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Tú... Yo, Un Dragón y un Arquero. por Akatsuki-san

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Notas del fanfic:

Antes que nada, déjenme aclarar ciertos puntos:

 

Fred no murió, sigue vivo.

 

Sirius tampoco murió, y ya luce una condición más saludable y sin barba, también es un reconocido auror nuevamente.

 

Severus si protegió a Harry e hizo todo lo que paso en los libros, pero tampoco murió y no poseía la marca tenebrosa, en pocas palabras, si estuvo a las órdenes de Voldemort, pero nunca se unió oficialmente.

 

Narcisa murió en la guerra y Lucius está en la prisión de azcaban; la custodia de Draco la tiene Severus.

-Fred y George vendrán a pasar unos días con nosotros, la profesora McGonagall les ha dado permiso, y se quedaran con nosotros en nuestro dormitorio Harry, será como en los viejos tiempos.


-Eso es genial Ron, por fin siento que tendremos algo de paz luego de la guerra, y que más dice la carta.


-Solo eso, pero se supone llegan hoy en la noche, me imagino que, a la hora de la cena, ellos solo piensan en comer.


-Cuidado con lo que dices ron… cuidado.


Los dos Gryffindor se fueron asía su torre, para dejar sus libros, y de paso ver si Hermione les podía ayudar con la tarea de transfiguración, Harry quería tener un merecido descanso, después de todo, apenas acabara la guerra el joven se vio en la necesidad de calmar multitudes de magos y brujas de todas partes del mundo mágico, que pedían una entrevistas con él y sus amigos, claro que una vez la escuela fue reparada las cosas se calmaron un poco, aun así sentía que el ritmo de las cosas seguía un poco agitado y solo ansiaba un poco de tranquilidad, ya que no poseía ningún recuerdo de algún año en Hogwarts que haya sido tranquilo.


Mientras que para algunos las cosas poco a poco se iban calmando, para otros se agitaban más, como la marea que azota contra los riscos anunciando una tempestad, así paso el resto de la tarde entre gritos y risas de los alumnos de las cuatro casas, una que ora pelea y uno que otro accidente a causa del mal manejo de las escobas por parte de los alumnos de primer año.


La tarde pronto daría paso a la noche y con ello, la bienvenida a la cena, y la última clase era pasiones con el profesor, Severus Snape, como siempre Gryffindor y Slytherin enfrentándose en un duelo mudo para ver quien ganaba más puntos o en todo caso; quien asía que la casa contraria perdiera más.


Para Severus ver a sus alumnos en una guerra tonta e infantil como la que se llevaba a cabo en su salón de clases cada que le tocaba con esas dos casas, las cosas no terminaban del todo bien, y por ende siempre ambas casas terminaban con la misma cantidad de puntos restados, pero tal parecía que quedar empatados a ellos no les interesaba y por eso la próxima clase se seguirían molestando para ver si alguien llegaba al desempate, siempre llegaba un punto en el que pensaba que con tal de que los imbéciles que tenía por alumnos; dejaran sus estupideces, la idea de pasarles el año con una calificación aprobatoria sonaba tentadora. Suspiro exhausto y se paseó entre las mesas de trabajo para ver quien había hecho la pasión correcta, como siempre muy pocos habían logrado hacerla, entre ellos como siempre, Draco. El peor de todos siempre era Potter junto con el sr Longbotton, esos dos jamás aprenderían que estando juntos hacían un pésimo equipo, y a pesar de que cuido de Harry y hasta cierto punto le tenía estima solo por ser hijo de la que fue su mejor amiga, eso no quitaba que se sintiera decepcionado y lo tuviera en la mira; cuando descubrió que hacia trampa en su clase en el año pasado cuando lo cacho con el que fue su libro de pociones, ese pequeño detalle casi hace que repruebe el año, claro que con los sucesos que acontecieron después todo quedo suspendido, pero él no olvidaba.


Pronto se escuchó el toque de el gran reloj anunciando el fin de las clases por el resto de la semana, para muchos era un alivio y para otros solo anunciaba muerte, ya que la siguiente semana seria evaluación, y muchos alumnos en su mayoría Gryffindor no habían estudiado lo suficiente, entre ellos, Ron y Harry, que preferían ahogar sus penas con comida.


En medio de la cena; dos escobas entraron por los ventanales y arrojando golosinas y pirotecnia, los hermanos Weasley anunciaron su llegada, y era inicio de la tormenta.


En el cuarto de Ron y Harry, se veía a los hermanos Weasley, Neville, y Harry, comiendo ranas de chocolate, grajeas de todos los sabores y otros dulces que jamás en su vida había visto o probado, mientras reían y contaban todo tipo de anécdotas.


-Muy bien chico, hay que comenzar…


-Con la verdadera diversión, ¿no es hacia Fred?


- Muy cierto George.


-A ver cada uno tome unas hojitas y escriban…


-Una pregunta escandalosa o un reto.


-Y luego doblen el papel sin que se vea su contenido.


Una vez listos los papeles los más grandes de la habitación se dispusieron a revolver los papeles y el juego dio inicio, algunas preguntas eran graciosas, mientras que otras era muy... muy subidas de tono, para quien se negara había dos botellas de wiski de fuego, esto no terminaría bien para alguien en particular.


Mientras tanto en otra habitación, más específica, en las mazmorras…


-Gracias por ayudarme Dragón.


-No te preocupes padrino, no es molestia… prefiero estar aquí que, en mi habitación por el momento, mis amigos están castigados y yo me aburriría estado solo.


-Sabes que cuando estamos tu y yo solo, puedes llamarme por mi nombre o por que no por el apodo que me decías de pequeño.


-S…Sevi… dios era un niño cuando te llamaba así, pronto cumpliré 17 años, prefiero llamarte padrino o por tu nombre... mira…S…Se…Se… haaa que vergüenza.


-Sabes que no tengo ningún problema en que me llames “Sevi”; aún recuerdo cuando corrías asustado hacia mi mientras me llamabas por ese nombre y te escondías entre mi túnica, haciéndome prometer que si veía a Lucius o Cyssi no les diría que te había visto. Y luego yo habla con ellos para enterarme que habías roto otro objeto de valor familiar o escondido las varitas de tus padres, y aun así yo terminaba defendiéndote y terminaba contándote algún cuento de tus libros favoritos y te quedabas dormido.


-Eso fue hace muchos años, y yo también los recuerdo, son muy buenos recuerdos de mi infancia, y creo que el hecho de que la muerte de mis padres no duela tanto, es porque te tengo a ti con vida, si tú hubieras muerto en la guerra yo… yo no sabría qué hacer; yo no podría cuidar de él, tal como tu hiciste conmigo de pequeño… a pesar de que ellos fueron mis padres, cada vez que pienso en mi familia la imagen tuya enseñándome a leer y escribir, la primera vez que me salió un hechizo y aunque falle en hacerlo, tú me felicitaste y me dijiste que estabas orgulloso, tu imagen es la que aparece y no niego apreciar a mis padres pero… me hubiera gustado que me prestaran más atención y sé que me amaban… pero tú eres la persona a la que yo veo como mis verdaderos padres… en ti vi una madre cada vez que me sanabas las heridas causadas por mis descuidos o por correr en lugares donde habías dicho que no lo hiciera, y un padre cada vez que yo te decía que un troll se escondía debajo de mi cama y tu llegabas diciendo que no había nada y que yo sería un gran mago y algún día lo derrotaría… jajajajajaja de solo acordarme de eso hace que quiera regresar a esa edad y volver a pensar que la vida es tan sencilla como cunado comía ese trozo de pastel que me dabas después de mis largas horas de lecciones con los tutores privados.


El joven Malfoy saco un suspiro aliviado y se vio apresado por los cálidos brazos de su padrino que en silencio comenzó a arrullarlo mientras poco a poco Draco dejaba salir el llanto que no había dejado escapar desde la guerra acontecida… cuando por fin se quedó dormido… Severus lo acomodo en la cama y lo cubrió con las mantas y salió de ese cuarto para ver otro que estaba hecho un desastre, que no le tomaría mucho tiempo recoger con su varita, pero por alguna extra razón, nunca le había gustado hacer el aseo con magia, tal vez porque de niño su padre jamás le dejo usar magia en casa y la costumbre se le quedo, pero solo tenía ganas de dormir, así que cerró la puerta con cuido y durmió cómodamente en el sillón.


Volviendo con los Gryffindor…


Un Harry pasado de copas, comenzaba a ser el objeto de un juicio muy nublado que paso a ser la diversión de la reunión, sobre todo cuando Fred y George aprovechando la situación lo llamaron cobarde, ya que había aceptado hacer muy pocos retos y no contesto todas las preguntas, ahí el porqué del motivo por el cual era el más embriagado de todos.


-Entonces George, el gran HARRY POTTER no puede cumplir con un simple reto…


-Así es Fred… Potter tiene miedo.


Ambos gemelos comenzaron a reír sin para hasta que cayeron al suelo y un Harry pasado de copas era sumamente ingenuo, ya que claramente no vio que los hermanos tenían la intención de picarlo y que él solito se echara la soga al cuello.


-yoo…yo… no soy…hip…ni…ningún cobardesss.


Ron y Neville se partían de la risa al escuchar a su amigo hablar, y sobretodo porque barría mucho las palabras con s, era tan gracioso.


-Entonces, mi buen Harry, Mañana al medio día…


-Tendrás que haber obtenido un objeto valioso…


-Pero no cualquier objeto…


-Sera una fotografía…


-Del cuarto del profesor Severus Snape


Con tan solo escuchar el nombre, Harry palideció y por un momento sintió que todo el alcohol ingerido le vagaba de golpe, solo alcanzo a inclinarse mientras vomitaba y luego se desmallaba sobre su propio vomito. Los presentes por un momento callaron; pero luego de observar que Harry aun respiraba, solo comenzaron a reírse nuevamente mientras tomaban fotos de su inconsciente amigo.


Al día siguiente, el niño que vivió tenía un tremendo dolor de cabeza causado por la resaca… su pelo estaba cubierto de lo que creyó ser la cena de ayer, pero solo que esta estaba seca y en partes de su boca… el recuerdo de reto cayo en su cabeza como un balde de agua fría, eran las 10:15 de la mañana lo que le dejaba un total de una hora con cuarenta y cinco minutos, porque Harry Potter jamás rompía una promesa, así que saltándose lo que debió ser el desayuno y al darse cuenta que sus “Amigos” lo habían abandonado en la habitación, tomo su capa de invisibilidad y el mapa del merodeador y diviso al profesor de pociones, porque rayos tenía que ser el cuarto de Snape, pudo ser cualquier otro maestro,


Pero claro, eso no sería divertido para los gemelos Weasley. Así que resignado, se colocó la capa y comenzó a caminar asía las mazmorras y una vez frente a la puerta del maestro, saco el mapa y se aseguró que nadie estuviera dentro del cuarto, tomo la manija de la puerta, pero esta no cedió, así que, con algunos conjuros aprendidos de su amiga, abrió la puerta.


Cuando se adentró al cuarto se sorprendió al ver que este no era un simple cuarto, toda la habitación era tan grande como la casa de sus tíos en Londres Muggle, contaba con una sala muy acogedora y varias puertas, pero no había tiempo que perder, aunque el hecho de que el maestro tuviera todo ese espacio para el solo provoco su curiosidad, tenía que apurarse, si no, Snape volvería y era capaz de torturarlo con más maldiciones que el mismo Voldemort, y lo admitía, el profesor de pociones le causaba más miedo que el señor tenebroso; y estaba seguro que no era el único.


Así que comenzó a tratar de abrir las puertas de las habitaciones continuas, pero la mayoría estaban cerradas con más de un encantamiento, el maestro era el más listo incluso sospechaba que era más listo que la misma directora y que llegaría a ser igual de sabio que Albus o incluso más, pero eso no quitaba que fuera aterrador encontrártelo en los pasillos.


Comenzaba a darse por vencido con las puertas, hasta que diviso una que era diferente a las demás puertas de caoba oscura, esta tenia cientos de estrellas grabadas en la madera, era muy bonita, a decir verdad, cada detalle de la puerta era prolijo y limpio, una verdadera obra de arte, si es que sabía que era una… así que tal como hizo con las puertas anteriores, tomo el pomo con la mano y giro, sorprendiéndose que la puerta de aquella habitación cediera, y sus ojos se abrieron enormemente, la pupila se dilato e incluso se quitó los anteojos para ver que lo que había delante de él era verdad, en aquella habitación pintada de un color crema que le daba un toque muy cálido al lugar, había cientos de juguetes y peluches, todos regados por el piso y la cama, la cama era enorme y con un dosel del cual caían varia tiras de seda semitransparente como cortinas, ver el techo era alucinante, había varios dragones volando y dando piruetas y llamaradas, también había un barco que navegaba movido por las olas, también sirena y mientras más miraba el techo más cosas aparecían en este, las paredes tenían muebles de madera fina y también tenían eso detalles de estrellas en las puertas y bordes, sin duda alguna era una habitación genial, incluso para el que ya no era un niño, no le importaría dormir en aquel cuarto.


Estaba en su ensoñación, hasta que recordó porque estaba ahí, con ello muchas preguntas y dudas llegaron a su mente; ¿Por qué Severus tenía una habitación como esa? Acaso ¿tiene sobrino o hijos? ¿era casado? Preguntas como esas venían a su mente, mitras buscaba sobre los muebles alguna foto, no tena planeado revisar las cosas del maestro, ya comenzaba a darse por vencido nuevamente, la cabeza le seguía doliendo y viendo que la cama lucia demasiado cómoda y lo incitaba a dormir en ella, se prometió que solo serían 5 minutos, sin cuidado alguno se tumbó en la cama, olía tan bien, como a lavanda y manzanilla, tan cómodo estaba que jalo el enorme almohadón y el brillo de la luz reflejado en el vidrio llamo su atención, se hinco en la cama y vio que era una portarretratos, estaba punto de darle la vuelta, cuando su varita comenzó a echar un destello azul, eso alerto a joven que quedaba poco tiempo, tomo la foto, y la metió entre su túnica, acomodo la almohada tal y como estaba, y colocándose su capa y con el mapa en mano salía lo más rápido del sitio.


Faltaban 7 minutos para las12 del día, así que gurdo la foto en el baúl, tomo ropa limpia y procedió a meterse a bañar, tenía hambre, buscaría en las cosas de Ron a ver si tenía alguna golosina, cuando salió de bañarse se dio cuenta que sus amigos ya estaban ahí,


-Chicos veo que ya volvieron, no se hubieran preocupado por mí, que bueno que ya desayunaron.


-Harry, yo les dije que te esperáramos, pero ya sabes como son, ellos nunca hacen caso.


- Cierto George.


-Cierto Fred.


-Bueno Harry, listo para perder el reto y ganarte un castigo por lo más humillante…


- Y vergonzoso.


-Que lastima por ustedes, pues mientras que algunas personas se encontraban comiendo yo fui al cuarto del maestro y conseguí la foto, así que son ustedes son los que me deberán algo.


-Espera Harry, acaso estás loco, como se te ocurre ir al cuarto del profesor Snape, puede matarte si se entera… o peor te torturara hasta que pidas tu muerte.


-No es para tanto Ron, me asegure de que nadie estuviera cerca y dentro de la habitación.


-Y dinos Harry ¿Cómo es? Ya sabes… su cuarto.


-Tiene herramientas de torturas y cráneos por todas partes, o esas esposas que cuelgan del techo para colgar a sus pobres víctimas.


-Nada de eso Neville, su cuarto o mejor dicho su casa es enorme y la mayoría de las puertas estaban cerradas, pero sin duda alguna el profesor Snape no tiene nada que envidiarle a la mansión Malfoy.


-Harry estás hablando enserio, estás hablando de una mansión, como cabría una mansión en una mazmorra, además, de qué manera un maestro de pociones pagaría una Mansión.


-Con un hechizo, de que otra manera…


-Y ¿cómo conseguiste la foto si los cuartos estaban cerrados?


-Había un cuarto chicos un, enorme cuarto y era increíble, con dragones y barcos, también sirenas y muchas estrellas y…


-Harry… creo que estás alucinando, porque Severus tendría una habitación como esa en su “mansión”.


-Y la foto Harry, ¿Dónde está?


-Oh sí, esperen…


Harry revoloteo entre su baúl y tomo la foto, de manera que lo que contenía se viera boca bajo,


-A la cuenta de 3 volteare el cuadro, listos.


-Uno.


-Dos.


-Tres.


Cuando volteo la foto se sorprendieron de ver en la imagen a dos jóvenes, uno de ellos sonriendo tímidamente a la cámara, de cabello largo hasta los hombros, piel pálida como la nieve, y unos brillantes hijos negros, abrazándolo por la espalda se encontraba un chico más alto que el otro, con la cabeza recargada sobre su hombro, parecía que le susurraba algo al oído y luego alzaba la barbilla del chico pequeño para darle un tierno beso en los labios, que al final del beso sus mejillas pálidas obtenían un lindo color rosado. La imagen en la foto termino y se volvió a repetir, dejando a muchos sin palabras, que rayos significaba eso.


-Harry, ese joven de la foto ¿no es Sirius? Pero si ese es Sirius…el joven de ojos negros es el…pro…pro…fesor Snape.


-Que… No…No Ron, eso es una locura, Sirius y Snape se odian a muerte, ni siquiera se dirigen la palabra.


-Pero Harry, son idénticos.


-Aguarda un momento Harry, estos chicos llevan el uniforme de Slytherin, así que no pueden ser ellos,


- ¿Entonces quién es?


-Yo… yo creo que lo he visto en otro lado…


Todos estaban concentrados tratando de recordar quien era el joven de la foto, a todos les quedaba claro que el más pequeño era el profesor de pociones, pero y el otro.


De repente la puerta se abrió espantando a los chicos que, por el susto, provoco que tirarán el retrato, haciendo que el cristal se rompiera, los jóvenes voltearon a ver quién había entrado en la habitación… para sorpresa de ellos.


-Sirius… que …


-Harry, que rayos hacían…  uummn que tenemos acá.


El ceño de Sirius se frunció al observar la foto, se le notaba molesto, sobre todo cuando aprecio que el marco se había dañado y el cristal se había agrietado. Para Harry no pasó inadvertido el enojo de Sirius, los hermanos Weasley salieron de la habitación junto con Neville, dejando solos a los dos.


- ¿De dónde sacaron esto?


Harry, se encontraba asustado, su padrino nunca le había hablado de esa manera, ni siquiera cuando se trataron de asuntos serios como en la guerra.


-Yo…yo... hice una apuesta, y entre al cuarto de pro…profesor Snape y encontré una habitación y ahí estaba la foto.


- ¡Harry¡ ¡no debiste de entrar ahí!, ¡no debiste tomar la foto!, ¡el marco se ha dañado y!… perdonadme no debí alzarte la voz. Pero Harry, esto no es tuyo, y debo decirte que esta foto que tu tomaste es muy importante para mí, pero sobre todo para otras dos personas, por eso no debiste tomarla.


- ¿Quién es el de la foto Sirius, su rostro se me es familiar?


-Es… es mi hermano menor, Regulus Artur Black; esa foto se las tomo Lucius, era nuestro último año, Regulus llevaba enamorado de Severus desde que lo conoció, a partir de segundo año comenzaron una relación, y ese último año, Reg le pidió matrimonio, y un año más tarde se casaron.


-Quieres decir que el profesor Snape es casado.


-Lo es, Regulus era mortifago, él se unió a las filas del señor tenebroso por órdenes de nuestros padres, Severus lo sabía, incluso yo intente romper su relación varias veces, y no porque me preocupara que algo le pasar a él, sino porque yo… también me sentía o siento atraído por Severus, pero a diferencia de mi hermano, él tuvo el valor de confesarse, yo solo deje que el tiempo pasara, y mientras más corrían las estaciones, yo buscaba su atención desesperadamente…le jugué  todo tipo de bromas junto a tu padre y demás amigos… yo fui quien lo alejo y mi hermano fue quien estuvo ahí para consolarlo, me senté a esperar a que terminaran; pero eso nunca sucedió… y finalmente, cuando me entere de su compromiso… deje de hablar a mi hermano, yo solo me mentía al decir que Regulus y yo nos habíamos distanciado debido a que nuestras creencias eran diferentes o almenos eso era lo que yo quería creer, pero admitir que su boda con Severus era el motivo de mi quiebre emocional era patético… la guinda en el pastel fue cuando me llego la invitación para su boda; como después de haberle dejado de hablar… me quería a su lado…en el día más importante de su vida. Yo fui con la invitación en mano y se la arrojé en su cara…le dije que no quería nada de él…y antes de irme… llame Sangre sucia a Severus, le dije que su unión solo traería vergüenza a la familia, mi hermano no aguanto las provocaciones y terminamos enfrentándonos en un duelo de magia: los hechizos surcaban el espacio entre ambos y estábamos tan parejos… yo sabía en ese momento que mi hermano era mejor que yo, aun así ninguno de los dos termino la pelea… Sev apareció y me lanzo un hechizo que no conocía… por un momento pensé que era alguna maldición imperdonable…pero me di cuenta que no…me encontraba tirado en el suelo mientras veía como Severus corría al lado de mi hermano y la mirad preocupada que le daba a él mientras que a mí me ignoraba; basto para aceptar que él jamás seria mío.


- ¿y que paso con tu hermano… arreglaron las cosas?


-Regulus salió herido en la guerra, y no precisamente por desobedecer al señor tenebroso, sino porque la orden del fénix desconocía y solo Severus y Albus conocían, era que Regulus le daba información de los avances del Lord, el que hirió  a Regulus no fue un mortifago, fue ojo loco, hace dos años, tal vez viste su cara en algún ataque, Severus nunca le reclamo a Alastor, pero tampoco se volvió a aparecer en las reuniones de la orden, yo no lo supe, hasta una semana después de su internación, casi nadie sabe que Severus está casado, y aunque suene cruel y malo de mi parte, no perdí mi oportunidad de intentar algo con él, pero se negó y me dijo que no amaría a otro hombre como ama a mi hermano, así que me ofreció su amistad. Hasta hace poco yo descubrí un pequeño detalle muy interesante acerca de esos dos, por eso le regalé en portarretrato.


Sirius tenía un aire melancólico y parecía que pronto caería en un abismo. Así que Harry de apuro a cambiar el tema.


-Perdón, no sabía nada, y de a ver sabido, jamás hubiera tocado o entrado a la casa del maestro, pero aun no comprendo, porque hay una habitación como esa en su casa o mansión.


- ¿habitación? Que habitación Harry.


-La de la puerta con estrellas.


-Entraste ahí, es alucinante verdad, Regulus tiene el mismo móvil de esqueletos en el cuarto como yo en el mío.


-Así que por eso se me hacía conocido, cuando lo vi, pensé que ya lo había visto antes pero no recordaba donde.


-Si… Regulus y yo teníamos muchas cosas iguales…


Los dos estaban enfrascados en la conversación, pero el estómago de Harry gruño, así que interrumpieron su plática para otro rato y se dispusieron a caminar a la cocina, Sirius se ofreció a devolver el cuadro en su lugar luego de repararlo, y así el fin de semana paso, dando la bienvenida a la semana de exámenes, Hermione como siempre tenía las mejores calificaciones de su casa, mientras que Ron y Harry sufrían por pasar las materias, mañana habría examen de pociones, incluso Granger están estudiando, ya que eran contados los que pasaban la materia, la máxima calificación que había sacado su amiga en pociones era un 8, no como Draco, él era el único que sacan 10, el mejor en materias dentro de su casa, y le falta poco para ser el mejor alumno de la escuela, claro que con Severus como padrino de Malfoy que más se podría esperar, y lo sorprendente era que el joven príncipe de las serpientes se paseaba por la escuela de los más divertido viendo a la mayoría estudiar para no reprobar el año, se le podía ver comiendo, limpiando su varita, y en algunos casos hasta corrigiendo las respuestas erróneas de algunos alumnos, y era tan desesperante verlo tan tranquilo mientras ellos sufrían.


Por fin el día más temido par muchos llego, el examen de pociones, muchos ya ni tenían ganas de entrar en el salón sabiendo cómo les iría, otros están más que nada resignados a su mala suerte, y la minoría seguía estudiando su libro, por si acaso.


La clase lleva casi 45 minutos de haber empezado y el profesor Snape no aparecía y Draco Malfoy tampoco daba señales de vida. En los rostros de los alumnos y me refiero a todos, se podía ver claramente una gran sonrisa, como la del gato de Alicia, pues como el maestro no venía, eso quería decir que no habría examen… pero como algunos decían, no nombren al demonio, porque solo lo invocan, la puerta del salón se abrió, y el primero en entrar fue el Príncipe de las serpientes, su uniforme lucía perfecto como siempre, sin ninguna arruga sobre la tela, pero para todos los presentes no pasó inadvertido las grandes ojeras que se asomaban debajo de sus ojos, incluso con su aire orgulloso y prepotente… se podía ver que el chico lucía demasiado cansado, los pasos eran cortos y en el cualquier momento caería desplomado en el suelo, por fin llego a su asiento y ni tarde ni perezoso, se acomodó de la mejor forma posible y solo dejo que su cuerpo cayera. Aunque esto si conmocionó al cuerpo estudiantil, nada los preparo para lo que ocurrió en el siguiente instante.


Nuevamente la puerta fue abierta y por ella entro el profesor Snape, los jóvenes estuvieron a punto de caer de sus sillas, las jovencitas tenían un tenue carmín en sus mejillas y Ron que había empezado a comer, se estaba ahogando con un trozo de pastel de calabaza, Harry estaba apurado limpiando sus lentes pues creía a ver visto mal, nuevamente se los coloco; pero la imagen seguía siendo la misma, Su maestro, el temible maestro de Pociones se encontraba frente a ellos, sin su túnica y con ropa normal, un pantanos negro de vestir, ajustado a su largas piernas… con una camisa en un tono azul marino tan oscuro que parecía negro, desabrochada en los tres primeros botones, exponiendo su clavícula y piel pálida a la vista de todos con el cabello recogido en una pequeña coleta alta, dejando caer algunos mechones de cabello a los lados de su rostro, que solo lo acentuaban y enmarcaban. También aparentaba estar algo cansado, pero si verlo de esa manera no fuera poco, el verlo sonreír provoco un ataque cardiaco a todos, incluso Neville perdió la conciencia, el Joven Malfoy parecía haber entrado en el quinto sueño, por lo que el maestro pidió que guardaran silencio, poco a poco fue entregando las pruebas diagnósticas, para la alegría de todos (almenos los que si estudiaron) era teórica, la prueba comenzó y Draco a pesar de despertar tarde fu el primero en entregar la prueba, solo para poder dormir nuevamente.


Algunos parecían querer asesinarlo con la mirado y otros miraban fijamente el examen que estaba en manos del maestro, como si pudieran ver a través del papel, y copiar todas las respuestas, el tiempo cada vez era menos y algunos ya mejor habían entregado el examen con almenos dos preguntas contestadas, que según ellos tenían la esperanza de estar correctas.


Severus lucia lago inquieto en su asiento, y no era por las miradas que estaba recibiendo de parte de sus alumnos y alumnas, era algo más que lo estaba inquietando, y tal parece que la única, l menos por el momento se dio cuenta de ello, fue la leona de cabellos alborotados.


-Profesor…


-Diga señorita Granger.


-Si usted tiene algo más importante que hacer o le preocupa algo, porque no nos deja vigilando con algún otro maestro.


Y claro que Severus tenía algo más importante que vigilar a sus despatarrados alumnos para que nadie copiara el examen de otro, o que hicieran trampa, pero estaba seguro que ni con el libro afuera sabrían dónde buscar las respuestas, todos eran un panda de babosos retrasados, excepto Dragón y tal vez la señorita sabelotodo, él era la única variable, iba a contestar cuando…


Una pequeña vocecita aguda se escuchó en los pasillos, para luego abrir la puerta del salón de pociones de un azotón que provoco que Draco despertara y al ver quien era, soltó un suspiro de resignación, tal parece que ni en el colegio estaría a salvo de ese pequeño remolino con patas, estaba seguro muy seguro en alguna parte de su mente, que él había sido un niño más calmado en su infancia.


-Mami…Mami, mira lo que me dio la abuelita Walburga, medio una bolsita con muchos galeones dorados y el abuelito Orión me dio el mapa del tesoro, y lo iré a buscar yo solito, y tú serás mi ayudante, y y y vamos a navegar como en los barcos piratas y Dragón cuidará de la cubierta, habrá monstruos como en mis cuentos ¿verdad Mami?


El pequeño niño, para ser exactos de 3 años, de piel pálida y de cabello rizado y ojos color tormenta (Gris azulado), estaba corriendo por todo el salón dando vueltas mientras agitaba un saquito rojo que sonaba las monedas que traía adentro, mientras con la otra mano agitaba un trozo de papel viejo, pero aun así se le notaba lo emocionado y feliz que estaba…por eso nadie se atrevió a decirle que los piratas ya no existían, aparte que nadie sabía a quién llamaba Mami, y de donde había salido, y en cámara lenta vieron como Severus se movió de su asiento y se agachaba a la altura del pequeño mientras habría los brazos con una enorme sonrisa adornando su rostro, y el niño corría a sus brazos, este lo alzaba en ellos, sujetándolo a su cadera mientras besaba las rojas mejillas de su bebé, y le acomodaba los cabellos atrás su oreja, el niño le susurraba al oído como si fuera un secreto entre ambos, para luego voltear hacia los otros alienígenas, pues el pequeño en su mente, se imaginaba que estaba en el castillo de un rey marciano; que tenía secuestrado a su madre y él lo salvaría de sus tentáculos, por lo tanto el salón de clases era un calabozo y los alumnos eran los guardias enviados por el rey marciano para evitar que se llevar a su mamá, el niño se bajó de los brazos de su madre y comenzó a correr por el salón hasta que sus brillantes ojos Gris azulado se fijaron en los plata de Draco y de nueva cuenta los gritos de “guerra” no se hicieron esperar.


- ¡Dragón! ¡hay que liberar a mamá de los alienígenas! ¡Ayúdame!


Draco no tenía ni la menor idea de que rayos era un alienígena, pero aun así se levantó de la silla y con pesadez, pero cambiando su expresión a una más alegre, se agacho y comenzó a conversar entre susurros con el niño y de pronto ambos eran los que se encontraban corriendo en el salón, mientras el niño saca chispas de sus pequeñas manos, que era claro signo de que ya estaba aprendiendo a dominar la magia, y Draco por su parte saco su varita y de igual forma solo arrogaba chispas inofensivas a sus compañeros, los compañeros del Slytherin lo miraban sin comprender la situación, ya que ver a un Malfoy correteando por ahí de esa forma era surrealista; pero algo quedo muy claro, ellos eran los alienígenas.  


En un intento del pequeño por hacer las chispas más grandes, estas rebotaron contra él, quemándose su manita, los ojos se pusieron brillantes, el maestro corrió hasta el, y lo cargo, mientras el niño lloraba en brazos de su madre, nadie se había atrevido a decir algo, hasta que Ron estallos a carcajadas, pues que al niño le haya rebotado la magia, le hizo gracia, claro que pronto se dio cuenta de su error, pues el pequeño bebe se dio cuenta que se reía de él, lo que provoco que el llanto volviera, y la mirada de muerte que se llevó por parte del maestro y Draco fue suficiente para que se callara.


El llanto en salón era fuerte, algunos podían decir que era un niño berrinchudo y más por la manera en el que el Profesor Snape lo sostenía todavía en brazos, algunos todavía no podían con la imagen frente a ellos, otros más trataban de saber si eran parientes, pero sus mentes eran un caos total tratando de encontrar alguna solución, Draco le daba más galeones de oro al niño para que dejara de llorar, y Severus, de quien sabe dónde; sacaba una hermosa figura de un Dragón que a simple vista parecía ser más costosa que las casas de muchos de ellos.


Matarían por hacerse de esos galeones y la figurilla.


Un poco más calmada la situación, los alumnos volvieron a sus exámenes, el maestro le había dado a su retoño un par de pergaminos y una pluma, el niño se divertía tanto dibujando en ella, a la edad de 3 años, el niño escribía mucho mejor que sus alumnos de último año, pero eso no implicaba que fuera un buen artista, pero para toda madre, los dibujos de sus hijos son la octava maravilla.


Albali Aldid, como se llamaba el hijo del profesor de pociones le entrego a Draco un dibujo de su familia; el cual tenía muchos garabatos y dibujos en él, Draco decía que si a todo lo que su pequeño hermano le decía, siempre lo llamo hermano menor, desde que se enteró que Sevi están embarazado, al principio se sintió celoso de que le quitaran a su padrino, de los celos llego la ira, hasta dejo de hablarle por algunas semana o días ya que no aguanto más tiempo, y la ira dio paso al llanto, donde le contó a Sevi que se sentía desplazado por el nuevo bebé, y es que Draco Malfoy, es era el niño más mimado de la época, si bien sus padres le daban todas las cosas materiales que quería, Regulus y Severus lo consentían en demasía; ya que Severus en aquel tiempo jamás se imaginó ser padre o en su caso madre, así que todo el amor que su esposo y él le podían dar a un hijo se lo dieron a Dragón. Después de ser consolado por los cálidos brazos de su padrino dio paso a la felicidad, ya que siempre había querido un hermano y ahora lo tendría. Otro recuerdo llego a la mente del rubio, cuando él tenía la misma edad que su hermano, se llevó acabo la boda de Severus, recuerda a ver llorado mucho ese día, de pequeño decía que se casaría con Severus, por eso cuando el día de la boda llego, no pudo evitar golpear a Regulus luego de entregar los anillos, para después ser alzado en brazos por este y ser consolado por la voz del menor de los Black, donde lloro hasta quedar dormido, a media ceremonia, una risa cristalina escapo de sus labios, cautivando a cierto cuatro ojos.


- ¿De qué te ríes Dragón?


Pregunto Sev, siendo seguido de la infantil voz de su hijo.


- ¿Si dragón, de que te ríes?


-Solo me acordaba de la boda de tus padres “Bali”, solo eso.

Notas finales:

Espero que ls guste, y espero, (no prometo) actualizra lo antes posible.

Comenten que opinan, y muchas gracias por leeer.


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