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La historia de un perro y su amo. por gabusolleks

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-Seguro que ¿quieres hacerlo?- el hombre lo miraba escéptico, preguntaba para asegurar que el chico no se arrepintiera de lo que iba hacer.

-¿Qué?...digo si.- contesto el rubio por inercia se encontraba divagando en sus pensamientos solo quería terminar e irse de una vez.

-Te daré 5000.00 yenes por el deck realmente todo el dinero es gracias a tus ojos rojos las demás cartas no valen mucho.- le menciona el hombre revisando de nuevo las cartas las veía sin el menor interés  

-¿No podría pagarme un poco más?- pregunto suplicante, no le parecía justo el trato, si no fuera por  necesitaba ni siquiera estaría en ese lugar. 

-Es todo lo que te puedo ofrecer chico tómalo o déjalo.- Joey supo que no podría hacer que cambiara de opinión, aprovechaba la desesperación del rubio a su favor.

-Está bien, está bien.-acepto sin estar completamente convencido y ¿Cuánto me darías por mi disco de duelos?- dándoselo  

- Primero necesito verlo.- El rubio le entrega el objeto el señor lo inspecciona minuciosamente después de un rato le contesta

-5000.00 solo por ser uno de los primeros modelos, actualmente no se encuentran muchos de estos en tan buen estado como el tuyo.-

-Gracias.- dijo con condescendencia falsa,  hablando entre dientes, tomando el dinero de mala gana.

Salió de la tienda con el presentimiento de lo habían estafado pero ya era tarde para arrepentirse, el cielo estaba nublado caminaba demasiado lento, no quería llegar tan rápido a casa estaba demasiado perdido en sus pensamientos que no prestaba atención a su alrededor.

No fue fácil tomar aquella decisión después de todo esas cartas valían mucho para él les tenía un gran cariño sentimental, en especial su dragón de ojos rojos, gracias a ellas consiguió ser uno de los mejores en el reino de los duelistas a pesar de que las probabilidades de ganar eran nulas, venció a oponentes fuertes consiguiendo respeto incluso a regañadientes el de Kaiba, con ellas ayudo al faraón a salvar el mundo, cada carta de esa baraja era especial para él y ahora las vendía, dando sus días como duelista terminados .

¿Por qué vender sus cartas? Su madre hace unos días le hablo por teléfono diciendo que se le acabo el dinero del concurso él le respondí que ese ya no era su problema ya le había ayudado más de lo necesario, al menos solo por Serenity.  Tenía gastos con que lidiar como la renta a  pagar, aunque no quisiera el alcohol de padre ya que este tomaba el dinero sin que se diera cuenta,  con lo poco que le quedaba apenas le alcanzaba para conseguir alimentos.  Su madre no sedería tan fácilmente, importándole poco sus necesidades le dijo que Serenity necesitaba medicinas, aquello le hizo aceptar en darle el dinero que le estaba pidiendo aunque era mentira el pensar que a su hermana le faltara algo era algo con lo que no soportaba lidiar.

No podía pedir prestaciones en su trabajo se las había acabado, su amigo Yugi no estaba mejor situación  la tienda de su abuelo ya no es tan prospero negocio como en otrora época, con la llegada de los videojuegos era muy escaso conseguir clientes, todo eso lo llevo a decidir en vender sus cartas.

Sin darse cuenta llego su casa, las luces estaban apagadas no había nadie ahí, lo más probable es que su padre se fue a beber con algunos amigos y no regresaría hasta ¿quién sabe cuándo? Podían pasar semanas enteras sin ver a su padre, realmente lo que hiciera le daba igual de todos modos ya era mayor para cuidarse solo.  

El refrigerador no contenía ningún alimento pero tampoco es como si tuviera mucha hambre, solo quería recostarse y esperar a que el día terminara  fue uno de los más duros de su  vida pero antes de llegar a su habitación que recibió una llamada que le hizo salir a toda prisa de su casa.

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 -Dime ¿Qué hiciste? Pregunto exasperado Joey viendo a su padre que se encontraba acostado en la cama de su celda provisional.

-Nada.- contesto relajado mirando a la pared.

-Me estás diciendo que me hablaron,  vine  hasta acá a altas horas de la noche solo porque no hiciste nada.- pronuncio con incredulidad fingida arto de la actitud de su padre.

-Exacto, se mete a gente inocente a la cárcel todos los días sin ninguna razón supongo que tengo mala suerte.-

-Tú no eres de eso así que dime ya que hiciste o no podre sacarte de aquí.- trato de razonar Joey con él,  intentando  recordar en qué momento de su vida se habían invertido los papeles en donde él se volvió el adulto y su padre el niño.

-Fui a beber con unos amigos.- hablaba su padre sin despegar la vista del techo arrastraba las palabras seguía ebrio como le habían dicho los policías que lo encontraron.- no recuerdo muy bien cómo empezó todo  pero termine dándome de puñetazos con alguien destruimos algunas cosas un policía trato de detenerme le rompí la nariz y heme aquí.

¿Cuándo dejaras de hacer estupideces y comportarte como el hombre que debes ser? Le reclamo Joey. Para sacar a su padre debía que pagar una fianza pero lo que tenia era para su madre ahora con este imprevisto todo se le iría a la mierda.

¿Por qué no me has sacado de aquí? Ignoro la pregunta que le hizo su hijo poniéndose de pie para encararlo.

 

-Será  por qué no cuento con el dinero necesario para tu fianza, tal vez debería dejar que tu pudras en la  cárcel, no me sirves para nada ni siquiera para ser un buen padre,  no te necesito, puede que si te quedas aquí se te quito lo estúpido.- le contesto con sorna sonriéndole con superioridad.

-Si hicieras eso entonces una llamada anónima a las personas adecuadas me quitarían tu patria potestad y te llevarían a un orfanato, aun eres menor estarías en ese lugar hasta cumplir la mayoría de edad después de todo no puede estar sin la tutela de un adulto.-

La sonrisa de Joey fue cambiada por un gesto de desagrado tenia razón aunque no quisiera aceptarlo tendría que sacar a su padre de ahí. Ahora el que sonreía era el mayor de los Wheeler.

-No cuento  con el dinero.- soltó sin mucho ánimo  

-Eso no es asunto mío te doy tres días para que me saques de aquí o llamare a las autoridades  te quedo claro, no me eres de utilidad si yo estoy aquí adentro.- el rubio mayor se recostó de nuevo en la cama, dando la conversación por terminada.

-No tienes ni la menor idea de cuánto te odio papa.- le dijo Joey viéndolo con desprecio el cual iba creciendo al ver la risa burlona de su padre.

Salió del lugar enfurecido, estaba desesperado no sabía qué hacer contaba con ese dinero para darse a su madre, y con lo que sobrara pagar la renta atrasada o si no lo correrían le dijo el dueño pero como siempre su padre tenía que arruinarlo todo.

Lo daría todo por ti es una de las frases más usadas por las personas. El ya había dado todo y ahora no le quedaba nada y aun así no  fue suficiente necesitaba dar mas pero ¿Qué?

No se le ocurría nada,  ninguno de sus amigos podrían ayudarle le  daba pena pedirles ayuda.  Tea ahorraba para  pagar su escuela de baile, Mako juntaba para comprar un barco y ser pescador, Tristan no contaba con un trabajo no tenía la necesidad. En resumen estaba solo.

Una idea absurda se le vino a la mente no necesariamente debía  ser uno de sus amigos quien pudiera ayudarlo conocía a alguien a quien le sobraba el dinero. El solo pensar eso le parecía humillante pero si no hay otra solución dejaría su orgullo a un lado al menos por esta vez

Notas finales:

Una amiga me dijo sería un milagro que terminaras de escribir algunos de los que escribes es gracioso porque es verdad.

A mi parecer no escribió también pienso que hago los escritos de una mala telenovela pero bueno a quien no le gusta una mala telenovela, así que para los que me leen no abandonare ninguno de los fic, esto es solo mi contribución al puppy que es uno de mis shipp favoritos.


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