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Feliz al fin por Dai-99

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Notas del fanfic:

Pareja principal: NaruSasu

Los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto. 

Notas del capitulo:

¡Hola! 


Es mi primera vez escribiendo de la pareja, en realidad tengo muchas ideas en mente pero esta fue la primera en concretarse. Espero que les guste, fue un momento de inspiración por la noche, aún así lo hice con mucho cariño. 


¡Feliz cumpleaños, Sasuke!

Cumpleaños.

 

El solo mencionar la palabra miles de recuerdos llenaban su mente. Pequeños flashback donde parecía feliz y que ahora parecían tan distantes, desgarrando su alma al casi poder escuchar la dulce voz de su madre cantando “cumpleaños feliz”, su hermano mirándolo con una sonrisa uniéndose al canto y su padre admirando todo con una pequeña sonrisa. Y él, a la cabeza de la mesa, mirando la torta preparada por Mikoto, esperando ansioso que la canción acabara para pedir su deseo y apagar las velas con la ilusión infantil de que este se cumpliría.

 

Reír era tan fácil en esos días. Los extrañaba. ¿Cómo no hacerlo si eran su todo? Añoraba a su madre, refugiarse en sus brazos, escuchar sus historias mientras él  recostaba la cabeza en sus piernas, sintiendo sus ojos pesar cuando las caricias en sus cabellos comenzaban. Le gustaba su olor a flores, un aroma ligero y suave, su hogar. Ella era perfecta. ¿Por qué morir de esa manera? ¿Cuándo tendría la oportunidad de volver a abrazarla? ¿Escuchar que todo iba a estar bien? Cuanto daría por volver a escucharla regañar de sus peleas con Itachi.

 

Itachi.

Su hermano mayor. Su meta. Su todo.

Dolía el solo recordarlo. Su muerte, sus últimas palabras.

 

“No importa lo que decidas hacer a partir de ahora, te amare por siempre”

 

No lo superaría jamás, lo sabía, no podría simplemente olvidarlo. Se odiaba a sí mismo y lo odiaba a él. Si le hubiera dicho todo desde el principio, si no le hubiera ocultado la verdadera razón de sus acciones, si le hubiera tenido confianza. Todo hubiera sido tan distinto, pero ya nada vale, así tuvo que pasar. Para su desgracia no pudo disfrutar más de su hermano, escuchar ese “Te amo” en otras circunstancias y no al borde de la muerte, poderle responder de igual manera, que tocara su frente y sonriera para él. Lamentablemente todo queda en un “si hubiera..”

 

De su padre no recordaba mucho. Siempre destacaba a Itachi, lo recordaba bien. Ese fue el impulso que necesitó para siempre querer ser mejor que su hermano mayor, destacar en clases, intentar ser el mejor. Aún así, no hubo tiempo para demostrarle nada, no cuando su clan estaba en cenizas y él era el único sobreviviente.

 

Odiaba recordar las palabras de lástima a su persona, el que lo miraran con pena. No lo soportaba, más viniendo de personas que no conocía y solo hacían que sus días fueran más solitarios. Repudiaba que se acercaran por lástima, lo detestaba con todas sus fuerzas.

 

Luego vino el equipo 7. Naruto, Sakura y Kakashi. En su soledad, era lo más cercano a una familia que tenía. Lo consideraban dentro de un grupo sin las miradas de pena por lo ocurrido. Naruto y sus constantes peleas le hacían olvidar por un tiempo el que por la noche llegaría a un hogar completamente solo.

 

Comenzó a odiarlo. Verlo tan firme en su idea de ser Hokage, sin rendirse, pensando en su futuro y en cómo lo llevaría a cabo sin nada que se interpusiera. Envidia. De su fuerza de voluntad, de la manera en la que influye en las personas, en su manera genuina de ser feliz a pesar del antiguo odio del pueblo por tener al Kyubi y sin madre ni padre.

 

¿Por qué no podía ser fuerte como él? ¿Por qué comenzó a dolerle cuando algo lastimaba a Naruto? ¿Cuándo comenzó a querer pelear a su lado?

 

Me volví débil.

 

Fue su respuesta. Comenzó a entrenar duro y a pesar de eso el rubio le superaba, caminaba por delante de él al igual que Itachi, y él solo podía observarlos, sus espaldas alejándose cada vez más, dejándolo atrás.

 

Irse fue su opción. Volverse fuerte y convertir al rubio en su rival, probarse que era el más fuerte. Romper todo lazo con el rubio y cumplir su venganza contra Itachi. Lamentablemente eso lo fue dejando aún más solo, mientras Naruto formaba lazos por todos lados, en cada aldea sumando amigos.

 

El empeño del rubio por hacer que regresara a Konoha le sorprendía y molestaba a la vez. Pregonaba de amistad y lazos que jamás rompería. En su última batalla se dio cuenta que no podía seguir huyendo de eso. De ese sentimiento profundo que sentía por el rubio hiperactivo que decía ser su mejor amigo. Era imposible escapar de él, romper lazos era tan difícil tratándose de él. Sin querer se daba cuenta, mientras lo veía desangrarse al igual que él por el brazo perdido, que le quería cerca. Que de alguna manera, Naruto llenaba aquel vacío que dejó la muerte de sus padres y hermano. Que aquel sentimiento de volver a querer tener una familia resurgió con fuerzas.

Nunca le había gustado llorar frente a otros, ladear el rostro como un cobarde para evitar que el rubio le viera. Tantas emociones en un mismo día era demasiado para él.

 

Sakura llego pronto y detuvo la hemorragia con  Kakashi detrás observando. El equipo reunido de nuevo, conversando. Todo normal otra vez.

 

Regresar fue algo complicado, un nuevo brazo lo esperaba al igual que al rubio. Una vez recuperado y con su nueva extremidad, decidió partir de nuevo ante la mirada asombrada de Sakura y Kakashi. Prometió volver, quería ver el mundo desde otra perspectiva, una donde no buscaba venganza sino recorrer y aprender nuevas cosas. Eso le ayudaría mucho, necesita encontrarse consigo mismo.

 

A la salida, Naruto le esperaba. Nuevamente prometió volver y cumpliría con su palabra. Fue difícil partir de nuevo, más cuando Naruto insistía en que se quedara un poco más, con un agarre firme en su brazo ahora vendado.  Pero no podía, necesitaba este tiempo para él.

 

Ya habían pasado tres años desde entonces.



Salió de sus pensamientos cuando unas manos grandes, morenas y callosas cubrieron sus ojos. No realizó movimiento alguno, sabía perfectamente a quién pertenecían.

 

Había estado distraído mirando por la ventana desde la cama, logrando a pena ver el rostro de los Hokages en la roca, había despertado de madrugada, el sol apenas estaba apareciendo. Quizás estuvo demasiado rato perdido en sus pensamientos.

 

-¿En qué tanto piensas? -Cuestionó el hombre tras él en un susurro mientras lentamente quitaba sus manos bajando estas por su cuello, brazos y por último ceñirse a su cintura en un abrazo suave, protector. Con su espalda pegada al torso cálido.

 

-En mi vida. - Fue su respuesta. Sencilla y sincera.

 

Le costó un poco acostumbrarse a ese tipo de cercanía, que nada más tenía con el rubio que ahora era su pareja. Después de un año fuera, había regresado a Konoha y como prometió, Naruto esperó pacientemente por él. En un comienzo había una amistad enorme, un lazo irrompible, eso lo sabía. Pero poco a poco, Naruto comenzó a confundirle, comenzó a necesitarlo, quererlo a su lado, continuar siendo su prioridad. Estaba asustado de sus sentimientos que nuevamente quiso huir, solo que esta vez sí lo detuvo. Claro que lo hizo, cómo no quedarse si el rubio había gritado desde la entrada de la aldea que me amaba y que estaba vez no me iría tan fácilmente. Fue vergonzoso, pero gratificante de saber que no era el único que sentía esto.

 

No fue fácil, tantos años separados, teníamos que volver a acostumbrarnos, un proceso lento por parte de Naruto que temía que volviera a huir si aceleraba las cosas. A los 6 meses ya éramos novios. Mentiría si dijera que aceptaron de inmediato nuestra relación. Es decir, el futuro Hokage estaba relacionado con un asesino. Eso hizo en un principio decaer los ánimos, pero pronto me di cuenta que esta era mi oportunidad de ser feliz y al igual que Naruto demostraría que merecía estar con él, que había cambiado, que no era un mal chico, si no que mi vida y las circunstancias me llevaron a tomar decisiones erróneas, pero no volvería a cometer ese error.

 

-Hey, de nuevo te fuiste. -Comentó en mi oído, giré el rostro para verlo. Su semblante estaba serio, sus ojos celestes brillando con preocupación. Admiré un momento su rostro y volví la vista al frente nuevamente.

 

-No es nada, solo recuerdos que vienen un día como hoy. -Le resté importancia al asunto. No quería volver a recordar, era feliz ahora. -Y deja de preocuparte, no va contigo Dobe.

 

-Si se trata de tí, claro que me preocupa. -Respondió a lo que resoplé con una sonrisa formándose en mis labios. Ese dobe siempre era así de cursi.

 

Llevé mi mano a mis cabellos para despejar mi rostro, pero me detuve a medio camino. Había un ligero peso extra en mi dedo, algo que antes no había estado allí. Mi mano se posó frente a mis ojos mientras observaba una pequeña esfera plateada rodeaba mi cuello. Mis ojos miraban incrédulos y confundidos en primer lugar, mi cerebro pronto procesó todo y ahora la sorpresa dominaba. Giré rápidamente encarando al rubio que lo miraba con una sonrisa y sus ojos brillantes de expectación haciendo aún más profundo el azul de sus ojos.

 

-¿Qué significa esto? -Aún incrédulo tuve que preguntar. Esto era… sorprendente y no quería llevarme una impresión incorrecta. No ilusionarme.

 

-Cásate conmigo.

 

Dos palabras. Que provocaron un vuelco en su estómago y que un rubor cubría sus pálidas mejillas. -¿Qué? Espera, ¿Estás… estás hablando en serio?

 

-Completamente ¿Aceptas ser mi esposo? -Fijó sus ojos en el anillo y nuevamente en los ojos del moreno. Su corazón latía rápido, fuerte. ¡Dios! Solo Naruto podía provocar eso con dos palabras. Sé quitó el anillo bajo la atenta mirada color cielo y lo miró detenidamente. La superficie era lisa y completamente impecable. Dentro, una inscripción “Kizuna” . Una simple palabra que para ellos significaba demasiado.

 

Lo colocó nuevamente en su dedo y se abrazó al torso del moreno, escondiendo su rostro en la curva de su cuello, su voz escuchandose ahogada. -Claro que acepto Dobe. Después de todo, si no lo hago, seguirás insistiendo.

 

Escuchó la risa de Naruto quien lo abrazó más fuerte. Sentía su rostro caliente, incluso sentía ese calor en sus orejas. Estaba nervioso y emocionado para que negarlo, pero no lo demostraría, no aumentaría el ego de su Usorantonkashi.

 

-Feliz cumpleaños. -Le escucho de nuevo. Se limitó a sonreír y cerrar los ojos cansado, las horas perdido en sus recuerdos le estaban cobrando factura. -Te amo.

 

-Yo a  ti.

 

Sasuke Uzumaki no sonaba mal.

 

Por fin la vida le sonreía.

Notas finales:

¿Les gustó? 

Espero recibir sus comentarios, críticas, tomates que luego daré a Ssuke(?). 

En fin, gracias por leer. Espero verlos pronto.


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