Luego de 6 años decidió que lo mejor era volver a su país, no tenía muchas más motivaciones que la tranquilidad de verse en su tierra, actualmente Jeon Wonwoo cargaba con la responsabilidad de ser un alto ejecutivo representante de la empresa de su padre en el extranjero. Hace tiempo decidió abandonar su antigua vida en post de los intereses de su familia.
Con 26 años, una exitosa carrera y más dinero de lo que se puede gastar en una sola vida, tomó rumbo a su país natal, el estrés al que estaba sometido sumado al “sobre cargo” extra que traía dentro lo habían terminado de convencer.
Wonwoo cargaba con un embarazo de tres meses y por recomendación médica debía descender su carga laboral o su presión arterial podría desencadenar en una perdida. No deseaba eso, si bien su criatura no fue planificada y el padre era un sujeto que conoció en un bar y jamás volvió a ver. No llevaba una vida alocada, pero de vez en cuando salía a beber por ahí, fue un pequeño desliz.
Ese niño era su única familia además de su padre, la noticia al principio no le hizo chiste, pensó en deshacerse de él, pero pasando algunos días la idea de compartir su soledad no se le hizo tan mala y hasta empezó a cuidar al “producto” de esa relación, de pronto ya no era la cosa molesta que le arrebataba la “libertad” si no que era su pequeño.
En todos esos años Wonwoo perdió el contacto con sus compañeros. Cuando se marchó tenía el corazón tan roto que de paso quiso borrar también a sus amigos, Seungkwan, Hansol, Seungcheol… con el único que mantuvo algún tipo de contacto fue con Jun, pero este no pasaba más allá de un correo electrónico de vez en cuando.
No tenía cara mirarlos a los ojos de nuevo, lo mejor era dejarlo como estaba, a Mingyu, su ex novio, le deseaba lo mejor, él era la razón por la que se alejó de todos, fue un abrupta ruptura.
Habían sido novios durante cinco años, vivían juntos y tenían una vida prácticamente armada, pero Mingyu decidió que ya no quería seguir con él, se enamoró de otra persona y lo dejó, todavía le dolía recordar esa confesión, trató de hacerse el fuerte, le dio las gracias y se marchó, haría lo que su padre siempre quiso que hiciera, manejar sus empresas en el extranjero, fue triste, porque no le dijo a nadie, simplemente huyó de su dolor como un cobarde, sin explicaciones , sin despedidas como una vil rata traidora jugando con los sentimientos de sus amigos, en esos momentos únicamente podía pensar en su destrozado corazón, en su futuro roto ¿Dónde estaba el proyecto que imaginó junto a Mingyu? ¿Una vida juntos? ¿En dónde quedaron los “Wonu te amo”? Nada era cierto, el amor de pareja no existía, por eso amaría a su bebé porque sería lo único verdadero, el auténtico amor como el que su madre le había tenido.
Volvió a su antigua ciudad de residencia, Seúl, ya había comprado un departamento, por orden medica debía estar con reposo por lo que inmediatamente colocó avisos para contratar personal que le ayudara en sus tareas diarias, para comenzar necesitaba a un chofer de confianza que transportara sus papeles desde su casa a la empresa, fue una dura entrevista, las expectativas de sueldo eran altas por lo que tuvo que descartar de un montón de candidatos, finalmente se decidió por el que creyó más idóneo, un chico de mirada seria, callado y expresión gruñona, se llamaba Lee Jihoon, lo escogió porque de todos era menos narcisista, había sido fotógrafo de una agencia de modas y si bien no tenía experiencia trabajando en el rubro su sexto sentido le indicó que sería el correcto, ya pasando dos semanas confirmó que no se había equivocado en escogerlo.
Semanas después cuando ya le era demasiado pesado comer comida chatarra y ocuparse de las labores de su hogar contrató a otro sujeto, era bueno trabajar con hombres, todo eras más simple y rápido, lo eligió por encima de un montón de señoras, no deseaba tratar con personas que le dieran ordenes, el chico estaba en estado de embarazo igual que él y se notaba que tenía problemas y necesitaba el empleo. El nombre de su nuevo subordinado era Xu Minghao.
Desde ahí todo fue mejorando un poco, ambos empleados eran excelentes, amaba la comida de Minghao, sobre todo con él la relación se hizo muy estrecha, este era bastante carismático, tenía un humor terrible, pero a veces lo hacía reír, también se mantenía al tanto de cuidarlo. A ambos les dio alojo en su residencia, ya que no sabía cuándo su condición podría empeorar.
Seguía sin querer saber de sus amigos, a Junhui le había dicho que volvió a Seúl, pero que no deseaba ser visitado, no comprendía bien su manera egoísta de actuar, pero por ahora pensaba que estaba bien, jamás se había despreocupado de sus compañeros, tenía un informante que le contaba cómo iba la vida de ellos, como todo un acosador, sin embargo no podía abandonarlos a su suerte, cada vez que a alguno le surgía alguna necesidad grande, pasaba algo y se solucionaba gracias a él, así fue con la enfermedad del hijo de Seungkwan, la deuda que le impedía a Hansol comprar una casa, etc. trataba de sentirse mejor compensando esos años de ausencia en sus vidas con cosas materiales, porque vaya de eso sí que tenía mucho.
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Minghao siempre le daba de merienda unos ricos dulces de fresa que compraba en una pastelería, no sabía porque, pero el sabor le daba nostalgia, hacía que sus papilas gustativas estuvieran en éxtasis, cada vez deseaba probar más de ese dulce sabor, no era tan aficionado a lo dulce, pero le traía lindos recuerdos, sí, evocaciones de su vida feliz con Mingyu, cuando este le contaba de su sueño de ser pastelero, sabía que lo había logrado y le ponía feliz, seguro era muy talentoso.
Se mantenía en silencio con respecto a su pasado, incluso cuando había logrado construir una buenísima relación que rozaba en la amistad con sus empleados.
Un día cuando Minghao organizaba sus cosas se encontró con una caja, que tiró por accidente al suelo, vio entre ellos un montón de recuerdos, el que más le llamó la atención fue una camiseta enorme que tenía un número nueve, sin duda era de un equipo de basketball, la preparatoria rápidamente Minghao recogió el contenido, habían fotos, cartas, etc. Seguramente eran del antiguo amor de Wonwoo.
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Cuando Minghao le contó sobre el problema que tenía con el padre de su hijo y le mencionó el nombre de este, casi se cae de espaldas, resultó que el sujeto en cuestión era el mejor amigo de Mingyu, Kwon Soonyoung, la vida insistía en juntarlo con personas que tenían que ver con su pasado, supo enseguida que Mingyu andaba cerca, Minghao le pidió el permiso para que este lo visitara, pese al temor aceptó, además el tipo nunca le cayó mal.
El día en que Soonyoung visitó su casa no pudo evitar que le contara sobre Mingyu.
—Es una coincidencia aterradora que nos rencontremos en esta situación.
—Sí, no hay problema en que vengas, eres bienvenido a mi hogar, pero déjame advertirte que si le haces daño a Minghao no seré considerado.
— No has cambiado nada, ¿Sabes? Mingyu todo este tiempo ha pensado en ti. —Al escuchar ese nombre se sobresaltó.
—Pues no debería, fue él quien me dejó.
— Está arrepentido.
—Pues qué bien.
— ¿Nunca has pensado en hablar con él?
— ¿Qué sentido tiene? él escogió su camino y yo el mío, estoy muy de acuerdo que visites mi hogar, pero te pido que no le vayas a mencionar nada de mí.
—Claro, seré discreto, aunque sienta que traiciono a mi amigo.
—Por favor.
—Él tiene un hijo.
— ¿Qué?
—Mingyu tiene un hijo. —Minghao que estaba cocinando escuchó esto, pese a que él y Mingyu hablaban jamás se dio por enterado.
—Qué bueno.
—Es adorable, se llama Bae, lamentablemente no vive con él, pero Mingyu está peleando su custodia. — Wonwoo se sorprendió demasiado, su informante no le había dicho nada de eso.
—Es… es una lástima.
—La madre lo utiliza para hacer que Mingyu vuelva a su lado, la verdad jamás ha querido al niño.
Wonwoo se quedó pensando, la situación del nene le daba lástima, también la de su querido Mingyu, pese a sus ganas de alejarse no podía evitar quererle y pensar en él, le dolía que lo estuviera pasando mal.
— ¿Es… es de la mujer por la que me dejó?
—Sí, la misma loca.
—O, ya veo.
—Sé que debes pensar que lo tiene merecido.
— Claro que no, es una lástima, pero, bueno… Soonyoung cuando vuelvas a venir hablaremos, debo meditar algunas cosas.
Soonyoung estaba al corriente de que Wonwoo era una persona criteriosa, se notaba que el amor que sentía por su mejor amigo todavía permanecía intacto, había visto sufrir a Mingyu y arrepentirse.
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Un buen día Wonwoo decidió que contactaría con sus ex amigos, fue una de esas decisiones que se toman con el corazón, dejando de lado los posibles reclamos que estos pudieran darle, e incluso exponiéndose a que le trataran mal por su egoísmo.
Al primero que contacto fue a Junhui, le envió un correo diciéndole que ya podían verse, tenía claro que le recriminaría por lo mal amigo que fue y eso que con él había sido más considerado que con el resto por ser su mejor amigo.
Luego replicó el mensaje al resto de los chicos, a todos menos a Mingyu, era algo tonto al no olvidar el pasado y seguir adelante, pero no tenía deseos de encontrarse con él, dolía, tampoco le alegraba la situación por la que estaba pasando con su ex mujer y el hijito, esa misma tarde llamó a Jisoo su abogado, para que le ayudara a Mingyu con el caso obviamente sin decirle nada de su persona.
Al resto de los chicos los citó para un sábado con la promesa de que no dijeran nada a Mingyu y así fue.
Cuando el día llegó sus empelados tenían órdenes estrictas de vigilar la puerta y ver que únicamente entraran los llamados, como siempre puntualmente llegó primero su amigo chino.
—Jun, veo que te cortaste el cabello, te queda bien.
—Claro ¿Eso es lo primero que me dices después que te desapareces y me mandas un correo cada 6 meses para avisarme que sigues vivo? Oh por Dios ¡Estas embarazado!
— Si, es una larga historia, bueno la verdad no, me metí con un tipo en el baño de un bar y terminé así.
—Wonwoo tú…
—Jun no lo he pasado bien, fue solo una noche y pues…
El siguiente en llegar fue Seungkwan.
—No pensaste en nosotros y en lo preocupado que estuvimos, todo este tiempo, ni un solo mensaje…—Le reprochó Seungkwan levantando la voz.
—Créeme que si pensé todo el tiempo y me preocupe Seungkwan ¿Cómo están los niños?
— ¿Cómo sabes de mis hijos? te fuiste antes de que nacieran.
— Que no les haya hablado no significa que este ajeno a lo que pasa en sus vidas. — Con eso Seungkwan entendió el por qué muchas veces los problemas se resolvían solos y las deudas quedaban saldadas. Jeon Wonwoo jamás los había olvidado.
Minghao y Jihoon habían estado arreglando la casa y preparando la cena, para los invitados, la puerta sonó y fue turno de Jihoon para ir.
Se sintió un idiota cuando apareció Seungcheol ¡Claro! era obvio si este era su amigo.
— ¡Jihoonie!
— ¡O No!
—Oh por Dios, te desapareciste, estaba muy preocupado ¿Por qué no contestas mis mensajes?
—Porque me echaron por tu culpa, ya no tenemos nada que ver Cheol, por casualidad trabajo aquí, así que espero no hagas que me corran otra vez.
—Pero, yo… yo no sé porque me culpas.
—No deseo tener que interactuar contigo más que lo justo y necesario, vienes a ver a mi jefe así que limítate a eso.
— ¿Ya no quieres saber nada de mí?
—Seungcheol ¡He estado más de 5 meses fuera de tu vida! por favor, pasa y ve con tu amigo y no me jodas. —Hizo un ademán de desagrado. — ¿Minghao puedes atender al señor?- Minghao enseguida lo encaminó a la habitación.
Cuando Seungcheol entró se encontró con Junhui y Seungkwan, casi le da un infarto al ver el estado del pelinegro, con esa barriga.
—Wonnie, no te han sentado bien los años, parece que dejaste de hacer deporte wow.
—Idiota, esta embarazado. — Le contestó Junhui.
—Me da gusto verte Seungcheol.
El último en llegar fue Hansol.
—Impuntual como siempre, Hansol.
—Wonwoo, wow traes sobrecargo, que bueno verte otra vez. — Contestó divertido.
Wonwoo les explicó bien el porqué de su alejamiento de tantos años, la razón les hizo doler el corazón y no pudieron reclamarle nada, resulta que Wonwoo no deseaba que terminaran alejando a Mingyu de ellos por lo sucedido por el término de su relación, recordaba que cuando se suscitó el problema varios le recriminaron al moreno, Junhui terminó por confesar que él no se relacionaba con Mingyu, porque lo culpaba.
Esa noche cenaron juntos, pronto llegó Jeonghan y el grupo estuvo casi completo, sólo faltaba Mingyu, llegaron al acuerdo de que por ahora no le mencionarían nada, nadie deseaba alterar a Wonwoo.
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Algo en el mundo de Mingyu no parecía estar bien, es más, era un completo desastre.
Si tan solo hubiera sido más consciente tiempo atrás, todo lo que le sucedía era producto del llamado “karma”.
En ese entonces vivía una linda relación con Wonwoo, cinco hermosos años llenos de alegrías, pero algo andaba mal, al pasar el tiempo comenzó a querer vivir nuevas experiencias, pese a que amaba al pelinegro quería vivir, era joven y lleno de sueños, pretendía estudiar repostería, amaba hacer postres y le salían genial.
En ese instituto la conoció a ella, la mujer que puso de cabezas su mundo, se “enamoro” o al menos eso creía, pero no estaba preparado para dejar a Wonwoo, no deseaba perderlo tampoco, el egoísmo de quererlo todo sin pensar en nadie lo llevó a la infidelidad, y Wonwoo se dio cuenta.
Mingyu amaba a Wonwoo, se sentía seguro a su lado, él le había entregado tanto, nunca supo cómo hacerlo feliz y poco a poco la relación se desgastó… esa fue la excusa.
Wonwoo no le dijo nada, sólo se fue del departamento que compartían, quiso hablar con él, pero este salió del país así sin más, sin un adiós, era muy descarado para querer ese tipo de consideraciones.
Pasó el tiempo, la relación se consolidó con aquella mujer y pronto ella estuvo embarazada, terminó sus estudios y se puso a trabajar como loco para mantener a su nueva familia.
Con mucho esfuerzo y talento levantó su pastelería en el centro de la ciudad, sus amigos y familia lo habían apoyado mucho, al fin tenía una fuente de trabajo estable, cuando Wonwoo se fue sus amigos lo culparon, pero luego lo perdonaron, no había nada que hacer si ya no amaba al pelirrojo, Mingyu con vergüenza reconocía que no se había podido sacar su recuerdo del corazón.
Se casó, al poco tiempo su esposa comenzó a comportarse de manera violenta con él, se enojaba por todo y recriminaba cada cosa, pensó que al nacer su bebé todo se calmaría, lejos esto fue mucho peor, cada día era una nueva discusión llegando al punto en que no estaba nunca tranquilo.
Su hijo estaba creciendo en un ambiente horrible, cuando este cumplió tres años dijo “basta” y le pidió el divorcio a la mujer quien en un ataque de histeria lo golpeó con una silla en la cabeza, los vecinos llamaron a la policía, el niño fue tomado en custodia del gobierno y debieron asistir a muchas terapias para que le devolvieran al pequeño.
Habían pasado dos años de eso, deseaba obtener el cuidado personal de su criatura, su ex lo chantajeaba con hacerle cosas malas si no le daba lo que quería, la mujer se había vuelto alcohólica y descuidaba mucho a Bae. Habían días donde recordaba con añoranza a Wonwoo, quiera pedirle perdón, mostrarle que todo el dolor que le causó lo había pagado con creces, era un estúpido no lo merecía.
Sin saberlo Wonu fue su inspiración para crear deliciosos postres con los que había ganado numerosos concursos, su obra más reconocida eran sus pastelillos de cereza que Minghao siempre compraba.
Su pastelería andaba muy bien, pero últimamente los recuerdos se hacían más latentes, sus amigos tampoco sabían nada de Wonwoo tal vez no querían decirle, se lo merecía.
Jamás pensó que por una casualidad se enteraría del retorno de su antiguo amor.
Ese día lo llamaron por un pedido gigante de pasteles, debía cumplir ya que había firmado un contrato y no necesitaba más problemas legales, el asunto era que ese fin de semana Bae estaba en su casa, por ley le habían otorgado visitas fines de semana por medio, al niño le encantaba pasar tiempo con su padre, pero no podía llevárselo a la pastelería.
—Soon ayuda. —Pidió a su mejor amigo. —Debo trabajar y él no me va a dejar.
— ¿Quieres que lo cuide?
—Claro.
—Estoy con Minghao.
—Mejor, a Minghao le agrada.
—Ok, lo llevaremos al trabajo de Minghao y después te lo dejo en casa — Llevar al hijo de Mingyu a casa de Wonwoo era una mala idea, pero ¿Que más podía hacer? además no creía que Wonwoo se lo tomara a mal.
Así fue como Soonyoung recogió al pequeño Bae en casa del moreno, habló previamente con Minghao, este no tuvo problemas hablaría con el pelinegro.
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—Wonwoo, Soonyoung tiene que cuidar a su sobrino hoy día y bueno como es su día libre quería pasarlo conmigo ¿Tienes algún problema con que traiga el niño a casa?
Wonwoo que estaba sumido en su trabajo lo miró dubitativo, no estaría mal tener un niño en casa, tal vez sería la oportunidad para socializar con uno.
—Está bien, pero que no toque nada de mi trabajo por favor.
—Claro que no, por cierto es el hijo de Mingyu. —Minghao salió casi corriendo, no había querido mirar el rostro de Wonwoo, aunque era mejor que lo supiera ahora y no cuando viera a la criatura que era idéntica a su papi.
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Al rato llegó Himuro con el pequeño Bae, este era bastante alto para su edad y parecía ser mayor, saludó con mucho afecto a Minghao, y le hizo cariño a la barriga.
Luego saludó a Jihoon, este le dio una palmada en la cabeza, los niños no eran lo suyo aunque ese pequeñín se veía bastante simpático.
Wonwoo se mantuvo paralizado dentro de su cuarto, no creía que conocer al pequeño fruto de su ex amor lo conmocionaría de tal forma, quería salir corriendo, era solo un niño.
¿Por qué Justamente se había topado con su pasado de esa manera?
Que el Pseudo-novio de Minghao quien trabajaba para él fuese el mejor amigo de su ex no era nada más que una treta del destino.
Su bebé de ya casi 8 meses lo pateo fuerte, estaba actuando como un idiota, se levantó de la cama y se asomó un poco, de lejos divisó a un pequeño con el mismo tono de cabello que Mingyu, era muy adorable como un “Mini Mingyu”, se enterneció demasiado, pero lo mejor sería mantenerse lejos del chiquillo, no deseaba que viejos sentimientos afloraran.
Decidió sumergirse de lleno en revisar las acciones de sus tantas empresas, recordando viejas historias, su bebé estaba inquieto y parecía no querer dejarlo en paz.
Poco rato pasó, un descuido y el “pequeño Mingyu” entró a su habitación.
—Hola. —Wonwoo levantó la vista, esa voz era tan dulce que podría derretir a cualquiera.
—Eh Hola ¿Cómo estás?
—Bien, ¿Cómo te llamas?
— Jeon Wonwoo.
—Eh, eres Wonu. — La sola mención de su nombre con ese peculiar diminutivo le hizo revolver el estómago, estaba nervioso por un nene de 5 años.
—Bueno si quieres decirme así pues está bien ¿Cómo te llamas tú?
—Kim Bae. — Le sonrío y Wonwoo podría haber jurado que tenía antojos de abrazar a esa criatura.
—Qué lindo nombre.
—Estoy feliz, porque estaré con mi papi.
— ¿En serio? ¿Quieres mucho a papá?
—Si quiero vivir con él, mi mamá es mala.
Ok esa había sido demasiada información, ya antes se había contactado con su abogado para que le echara la mano con el caso a Mingyu, claro, siempre manteniendo el anonimato.
—Te prometo que pronto estarás con tu papi, pequeño.
— ¿De verdad Wonu?
—Ehm sí, pero debes no hablarle de mi a tu papi ¿Bueno? No le cuentes que conociste a alguien llamado “Wonu “
— ¿Por qué?
— Mmm… porque no es necesario ¿Vale?
—Bueno, ¿Wonu va a tener un bebito?
—Si
— Que lindo. — el pequeño se acercó poniendo una de sus manitas en la barriga del contrario.
Lo que sintió Wonwoo por aquel infante era la prueba más grande de que el amor que sentía por Mingyu estaba más que vivo, se odiaba por eso, tantos años, tantas noches tratando de olvidarlo ¿Para qué? Incluso dejó la vida en Corea por enterrar su pasado, seguro que el contrario ni debía acordarse de él.
En eso entró Jihoon con cara de tragedia, pensaba que Wonwoo estaría muy enfadado por el descuido, pero lo que encontró le hizo sonreír, ambos estaban conversando muy a gusto, prefirió no molestar.
—Oye Soon, tu sobrino está metido en la habitación con Wonwoo. — A Soonyoung se le desfiguró el rostro. —Tranquilo el mocoso ya se lo ganó.
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Lo que pasarían semanas después fue una cosa mágica, de pronto su antiguo compañero, ahora abogado exitoso se acercó a él y comenzó ayudarlo con el caso de su hijito.
Mingyu sabía que conseguir la custodia de Bae era una cosa horriblemente difícil, pero con la ayuda de Joshua Hong ahora brillante abogado, no era imposible.
Lo que desconocía era que detrás de esa gestión se encontraba la mano del poderoso Wonwoo ayudándolo.
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—Tío Soonie ¿Cuándo vamos a ver a Wonu otra vez?— preguntó el pequeño un día que fue de visita, por desgracia. Mingyu escuchó aquel comentario.
— ¿Qué fue lo que dijiste? Bae
—Que quiero ver a Wonu, Wonu es el jefe de Minghao. — Al parecer el pequeño se había olvidado de que no mencionaría nada a su papi.
—Wonu, ¿Mi Wonu? — Se alteró mirando a Soonyoung acusatoriamente
—Mingyu tranquilo, puedo explicarte.
—O sea si es mi Wonu.
—Mira es algo complicado...
— ¿Has Sabido donde está todo este tiempo y no me has dicho nada? Sabiendo que necesito hablar con él y que lo extraño y estoy arrepentido — Su tono se volvió dramático, y hasta le gritó un poco, Soonyoung se puso algo nervioso por Bae que no estaba acostumbrado a verlos discutir.
—Bae, ve a ver tus caricaturas, llamaremos a Minghao e iremos hoy. — El chiquillo obedeció su tío, solo quería ver a Wonu de nuevo.
Soonyoung esperó hasta que el niño desaprecio de la vista de ambos para comenzar a hablar.
—Mira, él es el jefe de Minghao y me pidió como condición para poder visitarlo que no te dijera nada, y pues, eres mi amigo, pero debo hacerme cargo de mi hijo, no tuve opción.
—Pero es Wonu, Hoshi, sabes lo roto que tengo el corazón por todas las cosas que le hice.
—Debes entender que él no quiere saber de ti, lo lastimaste además no necesita problemas, tiene 8 meses de embarazo riesgoso.
— ¡NO!….NO Wonu esta embarazo de otro. — Mingyu volvió a alterarse golpeando la mesa con fuerza.
— ¡A ver bastardo egoísta!, ¿Acaso crees que eres el único con derecho a rehacer su vida? Te casaste y tuviste un hijo y encima te jodes porque Wonwoo esta embarazado de alguien que no eres tú, en serio Mingyu que edad tienes ¿Cinco? Porque hasta Bae tiene más criterio que tú. —Mingyu le tenía respeto a Soonyoung enojado, por lo que solo se limitó a mirar al piso.
—Pero, pero han pasado seis años, solo quiero verlo, lo amo.
—Ya te dije mis razones para ocultarle la verdad, no dejaré que lo molestes hasta que tenga a su hijo y este sano y salvo y si te atreves a fastidiarlo aunque sea un poco voy a golpearte tanto que ni tu hijo te reconocerá.
Ese fue final de la conversación, Mingyu estaba cabreado, quería hacer uno de sus berrinches, pero con su hijito ahí no era una buena idea.
Soonyoung se levantó y fue por Bae, lo llevaría a ver a Wonwoo.
El moreno sintió celos de su pequeño porque él si podía ver y estar con Wonu.
En eso estaba con una ira enorme de sólo pensar que su amor esperaba un hijo de otro, cuando el teléfono sonó.
—Mingyu, buenas noticias, tenemos el caso ganado, Bae se queda contigo. —Toda la odiosidad se le pasó en ese momento, Jisoo era excelente, le agradeció prometiéndole con su vida que cuidaría bien del niño.
—Bueno hay otra persona a la que debes dar gracias, lo sabrás en su momento. —Y colgó dejando al otro desconcertado.
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Días después.
Wonwoo se despertó de buen humor, le dio el día libre a sus dos empleados, a quienes no les pareció una buena idea dejarlo solo, pero este insistió mucho en que necesitaba tiempo en soledad.
Minghao se fue a pasar el día con Soonyoung, las cosas entre ellos iban cada vez mejor, aunque seguían siendo “un par de desconocidos con un hijo en común” Jihoon fue a visitar a su familia, desde el día en que a Wonwoo se le había ocurrido a meter a todos sus amigos en su hogar, Seungcheol iba seguido con la excusa de visitar al dueño de casa, verlo le hacía mal y le descomponía los días.
Wonwoo se levantó de la cama, el bebé estaba muy grande y faltaban dos semanas para la operación programada, necesitaba ese momento de paz y tranquilidad, prometió a los chicos que llamaría si algo sucedía, extrañaba la armonía del silencio, siempre había sido un alma solitaria por lo que verse rodeado de tantas personas le sacaba de su zona de confort.
Se sirvió uno de los ricos pasteles que Minghao había dejado y caminó por toda la casa descalzo, era bueno estar solo, sintió al bebé moverse bruscamente.
—Oye, oye tranquilo, ¿Pasa algo? no te pongas así, no ahora que estamos solos ¿Sí?
Respiró profundo, lo mejor era irse a su cuarto y quedarse tranquilo, se devolvió, con tan mala suerte hizo un mal movimiento que lo llevó al suelo, le dolió mucho, maldijo entre dientes mientras intentaba levantarse, pero el dolor era demasiado fuerte, no había ningún teléfono cerca, maldita la hora que compró un departamento tan enorme.
De pronto sintió como tocaban la puerta de manera suave y con duda, se arrastró un poco hacia la entrada, tenía demasiado dolor, parece que su hijo quería nacer o algo muy malo le estaba pasando.
— ¡Seas quien seas necesito ayuda urgente, por favor! — Gritó lo más fuerte pudo, la persona detrás de la puerta pareció entenderlo, escuchó como intentaba derribarla, los fuertes golpes, el dolor se hacía insoportable, si no lo atendían pronto tanto él como el bebé terminarían muertos.
Finalmente cedió la entrada.
— ¡Wonu, Wonu! —Wonwoo pensó que se moría y que el último recuerdo era la dulce voz de aquel hombre que todavía amaba.
Mingyu sabía que Wonwoo estaría solo ese día, porque escuchó a Minghao comentarlo también oyó que Wonu no tenía novio, y como había seguido varias veces a Soonyoung y Minghao ya sabía dónde vivía, por eso decidió ir a conversar con él y aclarar las cosas, aunque significara que Soonyoung lo moliera a golpes por desobedecerlo, el destino lo había puesto ahí, para salvarle la vida.
Lo cargó y lo llevó a su auto, debía darse prisa y llevarlo a un hospital, Wonwoo estaba inconsciente… lo colocó en la parte de atrás y a toda velocidad se dirigió a la clínica más cercana.
El pelinegro despertó por el horrible dolor de su parte baja, pensó que había muerto pero se vio en un auto desconocido con un tipo que conocía muy bien.
— ¿Mingyu?
—No hables Wonu ya casi estamos.
— ¿Cómo me encontraste? Auch…
—No hables Wonu ya vamos a llegar.
—Dímelo Mingyu.
—Bueno, digamos que fue suerte, no la verdad es que seguí a Minghao un día, él siempre va a mi pastelería a comprar, yo quería verte, hablar contigo, pedirte perdón.
—Ahhh…. — le hubiera gustado decir algo más, pero el dolor era demasiado fuerte.
Llegaron por fin, Mingyu entró corriendo con Wonwoo en brazos, en seguida las enfermeras trajeron una camilla y lo ingresaron, se miró las manos manchadas de sangre, estaba muy asustado, ¿Wonu iba a morir? justo ahora que lo había encontrado y se había armado de valor para pedirle perdón.
Llamó de inmediato a Soonyoung ya que supuso estaría con Minghao y le contó lo ocurrido.
—Dime que no tuviste nada que ver con lo que le pasó.
—No Hoshi, yo lo salvé, lo juro, se cayó.
—Ok, tranquilo voy enseguida.
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Wonwoo sentía que la vida se le iba, dolía demasiado, lo llevaron a pabellón, el médico dijo que lo operarían de urgencia, se encontraba aterrado, cuando le colocaron la anestesia y lo durmieron, no supo si iba a volver a despertar, fue curioso, lo último que recordó fue la sonrisa cálida de Mingyu y un dulce “Wonu lo siento” que salía de sus labios.
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Minghao llamó de inmediato a Jihoon, sabía que no debía dejar solo Wonwoo, se sentía terriblemente culpable, Soonyoung lo condujo rápidamente hasta la clínica, este estaba doblemente preocupado porque conocía a Mingyu, Bae estaba con ellos, ya que Mingyu se los había encargado con la excusa de su trabajo, estaba algo inquieto al ver el raro comportamiento de sus tíos, pero no comprendía bien la situación.
Al llegar a la clínica se encontraron al gran chico llorando como un niño pequeño, no le habían dado ningún tipo de información, fue Soonyoung quien tuvo que controlar a Mingyu para que se calmara y no fuese a asustar a Bae.
Minghao consultó sobre el estado de Wonwoo, solo le dijeron que estaba en pleno procedimiento y les avisarían, aunque estaba algo delicado.
Jihoon llegó lamentándose su falta de criterio, al igual que Minghao se sentía conmocionado y culpable, si algo malo le ocurría a Wonwoo o a su bebé no se lo perdonarían jamás.
Las horas pasaron lentas y tediosas, Bae dormía en los brazos de Jihoon, Mingyu no era capaz de sostenerlo por el temblor de su cuerpo, Minghao se encontraba al borde de las lágrimas mientras era abrazado por Soonyoung que se mantenía alerta, Junhui y los demás llegaron, también Jeon Suk, de la sala salió uno de los médicos.
— ¿Familiares de Jeon Wonwoo?
—Aquí.
—Todo está bien, él y su bebé se encuentran estables, pero necesitan descansar, les avisaremos en cuanto puedan pasar a verlo.
Todos suspiraron aliviados, ya pronto podrían conocer al nuevo integrante de la familia Jeon.
Mingyu lloró de felicidad, tenía esperanza, le pediría perdón a la cara, Suk lo miró con rencor, no lo culpaba, había lastimado a su hijo.
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Al abrir los ojos ya no sentía dolor, el gran bulto en su vientre había desaparecido, de inmediato llamó a una enfermera, necesitaba saber de su hijo.
—Como esta mi bebé.
— Se lo traeremos enseguida, por favor no se altere, todo está bien.
Esperó impaciente algo más calmado, le sobrevino el dolor, tenía los brazos con agujas conectados a suero y sangre.
El doctor le dijo que estaba bien, que fue complicado por la pérdida de sangre, pero que con descanso y vitaminas pronto se recuperaría, el pequeño llegó tres semanas antes de lo esperado, pero su peso y talla eran adecuados, también le informó que sus amigos y familia estaban afuera esperando para verlo.
Wonwoo recordó que fue Mingyu quien lo había encontrado, debía agradecerle.
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Mingyu se disculpó con el señor Jeon, en un acto que dejó atónitos a todos los presentes, el solo le respondió que ese era asunto de su hijo, pero que si quería volver a intentar algo con él tendría que hacer mucho mérito para ganarse su confianza.
Al rato el médico les indicó que podían pasar de uno, obviamente el primero fue el padre de Wonwoo.
—Wonwoo, fuiste un irresponsable, ya me encargue de reprender a tu personal.
—Papá fue decisión mía, no debiste decirles nada, ellos sólo me obedecieron.
El rostro de reproche de aquel hombre suavizó su expresión al ver a aquella pequeña criatura.
—Por lo menos se parece a ti. —Wonwoo sonrío al ver esa faceta tan desconocida de su padre.
Luego entraron de uno en uno los amigos del pelinegro todos coincidieron en que era un niño muy guapo y que esperaban no heredara el carácter de él, Mingyu prefirió quedar de los últimos.
Mientras esperaba fuera junto a su pequeño hijo pensó en si sería o no una buena idea alterar a Wonwoo de esa manera.
Cuando Jihoon salió, respiró hondo, supo que había llegado su turno, dejó a Bae con sus amigos y se preparó mentalmente para afrontar como un verdadero hombre la situación.
—Ha pasado mucho tiempo Mingyu, muchas gracias por ayudarnos. — Sonrío el pelinegro cosa que desarmó por completo el semblante serio que intentaba mantener.
—No…no es nada, lo siento, sé que no querías que me enterara que estabas de vuelta aún debes tener mucho rencor hacia mi persona.
—No Mingyu no es rencor lo que siento, tenía miedo. — Mingyu no lo comprendió.
— ¿De… de mí?
—Miedo de que lo que sentía por ti.
—Wonu, yo fui un estúpido, yo te abandoné y me casé, cuando me di cuenta que todavía te amaba ya era tarde, ya tenía un hijo y una esposa loca, fui tan tonto, te perdí y me he arrepentido todo este tiempo, te juro que no sé qué me ocurrió, pero no ha pasado un solo día que no piense en ti Wonu.
Wonwoo no supo bien que creer, todo ese tiempo creyó en que Mingyu ni se acordaba de él, pero ahora le decía que “todavía lo amaba” él también lo quería pero…
—Yo te disculpó, es momento de dar vuelta la página, ambos tenemos hijos y somos maduros, yo actué de mala manera al ocultarte mi regreso, te mentiría si te dijera que ya he olvidado todo lo que siento por ti, pero no puedo confiar tan fácil en quien me mintió, me sentí muy utilizado y dejado de lado.
—No Wonu por favor, te lo juro, no volveré a fallar.
—Podemos intentar recuperar nuestra amistad, pero sobre nuestros sentimientos ya veremos…
—Te he pensado cada día, te juro que no descansaré hasta recuperarte.
—Inténtalo, creo que mi papá fue bien claro contigo, debes demostrar con hechos y acciones, además ahora esta él. — Lo dijo por el pequeño que dormía ajeno a todo.
—Está muy bonito, tan bonito como tú, déjame estar con ustedes…
En eso Bae entró a la habitación.
— ¡Wow Wonu ya no tiene el bebé en su pancita!
—No, el bebé ya salió y está muy feliz de conocerte. —Bae se acercó con cuidado para mirarlo de cerca.
—Wonu, gracias, Jisoo me dijo que tú le pediste que me ayudaras, por eso pude quedarme con Bae.
—Oh, le dije que era un secreto.
—Después de todo lo que te hice me ayudaste.
—Tu hijo es hermoso, quería que fuera feliz, quería que tú fueras feliz Mingyu…
Mingyu haría cualquier cosa por recuperarlo. Por estar a su lado y ser digno de su confianza, amaría a ese bebé como si fuese suyo, si tan solo le diera la oportunidad…
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Y la oportunidad llegó poco después, las visitas de Mingyu se hicieron cada vez más frecuentes, Jihoon tenía el doble de trabajo porque Minghao ya no podía trabajar en el estado que se encontraba, pero Wonwoo había insistido en que siguiera viviendo en su casa pese a que Sonnyoung le había ofrecido su hogar para esperar el nacimiento del bebé, pero Minghao rechazó la oferta, no deseaba dejar a Wonwoo, no con todo los cambios que estaban ocurriendo.
Una de esas tardes donde el pelirrojo disfrutaba de la tranquilidad, Mingyu llegó a visitarlos junto con Bae, Hyo dormía profundamente, el pequeño bebé de un mes y medio no era nada problemático y permitía al pelinegro trabajar desde su casa tal y como antes.
Minghao abrió la puerta siendo de inmediato saludado por Bae, este corrió donde Jihoon para después pasarse al cuarto de Wonwoo.
Mingyu traía un delicioso presente.
—Vaya Mingyu, me gustan mucho esos pastelillos, Minghao siempre los compraba.
—Wonu estos son de mi pastelería, los hago yo.
Wonwoo entendió muchas cosas, ese nostálgico sabor, indirectamente hasta se había enviciado con algo que tenía que ver con Mingyu, era gracioso hasta cierto punto.
Pasaron una agradable tarde conversando mientras Bae jugaba con Jihoon y Minghao, de pronto una pequeña miga de pastelillos quedó en la mejilla del pelinegro, Mingyu se acercó y se la quitó, si, era un cliché muy malo, pero era ahora o nunca, de sorpresa le robó un beso, un beso dulce como los de antes, Wonwoo correspondió, con ganas mientras Bae observaba con curiosidad la escena, cuando acabó ambos parecían unos adolescentes de 15 años.
—Wonu yo… yo no me rendiré.
—No lo dudo Mingyu, pero sigue siendo pronto.
Mingyu le tomó la mano, seguiría trabajando duro.
Al menos el primer paso estaba dado.