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No Incondicional por carina_mew12

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Notas del fanfic:

bueno, hola (?)

Es la primera vez que escribo algo de KNB, así que espero que lo disfruten

Este Fanfic es de Fan y para Fans

Kuroko no Basket y todos sus personajes son propiedad de Tadatoshi Fujimaki, este fanfic no tiene otro motivo más que el de entretener

DE fan para Fans

También disponible en Wattpad:

https://www.wattpad.com/user/AlessaDYami

Notas del capitulo:

Hola!!!

ammm bueno, no sé cómo empezar xD no sé ni por qué estoy aquí, tengo otros fics que actualizar, pero cuando una es necia, es necia (?) y cuando esta historia se me vino en mente no tuve más opción que escribirla

espero que la disruten owo nos vemos abajo!!

No Incondicional

 

1. Dividido

“Estoy afuera”

Un mensaje cortísimo y simplón llegó a su teléfono. Cualquiera que lo hubiese leído quizá se sentiría ofendido por el poco esfuerzo que le habían dedicado a escribirlo, pero para él, recibir ese mensaje era la alegría más grande del mundo no sólo porque lo había mandado la persona que tanto le importaba, también porque era el reflejo perfecto de todo lo que era el otro… simple y directo, así lo había conocido desde hace tiempo y eso jamás le impidió quererle

- es ese idiota, ¿cierto?- la voz de su compañero y amigo le hizo apartar la mirada del teléfono sólo para verle confuso; sabía que desde donde estaba era imposible que viera la pantalla de su celular, sobre todo porque todavía tenía su pelirroja cabellera debajo del grifo de agua- siempre sonríes cuando se trata de él

- no estoy sonriendo Kagami-kun- Kuroko, el más bajo de ambos, guardó su celular en el bolsillo de su pantalón y se miró al espejo que tenía enfrente; todos decían que sus sentimientos eran indescifrables e incluso él mismo no lograba ver esa alegría que el pelirrojo decía que tenía, ¿cómo era que se daba cuenta?

- ¡si digo que estás sonriendo, lo estás!- cerró la llave de agua y finalmente sacó la cabeza del lavabo para secarse el cabello con la toalla que llevaba al hombro- el entrenamiento ya terminó, deberías ir con Ahomine antes que empiece a bombardearte con mensajes como la última vez

- pero la entrenadora dijo que…

- no te preocupes, yo me encargo de la entrenadora. Ahora vete antes que cambie de opinión- Kagami le regaló unas cuantas palmadas en su hombro antes de marcharse. Si bien ya habían terminado el entrenamiento del día aún tenían que escuchar el sermón de su entrenadora sobre alimentación, ejercicios y cosas parecidas, nada que no haya escuchado antes. Además, tomando en cuenta que casi nadie se daba cuenta cuando no estaba, ocultar su ausencia sería sumamente sencillo para el pelirrojo.

Fue así que Kuroko se animó  tomar sus cosas y salir del colegio.  Su corazón siempre palpitaba con más fuerza conforme se acercaba a la entrada principal del colegio, donde, entre el grupo de alumnos que terminaban su jornada escolar, estaba él, recargado en una de las paredes mientras miraba despreocupadamente su teléfono. Y como si estuviese en uno de sus habituales partidos, no dejaba de llamar la atención; su atractivo hacía que las chicas voltearan a verle mientras que su uniforme atraía la atención de los chicos de manera negativa, después de todo la Academia Too era un rival a vencer para la Academia Seirin.

Pero lo que los demás dijeran nunca le importó realmente, por lo que se acercó a él sin miedo. Y estuvo ahí de pie por unos minutos, esperando. No sabía si no se percató de su presencia porque lo que fuera que hacía en el celular era más entretenido o porque de por sí no destacaba mucho.

- Aomine-kun- le llamó finalmente para poder tener algo de su atención.

- joder Tetsu, no aparezcas así- el moreno admitía que, cuando se trataba de apariciones inesperadas, Tetsu era insuperable. Después de tanto tiempo saliendo con él creyó que ya era inmune a su misdirection, pero estaba más que claro que no era así- vamos, no soporto estar más entre esta gente- guardó el teléfono en el bolsillo de su pantalón y comenzó a caminar más despacio de lo normal, sabía que el peliblanco tenía las piernas más cortas y no quería que caminase detrás de él, lo quería a su lado.

Su relación con su amigo y ex compañero de equipo comenzó de forma tan inesperada que aún le costaba creerla. Había ocurrido hace unos ocho o nueve meses, no era bueno con la fechas mas recordaba perfectamente haber asistido a algunos partidos a las canchas comunitarias para matar el aburrimiento. Pero lo que vio en ese momento le había causado un ardor en el estómago que le hizo fruncir el ceño… Tetsu y Kagami eran… tan cercanos. Se suponía que Tetsu era su sombra, su pareja afín, ¿cómo podía coordinarse tan bien con alguien como Bakagami? ¡¿Cómo era que había terminado siendo superado por ese imbécil?! En ese momento dejó que sus impulsos lo dominaran; caminó hacia ellos, apartó al pelirrojo de un empujón y le robó a Kuroko lo que suponía sería su primer beso justo antes de pedirle que empezaran a salir.

- ¿qué quieres hacer Tetsu?- dijo de pronto mientras caminaban; no había planeado nada en especial para su cita, si es que se le podía llamar de esa forma

- una paleta helada… compremos una

- ¿de nuevo?- bueno, admitía que compartir las dos partes de una paleta era algo muy suyo, sin embargo, hacer lo mismo cada vez que se encontraban era algo monótono. Sus citas siempre eran comer helados o comprar artículos deportivos; todos esos momentos junto a su amado Tetsu eran preciados, pero no los sentía como una cita real- puedes pedir hacer cualquier otra cosa Tetsu, al menos intenta usar la imaginación

- si nos va bien con ello no veo la necesidad de cambiarlo

- bien, como digas- a veces pensaba que al peliblanco no le importaba mucho su relación; nunca le veía emocionado y tampoco parecía poner mucho esfuerzo de su parte, pero le conocía lo suficiente para saber que esa era su forma de ser y que no tenía de qué preocuparse- vayamos  al centro, hay una nueva fuente de sodas. Al menos probemos una paleta distinta ahí- quería pasar el mayor tiempo con su novio, y si para ello tenía que viajar en subterráneo a hora pico, lo haría- también escuché que hacen unos estupendos batidos de vainilla

- … entonces vayamos- bingo. Un batido de vainilla siempre le aseguraba tiempo de calidad con él.

Tomaron el tren ligero hacia su nuevo destino, no les tomaría más de quince minutos llegar. A esa hora de la tarde tanto alumnos como empleados regresaban a casa tras su larga labor diaria, por lo que el tren estaba tan atiborrado de gente que no subieron a voluntad, sino que fueron arrastrados por el gentío hasta su interior. Cuando vio que Kuroko era lentamente separado de él, el moreno no lo pensó dos veces y se cruzó la mochila tras la espalda a la vez que tomaba al peliblanco por la cintura para no perderle mientras que su otro brazo se levantaba en busca de algo para sostenerse. Cuando finalmente pudo sujetarse a uno de los tubos superiores suspiró aliviado; quizá estaban contra una esquina, pero al menos estaban a salvo. Se separó un poco del más bajito para darle algo de espacio para respirar y lo miró

- ¿te encuentras bien?- como era tan menudito seguramente entrar al tren subterráneo era una verdadero suplicio, quería asegurarse que al menos seguía entero. Sólo recibió un ligero movimiento de cabeza como afirmación y un fuerte apretón en su brazo para sujetarse ya que no alcanzaba el barandal.

Kuroko no era una persona conversadora, por lo que su trayecto se convirtió en un momento tranquilo para mirar por la ventana mientras su dedo pulgar se movía suavemente sobre la espalda del más bajo… hasta que el tren frenó de improviso por unos segundos. No había sido su intención, realmente no venía pensando en ello, pero el pequeño gemidito que soltó el peliblanco cuando su rodilla presionó contra su pierna bastó para bajar su mirada hacia él y hacerle pasar saliva con fuerza… lucía tan vulnerable en esos momentos. Sus labios se curvaron en una sonrisa traviesa; a pesar del tiempo que llevaban como pareja Kuroko no le permitía nada más allá de besos y unas cuantas caricias, no iba desaprovechar la oportunidad que el conductor del tren le estaba regalando.

Su mano se deslizó por la estrecha cintura de su novio con lentitud hacia su pecho, quedándose por unos minutos sólo para sentir las palpitaciones del otro; su corazón golpeaba rápido y arrítmico, clara señal de que comenzaba a ponerse nervioso. Aomine no pudo resistirse por mucho, terminó desabrochando los botones superiores de la chaqueta del peliblanco para introducir su mano; todos sabían de su gusto excesivo por las tetas grandes pero en ese momento no había nada más tentador que las pequeñas tetillas del jugador de Seirin.

- Aomine-kun…- le escuchó murmurar mientras desviaba su sonrojado rostro hacia otro lado. Sólo en ese tipo de situaciones el moreno lograba ver algún tipo de emoción en ese rostro inexpresivo… y era tan hermoso. Su mano comenzó a moverse en círculos sobre su pectoral a la vez que un par de sus dedos presionaban sobre su pezón, sintiendo cómo se iba poniendo duro poco a poco- Aomine-kun, se van a dar cuenta…

- nadie lo notará si te mantienes callado- clavó su rodilla aún más entre las piernas de Tetsu hasta que logró separarlas, haciendo contacto directo con sus genitales. Otro movimiento más bastó para hacer gemir de nuevo a Kuroko, sólo que esta vez éste se aseguró de apretar bien sus labios para que nadie en ese tren alertara  lo que estaba sucediendo. Y no sólo fueron sus labios fruncidos, ese intenso color rojizo resaltando en su piel y el ligero temblor en sus piernas le hicieron saber que deseaba más de ese pequeño cuerpo, necesitaba todo de su novio.

En cuanto el tren se paró en la siguiente estación, tomó a Kuroko de  la muñeca y lo sacó como pudo del apretado vagón sólo para comenzar a correr con él a cuestas, porque sí, Aomine Daiki era consciente de la poca condición física del peliblanco, pero estaba tan ansioso que prácticamente lo arrastró por la estación hasta llegar al baño de varones, y una vez ahí, se encerró con el otro en uno de los cubículos y tiró sus mochilas al suelo para tener las manos libres.

Ni siquiera le dio tiempo a Kuroko de recuperar el aliento, pues inmediatamente abordó sus labios con hambre descomunal, quitándole las pocas bocanadas de aire que aún conservaba. Sus labios le parecieron tan cálidos desde la primera vez que los probó, era imposible no volverse adicto a ellos, y por suerte para Aomine era el único que había tenido la fortuna de poseerlos. Pero no se conformaba sólo con tocarlos, también le gustaba morderlos, chuparlos y jugar con ellos hasta que ardieran. Su pequeño Kuroko no hacía otra cosa que jadear entre ambas bocas en busca del preciado aire que tanto necesitaba, sin embargo, aunque lo empujase para intentar hacer algo de espacio entre ellos, el azabache no cedía.

Su lengua no tardó en invadir la boca contraria, retorciéndose dentro de la misma y mezclando ambas salivas hasta hacerlas resbalar entre sus labios; quizá el más bajo no era un experto en cuestión de besos, pero lograba despertar sus más bajos instintos precisamente porque era él, su antigua sombra, su amigo y su ahora amante. Le encantaba sentirlo retorcerse bajo sus inquietas manos, las cuales no paraban de pasearse por su delgado cuerpo, desordenando su uniforme hasta dejar partes de su piel descubiertas. Fue entre esos tantos espacios que su diestra logró colarse entre sus prendas, estirando el elástico de su pantalón mientras avanzaba a la parte trasera de su anatomía.

¡Dios, su trasero era tan redondo y perfecto! Lo amasó con ganas, enterrando la yema de sus dedos en su deliciosa piel. Por primera vez en ese rato Aomine le dio descanso a los hinchados labios de su pareja para inclinarse lo más posible hasta su pecho, donde tiró de su playera con los dientes hasta subirla a su cuello; tenía que probar esos preciosos botones rosados a como diera lugar…

- ¡Aomine-kun!- lo que siguiente que el moreno sintió fue una sacudida en la cabeza que lo hizo detenerse; ¡¿acaso Kuroko lo había golpeado?! Al erguirse y ver el puño cerrado del otro supo que, en efecto, le había dado un puñetazo en la cabeza- Aomine-kun, este no es el lugar, ni el momento para… eso…

- entonces vamos a mi casa- se apresuró a decir mientras buscaba sus maletas con la mirada

- ese tampoco es el problema- Kuroko comenzó a arreglarse la ropa con calma- ya sabes, yo no… no estoy listo…

- hemos estado saliendo por casi un año, ¿cuándo demonios vas a estar listo?- lo dijo sin detenerse a pensar en el tono de voz que había usado, después de todo ser sutil no era su estilo. Mas se dio cuenta que acababa de meter la pata cuando el peliblanco bajó la mirada- no, no quise decir eso… Tetsu, yo… de verdad quiero hacerlo contigo. Es algo con lo que he estado fantaseando y… ¡espera! Eso sonó muy mal…

- vamos Aomine-kun, me prometiste un batido de vainilla- le dio un golpecito amistoso en el pecho antes de inclinarse a levantar su maleta y salir del baño… por alguna razón, esa inocente muestra de afecto no se había sentido tan bien como en otras ocasiones…

*****************************

El batido de vainilla en ese sitio no le pareció la gran cosa, pero Kuroko parecía haberlo disfrutado y eso, al final, era lo único que le importaba después de aquella discusión en el baño. Ya comenzaba a caer la tarde cuando Aomine dejó al peliblanco frente a la puerta de su casa, y ya que no había otra cosa que hacer comenzó a caminar; amaba a Tetsu, en verdad idolatraba a ese enano y lo protegía como si fuese lo más valioso del mundo, y por ser lo que más quería no se atrevía a hacer algo que él no quisiera… ¡pero era humano, por Dios! Y además de eso un adolescente, había necesidades que las pajas no podían cubrir completamente.

Pero hace poco había encontrado solución a ello. Aunque su método no era nada honorable, no tenía otro método para liberar todo lo que Kuroko le provocaba…

- ¿qué estás haciendo aquí?- el chico que abrió la puerta le miró con el ceño fruncido y los brazos cruzados en el pecho; lo que fuese que estuviera haciendo antes de recibirle seguramente era importante como para estar tan molesto por su visita sorpresa

- sabes muy bien lo que estoy haciendo aquí- decir que le dolían las bolas por aguantar todo el camino hacia su departamento seguro se escucharía vulgar hasta para Aomine, por lo que se reservó el comentario para sí mismo- puedes fingir todo lo que quieras, pero no puedes engañarme, querías que viniera a verte

- tengo cosas más importantes que hacer que bajarte la calentura. Si tan necesitado estás, tienes una gran colección de revistas que puedes usar- iba a cerrar la puerta pero la mano del moreno la detuvo en seco

- este es un problema que ni siquiera Mai-chan puede solucionar- lentamente fue empujando la puerta hasta hacer un espacio lo suficientemente grande como para meterse a su departamento- sabes que siempre requiero ayuda adicional después de ver a Tetsu- cerró la puerta con el pie apenas estuvo dentro y acorraló al contrario con una pared, quien, a pesar de que lucía incómodo, tampoco hacía mucho esfuerzo para detenerlo. Sólo bastó con una suave caricia de su pulgar sobre el mentón del otro para hacerle tragar fuerte mientras sus mejillas se encendían- deja de hacerte el idiota. Lo deseas tanto como yo, Bakagami….

Continued…

 

Notas finales:

espero que lo hayan disfrutado o al menos haya despertado su interés, y si ustedes quieren, nos vemos en el siguiente capitulo

no se olviden de comentar~

bye <3


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