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All things grow, all things grow.. por lUZzz UzUMaKI

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Notas del fanfic:

Este fic ya esta terminado, pero necesito algo de amors y de tiempo para terminar de subirlo, así que lo dividi en tres partes que se iran posteando una vez por semana.

Como siempre con mis historias esta tiene un sountrack, las canciones que me ayudaron a escribir esta historia son:

Chicago - Sufjan Stevens

Lay me down - Sam Smith

Stiles no podía dormir, cuando lo hacía sus sueños se infestaban de pensamientos oscuros, recuerdos de gritos, dolor y el aroma de la sangre.

 No es como si esperara algo diferente, después de todo, tener a un demonio milenario en tú interior no era algo que se superara fácilmente.

Sus parpados se sentían pesados y los ojos le ardían por la luz del ordenador, pero no se iba a rendir,  permanecer despierto era su prioridad, buscar algo nuevo, aprender algo que no sabía… investigar nuevas cosas para la manada.

No se dio cuenta de cuando la conciencia se escapó de sus manos.

El olor fue lo primero sintió, nauseabundo y extrañamente familiar. Abrió lentamente los ojos, con miedo a lo que vería.

Aquello que temía se vio confirmados al encontrarse una pila de cuerpos frente suyo.

Los ojos de todos fijados en él, como si lo estuvieran juzgando, reclamándole el hecho de que los hubiera asesinado. Sus manos se alzaron como reflejo, tenía sangre sus dedos, secándose y dejando ese color marrón-rojizo a su piel.

Sintió como las lágrimas comenzaban a correr por sus ojos, él no pudo haber hecho eso, habían derrotado a esa cosa, se supone que nunca tendría que ver a ninguno de sus amigos heridos otra vez.

De repente sintió un movimiento a su espalda, y su cuerpo reacciono solo; realmente no quería hacerlo.

Lo último que vio antes de despertar fueron los ojos de su padre perdiendo la vida poco a poco.

Despertó cubierto en sudor y temblando, sintiendo aun el corazón latiente de su padre en la palma de su mano. No quería llorar, en realidad no quería hacerlo, ya lo había hecho suficiente al momento de derrotar al Nogitsune, sin embargo las pequeñas gotas saladas ya estaban comenzando a caer de sus ojos.

Tomo su celular y comenzó a escribir un mensaje, solo esperaba que Scott estuviera despierto a esa hora.

Debería haber prestado atención a quien le estaba mandando el mensaje.

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Derek no dormía.

Al menos no hasta que el cansancio era tanto que sabía no soñaría con nada.

Las pesadillas estaban presentes desde el momento en que Kate tomo la decisión de quemar a su familia para acabar con ellos. No importaba cuanto tiempo pasara nunca se irían.

Casi siempre sus sueños comenzaban bien, la casa llena de toda la manada, los niños corriendo y riendo, una parrillada familiar donde todos conversaban y convivían. Sin embargo de un momento a otro todos lo volteaban a ver, acercándose lentamente. Es ahí en donde comienza la pesadilla.

Los reclamos, los gritos de dolor e ira, las duras palabras de sus padres, de sus hermanos, de su familia.

Después de eso es la nada, el vació seguro que siente en el pecho al recordar.

Ahora está solo.

Esa noche no deseaba dormir, estaba sentado en la cama, con un libro abierto entre sus manos mientras intentaba concentrarse en descifrar las líneas del mismo. Llevaba tres días sin dormir y todo el cansancio mental y físico de los mismos le estaba comenzando a pasar factura.

La inconciencia estaba a punto de golearlo cuando escucho el celular sonar.

Era la canción más ruidosa que tenía, y ese tono le pertenecía a la persona más escandalosa conocida por él. Pensó en ignorarla, en simplemente dejar que sonara y continuar con su lectura.

Sin embargo, el miedo lo invadió, tal vez Stiles y él aun no estuvieran en los mejores términos, pero aun recordaba la mirada perdida del adolecente cuando por fin volvió en sí. Ese tipo de remordimiento lo conocía, y lo conocía bien.

Tomo su celular y abrió el mensaje.

De: Stiles

¿Estas despierto Scott? Las pesadillas están atacando de nuevo, no quiero ser una molestia, pero espero que puedas llamarme.

Se quedó viendo unos segundos el celular, claramente el mensaje no era para él. Cerró el celular e intento alejar sus pensamientos del contenido, Stiles acababa de sobrevivir una experiencia traumática, era obvio que tuviera pesadillas.  Sin embargo ya habían pasado unos cuantos meses desde la derrota de ese demonio y aún no lograba superarlo.

Agarro el celular de nuevo, no entendía muy bien porque lo estaba haciendo, y no veía la lógica detrás de ese acto, pero tenía que contestar ese mensaje.

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No fue hasta que vio el mensaje de enviado que se dio cuenta que el número no era el de Scott. Maldijo en voz baja, claro, se lo tenía que enviar a Derek, el universo lo odiaba mucho.

 O más bien era su culpa, a todos sus demás contactos los tenía guardados bajos sus nombres reales y no sus apodos, al único que tenía bajo apodo era a Derek, era imposible resistirse a eso, ese pequeño acto de rebeldía que no podía mostrar frente al alfa.

Su sarta de insultos mentales fue interrumpida cuando sintió el celular vibrar.

Por lo que parecía el Sourwolf había contestado a su mensaje.

Lo abrió esperando encontrarse con la típica frase fría o sarcástica del alfa.

De: Derek

Las pesadillas son normales, en especial después de un suceso traumático, todos podemos llegar a tenerlas.

Había esperado cualquier cosa menos eso, no era la cosa más confortante del mundo, pero ¿Que podía esperar de un hombre lobo con tantas trabas emocionales como Derek?

Al recuperarse de su sorpresa pensó en enviarle un comentario sarcástico o una broma relacionada con eso, termino tipeando:

¿Incluso tú?

La respuesta no tardo demasiado en llegar.

De: Derek

Si.

No supo cómo manejar eso,  la muestra de confianza implícita en esa pequeña palabra. Quiso contestar, cualquier cosa, sin embargo las palabras no venían a su cabeza. Dejo el celular a un lado de la cama y tomo su laptop de nuevo, hacer un poco más de investigación en temas sobrenaturales le ayudaría a aclarar la cabeza.

Paso toda la noche vagando de página en página,  buscando los resultando más creíbles y soltando pequeñas risitas al encontrarse con información que él sabía falsa.

La mañana no lo tomo por sorpresa, así que se metió en la ducha y se cambió rápidamente para ir a la escuela. Tomo su mochila,  las llaves del Jeep y bajo a la cocina.

Su padre aún no había despertado, así que lo más probable era que tuviera que tomar algo de las sobras de la comida y meterlas en el microondas. Ese día no tenía ganas de cocinar, aunque dándole un segundo pensamiento, no quería que su padre terminara comiendo en una de las tantas cadenas de comida rápida.

Saco uno de los sartenes  y lo coloco en una de las parrillas de la estufa.

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Termino de leer el libro antes de que el sol saliera por completo, por un momento pensó en leerlo de nuevo, para pasar el tiempo, sin embargo un pequeño gruñido en su estómago lo hizo cambiar de opinión.

Con pasos pesados se dirigió a la cocina del departamento, esperaba que alguno de los lugares de comida rápida aun estuviera abierto, o si no mínimo la tienda 24-7 cerca del piso. Llegando tomo uno de los tantos menús que tenía en el refrigerador y agarro el teléfono.

Veinte minutos después se sentaba frente al televisor con un contenedor de comida china y unos palillos.

Los eventos de la noche pasaban por su mente una y otra vez, no es que quisiera prestarles especial atención, sin embargo aún no lograba olvidarlos.

Derek siempre había visto a Stiles como el débil de la manada, la razón por la cual no lograban mantener un orden, continuamente hablando, permanentemente en movimiento, constantemente haciendo cosas excéntricas. Sin embargo al pasar el tiempo comenzó a notar otras cosas.

Cuando había un problema relacionado con investigación, con búsqueda, con desarrollo, con estrategia toda la manada corría en búsqueda del hiperactivo adolecente. No importaba si se encontraban en peligro inminente, ellos se dirigirían a buscar a Stiles. Y Stiles nunca los decepcionaría, siempre encontraba la debilidad de la creatura contra la que estaban luchando; en ocasiones arriesgando su propia vida, su seguridad, para mantenerlos a ellos a salvo.

No es algo que dijera normalmente, pero realmente agradecía eso del hiperactivo adolecente, él era la única persona confiable en la manada, el único que siempre estaba dispuesto a ayudar no importando quien pidiera auxilió. Soltó un suspiro, en esos momentos en el que el sueño pesaba sobre sus hombros siempre tedia a reflexionar sobre las cosas más estúpidas.

Levantándose término de masticar la última porción de la comida, con pasos lentos se dirigió de nuevo a su habitación, solo deteniéndose un momento en la cocina para tirar el envase vacío de la comida.

Extrañamente, el pensamiento de tener a alguien en quien confiar con asuntos de la manada le trajo una inesperada paz.

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Al llegar a la escuela las cosas estaban en paz dentro de su cabeza, durante todo el tiempo que llevaba despierto no le había dedicado ni un solo pensamiento a la respuesta del Alfa, claro que no ¿Por qué debería hacerlo? Solo fue cosa de una vez, no es como si fuera una enorme muestra de confianza, solo una respuesta a un idiota mensaje en medio de la noche.

Camino hasta su casillero, lo más probable era que los demás ya estuvieran en sus respectivos salones, así que no tenía preocupación alguna por encontrárselos en los pasillos. Pero como el universo lo odiaba todos estaban esperándolo en su casillero.

Stiles quería a sus amigos, claro que sí, moriría por ellos en cualquier día, diablos, hasta había matado por ellos…. Pero en ocasiones realmente lo único que quería era que lo dejaran solo, que lo dejaran respirar y ser él mismo por lo menos unos cuantos minutos, sin tener que estar preocupándose por situaciones de vida o muerte.

Disminuyo su paso,  no desvió su dirección, sabía que lo más probable era que ya lo hubieran escuchado y no deseaba explicarles a todos por que los estaba evitando. En cuanto estuvo en el campo de vista de los demás el silencio cayó en el pasillo.

Llego hasta su casillero y los saludo a todos con una enorme sonrisa.

Después de todo el problema con el Nogitsune la mayor parte de sus amigos no sabía cómo tratarlo. Recibió sonrisas aliviadas de parte de Isaac, Érica y Boyd, una mirada calculadora por parte de Lydia y extrañamente Jackson, pero la persona que esperaba ver sonriéndole con esa típica expresión boba en el rostro lo esperaba con una expresión solemne.

-Stiles, necesitamos hablar contigo – nunca esas palabras le habían dado tanto miedo.

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Scott había llamado a una reunión, y como siempre su casa término siendo el lugar en donde todos los adolescentes se juntaban, no es que se quejara, aun conservaba su estatus de alfa pero la mayoría de las personas en la manada preferían pretender que tomaban las órdenes de Scott.

No entendía muy bien porque habían llamado la reunión, según sabía ningún peligro inminente amenazaba la ciudad y no había ningún problema con los entrenamientos, sin olvidar que esa noche no era de películas.

Escucho como llegaban todos, los sonidos de los vehículos de cada uno resonando en sus oídos, parecía que todos fueran apresurados, como si algo o alguien los estuviera persiguiendo.

Abrió su puerta para dejarlos pasar  esperando que como siempre entraran demandando comida o se tiraran en el primer espacio vacío que encontraran.

Sin embargo cual fue su sorpresa al ver como todos entraban con la cabeza baja, evitando su mirada y caminado con lentitud.

El último en llegar fue Stiles y desde que bajo del jeep Derek sintió más que olio la ansiedad que exudaba el chico. De inmediato todas sus defensas se levantaron, si el adolecente se sentía ansioso debía haber una nueva amenaza en la ciudad, algo tan peligroso que causaría una reacción fuerte por parte del hiperactivo joven.

Igual que los demás Stiles paso a su lado, sin levantar la cabeza; apestando a miedo y ansiedad.

En cuanto cerró la puerta el ambiente dentro de la casa se volvió más pesado. Camino hasta llegar al sillón que había reclamado como suyo, y se dejó caer pesadamente en él, como si fuera una señal los demás hicieron lo mismo, ocupando por completo el espacio de la sala.

El silencio se extendió por más tiempo del que creía posible, nadie parecía saber exactamente la razón por la cual esa reunión se llamó. Derek estaba a punto de preguntar por la situación cuando Scott lo cortó.

 -Sé que quieren saber por qué estamos aquí – comenzó – esto es algo que no tenía planeado hacer, pero la situación lo demanda – Derek estaba acostumbrado a escuchar la voz alegre y jovial de Scott, por ende le sorprendió el tono frio que utilizo al decir esas palabras – Stiles, la situación con el Noguitsune nos hizo daño a todos, sé que tienes miedo, que no nos quieres dañar -  conforme las palabras salían de su boca Stiles se iba haciendo más pequeño en el lugar en donde estaba sentado – pero la manada necesita sanar de ese episodio, y teniéndote junto a nosotros lo está haciendo complicado –

Derek no escucho lo que Stiles contesto, o lo que continuo diciendo el Alfa verdadero, en su mente estaba atascado el pensamiento de que Scott quería que Stiles ya no pasara tiempo con la manada, de que Scott quería dejar solo a Stiles en esos momentos.

 Se suponía que ellos dos eran mejores amigos, que se comprendían y se apoyarían sin importar lo que pasara.

Parecía que eso había acabado.

No se dio cuenta de en qué momento Stiles salió de la casa,  solo supo que el adolecente ya no se encontraba ahí y que los demás lo observaban con rostros inseguros.

-Ustedes son unos idiotas – fue todo lo que les dijo antes de tomar su chamarra, las llaves del camaro y salir a toda velocidad del  loft.

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Se lo esperaba, en verdad que lo hacía, todos necesitaban curarse y entendía las razones por las cuales no podía estar con ellos. Sin embargo, eso no evitaba que su pecho doliera como nunca, que el aire se tardara más de lo normal en llegar a sus pulmones, que los ojos se llenaran de esas pesadas gotas de agua salada. Pero no iba a llorar, ya no, tuvo suficiente, debía mantenerse fuerte porque ya no había  nadie que lo hiciera por él.

Llego a su casa y dejo caer la mochila en uno de los sillones, tenía que preparar la comida para su padre. Camino hasta la cocina y se quedó unos minutos viendo la puerta del refrigerador.

Hasta ese momento la realización lo golpeo, si la manada quería que se alejara de ellos, eso significaba que no había nadie con quien hablar en la escuela, con quien pasar el tiempo o tan siquiera llamar cuando se encontrara en problemas.

Inhalo profundamente y dejo que la idea se hundiera en su subconsciente, no era como si necesitara mucho tiempo para hacerse a la idea de que iba a estar solo por un tiempo. Ya lo había estado. Los primeros meses después de la muerte de su madre, solo estaba él, nadie más; su padre se la pasaba la mayor parte de la noche y el día en la comisaria, siempre buscando nuevas excusas para tardarse en volver a casa. En esos momentos Stiles era una pequeña chispa de energía inagotable y una boca tan grande que nadie podía aguantar estar con él por más de unos pocos minutos. ¿Quién iba a pensar que las cosas volverían a lo mismo después de tantos años?

Dejo que su cabeza se recargara contra la puerta del refrigerador, estaba cansado, y lo único que su cuerpo pedía a gritos en ese momento era que lo dejara dormir, pero Stiles sabía mejor, así que tomando fuerzas de quien sabe dónde abrió la puerta del refrigerador  y comenzó a sacar las cosas para hacer la cena.

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No entendía la razón por la cual le molestaba tanto el hecho de que Scott hubiera sido la persona que le pidiera a Stiles que se saliera de la manada, no, eso sí lo entendía, se suponía que esos dos eran hermanos, si no en sangre en todo lo demás, entonces ¿qué es lo que pensaba Scott cuando le pidió eso al otro adolecente? ¿Qué acaso no se dio cuenta del dolor que le estaba causando con esas palabras?

Apretó con mayor fuerza el volante, la parte racional de su cerebro sabía que todos necesitaban tiempo para sanar, para ir lamiéndose sus heridas y no terminar en las gargantas de los otros. Pero la parte irracional de su cerebro (que extrañamente sonaba como Peter) le repetía una y otra vez que Stiles no podría con todo, que necesitaría ayuda.

Y eso era lo que más le extrañaba, se suponía que como un lobo nacido su parte tanto humana como lupina debía tomar el lugar junto a la manada, en vez de eso ambas estaban en constante conflicto, en ocasiones era su parte lupina la que lo urgía a dirigirse a donde se encontraba Stiles, en otros momentos era la parte humana la que quería asegurarse que el adolecente se encontraba en buenas condiciones. Dejo que un suspiro se escapara de sus labios, ¿en qué momento había dejado que Stiles se transformara en parte de su círculo más cercano? Se supone que se odiaban, que no debían de estar una misma habitación a menos que quisieran causar caos.

Pero sin darse cuenta y al igual que la mayor parte de los demás, Derek también estaba comenzando a depender de Stiles.  En pequeñas cantidades, y solo en ocasiones específicas, pero esa dependencia se encontraba ahí.

Tomo el camino más largo de vuelta al Loft, esperaba que los demás ya hubiera despejado el espacio, o al menos que solo Isaac o Erica o Boyd se encontraran el lugar, realmente no quería encontrarse con Jackson, Lydia o Scott en esos momentos.

Cuando entro lo único que podía escuchar era el rítmico latir del corazón de Isaac, y el olor a carne asándose en la estufa. Agradecía enormemente el momento en el cual Stiles le enseño a cocinar a su beta.

Se dejó caer pesadamente en una de las sillas que se encontraban ahí, acercándose a la mesa y hundió su cabeza en sus brazos. No necesitaban hablar, Derek podía sentir la ansiedad de Isaac, casi como una fuente de agua sucia y contaminada que llenaba todo el loft con su esencia.

-Dilo ahora Isaac, estas poniéndome más nervioso de lo usual – medio gruño en voz alta.

El beta se quedó unos segundos más en silencio, sin embargo vio cómo se quedaba estático y como bajaba lentamente la mano que tenía alzada. Sin embargo no se volteo de inmediato, solo se quedó ahí, en silencio, apestando a tristeza, ansiedad y miedo.

Estaba a punto de hablar de nuevo cuando Isaac por fin se volteo. La mirada que este le dedico lo dejo sin aliento. Hacía mucho tiempo que no veía tanto dolor en esos ojos.

-Derek, se lo que dijo Scott, pero yo no quiero alejarme de Stiles, no quiero dejarlo solo – no quiero que este solo quedo sin decirse, pero no era necesario, ambos lo sabían – Scott es el alfa verdadero, y sé que hasta tú lo obedeces, pero eres mi alfa, así que te pido permiso para poder continuar interactuando con Stiles ¿me dejaras? – la última palabra además de una pregunta sonaba como un reto, un desafío apenas velado.

Sonrió

-Como si algo que yo dijera te pudiera detener de hablar con él – contesto y no quiso interpretar el alivio que sintió al escuchar aquellas palabras del rubio chico.

Pronto dos nuevos latidos se dejaron escuchar y la esencia de sus otros dos betas inundó por completo el lugar.

-Por lo que parece la plática fue bien – comento Erica entrando en la habitación

- ¿Cómo querías que fuera? – Comenzó Boyd tomando asiento  al lado derecho de Derek – Nadie quiere hacerle caso a McCall, lo que quiere hacer es una tontería ¿dejar solo a Stiles después de una experiencia como esa? No va a pasar – continuo, volteándolos a ver a todos – al menos no de nuestra parte –

- Es lo que no logro entender, esos dos han sido como hermanos, siempre juntos y de repente porque uno fue poseído por una creatura sobrenatural, y debo decir sobre lo cual no tuvo control, el otro lo abandona – Erica estaba aún de pie, caminando con rapidez por la cocina y moviendo las manos por todos lados.

Después de eso ya no escucho mucho, lo que se necesitaba decir estaba dicho, Stiles no se quedaría solo, ellos se encargarían de eso.

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Cuando la cena estuvo preparada y enfriándose en la cocina volvió a su habitación.

El cansancio le pesaba como nada lo había hecho, pero no se podía permitir dormir, no aun. Las pesadillas acechaban por las esquinas y las cosas que no quería ver se repetían una y otra vez cada vez que cerraba los ojos.

Se sentó frente a su computadora y dejo su mente divagar por unos instantes, abrió Facebook, Tumblr, Pinterest, Wikipedia, todo aquello que lo mantuviera entretenido, que lo mantuviera D E S P I E R T O.

Dormir aun no era una opción, no, no lo era, no importaba que tan cansado estuviera o que tanto le pesaran los parpados.

Tomo su celular, iba a enviarle un nuevo mensaje a Scott cuando recordó.

Ya no podía hacerlo.

Dejo que su mano cayera pesadamente contra su pierna, y una risa histérica escapo de sus labios, si, ya no tenía a quien llamarle en esos momentos.

Decidió abrir un nuevo mensaje aun así, tenía que sacar todo lo que lleva dentro, o si no explotaría.

¿Sabes? En ocasiones me hubiera gustado no mezclarme con lo sobrenatural, haber llevado la vida de un adolecente normal, preocuparme solo por los escándalos que se arman día a día en la escuela, por la persona que quiero, por si llevare a alguien al baile o cosas por el estilo. Pero termine en ello y  no me arrepiento de haberlo hecho. Sí, hay mucho dolor, el suficiente para una vida o más, pero sé que no podría dejar a Scott solo, sé que no podría darle la espalda. ¿Está mal estar enojado con él porque no le importo nada de esto y él si me la dio a mí?

Estaba a punto de borrar el mensaje cuando sin querer su dedo presiono la opción de contactos.

Más tarde, cuando se preguntara porque lo hizo, culparía a la falta de sueño, al mal clima o a lo que fuera, pero no aceptaría que tenía la mínima esperanza de que Derek contestara su mensaje.

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El tono de mensaje lo sorprendió, los betas ya llevaban rato dormidos y él estaba leyendo cómodamente un libro en su habitación. Se levantó con lentitud y tomo su celular del escritorio otro mensaje de Stiles.

Cuando lo abrió y leyó la primera oración se quedó congelado.

Eso no se lo esperaba, cualquier cosa menos eso.

Conforme iba leyendo el peso en su pecho se iba haciendo cada vez más obvio.

Stiles tenía razón, tenía tanta razón, debería de estar preocupándose por esas cosas en vez de estar siendo rechazado por todos sus amigos, en vez de tener problemas para dormir que lo hacían enviarle mensajes a Derek a altas horas de la madrugada.

Por un momento pensó en no responder, en dejar esos conceptos abstractos y dolorosos solos, en no pensar en la pregunta que al final le hacía. Pero mientras más releía esas palabras sabía que no podía dejarlo así.

Tal vez no fuera bueno hablando en persona con los demás.

Pero podía ofrecer un algo de consuelo, aunque fuera de aquella manera.

Abrió un nuevo mensaje.

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De: Derek

No, no está mal que te sientas así, no está mal que estés enojado y que quieras gritar, llorar, molestarte con el mundo. Tampoco está de ninguna forma mal desear en ocasiones no haber entrado a este mundo, no haber entrado en contacto con lo sobrenatural, no arriesgar la vida solo porque sí.

El tiempo de respuesta fue lo que más le llamo la atención, solo hace unos pocos minutos había presionado enviar, y ahora la respuesta del extraño alfa estaba en sus manos.

Releyó el mensaje varias veces, no sabía muy bien qué hacer con él.

Yo:

Pero, él es mi hermano, mi mejor amigo, la persona en la cual más confió.

Escribió en automático, y solo hasta que había presionado enviar se dio cuenta de que tan diferentes eran las cosas. ¿Hace cuánto tiempo que dejo de confiar así en Scott? 

De: Derek

El hecho de que sea tú mejor amigo, tú hermano no quiere decir que no te puedes sentir lastimado.

Yo:

Pero no debería sentirme así, comprendo porque lo hace

De: Derek

Lo comprendes, pero eso no quiere decir que te debas sentir bien con respecto a eso

Yo:

Wow Sourwolf, quien pensaría que serias tan bueno en estas cosas

El siguiente mensaje se tardó más en llegar, y por unos instantes temió haber dicho algo que realmente hubiera molestado a Derek.

De: Derek

No, no lo soy, tú simplemente eres muy sencillo de complacer, descansa Stiles, lo necesitas.

Dejo caer el celular en la cama, no se dio cuenta de cuando se había movido. En cierta manera Derek tenía razón, estaba bien sentirse traicionado, herido, molesto por que Scott no lo apoyo de la misma forma en la cual él lo había hecho por tanto tiempo, pero seguía sintiéndose incomodo al pensar en estar molesto con su hermano.

Soltó un suspiro.

Mejor era ver si por esa noche las pesadillas no llegaban.

Yo:

Tú también necesitas descansar Sourwolf, vete a dormir.

Presiono enviar y dejo el celular en su mesilla de noche.

Si esa noche las pesadillas no lo atacaron debió ser por el cansancio, porque el universo ya le debía una, o porque los planetas se alinearon para eso.

No tenía nada que ver con el hecho de que aunque sus demás amigos no le hablaran en ese momento Derek le contesto ese último mensaje.

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Al otro día el cansancio se le estaba comenzando a notar, y lo sabía.

En el desayuno Boyd le comento que mejor dejaran el entrenamiento de ese día para otro momento, e Isaac le sirvió el doble de ración de panqueques, Erica incluso tuvo la decencia de comportarse mientras desayunaban y no hizo ningún comentario impropio.

Por lo que parecía la noche anterior el tono de Stiles si los despertó.

-Se lo que todos están pensando – comento con la boca casi llena de Panqueque – y si, anoche Stiles me mandó un mensaje, y si, lo conteste, no, no les diré de que se trataba, si desean saberlo pregúntenle a él –

En cuanto termino de hablar los tres betas comenzaron a hacerlo al mismo tiempo.

-No, ya les dije, no les diré de que se trataban esos mensajes, si quieren saberlo verán a Stiles hoy en la escuela, pregúntenle ustedes mismos – termino de comer y llevo su plato al lavadero.

No entendía muy bien la razón, pero deseaba que el hiperactivo adolecente conservara un poco de su intimidad para sí mismo. Después de todos esos mensajes habían sido enviados a él por una razón.

Aun no lograba averiguar cuál, pero debía haber alguna.

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Al siguiente día se comenzó a preparar mentalmente para soportar vivir en una escuela en donde tendría que ver a todos sus amigos, pero ninguno de estos le hablara. Se levantó con pereza y se estiro un poco. El cansancio de las noches anteriores aún estaba presente, pero gracias a esa buena noche de sueño las cosas no se sentían tan pesadas.

Entro a la ducha y dejo que el agua tibia recorriera su cuerpo con lentitud, todavía tenía tiempo y quería disfrutar lo más posible de esos pequeños momentos de placer.

Recargo su cabeza contra la pared de la ducha, y simplemente se quedó ahí.

Después de algún tiempo y cuando su piel comenzó a arder decidió que ya era momento de salir, llego a su cuarto, tomo su ropa y se vistió con parsimonia.

No tenía demasiada hambre, así que solo tomo sus llaves, la chamarra que tanto amaba y se dirigió rápidamente a su jeep.

Mientras caminaba pensaba en lo que haría en la escuela.

No renunciaría a Lacrosse, tal vez en un principio solo hubiera entrado por Scott, pero conforme entrenaban (no importaba que en los partidos el estuviera en las bancas) le iba agarrando el sabor al deporte y no deseaba tener que renunciar a el solo porque ahora  nadie lo necesitaba ahí.

Pronto llego a la escuela, estaciono el jeep y tomo sus cosas de la cajuela. Faltaba tiempo para que empezaran las clases y el estacionamiento estaba vació en esos momentos, así que camino despacio, el clima estaba bien esa mañana, no hacía calor ni frio y un suave viento soplaba por el lugar y el olor a verano se estaba comenzando a filtrar por todas partes.

Llego al salón en donde debía tomar sus clases ese día y se dejó caer pesadamente en la esquina más alejada del mismo, realmente no quería armar un escándalo, así que mejor evitar confortamientos directos con la manada.

El aula comenzó a llenarse, poco a poco sus compañeros entraban; en ocasiones se le quedaban viendo raro, después de todo lo más normal era que se sentara siempre al lado de Scott, pero en la mayor parte de las veces ni siquiera le dirigían una mirada.

Y fue en ese instante en el cual llegaron los primeros integrantes de la manada.

Bajo instintivamente la mirada.

Había muchas cosas que podía soportar, la gran mayoría de ella relacionadas con dolor físico o con algún tipo de forma de tortura, pero ver a sus amigos ignorarlo, hacer como si no estuviera vivo, eso no creía poder aguantarlo.

Sin embargo cual fue su sorpresa al escuchar como una silla a su lado era arrastrada y una persona se sentaba en ella. Por un momento creyó que probablemente era uno de los tantos alumnos de la clase.

-¿Qué acaso no me saludaras Stiles? – Pregunto una voz que conocía demasiado bien – no, no, no, estás perdiendo tú toque Stilinski – no quería voltear y encontrarse con los ojos de Erica, no deseaba ver lo que había en ellos  o tan siquiera que es lo que tenía pensado al sentarse ahí, si bien sabía que Scott les prohibió terminantemente hablarle – dioses Stiles, enserio estás perdiendo tus modales – se acercó y levanto su rostro – Buenos días – le dijo.

Intento por todos los medios evitar su mirada, no deseaba encontrarse con esos ojos que había aprendido a conocer tan bien. Sin embargo ella no se lo permitió, en cuanto bajaba su mirada ella hacia lo mismo con todo su cuerpo.

 -Buenos días Erica – contesto con renuencia.

-Eso es, ves, no te costó nada de trabajo – se sentó a un lado de él y dejo sus cosas en la mesa.

-Erica ¿qué estás haciendo? – le pregunto, algo asustado, se suponía que ninguno de ellos se podían acercar a él.

- pues que parece Stilinski, me estoy sentando contigo, aunque se me hace extraño que te hayas movido de tú lugar común – le respondió ella, moviendo sus manos para poder tomar las de él – pero bueno, no te culpo, después de todo a quien le gustaría estar al lado de un amigo que te dio la espalda –

Esas palabras realmente no se las esperaba.

-Erica… - comenzó, pero se detuvo cuando vio entrar una nueva mata de pelo rubio al salón.

-Isaac, ven acá – le grito Erica al chico, viendo como este sonreía en cuanto los ubicaba,

-buenos días – les saludo, sentándose justo al lado de Stiles.

Y él no podía hacer nada, porque ambos estaban ahí, tratándolo como si nada hubiera pasado, como si aún confiaran en él, como si realmente fueran sus amigos.

Intento creérselo por un momento, pero el pánico crecía en su pecho con cada momento que pasaba, no quería terminar más lastimado de lo que ya estaba. Por un instante pensó en levantarse, en dejarlos ahí y salir corriendo.

-Vamos Stiles, sé que estas afectado, pero esperaba algo mejor que esto – escucho a su amiga decirle.

-¿Mejor que? – le cuestiono él.

-Mejor que tú en ese estado semicatatonico, me molesta eso – ella volvió a tomar su mano y la sostuvo frente a sus labios – eres más fuerte de lo que pareces Stiles, no dejes que esas palabras que te dijo ayer el idiota de Scott te afecten – beso su mano – porque no importa lo que pase, Derek, Isaac, Boyd y yo vamos a estar contigo, tú eres manada – le dijo.

Y vaya que si eso casi no lo hace llorar ¿Por qué alguien se preocuparía así por después de todo lo sucedido?

-Erica tiene razón Stiles – tomo la mano que estaba disponible e hizo lo mismo que la rubia – tú eres parte de nuestra manada, eres importante y no importa lo que diga Scott, si bien él es el alfa de la manada completa nosotros preferimos tomar ordenes de Derek – le guiño el ojo.

No iba a llorar en medio del salón, simplemente no iba a hacerlo.

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Cuando sus betas llegaron de nuevo al loft ni siquiera tuvo que preguntar cómo les había ido en el día, los tres apestaban a Stiles.

-Asumo que las cosas fueron bien – les dijo, aun sin voltear a verlos.

-Bien es solo una forma de decirlo – le contesto Isaac, poniéndose a su lado.

- Scott estaba molesto con nosotros, no entendía por qué desobedecimos sus órdenes – continuo Erica – estuvo a punto de cambiar enfrente de casi toda la escuela por eso – si ella estaba sonriendo complacida por el poco control de su alfa nadie diría nada.

-Stiles no quiso venir con nosotros por eso – Boyd de un momento a otro estaba al lado contrario de Isaac, comenzando a cortar los vegetales – quisimos insistir, pero puede llegar a ser muy terco cuando quiere –

Derek se quedó en silencio,  no le sorprendía la molestia de Scott, después de todo sus betas estaban desafiando órdenes directas, pero de eso a tener un enojo lo suficientemente grande como para casi cambiar enfrente de tantas personas… Se suponía que Stiles le había enseñado mejor control que ese.

El loft cayó lentamente un silencio apacible, los adolescentes ocupados con las preparaciones de la comida y Derek perdido en sus pensamientos.

Porque había mucho que pensar, desde el momento en el cual había entrado en Bacon Hills siempre pensó que las cosas iban a ir de la peor forma posible, que iba a terminar muriendo de la misma manera que su hermana, que su familia lo hizo. Sin embargo ahí estaba, un año después, viendo como sus betas preparaban la comida para todos, sentado en un lugar que era de su propiedad, con una manada estable y con personas que eran importantes para él.

Soltó un suspiro, no entendía la necesidad de Scott de alejar a Stiles.

Si hubiera sido porque era humano, porque era susceptible, porque no quería que toda la basura con la que trataban constantemente lo arruinara, entonces lo hubiera entendido, incluso hubiera ayudado al otro alfa. Pero no, no fue por nada de eso, fue por algo que Stiles no pudo controlar, algo que si hubiera sido al revés el hiperactivo adolecente no hubiera dudado dos veces en darle una nueva oportunidad al otro.

-Está servido – escucha decir a Erica, sacándolo de sus pensamientos. Pronto los cuatro están sentados en la mesa, disfrutando de la comida y de la compañía.

Cuando terminaron los tres adolescentes limpiaron la mesa y lavaron los trastes, despidiéndose de su alfa, después de todo esa noche era de escuela y no podían pasarla en el loft como lo hacían en los fines de semana.

En cuanto se encontró solo se dirigió a su habitación, se dejó caer pesadamente en la cama y pasó una mano por su rostro.

Necesitaba descansar, lo sabía.

Si continuaba con aquel ritmo en algún momento la manada lo notaría y comenzarían las preguntas.

Dejo escapar un suspiro, eso era lo que menos quería que sucediera.

Se preguntó por un instante si tal vez esa noche lograría dormir por más de dos horas sin que sus pesadillas lo despertaran. 

Paso la tarde leyendo en su cama, encontrando de nuevo ese gusto por los libros de terror que tenía olvidados desde la muerte de Laura, si su vida era un drama de lo sobrenatural, pero había algo diferente en leer como las cosas le pasaban a diferentes personas.

Cuando menos acordó ya era más de media noche y el seguía pegado a las palabras de King, sintiendo como su corazón se aceleraba cada vez que pasaba la página, estaba en el clímax del libro, justo en la parte más espeluznante cuando su celular sonó.

El no salto, y mucho menos se cayó de la cama por eso, claro que no, veía a diario cosas mucho peores que las descritas por King.

Cuando por fin pudo estabilizar su respiración discernió el tono que provenía de su celular, Stiles, de nuevo.

Con rapidez tomo el celular en espera de ver un nuevo mensaje dirigido a Scott o alguien más en la manada.

De: Stiles.

Tú les dijiste a los demás que podían hablar conmigo?

No le sorprendía que aún le costara trabajo aceptar que los demás aun querían estar con él después de todo lo que les paso, frunció un poco el ceño, esperaba que eso cambiara pronto.

Yo:

No, fueron ellos los que decidieron que iban a hablar contigo sin importar lo que dijera Scott.

Presiono el botón de enviar, sin pensarlo dos veces y sin esperar respuesta.

Cuando segundos después su teléfono sonó de nuevo abrió el mensaje sorprendido.

De: Stiles

Enserio?

Fue todo lo que decía y el simple hecho de que de entre todas las personas Stiles tuviera que preguntar eso era lo que más le dolía.

Yo:

Stiles, tú eres el que ha salvado nuestras vidas en más ocasiones de las que podemos pensar, a ti recurren cuando se sienten solos, o cuando necesitan hablar con una persona que saben que los escuchara, no me sorprende que hayan desobedecido una orden directa del alfa para poder hablar contigo.

Escribió el mensaje varias veces, intentando decirle todas las cosas que sabía necesitaba escuchar, lo borro en más de diez ocasiones y por momentos pensaba no enviarlo.

Sin embargo y cerca del amanecer se armó de valor y presiono el botón antes de que otra cosa lo detuviera, lo más probable es que Stiles estuviera dormido para ese momento.

Cuando por fin estaba a punto de sucumbir al sueño su teléfono sonó una última vez. No se molestó en tomarlo, no esperaba que nadie le contestara e ignoro por completo el tono, no quería pensar en lo que el adolescente le contesto.

Esa mañana durmió cuatro horas y no tuvo ninguna pesadilla.

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Decir que aquel mensaje le sorprendió era decir poco.

No esperaba ese tipo de respuesta por parte del alfa, pero parece que en los últimos días no hacía más que eso, sorprenderlo de todas las formas posibles.

Dejo que las palabras entraran en su cerebro, que se hicieran camino, para poder decir que las había entendido, que no estaba soñando todo eso. Se apretó la mano y reviso varias veces sus dedos para ver si no tenía un apéndice de más.

Cuando termino con esos pequeños rituales volvió a leer el mensaje.

No sabía cómo contestar a eso.

Pensó en dejarlo así, sin contestación podría negar que lo había visto, podría decir que no le había llegado ningún mensaje.

Sin embargo algo lo detenía, no entendía muy bien que era, pero realmente necesitaba contestar eso y hacerlo con honestidad.

Abrió un mensaje nuevo.

Y se quedó viendo a la pantalla por varios minutos, completamente en blanco.

Por primera vez en mucho tiempo alguien lo había dejado sin palabras.

Cerró el editor de mensajes y se dejó caer en la cama, hundió su cabeza en la almohada. Dejando escapar un enorme suspiro, no entendía muy bien que es lo que sucedía entre Derek y él, hasta hace unos cuantos días no se hablaban a menos que fuera en las reuniones de la manada y en ocasiones ni siquiera ahí.

Pero justo en esos momentos en donde nadie parecía estar de su lado Derek comenzaba a prestarle atención.

Por un instante temió que solo fuera pena, que para Derek él solo fuera un acto de caridad.

Pero sabía que eso no era necesariamente cierto, de entre todas las personas que conocía el menos probable de llevar a cabo un acto solo por sentir pena por alguien era exactamente el alfa mayor de Bacon Hills.

Abrió de nuevo el mensaje y lo releyó por enésima vez.

Erica, Boyd e Isaac siempre lo buscaban eso no podía negarlo, parecían gravitar hacia él de la misma manera de la cual lo hacían con Derek.

Dejo escapar el aire que no sabía que estaba sosteniendo y abrió de nuevo el editor de textos, ya casi amanecía, faltaban pocos minutos para que su alarma sonara y aun no contestaba el mensaje.

Por fin se decidió, y escribió lo más rápido que sus dedos se lo permitían, no quería arrepentirse y deseaba mucho menos darse cuenta de lo que estaba escribiendo.

Presiono enviar en cuanto termino, no lo releyó, no lo pensó dos veces, simplemente lo hizo.

En cuanto término aquella acción se arrepintió de inmediato, solo esperaba que Derek no se burlara de él.

Pronto sonó su alarma, sacándolo de sus pensamientos.

Por lo que parecía era momento de empezar el día.

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Cuando varias horas después se levantó, descansado por fin recordó que en la madrugada le llego un nuevo mensaje de Stiles.

Lentamente tomo el teléfono, no estaba muy seguro si quería ver la respuesta que le había dado el adolescente a su último mensaje.  Lo abrió y comenzó a leer aquellas palabras.

De: Stiles.

Eso no te molesta? Tú eres su alfa, a ti es a quien deberían de recurrir para esas cosas. Además solo lo hacen porque saben que aunque quisiera nunca podría hacer algo contra ellos.

Los quiero demasiado, pero no les digas no queremos que se les suba a la cabeza.

Y si para ellos soy esa persona, entonces, tú lo eres para mí?

Se quedó perplejo.

Realmente no esperaba ese nivel de confianza viniendo de Stiles, cualquier cosa menos eso.

Apretó un poco más el celular en su mano, sus sentimientos se movían por todas partes dentro de su pecho; intento controlarlos, al menos uno.

Fallo miserablemente.

Se dejó caer de nuevo en la cama y releyó el mensaje.

Una y otra vez.

Las palabras seguían sin entrar por completo a su cabeza, más bien, lo habían hecho, pero no las racionalizaba, no lograba explicarlas, no les encontraba sentido.

Apretó el celular en su mano.

Dejar que otra persona confiara en él, que se abriera por completo, que dejara que Derek guardara sus secretos, confesiones. Compartir cosas que otros no sabrían.

Era una responsabilidad que no sabía si estaba dispuesto a tomar.

Sin embargo, con cada instante que pasaba la idea se anclaba más en su mente, poder ayudar al adolescente con sus problemas, compartir la carga pesada que parecía estar siempre en los hombros de Stiles.

Miro de nuevo el celular y repaso aquellas palabras por enésima vez.

Un escalofrió recorrió su columna, tal vez no fuera el más indicado para eso, no tenía experiencia en ayudar a los demás. Parecía que cada vez que lo intentaban las cosas terminaban peor para la persona que se lo pedía. Ya fuera de una forma u otra terminaba arruinando la vida para todos.

Los pensamientos daban vueltas como locos en su cabeza, no sabía que responder, e inclusive dejo el celular en la cama cuando salió  de la habitación.

Cuando ya era más de medio día fue cuando tomo su decisión, no sabía si era la correcta, pero lo haría de todas formas. Porque entendía lo que era necesitar de alguien y no saber en quien poder confiar.

Yo:

Si tú me dejas lo seré.   

Su corazón se aceleró, esperaba poder ayudar a ese adolecente tan problemático, darle aunque sea un pedazo de refugio al cual pudiera volver cuando las cosas se pusieran mal y cuando no supiera que hacer.

El teléfono vibro en su mano a los pocos segundos.

De: Stiles

Entonces tenemos un trato Sourwolf.

Sonrió.

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El día se perfilaba para ser uno bueno.

No se había encontrado a nadie de la manada y las clases iban con lentitud, una detrás de la otra.

Ya iba a ser tiempo de que salieran a receso y lo esperaba con ansias.

Esperaba encontrarse con Isaac o con Erica por alguno de los pasillos.

Quería hablar con ellos, abrazarlos, tener ese contacto físico que el día anterior compartieron, era algo que estaba deseando casi desde que llego a la escuela.

Cuando la campana sonó tomo sus cosas rápidamente y salió al pasillo a la mayor velocidad que le permitieron los demás estudiantes.

Al salir del salón se sorprendió al encontrarse a todos los estudiantes dirigiendo sus pasos a la cafetería, los pasillos estaban tan llenos que no podías reconocer a una persona de la otra ni aunque quisieras.

Sintió como sus ánimos se desinflaban. Por lo que parecía ese día iba a tener que pasarla solo.

Estaba a punto de comenzar su camino a la cafetería cuando de un momento a otro fue jalado al interior de un salón.

Por un instante tuvo miedo.

Pero en cuanto estuvo en el interior del mismo pudo reconocer la risa de Erica y la voz de Boyd.

-No entiendo porque lo jalaron – fue lo que escucho.

-¿Por qué hablarle si podemos atraerlo a nosotros de esta manera? – contesto la chica, pegándose a su cuerpo y abrazándolo fuertemente.

Se relajó de inmediato y sonrío un poco, esos dos parecían no estar de acuerdo en nada, pero tenían una relación más fuerte de la que muchos podían llegar a imaginar.

-Suéltalo Erica – de pronto Isaac estaba al lado de ellos.

-¿Por qué debería? – Cuestiono la nombrada con una sonrisa maliciosa – es suave y huele rico – remarco su comentario pasando lentamente su nariz por su cuello.

-porque lo haces sentir incomodo – respondió inmediatamente Isaac.

-Eso no es verdad – contrarresto Erica.

-que si –

-que no –

-si –

-no –

Stiles simplemente se quedó callado, viéndolos discutir y sonriendo como lunático, esas personas aún eran sus amigos, aun querían pasar tiempo con él sin importar lo que hubiera pasado.

-Mejor vamos a almorzar, se nos acabara el tiempo y después ambos se estarán quejando de que no comieron nada – Boyd, la voz de la razón como siempre.

-Buen punto – contesto Isaac y comenzaron a moverse hasta estar sentados alrededor de uno de los pupitres.

-Hoy Derek nos preparó la comida, dijo que no quería que anduviéramos comiendo la chatarra de la cafetería más de lo que deberíamos – comento con una sonrisa Erica mientras sacaba varios contenedores de su mochila.

De pronto el salón se llenó del delicioso olor de la comida y en segundos los cuatro estaban comiendo como si de una manada de salvajes se tratara.

Stiles no se dio cuenta en todo el tiempo que estuvo con ellos, pero no tuvo ni un solo pensamiento relacionado con el Noguitsune.

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Más que olerlos los escucho llegar.

Erica e Isaac eran muy ruidosos y en la mayor parte de las ocasiones Boyd intentaba mantenernos bajo control. Sin embargo ahora los tres venían silenciosos mientras escuchaban con atención una voz que él conocía muy bien.

No esperaba que en solo un día los betas lograran convencer a Stiles de ir al loft, pero parecía que los había infravalorado.

-Les digo, si quieren llegar a entrar a comic con tienen que hacer fila mínimo tres días antes y haber comprado los boletos con meses de anticipación, pero vale la pena, vaya que vale la pena – fue lo que alcanzo a escuchar antes de que se abriera la puerta y todos entraran como si el lugar les perteneciera.

Las sonrisas y la forma en la cual todos estaban parados juntos, como si pertenecieran.

Se movió a la cocina, no quería interrumpir la conversación que estaban teniendo, parecían muy entretenidos en ella.

Poco tiempo después el latido de un corazón se acercó a la cocina. Sin embargo se quedó en la parte de afuera, esperando a ser invitado, o al menos eso es lo que pensaba, porque podía sentir el olor de ansiedad que provenía de Stiles y eso es lo que menos necesitaba en ese instante.

Abrió la puerta de la cocina en un impulso y se encontró con la cara asustada del adolecente en el otro lado.

-Sabes que podías haber pasado ¿verdad? – le pregunto mientras volvía a sus deberes, tenía cuatro adolescentes hambrientos que alimentar y esperaba que los otros tres aparecieran pronto por la puerta.

-Si – le dijo  Stiles inseguro mientras entraba a la cocina, observándolo todo con ojos inteligentes e intuitivos.

Los dos se quedaron en silencio, no pesado como antes le había sucedido con los otros, Derek se dedicó a preparar los distintos tipos de comida que sabía los betas preferían y a observar a Stiles por el rabillo del ojo.

-Vamos, no te quedes ahí parado, si vas a estar en la cocina ayuda – salió un poco más rudo de lo que quería, y no volteo a ver al adolecente. Sin embargo unos segundos después un segundo par de manos estaba sosteniendo el colador de la pasta.

Pronto ambos se establecieron en un ritmo cómodo, trabajando en silencio y compartiendo pequeños toques, cosas que los demás no notaría pero que para ellos eran como un ancla, recordándoles que estaban ahí, en la realidad, que no había nada en la obscuridad.

Unos minutos después la comida estaba terminada.

-Ve sacando los platos y dile a los betas que más vale que la mesa este puesta – Ya solo faltaba lavar los trastes que se usaron en la preparación de la comida, y sabía que todos los adolescentes odiaban hacerlo.

Unos segundos después escucho la puerta de la cocina abrirse y cerrarse.

En cuanto supo que estaba solo Derek dejo escapar un suspiro, sabía que las cosas con Stiles estarían un poco tensas, pero no esperaba el silencio.

De pronto la puerta de la cocina se abrió de nuevo y Erica estaba parada ahí, viéndolo con una sonrisa tranquila.

-Vamos Alfa, ya todos los demás están sentados, solo te estamos esperando a ti – se acercó a él y tomo su mano rápidamente – te luciste con la comida, de entre todas las cosas que pudiste haber preparado tenías que tomar las favoritas de todos, incluyendo la de Stiles he de decir y hacerlas para hacernos sentir mejor – sonrío y le deposito un suave beso en la mejilla.

Sonrío y se dejó guiar al comedor, antes de entrar ya escuchaba las risas tranquilas y los cuchicheos divertidos de su manada. 

Perdió tanto cuando Kate incendio su casa, su familia, su dignidad, su forma de ver el mundo, sus razones de vivir, todo se fue tan rápido que no tuvo tiempo de tan siquiera intentar agarrarlo.  Por eso en momentos le daba miedo estar así con su nueva manada.

Los adolescentes eran tan cambiantes, en un momento podían estar ahí con él, sonriéndole y viéndolo como si hubiera colgando la luna, para el siguiente solo darle la espalda y no voltear a verlo jamás.

Se sentó en la cabecera de la mesa y tomo sus cubiertos, pensar en esas cosas no le hacía bien. Se dejó arrullar por el sonido de las voces de sus betas y del humano, riéndose como si no hubiera mañana por una tontería que hizo Stiles en la mañana.

-Derek – salió de sus pensamientos cuando escucho la voz de Stiles dirigida a él - ¿te gustaría ir con nosotros? – le cuestiono, viéndolo con algo de inseguridad, temiendo una respuesta negativa.

Se quedó congelado en su lugar y casi se le cae la comida de la cuchara. No esperaba que le hablaran. Volteo a ver sus betas y estos le miraban divertidos, intentando no reírse de su cara de terror.

Trago lo que traía en la boca.

-¿A dónde? – no le gustaba hacer que las personas repitieran las cosas, pero realmente no escucho lo que Stiles le había dicho. El adolecente sonrío tímidamente antes de contestarle.

-Vamos a ir a ver la nueva película de Star Trek, y nos preguntábamos si querías acompañarnos – la mirada tímida continuaba ahí, junto con un deje de vulnerabilidad al que no estaba acostumbrado.

Su mirada recorrió la mesa y noto que sus betas tenían la misma expresión, y olían tanto a ganas, a cariño, inconfundiblemente a familia. Un nudo se formó en su garganta y solo pudo asentir.

Las sonrisas que recibió a cambio valían un poco de incomodidad.

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Esa noche, mientras entraba a su casa  los eventos del día se repasaban una y otra vez en su mente.

No solo paso gran parte de su día con Isaac, Erica y Boyd, también lo hizo con Derek, hasta el punto en que el alfa los acompaño a ver la nueva película de Star Trek al cine (cosa que antes no se había imaginado). Sonrío un poco, el rostro de Derek al ver la enorme cantidad de gente que se encontraba en la entrada no tenía precio.

El resto de la tarde se la paso riéndose, disfrutando del día como hace tanto que no lo hacía.

Llego a su casa cansado, como hace tanto que no lo hacía, el cansancio que sentía era muy diferente al que había sentido en las últimas semanas. Sus mejillas se sentían trabadas y fatigadas de tanto sonreír, sus brazos estaban exhaustos de los movimientos a los que los sometido durante el día.

 Una sonrisa se abrió paso en su rostro, hace tanto tiempo que no se sentía tan libre, que no se daba tiempo para relajarse, para ser solo un adolecente más. Su sonrisa se desvaneció poco a poco.

Ellos ya no eran adolescentes normales.

Lo dejaron de ser en cuanto decidieron unirse a la comunidad supernatural que pululaba por Beacon Hills.

Se dejó caer en el sillón, que hacía él saliendo con aquellas personas, les había hecho tanto daño, los había golpeado, los había intentado matar; por amor a todo lo sacro.

Sin embargo, ellos  pasaron el día con él.

Le sonrieron, lo abrazaron, lo tomaron como uno de ellos, como uno más. No hicieron diferencia, lo perdonaron.

No sabía si él podía hacer lo mismo.

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Cuando llegaron de nuevo al loft el sentimiento de tranquilidad que había ido en aumento durante el día casi hacía estallar su pecho.

Su manada estaba más unida que nunca.

Sus betas le hacían caso y prestaban atención a sus consejos.

Ninguna amenaza supernatural se escondía entre las sombras.

Por primera vez en años él se podía relajar y dejar que las cosas siguieran su curso.

Se dejó caer pesadamente el sillón mientras veía como Erica intentaba convencer a Isaac de la posible relación que podía existir entre Spock, Kirk y McCoy. Sonrió un poco, por la forma en la cual el más joven de su manada la estaba escuchando supo que pronto iba a haber otra persona  que proclamara el amor infinito entre esos personajes.

Saco su teléfono y no se dio cuenta de lo que hacía hasta que ya llevaba medio mensaje explicándole a Stiles la extraña obsesión que tenía Erica con esos personajes.

Se quedó congelado un segundo antes de cerrar el mensaje.

Si, habían dicho que podían confiar el uno en el otro, y dejaron en claro que son personas importantes el uno para el otro, sin embargo no estaba seguro de que tanto podían hablar por esos mensajes.

Hasta ese momento los únicos mensajes que se habían enviado el uno al otro fueron en momentos de estrés emocional. Nunca solo por hacerlo, no solo por mandar un comentario o una broma.

Cerró los ojos.

No sabía si era buena idea, pero desde la tarde la necesidad de hacer a Stiles reír, sonreír, relajarse con ellos había sido algo que no lograba controlar.

Cuando abrió los ojos de nuevo sus betas lo miraban con la misma expresión.

-Deberías hacerlo – la voz de Isaac lo saco de su ensimismamiento, dirigió su mirada al rubio chico y se encontró con un rostro preocupado – si, Stiles se divirtió hoy con nosotros – comenzó mientras se acercaba a él, tomaba su celular y abría de nuevo el editor de textos -  pero no sabemos que jugadas le hará su mente cuando llegue a su casa y este solo de nuevo –

-¿Quién dice que le iba a mandar un mensaje a Stiles? – cuestiono, algo molesto de que sus cachorros lo pudieran leer con tanta facilidad.

-Nosotros – contestaron los tres al mismo tiempo.

Con una sonrisa y un suspiro volvió su vista de nuevo al mensaje en blanco,  no sabía cómo comenzar.

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Estaba acostado en su cama cuando el mensaje llego.

Durante un momento el pánico recorrió su cuerpo.

Tal vez algo les hubiera sucedido, un accidente, un nuevo monstro, algo que les pudiera haber hecho daño, algo que él no podía controlar.

Abrió el mensaje y casi se desmaya de alivio al ver las palabras en su pantalla.

De Derek:

Por lo que parece pronto habrá otra persona que crea que McCoy, Spock y Kirk deban estar juntos.

Se quedó viendo a las palabras en la pantalla y una risa histérica comenzó a formarse en su estómago. Solo era un mensaje más, un mensaje que se podían enviar entre amigos, algo cotidiano.

Su risa escapo de los labios cerrados.

Solo le estaba haciendo saber las tonterías que los demás hacían mientras él no estaba ahí. Se dejó caer pesadamente sobre su almohada de nuevo, en esta ocasión con una sonrisa y un sentimiento cálido en el pecho.

Pensó en la mejor forma de responder a aquel mensaje.

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Pasaron algunos minutos en los cuales se quedó viendo el celular, en espera de que Stiles respondiera el mensaje rápidamente, cuando vio que eso no pasaba decidió que tal vez el adolescente  se había quedado dormido o algo parecido.

Dejo su celular en la mesa de la sala y se encamino a donde los betas estaban discutiendo la posibilidad de un trío entre los tres personajes principales de la película de Star Trek.

Esa noche Derek se la pasó riéndose de las tonterías que Erica decía para poder defender su punto, y preocupándose un poco sobre el estado mental de Isaac, ya que poco tiempo después comenzó a apoyar a Erica con sus argumentos.

Sin embargo, su mirada siempre se dirigía donde se encontraba su celular en espera de que la pantalla se encendiera y que comenzara a tocar el timbre que conocía tan bien.

Paso la mayor parte de la noche, y no fue hasta que los betas estuvieron dormidos que se decidió a ver su celular, tal vez el mensaje no se hubiera enviado.

Se sorprendió al ver que en realidad ya le había llegado un mensaje y que lo había hecho desde al menos dos horas antes.

Con rapidez tomo el celular, estaba a punto de abrir el mensaje cuando escucho el latido del corazón de una persona al otro lado de la puerta.

Tenso todos los músculos de su cuerpo, no importaba lo que pasara, en este momento tenía que proteger a sus betas, ellos confiaban en él de tal manera que ya no temían quedarse dormidos en su proximidad, había ganado su confianza a base de sangre y lágrimas, no los defraudaría ni aunque eso le costara la vida.

Con lentitud se acercó a la puerta, siempre procurando mantener sus pasos lo más controlados posibles, estaba a unos pocos centímetros de la misma cuando percibió la esencia.

Su cuerpo se tensó aún más.  Sin embargo, ya sabía quién estaba a fuera de su loft, en espera de ser invitado para entrar.

 -¿Qué haces aquí? – susurro con enojo.

-Solo quiero hablar contigo, Derek, no pueden continuar con esto – fue lo que escucho desde la parte de afuera – No es justo para ninguno de ustedes, y lo sé, pero no pueden continuar desafiando mi autoridad de esa manera –

-Scott, no sé si lo olvidas, pero sigo siendo un alfa, no importa que te haya cedido la mayor parte de las responsabilidades, mi estatus es el mismo que el tuyo –

-Derek, lo que están haciendo está fracturando la relación de la manada, nos está volviendo débiles – 

No creyó que en algún momento escucharía aquellas palabras por parte de Scott. De entre todas las posibles que pudo haber elegido aquellas eran las que más temía. Porque solo podían significar una cosa…

Scott se estaba perdiendo.

-Derek, ábreme la puerta, este no es un asunto que podamos discutir con una puerta de por medio – por un momento pensó en ignorarlo, en ir a su cuarto y encerrarse a contestar el mensaje que le había enviado Stiles, pero sabía que el joven alfa no respondería bien a eso.

Con reticencia abrió la puerta, encontrándose frente a frente con los ojos rojos de Scott.

-Contrólate McCall, estas entrando a mi territorio – le advirtió.

Cuando Scott ya estaba sentado en la sala y ambos estaban frente a frente por fin tuvo tiempo de revisar el mensaje que le había enviado Stiles.

De Stiles:

Erica tiene argumentos muy convincentes, y vamos, si  en la serie original Spock amaba a Jim solo por ser él, ahora en los reboots hay espacio para más amor

Sonrió y dejo que su mirada viajara a los ojos del otro alfa.

-No importa lo que digas Scott, nosotros estaremos ahí para Stiles –

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