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Sweet Rush [Boku no hero Academia] por soreto

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Notas del fanfic:

Pués un pequeño oneshot que fue el premio de un lector <3

A Midoriya Izuku, apodado en su infancia como Deku, le gustaba ayudar a la gente; aun si fuera peligroso para él, y a veces limitado por ser un Omega. Él no se preocupaba por eso, al menos ya no, algunos de sus amigos le animaron a no hacer caso.


Así que Deku ayudaba aquí y allá, afanado en su labor, desde pequeños actos, hasta hacer frente a un ladrón; por fortuna, el delincuente no tenía arma, y la victima en cuestión poseía gas pimienta.


La gente le insistía que era imposible, el por su parte, aunque tímido y algo retraído, no se dejaba aplastar por eso, intentando usar su natural agudeza mental para ayudarse; también que su mejor amiga, Ochako Uraraka, una Beta optimista algo incansable, le apoyaba, aunque no estaba tan de acuerdo con todos los riesgos que tomaba, al igual que su estoico amigo Beta, Tenya, quien en varias ocasiones lo reprendía por ser descuidado con lo que hacía.


Claro que ninguno de sus amigos lo delataban a su madre, una dulce mujer Omega, al igual que él, que era un tanto sobre protectora; básicamente, actuaba en secreto, impulsado por su naturaleza noble.


—¡Deku! — se quejó la castaña, al ver lo terco que podía ser el Omega de cabellos verdes—, escúchame, no digo que no ayudes a otros, solo piensa en tu seguridad...— pidió Uraraka, con Iida su lado asintiendo.


—Admiro tu sentido del deber— Se cruzó de brazos Iida, esperando que los otros guardaran silencio—, pero lo correcto sería que llames a la policía en esas ocasiones.


El joven Omega sin nada mejor que discutir, sabiendo como iría ese sermón que ha escuchado incontables veces, mordió una hamburguesa, y continúo mirando la mesa del restaurante de comida rápida en el que se reunieron.


Claro que esa platica no disminuyo su motivación, el admiraba a las personas que servían a la sociedad, como era el cuerpo de policía. Esta emoción, lo llevo a la complicada situación en la que se encontraba; siendo amenazado por una serie de jóvenes que estaban divirtiéndose golpeando un coche en un baldío.


Todo esto, notado por un oficial Alfa llamado Todoroki Shouto, que hacia una pequeña ronda por esa abandonada parte de la ciudad en una sencilla bicicleta; su presencia ahuyento inmediatamente al grupo de vándalos sin dar tiempo a que el oficial entendiera la situación, que pretendían desquitar su disgusto contra Izuku, que estaba acorralado contra el automóvil que daba a una pared de un edifico cercano.


—Oye, ¿Qué haces a estas horas? — pregunto Todoroki con expresión inexistente, viendo el daño del vehículo, y un tubo doblado junto al Omega, que intentaba calmarse.


La escena indicaba, dando paso al malentendido que lo llevo a ser arrestado por Shouto, quien lo observaba esperando una explicación lógica, de cómo el solo destruyo de esa manera propiedad ajena.


—Yo no...hice nada— comenzó Deku, sintiéndose algo sobrecogido por la fuerte presencia de Todoroki—. Intente detenerlo, quería ayudar... ¿Talvez haya cámaras en la zona?


El policía enarco sus cejas, algo incrédulo de que un Omega estuviera en esos lugares. Preocupado por la ansiedad que cargaba la esencia del Omega, intento suavizar su expresión, y llamo a alguien para que pidiera grabaciones de esa área en caso de haber.


—Tu nombre— pregunto Todoroki.


—Midoriya Izuku— contesto más tranquilo, con una sonrisa amable—. ¿Y el suyo? — pregunto educado el Omega, sonriendo. El Alfa no pudo evitar ver los rastros delicados en el rostro del otro, en especial las pecas.


—Todoroki Shouto.


Esas palabras reavivaron el entusiasmo de Deku, que se reconoció el nombre—. ¡Tú eres fantástico! — exclamo, sacando una pequeña libreta de sus bolsillos—. Eres uno de los policías con mayor índice de criminales atrapados, y ....


El Alfa vio curioso, y algo mareado, el discurso de Deku; cansado de lo interminable que parecía, lo detuvo con otra pregunta.


—Entonces, sino fuiste tú... ¿Qué hacías?


Deku se sonrojo al pensar en sus razones, y lo loco que parecería frente a alguien que admiraba.


—Bueno...yo...— balbuceo, no queriendo contestar, pero no quería quitarle más tiempo a Todoroki, sin mencionar lo preocupada que estaría su madre—. Ayudo...si veo que alguien tiene problemas, esa es la...razón.


—¿Exponiéndote? — le recrimino Todoroki, sin cambiar en lo más mínimo su expresión.


—¡Pero si alguien tiene problemas debemos ayudar! — Se levantó Deku, empujando su silla hacia atrás.


Todoroki dejo que la sorpresa cambiara su rostro, con un deje ligero de admiración; el Omega decía eso con tal convicción, que le quito las palabras.


Y también, aunque en el momento, el frio, con frecuencia cortante Todoroki Shouto, quedo cautivado por el Omega, que tenía unos grandes ojos verdes, nobles, dulces, pero firmes. Por su parte, Izuku sentía el corazón en su pecho retumbarle, más allá de admiración, sino por otras cosas, que esa amabilidad innata, que el Alfa disimulaba con frialdad le provoco; nada definido, pero ahí estaba.


Todoroki e Izuku se miraron lentos minutos, el Omega indeciso de entrar a su casa, y Shouto desde una patrulla que tomo para llevar a Deku a su casa.


—Ten cuidado, no intentes cosas sin pensarlo— las palabras eran algo rudas, pero tenían un atisbo de preocupación en ellas.


—Gra-gracias— contesto con un sonrojo, intentando alargar más el tiempo con Todoroki—. Por cierto...me llaman Deku, sé que no tiene que ver...pero solo eso.


El policía le miro sorprendido, pero le respondió con una sutil sonrisa, con sus ojos gravándose en detalle aquellas pecas que adornaban las mejillas sonrojadas del Omega. El Alfa dejo que su curiosidad le llenase sus pensamientos, capturados por el peculiar, e intrépido Omega.


Lo sucedido, le fue contado a una emocionada Uraraka, que estaba casi saltando en una silla del restaurante familiar, perteneciente a la madre de Izuku, en el cual también este tomaba parte; el negocio era pequeño, pero bastante movido.


—¡Tienes que buscarlo! — le animo la chica, ignorando como Izuku parecía entrar en pánico avergonzado— Vamos Deku, eres lindo, y tienes un enorme corazón— se sinceró la muchacha, quitándole la libreta de ordenes el Omega y escribiendo ella misma su orden.


—¿Pero por qué? No quiero molestarlo, el parece estar muy ocupado...


La chica no contesto, y desvió su mirada a espaldas de Izuku, donde estaba sentándose un hombre con una peculiar coloración de cabello bicolor, perteneciente al reconocido oficial Todoroki Shouto, quien, aunque nunca lo admitiría, busco información de Deku, preocupado por su bienestar, entre otras cosas.


La casualidad comenzó a unirlos con frecuencia, con intervención de una preocupada Beta, que siempre temió que cualquier Alfa egoísta se fijara en la nobleza de su amigo, todo esto en compañía de Tenya, que intentaba controlar a Uraraka.


Ambos siempre temieron que quien se enlazara con Deku, buscara controlarlo, y quitarle esa chispa especial, y su bondad, que lo hacían alguien imprudente cuando quería ayudar. Varios Alfas fueron crueles con más joven, burlándose de sus intenciones, e intentos.


<<Ese no es tu lugar... ¿Qué no sabes que eres un Omega?>>


Pero la plática que tuvo Deku con aquel Alfa, hicieron ilusionar a la Beta, de encontrar alguien que mereciera a su amigo, que le quisiera más allá de tener hijos; esos pensamientos, terminaron por convencer a Tenya, que también animo las intenciones de la castaña.


Así, ya intencionalmente, comenzaron a pasar tiempo juntos; la dulzura de Todoroki se mostraba, reafirmando su honestidad con su trabajo, y con el interés a Deku. Un beso en la mejilla por parte del Alfa fue el comienzo de otras cosas, una inocente declaración.


Un beso en los labios, fue la aceptación de ambos a lo que sentían, intimo, lento, y cargado en cariño.


Todoroki, acaricio el cuello del Omega en sus brazos, como siempre hacia cuando lo veía, permitiendo que Izuku también se confortara en su esencia. Cuando estos podían hacerlo sin ser vistos.


—Chicos, ¿Ya se van? — pregunto la madre de Izuku, viendo a asustada pareja en la entrada— ¿Están bien? — La mujer ignoraba lo que estaban haciendo los jóvenes, despidiéndoles con buenos deseos.


Nadie anticiparía lo atento que podía ser el Alfa; Izuku se sentía feliz, aceptado por lo que era, y no por lo que tenía que ser. Compartiendo su esencia, se abrazaron al caer la tarde, con sus rostros hundidos en el cuello del otro.


Y continuaron abrazados hasta que tuvieron que separarse, deseando volver a verse.

Notas finales:

Aqui son mayores, no se de donde salio la idea jaja.

gracias por leer <3


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