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Gotas de lluvia por Luka Trancy

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Lluvia.

Antes de conocer a su pequeño castaño los días pasaban sin mayor relevancia para él; el mercenario mas buscado por SHIELD, la mayor preocupación de los vengadores, el mayor dolor de cabeza de los X-men y el mejor asesino a sueldo de todos los tiempos.

Cuestiones como el clima le tenían sin cuidado si podía ganar dinero por su trabajo y tener sexo con la primera ramera que se le acercara; después de todo ambas cosas podía hacerlas tanto en días soleados como lluviosos. Su existencia no le importaba un carajo y era casi ley que un disparo terminaría en su craneo cada viernes por la noche esperando esta vez permanecer en oscuridad. Claro que todas sus esperanzas en esa o esas balas, eran aplastadas cuando volvía a ver la luz del día y con ello la cantidad de sangre que había quedado regada en la habitación esta vez.

Un día nublado por la tarde, un trabajo casi terminado, un arma apuntando al craneo del mafioso que le habían ordenado asesinar y una telaraña desviando el disparo logrando que el hombre huyera tras la distracción.

Un traje rojo y azul que el mercenario conocía a la perfección; muchas cosas se escuchaban de aquel chico que se hacia llamar Spider man, cosas no muy buenas por cierto; y que al mercenario le daban igual, pero por las que este le conocía.

Un gruñido salió de sus labios al ver interrumpido su trabajo, el hombre aun no iba muy lejos; aun podía completar ese asesinato. Como si sus pensamientos hubieran sido leídos aquel "super-heroe" bajo con la intención de volver a detenerlo poniéndose frente al mercenario.

-¡¡Hazte a un maldito lado, araña!! —sus gritos habían sonado tan fuertes y serios que el menor se había sobresaltado, pero agradecía a su mascara por ocultar aquel miedo en él.

-No....— suave pero firme, así había sonado la respuesta del arácnido; un gruñido aun mas fuerte se escucho por parte del mercenario; quien saco otra de sus armas y apunto al chico frente él.

-entonces, solo tendré que quitarte— su voz, una combinación burlona con algo de sadismo; un escalofrío recorrió a super héroe, los latidos de su corazón se aceleraron, no podía solo irse, esperaba que la distracción que estaba haciendo fuera suficiente para que aquel hombre escapara.

Dos cosas se escucharon en ese momento, un golpe dado al suelo y el sonido de una bala.

Tras dispersarse el humo de la granada que había tirado al suelo, vio al mercenario soplar el humo de su arma recién disparada; pero si él no tenia ningún disparo, entonces....

Volteo hacia atrás solo para ver el cuerpo inerte del hombre a medio kilometro de donde ellos estaban.

-mejor suerte para la próxima— fueron las amargas palabras con un toque de burla que escucho del mercenario.

Una pésima primera impresión; el arácnido se había quedado ahí parado, sintiéndose realmente mal y culpable al no haber podido proteger a ese hombre. Volteando hacia el cielo, sintió la lluvia comenzar a empapar su traje; así como el traje de aquel mercenario que ya se encontraba en el techo de un edificio alejado.

....

¿Como alguien puede confiar en un asesino?


Esa era la pregunta que rondaba en la cabeza del mercenario cada que sus voces decidían bajarle de tono a sus reclamos e insultos y permitir que sus pensamientos se escucharán.

Pregunta que había empezado a hacerse desde que el arácnido lo había...defendido.

Ese chico debía tener peores problemas mentales que los suyos si defendía a una persona que mataba cada que tenia la oportunidad; era algo que simplemente no entendía ¿por que?

Esa pregunta resonaba en su mente, y por primera vez sus voces coincidían con él ¿por que? ¿Por que el gran justiciero Spider man estaba arriesgando su vida, su reputación ¡sus amistades! Por una mierda como él?

Había retado a SHIELD, ¡carajo!

¡Le había gritado al puto Capitan America en persona!

¡¡Se había rebelado contra el jodido Stark!!

¡Stark!

¡El único que había creído en sus habilidades! ¡El estupido que le había dado un lugar en la torre después de perder a toda su familia!

¿Que carajos le pasaba a ese chico? Estaba arruinando toda su perfecta vida por un mercenario que no valía ni un centavo; no, error, su cabeza valía demasiado en las redes de la mafia.

-¿por que? — saco finalmente aquella pregunta mientras veía al arácnido sentado a su lado en una azotea abrazando fuertemente sus rodillas.

-¿que? —

-¿por que lo hiciste? — sus palabras eran duras, ¿como no serlo cuando no entendía que había pasado ahí? Esa amabilidad, esa protección, no estaba acostumbrada a ella y si ese mocoso no quería nada, entonces seguramente lo había hecho por lastima.

Y eso, eso era algo que nunca en su puta existencia permitiría que la gente sintiera por el; lastima; primero les volaba los sesos antes que dejar que se compadecieran por su miserable vida.

-porque quise — esa, esa fue toda la respuesta que el mercenario obtuvo a su pregunta.

Por supuesto, porque ¿que otra razón podría haber?

Así que ese mocoso había decidido aparecer donde todos los miembros de SHIELD, así como los Vengadores; tenían rodeado al mercenario; prácticamente en charola de plata, para ser capturado y prontamente encerrado; en una de las grandes avenidas de Nueva York donde había camarógrafos hasta por debajo de las rocas; para protegerlo, abogar por él e incluso llevárselo cual fugitivo, a un lugar donde los perdieran de vista; solo porque se le había dado la gana hacerlo.

Si, eso tenia mucho sentido.

-Wade...— y ahora el maldito hasta conocía su nombre ¿¡como carajos sabes mi nombre!? Fue lo que estuvo tentado a gritarle de no ser por las palabras que siguieron a aquel llamado — lo siento.

Esas palabras... Su mirada de enojo pronto se descompuso en una de sorpresa tras voltear hacia el chico; mantenía su mascara en una de sus manos, mientras que con la otra trataba de tapar los pequeños sonidos que salían de sus labios producto de su llanto.

Me defiendes y luego te disculpas, no te entiendo.

-yo, solo...me enamore de ti...no podía dejar que te llevaran....lo siento, no debí decirles donde estabas — de acuerdo, sino tuviera en claro que él tenia un oído bastante bueno habría estado seguro de que había escuchado mal.

¿Alguien lo amaba?

Y no era solo un alguien cualquiera, sino el jodido mocoso que le habia gustado desde el primer momento en que lo vio. Pero, ¿eso no significaba que estaba siendo correspondido? ¿De verdad el puto universo estaba concediéndole tal maravilla?

-lo que tu sientes se llama lastima, niño, nadie en su sano juicio se enamoraría de algo como esto — sus palabras tan duras pero al mismo tiempo tan llenas de dolor y tristeza eran acompañadas de sus manos quitándose la mascara con fuerza y señalando su rostro con brusquedad.

-entonces...creo que mi juicio no era tan bueno como yo creía — una sonrisa triste adorno sus labios mientras lagrimas seguían resbalando por sus mejillas, antes de continuar bajo la atenta mirada azulina del mercenario— tu eres mucho mas que esto, Wade — una caricia a su rostro, que el mercenario hubiera preferido fuera sin aquel guante del traje del chico de por medio; los ojos color chocolate le miraban con algo que él creyó nunca poder volver a ver en su vida. Ojos que le miraba con infinito amor.

-tú....¡tú no sabes nada! — sus palabras; él había dudado intentando sonar firme como las veces anteriores, después de todo, ¿como podías decirle eso a la persona que te había estado siguiendo durante el último año?

Una simple misión, con una claro objetivo; seguir al mercenario, aprenderse los lugares que frecuenta, la comida que le gusta, las cosas que hace, las personas que le consiguen sus trabajos, el lugar donde vive y que hace cuando no esta matando gente.

Solo tenia que seguir al mercenario día y noche por un lapso considerable de tiempo; aprender sus rutinas e informar a Nick Fury para poder atraparlo.

Ningún problema, mas aun considerando que se había graduado hace casi año y medio y ser Spider man se había vuelto de tiempo completo.

Era algo simple. Nada del otro mundo. Algo que cualquiera podría hacer.

¿Su error?

Se enamoro.

Se enamoro fuerte y perdidamente del mercenario.


Pero eso no había pasado de la noche a la mañana; se enamoro de su forma de ser, de sus actitudes burlonas y su seriedad; se enamoro de sus locuras buscando diversión al correr de un edificio a otro saltando por los techos y de su manera de preocuparse por cosas insignificantes, se enamoro de lo buena persona que podía ser cuando las personas no le miraban con asco, y de lo fuerte que podía ser al tener que aguantar tantos comentarios a sus espaldas; se enamoro de su tristeza y su insomnio que le acompañaban cada noche y del dolor que cargaba y lo llevaba a intentar acabar con su vida cada que tenia oportunidad.

Se enamoro del Wade que nadie quería darse el tiempo de conocer.

Un año, solo un año le basto para darse cuenta de que ese hombre no era lo que todos creían.

Un silencio los había envuelto, el castaño seguía con las mejillas empapadas y el mercenario seguía sin saber como contestar a esa...confesión.

¿Como se supone que debes reaccionar ante el amor de una persona tan pura, cuando tú sabes que eres una mierda?

¿Como decirle que siempre supiste que te estaba siguiendo?

¿Como decirle que si no hiciste nada cuando te rodearon fue solo porque querías que te mataran una y otra vez?

...¿Como decirle que también lo amas?...

-vamos — con una voz decidida se había levantado de aquella cornisa bajo la atenta mirada chocolate del menor— no tienes a donde ir ¿cierto?

-...Peter — un solo nombre, una sola palabra se escucho de aquel muchacho castaño mientras se ponía de pie; no se necesitaba ser un genio para saber que le estaba diciendo su nombre.

Lo se, yo también te he seguido...

Palabras que aunque en su desquiciada mente se repetían, el no tenia intención alguna de dejarlas salir.

Que ironía, el vigilante termino siendo vigilado.

- puedes quedarte en mi casa cuanto gustes, aunque estoy seguro que si te vas ahora aun podrás arreglar las cosas con ellos— dando la espalda al chico, esperaba volver a tener control sobre la fuerza y firmeza de su voz.

No podía dudar. No ahora. No cuando sabia que ese chico aun podía salvarse de hundirse en el jodido pantano en el que él estaba atrapado.

Solo tenia que hacer eso; ignorar su confesión y rechazarlo. Fácil. Nada que no hubiera hecho antes.

¿La única diferencia?

Que nunca había amado a alguno de esos que se le habían confesado antes.

Que ninguno de ellos tenían unos malditos ojos chocolate que le hacían dudar de todo, ni unos putos labios rozados que le hacían perder noción de todo a su alrededor; o un cabello castaño al que solo podía pensar en aspirar su aroma y mantenerlo siempre consigo; ni que decir un cuerpo jodidamente sexy que le hacia perder el aliento.

Y por supuesto, ninguno de ellos lo había hecho hacer tantas pendejadas como ese mocoso.

-no iré, no si al estar de su lado saldrás herido — no podía verlo, pero tenia en claro que su expresión debía ser de absoluta decisión. Una sonrisa de amargura se instalo en su rostro, ese rostro lleno de cicatrices que tanto detestaba.

-¡ja! ¿Herido? Como si eso fuera posible — rodó los ojos como si hubiera escuchado lo mas estupido del mundo; es mas, ese era el puto problema en todo eso; que no podían hacerle daño, que no podían acabar con su existencia de mierda que ni el mismo soportaba.— regresa a casa, Peter.— suspiro, estaba cansado de todo eso, con los ojos cerrados seguía dandole la espalda al menor.

Escucho un par de pasos, esperaba que el niño por fin lo hubiera comprendido y se hubiera ido, lo esperaba y al mismo tiempo deseaba que no se fuera.

Lo que no esperaba era que los brazos del chico rodearan su torso.

Un abrazo.

¿Hace cuanto había sido la ultima vez que alguien lo había abrazado?

Sintió su corazón estremecerse ante el contacto del chico, en verdad...ya había olvidado que seguía teniendo corazón.

-no voy a dejarte, Wade — sus palabras sonaban tan seguras ¿debía creerle?

Sus voces gritaban que se dejara de pendejadas y correspondiera a la ultima jodida oportunidad que tenia de ser feliz en su miserable vida.

Sin cesar, comenzaban a provocar un serio dolor de cabeza en el mercenario, gritaban y el intentaba callarlos, lo que ellas decían, sus propios pensamientos, solo empeoraban las cosas; tomando su cabeza con ambas manos tapando sus oídos como si con eso todos fueran a callarse.

Un toque suave y cálido, las manos del arácnido sobre sus manos; abrió sus ojos con lentitud solo para ver al chico darle una sonrisa resplandeciente frente él.

Sus manos bajaron de sus oídos, con las manos de Peter aun en ellas; sus voces se habian callado, o si seguian hablando el ya no las escuchaba, de nuevo se había perdido en esa perfecta mirada chocolate; una caricia a la mejilla del menor; y perdió noción de en que momento había apresado con su otra mano la cintura del castaño.

Latidos acelerados, miradas de amor, terminaron en la fusión de ese par de labios, que tanto habían deseado por los contrarios.

Los brazos del castaño habían pasado por el cuello del mercenario intentando con ello acercarlo aun mas a él, sentir su calor mas y mas cerca.

El mercenario mantenía su brazo rodeando la cintura del arácnido, mientras que su otra mano permanecía en la nuca del chico intentando profundizar aun mas aquel beso que esperaba nunca terminara.

Un beso lleno de amor al principio que se había tornado en deseo conforme pasaba el tiempo, separándose escasos segundos para retomarlo de nuevo; antes de darse cuenta sus pasos los habían llevado a estar pegados a la pared del edificio continuo.

La lluvia había comenzado a caer sobre ese par quien parecía completamente ignorante a las gotas que mojaban sus cuerpos, provocando que la temperatura bajara y leves nubes de vaho salieran de sus bocas a cada beso.

El castaño había terminado con la espalda en la fría pared, cosa que le tenia sin cuidado dado el calor que estaba sintiendo en ese momento, las manos de SU mercenario ahora recorrían sus costados con lentitud y firmeza acariciando cada parte de él, mientras los labios de este ahora habían pasado a saborear su cuello, mordiendo con poca fuerza y después lamiendo aquel lugar; pequeños gemidos comenzaron a salir de la boca del castaño, que se hicieron un poco mas fuertes cuando el de mirada azulina subió la mitad del traje del contrario para acariciarlo con mayor libertad. Fue, cuando al subir un poco su rodilla entre las piernas del arácnido sintiendo su clara ereccion y escuchando el dulce sonido que había salido de los labios del chico, comprendió que ese no era el mejor lugar para ello.

Y no, no era porque Deadpool hubiera conseguido un buen juicio; el lugar en el cual marcara a esa araña como SUYO no le importaba realmente; la cuestión era que nunca permitiría que alguien mas aparte de él viera aquellas expresiones y escuchara esos sonidos, que solo lograban que su libido subiera a un nivel que ni la mejor de las rameras había conseguido.

Era egoísta.

Pero solo lo era porque sabia que aquel chico le permitiría ser así o mas egoísta con él, sin tener miedo de que le abandonara.

Porque al final del día. Peter Parker se había enamorado de Wade Wilson, tal como era, sin aparentar nada.

Porque si Peter reclamaba, seria solo su culpa, por haber protegido y haberse enamorado de un desquiciado mercenario.

.....

Apenas habían entrado al apartamento del mercenario, las prendas habían comenzado a caer convirtiéndose en un camino hacia la cama, mientras los besos continuaban con mas necesidad.

Las piernas del super héroe rodeaban la cadera del mercenario, logrando que este le cargara con mayor facilidad y siguiera con sus caricias por toda su espalda baja y trasero el cual se encargaba de apretar con fuerza, sacando gemidos bastante fuertes, del chico.

-Wade...— su voz apenas había salido de sus labios, mientras el mercenario le dejaba en la cama y se posicionaba sobre él entre sus piernas; sus mejillas estaban enrojecidas al igual que sus labios; sus ojos estaban entrecerrados mientras intentaba recuperar el aliento — te amo.

Esas palabras fueron suficientes para que los labios del castaño fueran aprisionados nuevamente; mientras las manos del mercenario acariciaban el suave pecho del menor y jugaba con los pezones de este, con sus pulgares, moviéndolos y apretándolos, sintiendo como los gemidos del chico se fundían con el beso que compartían.

Una de las manos del mercenario pronto bajo hasta el borde de la ropa interior de Peter, quitándola casi de un solo tirón, algo brusco pero solo él sabia cuanto se estaba conteniendo para no lastimarlo tomándolo de una sola vez. No, era la primera vez de Peter, y ese desquiciado lo amaba lo suficiente como para buscar la manera de lastimarlo lo menos posible.

Bajando sus besos por la mandíbula y el cuello de Peter, llego hasta sus hombros dejando varias marcas en ellos que el menor definitivamente disfrutaba dado los sonidos y suspiros que seguían saliendo de sus labios sin parar. Bajando por el abdomen del castaño dejando una serie de besos, lamidas y marcas en el proceso, paso sus fuertes manos a tomar la cadera del castaño de ambos costados, deteniendo sus caricias para levantar su mirada hacia los ojos chocolates que le veían atentamente.

Solo una sonrisa le había dado al menor antes de lamer la punta del miembro de este, ocasionando que un profundo gemido saliera de los labios del super héroe. Introduciendo todo el miembro del castaño en su boca comenzó a subir y bajar, lamiendo y provocando corrientes eléctricas en Peter, mientras apretaba con fuerza la cadera de este.

Las manos del chico habían pasado a la cabeza del mercenario sin poder evitar, para así aumentar el ritmo del mayor; quien sonrío de lado entendiendo aquella indirecta concediendo el deseo del arácnido. Ante tales movimientos no paso mucho antes de que Peter terminara en la boca del mercenario acompañado de un sonoro gemido mientras su espalda se curvaba.

Intentando recuperar el oxigeno de sus pulmones sintió como su mercenario echaba algo frío y resbaloso en su entrada; su sensibilidad aun presente lograba que cada nuevo toque se sintiera mil veces mejor; un dedo en su interior que al poco tiempo se volvieron dos, logro la excitación regresara de golpe a su cuerpo, haciendo movimientos en su interior esperando a que se acostumbrara, otro dedo le hizo compañía a los que estaban dentro de él, tras un poco el castaño ya se encontraba moviendo su cadera para sentir mas.

Los dedos que antes estaban en su interior habían sido retirados, logrando que un leve quejido de molestia saliera de sus labios, ganándose una pequeña risa del mercenario, quien se había recargado nuevamente sobre él para hablar a su oído y de paso lamerlo un poco.

-que arañita tan desesperada — el menor estaba dispuesto a contestar a aquello hasta que sintió el grueso miembro de Wade golpear su entrada; como un instinto sus piernas se abrieron aun mas para que el mayor pudiera entrar en él.

No tenia en claro si debía entrar en su querida araña lentamente o si seria mejor algo rápido, dada la desesperación que había en ambos rostros la segunda opción fue la que se hizo presente; un grito de dolor y unas uñas clavadas en su espalda fue lo que el mercenario recibió como pago ante aquella intromisión.

Haciendo lo mejor para poder mantenerse bajo control, miro a los ojos chocolates y las pequeñas lagrimas que salían de sus ojos; beso aquellas dos lagrimas antes de posar sus labios en los del menor, besándolo con toda la pasión, lujuria, desesperación y...amor...que tenia corriendo por su pecho en ese momento, los brazos del castaño por su cuello, esa inexperta lengua intentando seguirle el ritmo en aquel húmedo beso y el sentir un leve movimiento en la cadera del castaño, hizo que el mercenario comenzara a moverse. Primero le to, de una manera casi cuidadosa, temiendo romper a ese dulce chico al cual estaba corrompiendo; no paso mucho antes de que las embestidas fueran cada vez mas y mas fuertes; gemidos llenos de placer inundaban la habitación así como el sonido de sus cuerpos chocando, las manos del castaño aferradas con fuerza a la espalda del mercenario mientras las de este masturbaban al chico bajo él.

No demasiado tiempo después los gemidos del orgasmo llegaron para ambos, terminando el mayor dentro de SU arañita; mientras este ensucia ambos vientres.

Una, otra y otra vez; perdieron la cuenta de cuantas veces habían sido las que en esa noche, habían unido sus cuerpos, con la lluvia golpeando fuertemente a las ventanas, y las sirenas de SHIELD buscando al mercenario y a su fugitivo héroe; consumaron su amor sin reparo alguno de lo que sucedía en el mundo exterior.

¿Una razón para vivir?

¿Una razón para disfrutar de la vida?

¿Una razón para volver a sonreír?

El mercenario la había encontrado y tenia nombre.

—Peter Parker—



Notas finales:

Holis ")/

Ahm....haré una segunda parte, pero, por su seguridad emocional, si no soportan finales tristes, por favor no la lean xD

El segundo lemon que he escrito en mi vida ._. Pensé que nunca terminaría x'D

Ehm...ehm...ehm....¿adiós? Nos leemos luego xD


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