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“Llamada entrante..”
- Ryoga: Buenas noches Darling, te vengo a decir que te esperare esta noche en mi casa, tengo una sorpresa muy especial para los dos.. –susurro suavemente con una risita traviesa.
- Tsuzuku: Hahaha, Darling eres terrible pues ¿Qué me tienes preparado? -dijo aquello con un toque de coquetería.
- Ryoga: No te lo pienso decir por teléfono cariño, tú mismo lo vas a ver con tus propios ojos, y créeme…se que te va a encantar.
- Tsuzuku: Uyyy, ya me dejaste con las ganas cariño.. Iré en este mismo momento para tu casa entonces.
- Ryoga: esa era la idea Darling.. ya lo tengo todo preparado para cuando estés aquí.
- Tsuzuku: Esta bien, en unos minutos llegare -sonrió con travesura mientras colgó la llamada, y se encaminaba directo hacia la casa de su amigo Ryoga. “
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Ya se encontraba aquí, y era momento de la acción. Tsuzuku se acercó a paso lento hacia al apartamento de su amigo y cuando pretendía tocar el timbre.. La puerta se había abierto instantáneamente, dejando ver a un Ryoga sonriéndole de manera casi divertida.
- Ryoga: Veo que llegaste temprano Darling.. -se inclinó para besar suavemente la mejilla de Tsuzuku, mientras lo invitaba a entrar a su acogedor hogar.
Ryoga y Tsuzuku tenían la costumbre de decirse "cariño o Darling" como un saludo personal entre ellos dos. No tenían ninguna relación amorosa; solamente se lo decían como una muestra de afecto y amistad, por ser amigos tan cercanos y de muchos años atrás.
Cuando él pelinegro se había quitado los zapatos y la chaqueta, se dejó llevar por Ryoga hasta el interior de la casa, directamente hacia el dormitorio. Al parecer.. Hay estaría la sorpresa de esta noche.
Antes de poder entrar al cuarto.. Tsuzuku agarro a Ryoga por la cintura clavándole un suave pero apasionado beso; hacía tiempo que no se daban uno y ya lo estaba extrañando. Un beso normal, beso de amigos como solían decir ellos.
- Ryoga: veo que estas ansioso cariño.. –Se rió cuando sintió a Tsuzuku presionándose contra su cuerpo, y mordiéndole el cuello de aquella manera tan sexual- Sé paciente cielo, ni si quiera has visto lo que tengo para nosotros dos.
Ryoga abrió la puerta de la habitación y condujo a su amigo hasta el interior. Una vez adentro, una oleada de excitación golpeó la mente de Tsuzuku al ver lo que estaba sobre la cama.
Era una persona, la cual al oírlos entrar dirigió su mirada hacia ellos. Tsuzuku miro con detalle a aquel chico bastante joven, era delgado y se encontraba amarrado de las manos por unas esposas; mientras su cabello largo y de color rosado era lo que más resaltaba de el.
Después de unos momentos al verse cara a cara los dos, Tsuzuku se pudo dar cuenta que no era otro, más que el reconocido vocalista de Lycaón, Yuuki.
Aquel chico iba vestido de una manera bastante sensual y llamativa, tenía medias de red en los muslos y una diminutiva ropa interior femenina de encaje, color negro trasparente. Aquellas braguitas eran ligeramente pequeñas, simplemente la tela no era lo suficientemente grande como para cubrirle todo su pene.
Tsuzuku fue hasta donde se encontraba y le toco las piernas suavemente, haciendo que el peli rosa sintiera un escalofrió sobrepasar por todo su cuerpo… Aquella reacción hizo que Tsuzuku se diera cuenta, que aquel chico ya se encontraba sobre excitado. Supuso que Ryoga había jugado con él un poco antes de llamarlo al teléfono.
Miro por un momento a su amigo Ryoga, comprobando que este le sonrió en señal de que podía proseguir con lo que estaba haciendo. Con aquel permiso que le concedio; Tsuzuku volvió nuevamente a acariciar aquellas dulces piernas del peli rosado.
Los muslos de Yuuki eran tan suaves, que Tsuzuku simplemente no podía dejar de tocarlos. Su mano empezaba a subir peligrosamente por su área pélvica, mientras se inclinaba a besar el cuello y la clavícula del menor, dejándole un par de morados marcados en aquella dulce y blanca piel que tenía.
Yuuki soltaba pequeños ruiditos entrecortados por su boca, mientras sentia como Tsuzuku paro un momento para observarle. La cara del menor estaba enrojecida, mientras Tsuzuku se mordía los labios del gusto; jamás creyó tener la oportunidad de estar con semejante bombón entre sus manos.
Se preguntaba momentáneamente.. cómo le hizo Ryoga para convencer a Yuuki de participar en este trio, donde lógicamente el seria uke de los dos.
Después de admirar cada detalle del peli rosa, Tsuzuku paso las piernas de Yuuki por encima de sus hombros, dándole un acceso perfecto a la parte interior de los muslos de este. Justo por encima del manguito de encaje de su media, el mayor comenzó a apretarle las piernas mientras le regalo una lamida, dejando los restos de sus saliva esparcidos por su piel.
Yuuki daba suaves gemidos mientras sentía sus mejillas sonrojarse por lo que sentía, Tsuzuku continuaba lamiéndole esta vez más arriba de sus piernas, casi justo por encima de su entrepierna. Esa acción solo hizo que se curveara un poco mientras levantaba sus caderas para sentir más de aquella tentadora sensación.
Continuara….