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La caja de los recuerdos. por Rather be

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Notas del fanfic:

Dire que esta es una historia diferente y con un ambiente particular.

 

 

Desde la distancia se veia como con muy poco animo y sin dejar de demostrar su fastidio ante la situación, una joven castaña subia al automóvil de su madre. Se sento al frente, acomodo la mochila sobre sus piernas y se dispuso a mirar hacia afuera.

Su madre aun seguía en lo que era su antigua casa, estaba repasando la mudanza, que caja llevarían en el camión y que otras llevaríamos en el coche. El coche estaba que rebosaba de cajas y bolsas de consorcio.

¿Como podia caber toda una vida dentro de un camión y un automóvil?

Antes de que le gritara que se apurara, el silbato del camión suena en todo el vecindario. Mi madre cargando una mochila y a mi hermano pequeño ingresan rápidamente en el coche. 

Finalmente, nos ponemos en marcha, dejando atrás solo recuerdos que al igual que la casa, debían estar lejos.

No nos detuvimos hasta llegar a nuestro destino. Un vecindario que si me preguntan, poco diferente al anterior era. Las casas eran en su mayoría bastante pintorescas grandes porciones de césped e incluso había niños.

“Genial” quise decir sarcásticamente, pero luego de ver a mi madre con los pelos parados y con su mania de morderse las uñas, preferí quedarme en silencio. Ya tendríamos tiempo suficiente para ponernos al tanto de los vecinos. Mi pequeño hermano ya comenzaba a inquietarse y como mi madre no podia atenderlo, logicamente me tocaba a mi ser de niñera. Llamandole la atención con unas llaves de plásticos, y su oso de peluche favorito, le alcanzo su biberón y pocos minutos después dormía plácidamente en su silla.

Cuanta envidia, sin ninguna preocupación dándole vuelta por su cabeza, solo quería su biberón, y su oso.

Miro el oso que en este momento lo tengo en mis manos, “ni siquiera es lindo” pense frunciendo la nariz.

-¿Que sucede?- pregunta mi madre sin mirarme- ¿Se rompio?- vuelve a preguntar ahora abandonando la vista de la carretera.

-No, solo lo miraba- dije avergonzada antes de lanzarlo hacia la parte de atrás.

-No sabia que te gustaban los osos- me dice sorprendida.

-No me gustan de hecho- dije colocándome los auriculares.

-Oh- dice volviendo a poner atención a la ruta.

-Descuida, sobre muchas cosas no sabes nada- mi madre sonríe dolida mientras evita todo contacto visual.

Luego de eso no volvimos a hablar hasta llegar a casa. Detiene el auto, pero antes de que salga, charrasqueo mi garganta llamando su atención.

-Perdón, por lo de antes- digo antes de abrir la puerta.

-descuida, esta bien- dice ella, me abraza y me besa la frente. -Cariño, no podemos cambiar nada de lo que paso, pero todo mejorara, solo tenemos que ser fuertes y estar juntas…- me apreta aun mas fuerte entre sus brazos. 

- Lo se.

No pudimos ninguna de la dos evitar que unas lagrimas rebeldes se hicieran presentes.

Mi madre, limpia sus ojos y toma su celular que estaba vibrando, antes de que atendiera pude ver en la pantalla, el rostro de mi padrastro, el padre de David, mi pequeño hermano. La relacion que tenían jamás me habia importado, después de todo mi madre es joven y guapa. Siempre tenia gente de tras suyo de todas formas. Vamos que no tengo porque cuestionar su vida, además me permitia la libertad que necesitaba ya que ella no estaba en casa casi nunca. Comia y dormía como quería, nadie me decía que era lo que debia hacer y que lo que no.

Hasta el dia en que mi madre me confeso que estaba embarazada, ella permaneció en casa mas tiempo, lo mismo que aquel sujeto. Aquella estraña sensación de vacio se iba llenando rápido, al punto de que aquellos ochos meses ni siquiera los sentí en mi vida, solo recuerdo que estaba de pie frente a una pequeña cuna, frente a aquel bebé que jure proteger.

Indefenso, comenzó a llorar, o ¿Era yo la que lloraba? No lo recuerdo muy bien.

-Bien muchacho, ven aquí- dije antes de tomar en brazos a David, luego de sacarlo del auto. El comenzó a inquietarse, lo deje que caminara ya que era normal que un niño de 2 años se sintiera sofocado después de 4 horas de viaje. Comencé a bajar varias cajas del auto, le pido a mamá las llaves de la casa, ella me las lanza antes de sumergirse nuevamente en la conversación.  Ingreso la llave en la ranura, la casa era enorme, desde la entrada se podia ver la que seria la cocina ya que estaba toda la mesada armada de mármol. Luego a la derecha el comedor, donde se veria fantastivo varios de nuestros cuadros.

Los sujetos del camion estaban impacientes por hacer su trabajo y largarse, por lo que tuve que decirles donde tenian que dejar las cosas, no queria molestar a mi madre, finalmente después de varias horas acomodando, descargando e indicando, caía la noche.

Comimos pizza ya que estábamos agotadas y todavía no habíamos acomodado todos los utensilios de la cocina tampoco. Quien podría si todo lo que dejamos dentro de la casa, las agrraba David y jugaba o en el medio o las acomodaba. Cuando intente regañarlo, el solo se reía. Solo pude sonreirle, tenia razón habia que reirse de todo esto.

Dentro de poco seria domingo por lo que podríamos acomodar todo el dia, y darle un nuevo look a esta casa. Pero ya era mas de las 1 am y debiamos descansar David se nos adelanta al verlo cabecear con los ojos entreabiertos.

-mira- digo llamándole la atención a mi madre. –es tan lindo- dije sonriendo. Nuestras respectivas camas se pondrían en marcha mañana sin falta, así que de momento dormiríamos en el suelo. Mi madre se acerca y lo toma en brazos y lo acuesta en el colchón de dos plazas que habíamos preparado cerca de la mesa.

- Ven aquí tu tambien- me dice mientras abre las sabanas a su lado.

-Tengo que limpiar...- ella me estira sus brazos. -Agh...Esta bien- digo mientras evito sonrojarme.

-Buenas noches- dice mi madre acariciándome la frente.

-Buenas noches- susurro antes de cerrar los ojos.

Al dia siguiente me despierta la claridad del dia que ingresaba por la ventana. Cuando me incorporo rápidamente me percato de que ni madre ni David estaban en la cama. Sin embargo en el aire habia un olor agradable a tostada por lo que no me puse en alerta, con la panza rugiéndome, me acerque cada vez mas, pero al ver como una figura que no reconocia estaba de pie en la cocina, me quedo inmóvil.

-Finalmente te despertaste dormilona- dice aquella figura con voz de mujer, que aun no podia percibir claramente.

-¿Quien eres?- pregunte inquieta, mientras tiemblan mis piernas.

- ¿Qué pregunta es esa?- dice la figura girándose, plasmada entre en pánico al tener frente a mis ojos a una joven de no mas de 26 años, rubia con ojos miel.  -¿No me reconoces?- me pregunta nuevamente.

-No te preocupes, te aseguro que nos llevaremos muy bien- dice con una leve sonrisa, mientras se gira lentamente.

En ese momento quise que todo fuera un sueño, y si tenia que despertar que fuera en ese instante.

Notas finales:

Gracias por leer.


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