peleándose el balón con Bakura, lo detuvo entre sus pies y lo pateó hacia atrás, para que Malik lo atajara — ¡Está bien, nee-san/Dany-nee! —contestaron a la vez ambos tricolores y Bakura.

Los seis jugadores se aceraron a la bandeja para tomar sus bebidas, jadeando por todo el rato que llevaban jugando.

—Realmente no entiendo a los hombres —suspiró Dany con gracia, sentándose de piernas cruzadas en una silla —para un día que no hace tanto calor y ustedes se ponen a correr como perros locos.

—Precisamente eso tenemos que aprovechar, nee-san —contestó Atem —cuando haga más calor no vamos a querer mover ni un músculo.

—No es nuestra culpa que tú usualmente no muevas un dedo —lo apoyó su gemelo menor, sentándose al lado de Yugi.

La azabache infló las mejillas, enrojecidas de indignación ante las risas de sus hermanos. Akefia advirtió esa forma graciosa en que fruncía la nariz al enfurruñarse —les recordaré eso la próxima vez que les dé una paliza en el Just Dance.

Ahora fue Bakura quien se río de los gemelos oji-vino al molestarse por el comentario de la mayor.

—Creo que juegas muy bien, Yami —le comentó Yugi al chico del que estaba no-tan-secretamente enamorado, para apaciguar un poco la situación.

—Gracias Aibou —le sonrió a su amigo, olvidándose por completo de su hermana y tomando un gran trago de la fría limonada.

Atem se sentó junto a su novia, Hikari, quien también lo distrajo fácilmente antes de que pudiera hacerle otro reclamo a la pelinegra.

Akefia se sentó al lado de Dany mientras Malik iba junto con su primo Ryou y Bakura se quedaba con Marik cerca de su hermano y la azabache, todos a la sombra, disfrutando de la ligera brisa que soplaba de vez en cuando.

—Hikari ¿si vendrás con nosotros al festival?

— ¿Festival? —repitió Ryou.

La bicolor miró a su novio, consiguiendo un asentimiento, antes de responderle a su amiga —sí ¿por qué no? Será divertido —le sonrió, entrelazando su mano con la del oji-vino mayor.

—Genial, Rose y yo iremos en dos días de comprar para conseguir unas yukatas nuevas para esa noche.

Hikari suspiró, con una pequeña gotita en su sien —entonces me prepararé mentalmente para pasarme todo el día en el centro comercial —la bicolor conocía bien a su amigas, tenían cierta obsesión con las compras.

— ¿De qué festival hablan? —preguntó Ryou.

—Oh, del Festival de Tanabata —le respondió Dany —este año habíamos pensado ir a verlo juntos en Hiratsuka* —se recostó en el hombro de Akefia con una dulce sonrisa.

— ¿De qué va ese festival? —preguntó ahora Malik.

—Es también llamado el festival de las estrellas, se celebra el día siete del séptimo mes —explicó la azabache.

—Se hace para conmemorar la leyenda de Orihime —continuó Hikari.

— ¿Podrían contarnos esa historia? —pidió Yugi a su hermana menor, pues la desconocía asi como Ryou y Malik, y a jusgar por las miradas, Yami, Bakura y Marik tampoco sabían al respecto.

—Desde luego, Yugi —le sonrió la azabache —bueno hay varias versiones, ya que se celebra en diferentes partes del mundo, como en China, también en Brazil… pero aquí va la que más se cuenta en Japón.

>>La leyenda habla de Orihime*, hija de Tenei*.
Ella tejía telas espléndidas a orillas del río Amanogawa*.  Su padre estaba encantado con su trabajo y ella trabajaba duramente día tras día para tenerlas listas, pero a causa de su trabajo la princesa no podía conocer a alguien de quien enamorarse, lo cual la entristecía enormemente.

Preocupado por su hija, su padre concertó un encuentro entre ella y Hikoboshi, un pastor que vivía al otro lado del río Amanogawa. Cuando los dos se conocieron se enamoraron al instante y, poco después, se casaron. Sin embargo, una vez casados Orihime, comenzó a descuidar sus tareas y dejó de tejer para su padre, al tiempo que Hikoboshi prestaba cada vez menos atención a su ganado, el cual terminó desperdigandose por el Cielo. Furioso, el Rey Celestial separó a los amantes, uno a cada lado del Amanogawa, prohibiendo que se vieran <<

— ¡Eso es horrible! —interrumpieron a coro Ryou y Malik, sonrojándose ligeramente cuando todos les miraron, pero fueron apoyados por Yugi y Hikari.

—Tienen razón chicos, es muy cruel —concordó Dany.

Ahora la bicolor continuó con el relato de su amiga.

>>Orihime, desesperada por la pérdida de su marido, pidió a su padre el poder verse una vez más. Su padre, conmovido por las lágrimas de su hija, accedió a que los amantes se vieran el séptimo día del séptimo mes, a condición de que Orihime hubiera terminado su trabajo. Sin embargo, la primera vez que intentaron verse se dieron cuenta de que no podían cruzar el río, dado que no había puente alguno. Orihime lloró tanto que una bandada de grullas vino en su ayuda y le prometieron que harían un puente con sus alas para que pudieran cruzar el río. Ambos amantes se reunieron finalmente y las grullas prometieron venir todos los años siempre y cuando no lloviera<<

— ¿Qué pasaba si llovía? —preguntó esta vez Bakura, adelantándose a Ryou.

— ¡Dah! Las aves no pueden volar bien en la lluvia, por eso evitan hacerlo —le contestó Akefia a su hermano —y si se trata de las estrellas en sí, cuando llueve no se pueden ver por las nubes oscuras.

Dany asintió a las palabras de su pareja —Así es, por eso, cuando se da esa circunstancia, los amantes tienen que esperar al año siguiente para reunirse.

—Eso es muy triste —exclamó Ryou.

—Pero también es muy romántico —acotó Malik, volviendo a sonrojarse al notar, en especial, la mirada de Marik sobre sí.

—Hablando de romántico —Dany le dirigió una breve mirada a Akefia —hay varias tradiciones para esa fecha —dijo con una sonrisa traviesa.

—Es verdad, yo he escuchado algunas —la siguió Hikari, evitando ver a los ojos vinos de Atemu.

— ¿Tradiciones? —repitió Ryou — ¿de qué tipo?

—Pues, para las parejas, la buena fortuna en el amor o… llamar la atención de quien amas —le dirigió un discreto guiño a Yugi.

— ¡Cuéntennos! —pidió Malik, con un inocente brillo de emoción en la mirada.

—Bueeeeeno… —Dany se llevó el dedo índice bajo el mentón y elevó la mirada al cielo, como haciendo memoria —pues, hay quienes dicen que si duermes con una foto de tu amada o amado bajo la almohada, le verás siempre en tus sueños.

— ¿Ah sí? —el menor de los peli cenizos ladeó la cabeza con curiosidad.

 —Una tradición muy común es la de escribri deseos, a veces en forma de poemas, en pequeñas tiras de papel para colgarlas en ramas de bambú —añadió Hikari —el bambú y otras decoraciones a menudo se colocan a flote sobre un río o se queman tras el festival, sobre la medianoche o a la mañana siguiente.

—Oh, y también dicen que si usas en el meñique una cinta del color favorito de tu amado o amada su amor será eterno —narró Dany.

—También es de buena suerte llevar una cinta con papeles de colores incrustados —completó Hikari —y las grullas de papel llaman a la seguridad familiar, salud y larga vida.

— ¿Entonces irán a Hiratsuka? —preguntó Bakura, ya habiendo terminado su limonada.

—Sí —afirmó su hermano —está a más o menos una hora en tren.

— ¿Por qué no me habían dicho nada, hermanos? —se quejó Yami, mirando con reproche a su gemelo — ¡Yo también quiero ir!

—Y yo también —se sumó Yugi de inmediato, mirando a Hikari con un pequeño mohín.

Las chicas no pudieron más que asentir.

— ¿Les importaría si también vamos con ustedes? —preguntó dulcemente Ryou, por él y Malik.

—Claro que pueden venir, serás más divertido —aceptó Dany.

— ¡Entonces yo también voy! —reclamó Bakura de inmediato, atrayendo la mirada de Ryou —no me quedaré aburrido en casa mientras tú te vas de festival —se defendió, quejándose con su hermano, quien gruñó en resignación; Dany no le dejaría negarse, con lo que quería ella a Bakura.

—Yo voy contigo —Marik palmeó el hombro de Bakura en apoyo. Los ojos de Malik brillaron al oírlo.

—Está dicho —exclamó Dany, levantando ambos brazos al cielo con energía —Kefi, Atemu, ya tienen compañía para ir a comprar las yukatas.

Los mencionados suspiraron.

El festival de este año pintaba de ser muuuuuy interesante.    

Continuará…

 

Notas finales:

*Hiratsuka es una ciudad de la prefectura de Kanagawa, Japón; localizada en las costas de la Bahía de Sagami, en Kanto.
*Orihime: La Princesa Tejedora.
*Tentei: Rey Celestial.
*Amanogawa: la Vía Láctea.


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