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Los Designios Del Destino por princesadehielo

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Un pelinegro caminaba por la calle, mientras los últimos  rayos del sol desaparecían, el frío traspasaba su camisa de vestir,  más sin embrago aquello no le molestaba.

Su mente iba dispersa, metido en sus propios pensamientos.

Hoy había tenido una cita con un chico, muy idiota cabe destacar, pero todo fue un fracaso, simplemente no funcionó.

Era su cuarta cita del mes y sin embrago parecía que nada le convencía, no pedía mucho, solo a alguien que fuera capaz de ver más haya de las apariencias, de su apellido, pero no había nadie así, siempre era igual, apenas decía su apellido las personas comenzaban a tratarlo como si de un dios se tratara.

El clan Uchiha era muy conocido, demasiado y aquello le afectaba, todas las personas que conocía no lo veían a él, veían a un Uchiha más, jamás lo veían a él, veían su apellido.

Un suspiro escapó de sus labios, ¿Que estaba haciendo mal?, ¿Porque no podía encontrar a alguien que lo amara realmente?

A sus veintidós años seguía sin una pareja estable, apesar de ser uno de los más codiciados.

Continuo su camino, sin saber que le depara a él destino.

***

Su cabello rubio, estaba disperso en la almohada blanca, su celular sonó por sexta vez, tentando a su dueño.

Sus ojos azules, inundados de tristeza, esa tarde había terminado con su novia y era ella la que no dejaba de marcar, aumentando su dolor.

Dio otra vuelta en la cama, buscando una posición cómoda para conciliar el sueño, pero era en vano, su mente lo traicionaba, llevándolo a recordar momentos que ahora eran dolorosos.

La radio estaba encendida con el propósito de ahuyentar aquellos recuerdos, pero no funcionó, sonó de pronto una canción romántica en la radio, y aquello fue la gota que derramó el vaso.

Se levantó de la cama, se puso un Pans y sus tenis, con frustración paso sus dedos entre sus cabellos rubios y tomo las llaves de su departamento.

Tal vez una caminata nocturna le ayudaría a conciliar el sueño.

***

El rubio caminaba sin rumbo fijo, respirando el aire fresco de la noche, el celular en su bolsillo seguía sonando, fastidioso decidió sacarlo y contestar los mensajes.

El pelinegro iba inmerso en sus pensamientos, tal vez solo debía esperar a encontrar la persona adecuada.

Los dos caminaban por la calle, que pronto llego a su fin.

El azabache giro en la esquina, aún metido en sus pensamientos.

El rubio aún estaba contestando los mensajes, con la vista fija en el celular.

Y el destino conspiró para juntarlos.

Ambos, distraídos, chocaron sin querer, el celular cayó al suelo y sin ver al contrario se dispusieron a levantarlo mientras murmuraban una disculpa.

Una mano canela se encontró con una blanquecina, ambos levantaron la mirada, azul y negro se encontraron, como la noche y el día.

El rubio lo vio fijamente y el azabache suspiro inconscientemente.

— Sasuke — susurro el de ojos azules, un tanto sorprendido.

— Naruto — su tono era bajo, lo suficiente para que solo ellos escucharan apesar de que eran los únicos en la calle a aquella hora.

El azabache tomo el celular y lo entrego a su dueño, este sonrió agradecido y ambos se levantaron.

— Cuanto tiempo sin vernos — comento el rubio con una sonrisa.

— Desde que salimos de la preparatoria — contesto el de ojos negros, sonriendo a su viejo compañero.

Jamás de llevaron bien, era poco lo que sabían del otro, al estar en grupos distintos era poco lo que llegaban a hablar, pero, por alguna razón, el destino los había vuelto a juntar en aquella noche solitaria. O quizás solo era una casualidad. Una bella casualidad.

— Te gustaría ir a tomar un café — le invito el rubio, sonriendo nervioso.

El azabache levantó una ceja, con una sonrisa de lado, poniendo más nervioso al de ojos azules.

— Digo, es noche, hace frío y sirve de que conversamos un poco — explico el rubio más nervioso.

El azabache río bajito — Está bien — contesto con una pequeña sonrisa, que dejó al Uzumaki embobado.

El celular quedó olvidado en su bolsillo, vibrando sin cesar, pero ya no tenía ganas de contestar.

Dos extraños bailando bajo la luna,
Se convierte en amantes al compás
De esa extraña melodía
Que algunos llaman destino
Y otros prefieren llamar casualidad.

El lugar era cálido, llenado por risas y bromas de ambos, sentados junto a la ventana.

Y la luna fue su fiel testigo.

***

Los días siguieron pasando, las citas se hicieron continuas, entre juegos y risas, entre llantos y abrazos, un beso y una declaración fueron los que iniciaron con aquella relación.

La pasaban muy bien juntos, no importaba la situación, si era juntos en la casa de uno de los viendo películas o en el parque sentados en una banca comiendo helado, mientras fuera con su amado no importaba.

Aprendieron a reír por cualquier cosa, aprendieron a sufrir cuando el otro sufría, aprendieron a apreciar los pequeños detalles, aprendieron a valorar las virtudes y los defectos, aprendieron a amar, amar con locura.

Los días se hicieron semanas y las semanas se hicieron meses.

Y el destino siguió su curso.

***

Los dos estaban recostados en la cama, cubiertos por una sabana blanca.

Naruto jugaba con los mechones de su cabello, mientras él, recostado en su pecho, trazaba figuras  sin forma sobre su abdomen.

— ¿Donde estuviste tanto tiempo amor? — preguntó el rubio, sonriendo — Te estuve buscando por mucho tiempo, tropecé tantas veces y algunas fueron muy dolorosas, hasta que finalmente pude encontrar al amor de mi vida, pude encontrarte Sasuke.

— Lo siento — susurró el chico con una sonrisa, conmovido por las palabras del rubio — Estaba ocupado aunque para ser sincero no entiendo en qué.

***

El mundo siguió girando, los ríos siguieron su cause, la noche se hizo día pero la luna seguía ahí, observando a los dos atenta.

Fue testigo de sus peleas y reconciliaciónes.

Estuvo presente en cada cita.

Los vio desvelarse pensando en el otro, siendo ella su acompañante.

Fue la primera en saber el regalo qué prepararon para el otro en su primer año de noviasgo.

Río fuerte al ver la hermosa casualidad, los dos regalaron un pequeño animalito qué representaba al contrario, Naruto consiguió a un lindo minino(¹)  color negro, tan orgulloso cómo su futuro dueño; y Sasuke logro conseguir un zorrito color naranja oscuro, de ojos grandes y juguetón, al verlo no podía evitar pensar en su amado.

La ironía fue qué ambos, el gatito y el zorro  llevaran tan bien cómo sus dueños, jugueteando, corriendo, peleando y protegiendo al contrario, al final del día ambos terminaron dormidos en una almohada, juntos.

La luna fue la que vio aquel romance que trascendió através del tiempo.

Pero no todo es de color de rosa.

El destino tenía una sorpresa para ellos, pero no todas las sorpresas son buenas.

***

Una invitación llegó a su puerta, una ex compañera los invito a una fiesta, no imaginaron que esa fiesta cambiaría su vida.

Ambos acordaron ir y así fue, los dos estuvieron presentes.

Una chica de cabello rosa y ojos verdes los recibió, ella era una vieja amiga de Naruto, la chica resultó ser alguien amigable y dulce, un poco atrevida, al intentar insinuarse al azabache hasta que su relación salió a la luz.

Lo que parecía una tranquila fiesta se transformó en un total desastre, lo que era una bella convivencia se tornó una locura. Los jóvenes bailaban con la música a todo volumen, alcohol y drogas por todos lados, parejas besando con desesperación, un ambiente que el Uzumaki no desperdicior03;.

Una promesa hecha hace tiempo quedo en el olvido, hacía tanto que no tomaba.

«—Un tragó no hará daño —» Pensó.el chico. Pero un trago no fue suficiente.

El alcohol seguía llegando, los vasos ya no eran suficientes, tomando directo de la botella, el líquido embriagante pasaba como agua por su garganta, 1, 2, 5, 10, 20, y perdió la cuenta, las botellas estaban regadas en el piso, pero que importaba, era una fiesta y había que disfrutar.

El Uchiha no se quedaba atrás, el alcohol y algunas pastillas que le dieron fueron suficientes para hacerle perder la razón.

Sus bocas se encontraron, en una clara súplica, se deseaban, pero la gente no les dejaba disfrutar y en silencio acordaron irse juntos de ahí.

Dos extraños bailando bajo la luna

Las puertas fueron abiertas, las llaves fueron puestas, el motor del auto rugió al instante, la euforia aumentaba con cada kilómetro, el acelerador era pisado hasta el fondo y la velocidad solo lograba emocionar a ambos.

Se convierte en amantes al compás

Las risas y juegos, con el alcohol de por medio, las casas pasaban como borrones frente a sus ojos, el azabache solo podía pedir que acelerará y el rubio no hacía más que complacer sus órdenes.

Las luces de frente lo cegaron, el pitido quedó grabado en su mente, el chirido de las llantas y un dolor indescriptible le regresaban a la dura realidad y sus ojos negros pudieron ver los zafiros azules por una vez más.

De esa extraña melodía que algunos llaman destino.

Recordaba escuchar las sirenas de los patrullas y las luces rojas de la ambulancia, sentir su cuerpo liviano, como si estuviera flotando y una extraña humedad en su cuerpo, podía escuchar gente ir y venir, no entendía nada. Pronto todo se volvió negro, los gritos se oían lejanos, y la voz de su hermano llamándolo se hizo presente en su mente.

— Sasuke, despierta.

Era tan… real, como si él estuviera ahí.

Recordó con ligereza estar acostado en una camilla, el sonido de la ambulancia atormentado sus oídos y el olor a medicamentos llenando sus fosas y después… nada, la oscuridad regreso.

Y otros prefieren llamar casualidad.

***

Desperto de su letargo, los párpados le pesaban, pero luchaba contra el cansancio para poder seguir consiente.

El blanco de las paredes y el techo le abrumaban, el olor a medicamento inundaba el lugar, podía escuchar una especie de máquina pitar a cada segundo, la lámpara destartalada, que colgaba en el centro del techo, se movía de un lado al otro con extrema lentitud.

Con pesades, logro sentarse sobre la cama en la que estaba, pudo ver los catéteres incrustados en su mano, administrando suero y otro liquido que no pudo identificar.

Pronto los recuerdos llegaron de golpe a su mente, desesperado, arrancó los catéteres(²), nesecitaba respuestas y pronto.

El aparato a su lado emitió un sonido agudo, las enfermeras entraron de golpe a su habitación.

Y baila sin que les importe nada,

El chico gritaba el nombre de su amado con fuerza, mientras las enfermeras trataban de contenerlo, sintió un pinchazo en su cuello* y todo se volvió negro.

De lo que pase al rededor.

Los días siguieron pasando, el reloj jamás se detuvo.

Le fue permitido pasear por los pasillos y ahí se enteró de lo que pasó, un choqué, un tráiler los saco del camino, el rubio perdió el control, el auto giro, cayendo por un precipicio, Naruto lo protegió, cumpliendo su promesa de siempre cuidarlo, pero resivio todo el daño.

Operación tras operación, tratando de salvar la vida del rubio, pero parecía inútil.

Sentado en una silla de metal, en total soledad, sus padres y su hermano murieron hacía ya bastante tiempo, no tenía a nadie más que a su amado.

Una chica de cabello rojo lloraba abrazado de otro joven con el cabello de igual color.

Entre su llanto pudo escuchar smel nombre de su novio, con debilidad se acercó a ellos, escuchando a la jiven balbucear

— El lo prometió, dijo que jamás lo volvería a hacer, ¿Porque si él lo prometió? — decía entre lágrimas la pelirroja.

El de  pelo negro se acerco a ellos, atrayendo la mirada del pelirrojo mayor.

Y bailan 
Y la gente que los mira va creyendo en el amor

***

Sasuke se sentó en la banca, su aura deprimente y con la cabeza baja.

«— El era alcohólico —» las palabras de la pelirroja aún resonaban en su mente «— Él se curo y prometió jamás volver a tomar — » aún podía verla llorando mientras pronunciada esas palabras y aquello no hacia más que encogerle el corazón.

Naruto jamás le contó aquello, tal vez por qué no estaba orgulloso por eso, pero…

No, no podía pensar en reproches, no era el momento, su novio se estaba debatiendo entre la vida y muerte.

Dos extraños bailando bajó la luna

El doctor apareció en el pasillo y vio al joven que se mantenía sentado esperando saber algo del rubio.

Se convierte en amantes al compás

El azabache levantó la mirada para verlo súplica te pero el doctor solo negó con la cabeza

De esa extraña melodía que algunos llaman destino

Lágrimas se juntaron en sus ojos y salieron libres como ríos sin cause mientras caminaba por el largo pasillo blanco, siguiendo al doctor.

Y otros prefieren llamar casualidad.

La puerta fue abierta y ahí, sobre una cama en el centro de la habitación estaba su novio.

Los ojos azules se centraron en él y lo vieron con tristeza y alegría mesclada, haciendo uso de la fuerza que quedaba susurro.

— Sasuke.

Continuara…

Notas finales:

(1) Minino : Gato
(2) Catéter: son las agujas con las que inyectan el suero por vía intravenosa.

*: Técnicamente esto es peligroso, ya que como se está moviendo la aguja puede reventar y quedarse dentro de su cuello, además de que si la persona que lo hace no tiene suficiente precisión puede clavar la aguja en otra parte y puede llegar a matarlo.

Hola chicos y chicas pues verán esto es para un reto literario del maravilloso, fabuloso, encantador (no, no hablo del príncipe encantador de shert ) grupo llamado: Shhh… SasuNaru NaruSasu dejo el link en la descripción.
Espero les haya gustado pronto la siguiente parte

Bay

 


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