"Hola, Sasuke.
Esto es muy difícil para mí, pero no tenía el valor para decírtelo a la cara, así que ése es el motivo del porque te estoy escribiendo esto.
Además de contestar a la pregunta que me hiciste hace unos días, tú quieres que sea tu novio, pero yo no puedo corresponder tus sentimientos.
Sólo te veo como un amigo.
Además, es una aberración siquiera imaginarme en un plan amoroso contigo.
Discúlpame que sea tan duro, pero, yo no puedo tener un amigo gay, ¿sabes lo que la gente va a pensar de mí?
Ojalá puedas reflexionar acerca de tu problema. No es normal, Sasuke.
Si necesitas ayuda, puedes contar conmigo, te puedo presentar unas amigas muy buenas para que te convenzas de que el otro lado no es lo mejor. Sin embargo, si tú no puedes regresar al buen camino, quiero que te mantengas lejos de mí. Además, ya tengo a alguien. Espero que puedas entenderlo y aceptes mi decisión, es todo…
Naruto. ”
Al leer esto, me quedé helado.
¿Ése era el Naruto que yo conocía? Nunca imaginé que podría llegar a ser tan cruel, está bien si no sentía nada por mí, pero no eran necesarias todas las demás estupideces.
Yo creía que era mi mejor amigo y que a pesar de todo, contaría con su amistad. Pero acabo de descubrir que todo era mentira.
Aunque había algo que no me cuadraba, esperaría a hablar con él en persona.
Me levanté del sillón de la biblioteca, atravesé el campus y decidí que lo mejor era caminar para despejar la mente. Así que tomé el camino largo para llegar a mi casa.
A lo lejos vi a alguien parado en la entrada, pero no se alcanzaba a ver quién era.
Cuando estuve más cerca logré descifrar quién era.
Naruto estaba de pie junto a la puerta del jardín. Aceleré el paso, necesitaba respuestas y él era el único que podía dármelas.
— Hola, Sasuke — me dijo con una enorme sonrisa. —, Iba a tocar pero mejor decidí esperarte.
— ¿Qué quieres?
No esperaba que apareciera tan pronto después de lo que había puesto en esa carta.
—¿Leíste mi carta? —preguntó ilusionado.
— ¿Esto? —le dije lanzándosela a la cara.—, no era necesario ser tan bastardo, con un “no” bastaba.
Naruto me miró consternado, pero la levantó del suelo. Unos minutos después de leerla dijo:
— Yo no escribí esto, Sasuke.
Su cara estaba totalmente seria.
— ¿Entonces quién? —pregunté molesto.
— Yo... no lo sé — me dijo.
Intentó acercarse, pero yo lo ignoré y me dirigí hacía la puerta para entrar a mi casa. Cuando me alcanzó, me sostuvo del brazo.
—Naruto, suéltame — le dije soltándome de su agarre.
— Espera, teme. Tienes que escucharme — me dijo con la voz temblorosa. —. En la mañana llegué tarde a la universidad y ya no me dio tiempo de ir a tu salón. Por suerte, Hinata estaba en el pasillo, así que se la di a ella para que te la entregara.
— Pues Hinata me dio eso.
Naruto se quedó pensativo al igual que yo.
Como lo pensaba, algo no andaba bien, pero sinceramente no tenía ganas de investigar. Mi orgullo ya había sido herido lo suficiente por un día.
— Vamos a buscar a Hinata —me gritó.
— ¿Para qué? Lo siento, pero...
No me dejó terminar cuando empezó a gritar de nuevo.
— No, no, Sasuke, ¡por favor!
De repente vi un brillo extraño en sus ojos y supe que no iba a dejarme en paz hasta que hubiéramos ido con Hinata.
— Está bien, vamos —dije suspirando.
Naruto caminaba muy deprisa delante de mí con rostro preocupado. La casa de Hinata estaba a 2 cuadras de la mía, solo teníamos que atravesar un parque y estaríamos ahí. Llegamos a una casa de 2 pisos color blanco con un jardín lleno de árboles y demás plantas, Hinata se encontraba afuera regando éstas.
En cuanto Naruto estuvo lo suficientemente cerca, le gritó para llamar su atención.
— ¡Hinata!
Ella volteó para ver quién le hablaba, pero en cuanto me vio, su expresión cambió de preocupada a atemorizada. No tardó en dejar lo que estaba haciendo y acercarse a nosotros. En cuanto estuvo a su alcance, Naruto la tomó con fuerza de los hombros.
—¿Por qué le entregaste ésta carta a Sasuke?
— Na…Naruto-kun yo... me estás lastimando — intentó decir Hinata.
— Quiero una explicación ahora — rugió Naruto.
— Dobe, suéltala. Deja que nos explique — intervine.
— Pero ella...
—Naruto-kun, Sasuke-kun, hay algo que tengo que contarles — tomó aire y continuó —. Pasen, se los diré adentro — seguimos a Hinata hacia un tipo de despacho, nos indicó que nos sentáramos mientras ella cerraba la puerta y tomaba asiento en una silla enfrente de nosotros. —. Ahora sí, cuando nos encontramos en el pasillo y me entregaste la carta, me apuré para llegar al salón porque supuse era algo importante y por lo tanto debía entregársela lo más rápido posible. Así que aceleré el paso. En cuanto di la vuelta en el pasillo para llegar al salón, me topé con Ino y Sakura. No se les veía muy contentas. Intenté rodearlas pero cuando se dieron cuenta de mis intenciones, se interpusieron en el camino, quitándome la carta. La abrieron y comenzaron a leerla.
Hizo una pausa y nos contó lo que Sakura e Ino le dijeron.
« — Jamás le entregarás esto a mi Sasuke-kun, que ridículo llega a ser Naruto a veces. En fin, creo que lo mejor es que me deshaga de esto — dijo Sakura mientras rompía la carta frente a mis ojos.
— Hinata no puede llegar con las manos vacías, ¿verdad, Sakura? — dijo Ino con una sonrisa maliciosa.
—Creo que tengo una idea —contestó Sakura. —. Hinata, búscanos después de la primera hora y ten cuidado con decir algo sobre esto, porque si lo haces, puedes irte despidiendo del club de jardinería. »
Ino era líder del club de jardinería ya que como su familia tenía florerías en todo el país, conocía acerca del tema. Y al ser amiga de Sakura, hacia todo lo que está le pedía, en este caso, dejar a Hinata fuera del club.
— Te juro que yo no quería, pero sabes lo que significa ese club para mí —suspiró. —. Acepto que me hizo falta carácter para enfrentarlas y te pido de todo corazón una disculpa.
— También te debo una disculpa por haberte tratado así, no fue tu culpa — le dijo Naruto con voz grave gracias al enojo —. Ése par...
— Yo seré quien arregle eso, Naruto. No es justo lo que están haciendo, sobre todo Sakura, ese capricho que tiene con Sasuke no es normal. — contestó Hinata decidida.
— No dejaremos que nada te pase, Hina. Si es necesario que hable con Kakashi-sensei, lo haré, pero tú seguirás en el club de jardinería quieran ellas o no — le prometió el rubio.
— Gracias Naruto-kun — Me volteó a ver, dudosa entre si seguir hablando o no. —Sasuke-kun, yo los apoyo — terminó de hablar y me regaló una sonrisa.
—Gracias, Hinata. Creo que nosotros no tenemos nada más que hacer, así que, nos vamos. Te agradezco que nos hayas contado la verdad.
Después de despedirnos de Hinata, caminamos de regreso hacia mi casa en silencio. Estaba confundido y curioso, ¿qué decía la carta que me iba a dar Naruto?
Llegamos a mi casa y lo invité a pasar, pero rechazó la invitación argumentando que ya era tarde y tenía cosas que hacer. Se despidió de mí como siempre: un beso en la mejilla y agitando su mano mientras se alejaba.
— Ahora me falta resolver otro problema — me dije mentalmente.
Ya idearía un plan para poner en su lugar a ese par de metiches.
Al día siguiente pasé por Naruto a su casa y le comenté la idea que tenía para hacer pagar a Sakura e Ino por sus estupideces.
El camino a la universidad fue muy agradable, pero aún tenía la espinita de saber que escribió Naruto en la carta y si correspondía mis sentimientos, pero primero lo primero.
Llegamos y como era de esperar, Sakura ya me esperaba en la entrada de la escuela.
—Hola, Sakura —la saludé y le guiñe el ojo.
—Ho...ola, Sasuke-kun — me contestó ruborizada. —¿Quieres que te acompañe a tu salón?
—Claro —contesté más animado de lo que en verdad me sentía. —Nos vemos más tarde, dobe.
—Sí, teme.
El camino a mi salón fue eterno, Sakura no dejaba de hablar y restregarse contra mí. Lo bueno es que después de hoy, estaba más que seguro que se olvidaría completamente de "su amor" hacia mí.
Le dije que necesitaba verla en la cafetería durante el receso, que era algo importante a lo cuál ella encantada, aceptó.
En la cafetería me encontré con Sakura y Naruto justo en el lugar donde los quería.
— Sakura — me acerqué llamando su atención — quiero confesarte algo aquí enfrente de todos —le dije mirándola fijamente.
Todos voltearon a ver que pasaba. Naruto no fue la excepción. Cuando sentí su mirada azulina, continúe:
— Hay algo que llevo sintiendo desde hace mucho tiempo. Me es difícil continuar ocultándolo, por lo mismo espero que después de esto, quede claro para ti y para todos — volteé hacia dónde estaba el dobe y le extendí la mano — Ven.
La cara de Sakura y la cafetería entera fue oro puro; había besado a Naruto y éste gustoso me había correspondido.
Le agarré la cara y le susurré una simple y sencilla pregunta.
— ¿Quieres ser mi novio?
—Sí, teme. Sí quiero —me contestó el dobe muy sonriente.
— Ahora bien, Sakura, sólo te voy a decir unas cuántas palabras que espero guardes muy bien en tu memoria —Mi mirada no era para nada amigable al igual que mi voz. —. Nunca me gustaste y nunca me vas a gustar. Puedes hacer todo lo que esté en tus manos y ni así, me vas a atraer aunque sea un poco.
¿No te das cuenta? tú sola te humillas por un amor que nunca va a ser para ti. Así que hazte y hazme un favor: abre los ojos y date cuenta de la realidad —Ella sólo me miraba con los ojos como platos —. Por cierto, si tienes algún problema con mi relación o con Naruto, lo arreglas conmigo. No tienes porque meter a terceros. Si yo me entero que intentas algo igual de estúpido como la carta, no respondo. Y lo mismo va para ti, Ino. Lamento mucho que no les saliera su plan — esto último lo dije con ironía.
La cafetería estaba en silencio. Sakura reaccionó y salió corriendo por la puerta con una Ino siguiéndola detrás.
Los días transcurrieron normales, de Sakura ni sus luces, ya ni siquiera me volteaba a ver. Eso me alegró, ya estaba cansado de su acoso. Mi relación con Naruto iba viento en popa, aunque lleváramos unas semanas, yo sentía que ya llevaba mucho más con él. Aprendí cosas nuevas de su persona y cada una hacía que me enamorara más.
Un sábado por la mañana bajé a desayunar y me encontré con un sobre encima de la mesa. Sintiéndome extrañado, me acerqué a ver que se trataba.
En el sobre estaba escrito mi nombre, así que lo abrí encontrándome con una carta.
“ Sasuke:
Hola, teme.
Estaba haciendo limpieza en mi recámara y adivina que encontré, ¡exacto! el borrador de la carta que Sakura rompió, así que para que no vivas con la duda, te la pongo aquí mismo para que la leas... ”
En el sobre venía una hoja de cuaderno arrugada, la saqué y empecé a leer lo que decía.
“Tus palabras me llenaron de emoción cuando te me confesaste ese día en mi casa.
Me alegré tanto y en respuesta, te envío esta carta.
Sasuke, la verdad es que no tengo el valor para decirte esto a la cara, además de que me da vergüenza-ttebayo. No quiero desvariar mucho, así que lo escribiré directo de mi corazón...
Sé que nuestra amistad es un poco difícil porque tú eres muy orgulloso y yo muy testarudo, pero siento y sé que nuestro lazo es único.
Podría vivir miles de vidas y siempre voy a necesitarte para que me complementes.
Lo que siento por ti traspasa barreras. No sé porque, pero siento que estoy conectado a ti...
Esto está siendo demasiado cursi, ¿verdad?
Te quiero demasiado, nada me haría más feliz que estar a tu lado.
Con amor,
Naruto. ”
Al leer esto me sentí muy bien, pleno, completo porque efectivamente, nuestro lazo era único y nunca cambiaría esto que estoy sintiendo por nada.
Ahora soy feliz y espero estar haciendo igual de feliz a Naruto.
—Yo también te quiero —susurré.
Un nuevo día, una nueva historia y la mía apenas empieza a tu lado…